sábado, 25 de mayo de 2013

Tema 1. Historia Contemporánea del País Valenciano

Historia Contemporánea del País Valenciano
Tema 1 – La crisis del Antiguo Régimen y la Guerra del Francés en territorio valenciano
1.- Introducción
En los momentos a caballo entre el siglo XVII y el XVIII, en el reino de Valencia se está produciendo un proceso de homogeneización con el resto del territorio español. En Cataluña se luchará con mucha más fuerza contra esta homogeneización, que en Valencia.

A partir de este momento, la figura del virrey desaparecerá, y en su lugar aparecerá la figura del Gobernador General.

1.1.- De la sociedad estamental a la sociedad de clases
Se produce lo que se ha venido conociendo como un proceso revolucionario, que creará un nuevo orden social. Tendrá lugar una Revolución Liberal, la cual se desarrollará de forma mucho más lenta que en otros países como puedan ser Inglaterra o Francia. Se producirá también una Revolución Burguesa, cuya principal consecuencia, será el ascenso al poder de los grupos burgueses, consolidándose. En un primer momento, este nuevo grupo social, defenderá la democracia, pero finalmente acabará adueñándose de ella. Paralelamente, existe también una Revolución Industrial o Económica. Algunos autores niegan que se produjera esta revolución, pero esto no es cierto. Lo que ocurre, es que la Revolución Industrial española tiene unas características y unos tiempos diferentes a las revoluciones inglesas o francesas.

En este tránsito del siglo XVIII al siglo XIX en función a estas tres revoluciones, es el comienzo de la implantación del Estado Liberal en España. Se tratará de un proceso lento y complejo.

A partir de estos momentos, nos vamos a encontrar con relaciones sociales mucho más horizontales de las que hubiéramos podido encontrar tiempo atrás. En época feudal, nos encontrábamos con relaciones sociales verticales y de dependencia, donde el señor feudal poseía una posición de preeminencia sobre el campesino. Sin embargo a lo largo de los siglos XVI y XVII estas relaciones irán poseyendo una mayor homogeneidad, al aparecer pequeños campesinos libres y contratos enfiteutas.

Este tránsito de la sociedad estamental a la sociedad de clases se caracteriza por la movilidad. En la sociedad estamental, era imposible o muy  difícil acceder de una clase social a otra y ascender; sin embargo, en la sociedad de clases, era posible ascender socialmente.

1.1.- Características del Estado Liberal
El Estado Liberal, que se irá conformando pro todo el territorio español a lo largo del siglo XIX, está caracterizado por una serie de puntos:
·   Territorialidad: Aparece claramente reflejada en los escritos de los Ilustrados. Es necesario tener fronteras que marquen los límites del territorio, sobre los que el Estado va a tener jurisdicción y donde se aplicarán unas leyes distintas a las que se apliquen fuera de estas fronteras. Serán unas leyes únicas, donde no habrán señoríos, ni jueces distintos por ejemplo.
·   Soberanía: La soberanía dentro del territorio del Estado, deja de residir en el rey y comienza a residir en el pueblo, con una soberanía nacional.
·   Constitucionalidad: La existencia de un marco jurídico (Constitución) sobre  todos y cada uno de los ciudadanos de un territorio, que hable de los derechos y de los deberes de estos ciudadanos, es fundamental.
·   Burocracia pública: La implantación de la burocracia constituye un axioma fundamental, dentro de los liberales españoles. No solamente tiene que ver con los intentos de control del pueblo, por parte del estado, sino con la idea de alcanzar la igualdad (premisa fundamental del Estado Liberal). Esta burocracia además, era fundamental para la recaudación de impuestos. Por tanto, a lo largo del siglo XIX, España tiende a dotarse de instituciones que den beneficios al aparato burocrático, como por ejemplo, un intento de una nueva división territorial.
·   Obediencia y Poder legitimo: Son una característica importante, puesto que el pueblo que habita dentro del territorio del Estado, sabe que debe seguir unas leyes. Pero lo realmente importante, es que el gobernante del territorio, debe gobernar a favor de unos beneficios generales para el pueblo, sin embargo, si este gobernante no actúa de forma adecuada, el pueblo puede pronunciarse.
·   Ciudadanía
·   Impuestos
·   Ejército Nacional

Por tanto, en territorio valenciano, el siglo XIX, supondrá un cambio profundo en, las instituciones políticas, la estructura económica y el sistema social. La fragilidad de las instituciones y las transformaciones económicas provocarán la quiebra de la monarquía absoluta, que arrastrará al Reino de Valencia como entidad político-administrativa.

