A lo largo del s. XIII comienza un crecimiento económico que se verá menguado en el s. XIV por calamidades que afectaron a todas las comunidades europeas, frenando tanto la economía como la demografía. Esta crisis se transformó en una crisis moral y política, donde las guerras también hacen su entrada en la centuria. Todas estas catástrofes también aparecieron en el Reino de Valencia, aunque tuvieron un impacto menos brusco que en el resto de Europa contrarrestado por la continua llegada de nuevos pobladores a un territorio todavía semivacío. A ello cabe unir los grandes recursos que posee el nuevo Reino de Valencia. Por tanto, hablaremos aquí de una crisis de corto radio en un marco más amplio de crecimiento.
Ello no quiere decir que dejaran de aparecer otro tipo de
dificultades y de crisis, por ejemplo asociadas al autoritarismo monárquico. La
monarquía va a experimentar un proceso en que su autoridad se va a incrementar
notablemente, y obligará a las oligarquías urbanas a reaccionar. Por otro lado,
la Guerra de los Dos Pedros, el cambio de dinastía en el s. XV, algunos
conflictos sociales, etc. también
incidirán en la evolución del reino.
1. Las dificultades políticas
1.1. La revuelta de la Unión
La Corona venía experimentando un proceso de fortalecimiento
en su poder y la revuelta de la Unión aparece como una respuesta por parte de
las oligarquías urbanas que desean mantener el modelo de gobierno pactista
frente a esas pretensiones de la Corona que se había reforzado
considerablemente. Estamos en un momento, en 1348, en el que hay que tener en
cuenta que la Corona ha desarrollado la expansión mediterránea con lo cual la
actividad militar necesitaba de mayores recursos humanos y económicos, para lo
cual era necesaria una mayor fiscalidad que estará cada vez más centralizada en
manos de la Corona.
En este momento, la Corona acometerá una serie de
contrafueros: invadía las competencias judiciales a nivel local, cesaba los
encargados de la administración local, ejercía opresión sobre algunos
adinerados para que le cedieran préstamos, etc., grupos burgueses
eminentemente. Este descontento además se unía a otra serie de razones: la
deficiencia en las finanzas reales llevaron a la Corona a vender patrimonio
real, incrementando el poder y la fuerza de los nobles en detrimento de la
ciudad.
Este será el caldo de cultivo que motive la revuelta de la
Unión. El detonante fue la proclamación de la infanta Constanza en 1347 como
heredera al trono sin el consentimiento de las Cortes, y además iba en contra
de la costumbre de la monarquía aragonesa de excluir a las mujeres del acceso
al trono. La ciudad de Valencia, capital del reino, rechaza este nombramiento y
convoca a sus tres estamentos para constituirse en Unión en defensa de los
fueros y privilegios del Reino. Este movimiento rebelde de la Unión estaba
formado en un 80% por el estamento ciudadano, más perjudicado por la política
real, contando con el apoyo de las clases populares agobiadas por la presión
fiscal.
No obstante, no todas las ciudades se unieron a Valencia en
su protesta. En un principio, la Unión venció en los enfrentamientos con las
tropas reales y propiciaron que el rey reconociera las exigencias de la Unión,
pero esta fusión se deshizo prácticamente en la derrota de la batalla de Épila
en julio de 1348 a excepción de la ciudad de Valencia que finalmente también se
rindió. Ante esta actuación de Valencia y de otras ciudades, la represión fue
bastante dura por parte de la Corona. Aparte de penas económicas, se ejecutó a
un gran número de personas.
Esta crisis de la Unión se zanjaría en las Cortes de 1349,
que abolen todas las disposiciones de la Unión pero, ante la crisis financiera
de la Corona, hubo de ceder y regresar al régimen pactista que había sido usado
tradicionalmente en el Reino de Valencia.
1.2. La guerra con Castilla
Pedro I “el Cruel” de Castilla quiso recuperar el territorio
murciano en manos de Pedro IV “el Ceremonioso” de Aragón. Castilla estaba en
este momento sufriendo una crisis política debido al proceso de centralización monárquica que
estaba realizando la Corona con el descontento de los nobles. La existencia de
los hermanastros de Pedro I, principalmente Enrique de Trastámara, que
propiciará una guerra civil. En el marco internacional estaba teniendo lugar en
ese momento la Guerra de los Cien Años, en la cual Castilla se aliará con
Inglaterra y Aragón con Francia.