Al mismo tiempo, se producirán unos cambios sociales. El cambio político, en virtud de uno de sus principios de igualdad, arrumbará con la sociedad estamental y el régimen señorial. Es importante tener en cuenta, que la mayoría de la población valenciana, es una población agrícola.

Se producirán también unos cambios económicos. Tras la desaparición del régimen señorial en valencia, la administración del campo en Valencia, será similar a la del resto de España. El nuevo orden liberal transformó la forma de propiedad de la tierra, expropiando a las instituciones y reafirmando a los propietarios privados.

Con anterioridad a la abolición del régimen señorial, en el territorio del Reino de Valencia, existían los señoríos. En estos señoríos se distinguía entre el dominio directo de la tierra, el cual era propiedad del señor y en donde residía la jurisdicción; por otro lado, encontramos el dominio útil de la tierra, es decir, la capacidad para trabajar la tierra. Con el dominio útil, una buena parte de la población agraria, poseía una propiedad, la propiedad útil de la tierra que trabajaba. Todo esto en conjunto, formaría el régimen de enfiteusis. En tierras valencianas, los contratos enfitéuticos, se desarrollarían mucho más que en otros puntos de Castilla. La peculiaridad del contrato enfitéutico, es que existen dos propietarios y cada uno tiene sus ganancias.

Tras las Cortes de Cádiz y con la abolición del régimen señorial, se produce un conflicto, puesto que todo el montaje de la enfiteusis no tiene sentido ya, y no se sabrá a quien le pertenecería la propiedad de la tierra, si al dueño directo o al dueño útil. En general, a lo largo del siglo XIX, encontraremos que los señores feudales serán quienes se hagan con la propiedad plena de la tierra.

Es por esto que los principales interesados en la implantación del régimen liberal, fueron los señores feudales, puesto que con la implantación de este nuevo régimen, gran parte de los enfiteutas perdían su control útil de la tierra y de los privilegios que esto conllevaba.

En este contexto, tendrán lugar los procesos desamortizadores del siglo XIX, los cuales no tendrán una finalidad de reforma agraria, sino una finalidad económica, es decir, para pagar deudas. Cuando las tierras se desamortizaban, pasaban a subasta pública, donde eran compradas por una incipiente burguesía, que fundamentalmente se dedicaba al comercio, pero también eran compradas por los antiguos enfiteutas, que se habían enriquecido a lo largo de los siglos XVII, XVIII y XIX, y que habían perdido sus privilegios con la implantación del régimen señorial. Cuando los burgueses, que son principalmente comerciantes y financieros, compran la tierra, la cultivarán tratando de extraer la máxima riqueza posible. Se convertirán también en burguesía agraria.

Hasta este momento, quienes principalmente se habían beneficiado de los contratos enfitéuticos, eran los enfiteutas, puesto que el canon anual a pagar cada vez era menor, puesto que fundamentalmente se pagaba en dinero y sufría continuas devaluaciones. Ahora, con el régimen señorial, los señores feudales que habían obtenido el pleno derecho sobre la tierra, firmarán contratos mucho más rentables para ellos, en detrimento de los antiguos enfiteutas. Ahora los contratos serían de corto plazo, para poder ser actualizados. En otras ocasiones, ni siquiera habrá contratos de arrendamiento, sino que serán los propios señores y burgueses agrarios, quienes explotarán directamente la tierra. Todo esto explicaría el que los campesinos vieran de forma negativa las reformas liberales y se lanzaran al monte.

(PREGUNTA DE EXAMEN à Lo suele preguntar) – También pregunta el BOOM de la NARANJA
2.- La crisis del Antiguo Régimen
La crisis del Antiguo Régimen es extraordinariamente compleja, porque en ella se conjugan factores de fondo, estructurales, y otros generados por la propia coyuntura de finales del siglo XVIII y principios del  XIX.  En primer lugar, fue un periodo de crisis económica. En segundo lugar, cambió el contexto internacional con el desarrollo de la revolución francesa y la monarquía  española se vio inmersa, desde 1793 hasta 1814, en un periodo de guerras. Por último, la crisis fue, ante todo, política y afectó al prestigio de la institución  monárquica.

2.1.- Crisis económica
En estos momentos, más del 70% de la población valenciana vivía del campo, siendo la mayoría de ellos, simples jornaleros. El 30% de población restante se dedicaba a los servicios o eran artesanos.

Aunque las diferencias entre unas regiones y otras de aquella España eran grandes, la agricultura en su conjunto tenía problemas comunes. Buena parte de las tierras de labor eran de manos muertas, fuera del mercado por lo tanto; sobre la producción agrícola pesaban impuestos del Estado, derechos señoriales, en especie y en dinero, y los diezmos, entre otras cargas.

Había una necesidad de reforma, de leyes agrarias que permitieran que la gran masa de población campesina pudiera elevar su nivel de vida y educación. Se comenzó a hablar de reformas como la necesidad de desamortizar la tierra para que pasara a manos más activas, o la mejora  del sistema de arrendamientos para dar seguridad a largo plazo a los campesinos que explotaban la tierra. Pero las resistencias de quienes veían en peligro sus privilegios, especialmente la Iglesia,  fueron demasiado fuertes. En definitiva, la situación del campo valenciano, provoca conatos de rebeldía. Nos encontraremos con numerosas revueltas contra el sistema.

Además, en este contexto, el siglo XIX estará caracterizado desde el punto de vista de la subsistencia, por la continua sucesión de hambrunas y de epidemias. Son elementos comunes a lo largo de todo el siglo XIX en España, mientras que en el resto de Europa estos problemas ya no se dan. La cólera es una de las principales enfermedades que afectaban sobre todo las zonas de la costa, y que causaba importantes mortandades.
Estas mortandades se producen porque la producción de trigo siempre se situó muy poco por encima del aumento de la población, de forma que en el momento en que se produjeran malas cosechas por cualquier cambio climático, apareciera la escasez de trigo y las hambrunas se generalizaran. Estas crisis de subsistencia estarán detrás de muchas revueltas.

En este contexto de la Guerra de Independencia, debemos tener presente el proceso de socialización política, modernización política. AMPLIAR

2.2.- Crisis de la monarquía*
Las dificultades crecientes y la incapacidad para resolverlas condujeron a una profunda crítica que llevó al enfrentamiento con Godoy, hombre de confianza de los reyes, y finalmente con el propio Carlos IV.  La oposición se articuló en torno al futuro Fernando VII. Por el contrario, otros españoles descontentos pusieron sus esperanzas en Napoleón, cuya revolución liberal daba respuesta al deseo de cambio de una minoría ilustrada. El Tratado de Fontainebleau (1807), por el que Godoy autorizaba el acantonamiento de las tropas francesas con el objetivo de una nueva campaña de conquista de Portugal y el consiguiente reparto, dio nuevo impulso al complot de los conservadores (El Escorial, octubre de 1807).

Atento a la ocupación clandestina de la Península por los ejércitos napoleónicos, bajo el pretexto de la expedición portuguesa, Godoy tramaba la huida de la familia real española a Andalucía o a América, pero su propósito se malogró con el estallido del Motín de Aranjuez (marzo  de 1808), en que soldados, campesinos y servidumbre de palacio, alentados por los simpatizantes del Príncipe heredero, provocaron la caída de Godoy y obligaron a Carlos IV a abdicar en su hijo Fernando VII. Sin embargo, Napoleón no reconoció a Fernando VII.

Mientras, las tropas francesas al mando del general Murat, ocupaban Madrid. Napoleón obligó a padre e hijo a acudir a Bayona para arreglar sus diferencias ante él. Con los reyes en Francia, Napoleón no tenía que esperar más y obligó a ambos a traspasarle el trono, que, a su vez, entregaría a su hermano José Bonaparte. A fin de hacer más atractivo su gobierno,  José I hizo publicar el Estatuto de Bayona, una Carta Otorgada, que, a pesar de mantener en las manos del monarca la mayor parte de las prerrogativas, ofrecía un renovado aire liberal que cuestionaba los fundamentos del Antiguo Régimen. El Estatuto de Bayona constituyó la primera experiencia constitucional española y, aunque resulte paradójico, influyó en la que sería la primera Constitución elaborada y aprobada por los españoles en Cádiz, en 1812.