El conflicto tuvo tres etapas:
-
Primera fase (1356-1361). Las tropas castellanas
devastan Monóvar y Siete Aguas, ocupando unos meses el castillo de Alicante.
Este avance imparable de las tropas castellanas se detuvo cuando Pedro el
Ceremonioso decide nombrar como jefe de las tropas aragonesas a Enrique de
Trastámara. Se firma una primera tregua que tan solo durará un año, ya que el
rey de Castilla decide reemprender las hostilidades atacando Guardamar en 1358
hasta que se firma la paz de Morvedre en 1361.
-
Segunda fase (1362-1365). Una nueva ofensiva
castellana conquista gran parte del territorio valenciano hasta sitiar la
capital hasta que se firma una nueva paz, según la cual se imponen duras
condiciones al rey de Aragón. Una de las condiciones de esta paz era la cesión
por parte de Aragón a la Corona de Castilla toda la zona que pertenecía al
antiguo Reino de Murcia. No obstante, este acuerdo no llegó a hacerse efectivo
porque las tropas castellanas ocuparon de nuevo gran parte del territorio,
sitiando de nuevo Valencia, que amplia sus murallas. Poco a poco la reconquista
aragonesa consiguió ocupar Morvedre y otras plazas de la zona central del
reino, marcándose aquí el inicio de la recuperación por parte de las tropas
aragonesas del territorio valenciano en manos castellanas.
-
Tercera fase (1366-1375). En 1366 los
acontecimientos experimentarán un giro muy importante porque mercenarios
procedentes de la Guerra de los Cien Años invadirán Castilla (Compañías
Blancas), y junto a tropas aragonesas y rebeldes castellanas proclaman rey a
Enrique de Trastámara. Finalmente ambos hermanos se encuentran en 1369 en
Montier, muriendo Pedro el Cruel y finalizando así la guerra civil castellana,
pero no el conflicto con Aragón.[1]
En 1365 se firma la paz de Almazán en la cual la Corona de Aragón renuncia a
sus pretensiones sobre Murcia y Castilla renuncia a sus pretensiones sobre el
sur de Valencia. A partir de este momento la hegemonía peninsular fue siempre
castellana.
El rastro de la guerra fue una gran secuela de pérdidas de
ganado y de cosechas, muertes, hambres, enfermedades, destrucciones de acequias
y molinos, etc., especialmente en la zona más al sur.
1.3. El crecimiento del Estado en tiempos de Pedro el Ceremonioso
Las Cortes y las
Generalitat. En los primeros veinte años del reinado de Pedro IV convocó a las
cortes en dos ocasiones por la conquista de Mallorca y para liquidar a la
Unión. En los ultimos 25 años las convocó en doce ocasiones, el motivo los
escasos ingresos del Patrimonio Real, esto dio origen a una nueva fiscalidad
estatal y a reforzar el papel de los estamenos. Hay dos tipos de sistemas
recaudatorios:
-
Compartiments: cada brazo tenia asignado una
cantidad global.
-
Generalitats: imposición sobre la producción
textil y el comercio exterior.
Este cambio dio lugar a la
partición de la primera comisión delegada de las Cortes, la Diputación general
o Generalitat.
Respecto a la autonomía financiera de los municipios,
la guerra obligó a ampliar las competencias fiscales de los municipios. Se
convierte en definitivo el cobro de las sisas, que son tasas de consumo en
villas reales. El peso de la guerra incrementó la deuda pública de los
municipios contratando nuevos préstamos a un elevado interés, esto llevó a un
estrangulamiento financiero que hizo necesaria la aparición de los prestas
encubiertos sobre la ficción jurídica d la venta de una renta perpetua a un
bajo interes. El incremento del número de servidores dio lugar a la aparición
de una nueva clase de funcionarios especializados profesionales del derecho,
como juristas y abogados de la escritura de notarios y escribanos, del
comercio, mercaderes, cambistas o del a guerra, nobles y caballeros, se crea la
administración
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