2.4.- El impacto de la crisis en el País Valenciano
En un proceso paralelo al de las guerras que mantienen Francia, Inglaterra y España, en el campo valenciano, lo que vamos a ver, es una lucha clarísima ya no solamente contra el francés, sino contra el sistema. Se trata de un proceso conocido como el “ruralismo primitivo”, y será una respuesta a la implantación de impuestos, además de los ya propios del régimen señorial. Pep de L’Horta, será el líder de este movimiento. Un ejemplo, es la subida de impuestos que realiza Godoy, en pleno contexto de guerra. Pero ¿quiénes están detrás de esta revuelta? ¿los enfiteutas poderosos interesados en la extinción del régimen señorial, o los campesinos que realmente vivían mal?


3.- La Guerra de Independencia
Teniendo en cuenta estas características, la Guerra del Francés no deja de tener un componente social, que es el que verdaderamente nos interesa. La guerra de la Independencia fue, fundamentalmente, una guerra de liberación contra un invasor extranjero,  pero también fue  una guerra civil, ya que un importante sector de la población española aceptó y respetó la legitimidad de José Bonaparte.

3.1.- La guerra del “francés” en territorio valenciano
En la Valencia de la época a la guerra de Independencia se le llamó “la guerra del francés”. Para unos, el levantamiento patriótico era una revolución de signo liberal, con lo que la lucha contra los franceses tenía el doble objetivo de la independencia y del establecimiento de un régimen liberal. Para otros, que compartían el objetivo de la independencia, la lucha contra el francés era la afirmación de los valores tradicionales, por lo que una vez expulsado el invasor, se restauraría la monarquía legítima.

3.2.- Las Cortes de Cádiz y la participación valenciana
La burguesía comercial, que copa las Juntas Supremas, convoca elecciones a Cortes, con el fin de llenar el vacío de poder existente. En el proceso de elección de los delegados valencianos en las Cortes, destacan tanto los representantes elegidos, como el propio proceso de elección.

En cada parroquia o municipio se elegían unos diputados que a su vez se reunían y debían representar a sus provincias en las Cortes de Cádiz. La elección en muchos casos no era ni secreta, si no que eran elegidos casi por asentimiento por los escasos habitantes de la parroquia que se atrevían a mostrar su opinión. Aunque estemos hablando de sufragio universal masculino indirecto, en muchos casos lo que encontramos es la elección por aclamación de los señores preeminentes, que en el campo, son los que tienen mayor jurisdicción, es decir, los señores. En las ciudades, nos encontraremos con la elección de la burguesía, cada vez mas importante, que tiene un perfil comercial en Valencia y Alicante.

En Valencia habían tenido especial importancia José Canga Argüelles y el clérigo ilustrado Joaquín Lorenzo Villanueva, en defensa de las tesis de los revolucionarios, y del liberalismo. Pero tenían su contrapunto en Bertomeu Ribelles o el jurista Francisco Javier Borrull, que incluso llegaron a proponer que las Cortes se constituyeran según las leyes tradicionales, es decir, con representación estamental.

Sin embargo, en las Cortes de Cádiz encontraremos una mayoría revolucionaria, puesto que muchos territorios y municipios, sobre todo, los del norte, fueron incapaces de enviar a sus representantes. Y estos fueron sustituidos por los oriundos de estos lugares que residían en el sur de España y que si tenían un perfil revolucionario. Prácticamente toda la labor legislativa de las Cortes, entre 1.810-14, responderán a este carácter revolucionario y liberal. La Constitución de 1.812, tiene claros tintes progresistas, pero, al mismo tiempo, hace algunas concesiones al bando conservador, sobre todo en materia eclesiástica, declarando a la religión católica como única y universal.

La importancia fundamental de la legislación gaditana para el caso valenciano, radica fundamentalmente en la posibilidad de poner fin al régimen señorial y las consecuencias que esa abolición tendrá desde el punto de vista económico en el País Valenciano. Las consecuencias de la abolición del régimen señorial van a marcar el desarrollo económico, puesto que todo lo que ocurra en Cádiz afectará a más de la mitad de la población valenciana, y a más del 60% de las tierras cultivables valencianas. La mayor parte de las tierras señoriales (60%) se explotaba mediante un régimen de enfiteusis, de la cual, la mayoría se realizaba mediante pago en dinero, es decir, un censo. Esto quiere decir que como consecuencia del proceso inflacionista de finales del s. XVIII y principios del XIX, al pagar un censo en dinero, las condiciones eran favorables para el enfiteuta o arrendatario. Si el censo se pagaba en especies, lo cual era poco común, el beneficiado era el dueño directo de la tierra. El que el contrato enfitéutico, fuera favorable para el arrendatario, supuso que muchos de estos enfiteutas adquirieran una posición económica suficientemente elevada, como para equipararse con el propio señor feudal. De ahí que los partidarios de la abolición del régimen señorial no fueran los campesinos, si no los propios enfiteutas.

Si se estudia la composición de los movimientos sociales habidos, a los largo del todo el siglo XIX, en contra de los privilegios señoriales, nos vamos a encontrar con que los lideres con enfiteutas, las clases acomodadas. La abolición del régimen señorial, tenía un problema añadido, ¿a quién le correspondía la propiedad de la tierra? Canga Argüelles, consiguió que la carga de la prueba a cerca de la propiedad de la tierra, recayera en el señor feudal, es decir, que era el señor feudal el que tenía que demostrar feacientemente que era propietario pleno de la propiedad de la tierra. En el caso valenciano, fue muy difícil que los señores pudieran demostrar que además del dominio directo, eran propietarios también del dominio útil. Lo que parece demostrar que fundamentalmente en las tierras de la provincia de Valencia, es que los enfiteutas consiguieron transformar el dominio útil en propiedad de la tierra, lo que supone que en el caso del País Valenciano, encontraremos como consecuencia de las Cortes de Cádiz, una transformación en la propiedad de la tierra, no encontraremos latifundios como en Castilla o Andalucía, si no, con pequeñas y medianas propiedades. Por tanto, podemos decir que este minifundismo es consecuencia de la victoria de esa clase acomodada enfiteuta, ante los tribunales, frente a los señores, que no pueden demostrar que son dueños totales de la tierra.

Esta abolición del régimen señorial, coincidirá en el tiempo, con el proceso de desamortización. El proceso de desamortización, tendrá unas importantes consecuencias sobre todo en el ámbito urbano, donde, por ejemplo se derruirán edificios, para ensanchar las ciudades.

Además de esta legislación anti-señorial, debemos recordar la importancia que la propia Constitución de 1.812 posee, la cual marcará el devenir político a lo largo de todo el siglo XIX. Hace referencia sobre todo a la distinción entre el derecho natural y el derecho político, lo que suponía que mientras se hablaba de libertad y de igualdad en el terreno social, se contraponía a los derechos políticos, los cuales solo los podían disfrutar quienes tenían un cierto reconocimiento social. Como consecuencia de la propia Constitución de 1.812, nos encontraremos con que de derechos políticos, solo disfrutarán entre el 1 y el 5% de la población masculina.

Si que parece aceptado entre los diputados de las Cortes de Cádiz, que en los ayuntamientos, los alcaldes pudieran ser elegidos entre aquellos que tuvieran el derecho común. La distribución provincial actual de España se hará en la década de los 20 del siglo XIX. Esta idea ya estaba presente también en las Cortes de Cádiz.

3.3.- La vuelta de Fernando VII. El Decreto de Valencia
Toda esta obra legislativa de las Cortes, se vendrá abajo en 1.814, con el desembarco de Fernando VII en Valencia. El monarca, tomará la decisión de anular todo el trabajo legislativo de las Cortes de Cádiz, excepto el punto que lo reconocía como rey. Tanto el apoyo de la Capitanía General de Valencia, con el apoyo del general Elío, como el apoyo manifestado por muchos diputados, mediante el Manifiesto de los Persas, animaron a Fernando VII a anular el trabajo de las Cortes, mediante el Decreto de Valencia,  y a iniciar una dura represión contra los liberales. Su reinado, se extenderá hasta 1.833.

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