Tema 2 – Entre la Revolución
liberal y la Reacción absolutista. La construcción administrativa del Estado
liberal: las provincias valencianas
1.- El reinado de Fernando VII: liberales y absolutistas
El reinado de Fernando VII, se divide en una serie de etapas. La primera de
ellas, es la abolición del absolutismo, la cual se lleva a cabo desde Valencia,
por medio de un decreto. A continuación, se desarrollan: el sexenio
absolutista, el trienio liberal y por último la década ominosa. Todo el
reinado, estará caracterizado por la continua lucha entre absolutistas y
liberales.
A partir del fracaso del trienio liberal, la burguesía se da cuenta de que
necesita a los sectores dominantes anteriores para lograr sus objetivos. Será
por esto que el ala moderada del liberalismo, se unirá con la nobleza,
conformando un bloque sólido que será quien tenga el poder en este momento.
Este bloque será quien tenga los instrumentos del poder en la mayor parte del
siglo XIX. El partido progresista, que surge del ala exaltada, tendrá escasas
posibilidades de gobierno.
Debemos tener en cuenta la situación que se encontró Fernando VII a su
regreso. Fundamentalmente, se encontrará con un país destrozado, especialmente
desde el punto de vista económico. Los conflictos bélicos tienen sus
consecuencias, sobretodo, teniendo en cuenta que durante un cierto tiempo,
fueron dos los gobiernos que estuvieron al mismo tiempo en el poder. El
enfrentamiento, supuso un desorden en el mundo rural y una decadencia de la
agricultura. Otra consecuencia de este conflicto, fue la suspensión del
comercio con las colonias americanas. Se trata de problemas eminentemente
económicos, que se agravan cuando al finalizar la guerra, no todos reciben las
compensaciones que creían, por lo que muchos guerrilleros y bandoleros,
continuaron en sus puestos.
Por otro lado, a todo esto, se une la vuelta al Antiguo Régimen, la cual
provoca inestabilidades. En el ámbito político hay una división dentro de los
absolutistas y de los liberales. La división que se produce dentro del
absolutismo responde a dos corrientes: aquella que quiere permanecer a toda
costa anclada en el pasado, y aquella que quiere avanzar, porque sabe que la
dinámica social y económica está cambiando y deben adaptarse a ello.
Al mismo tiempo, los ingresos de la hacienda disminuyen por la fuerte
crisis económica. Tenemos una bajada del comercio ultramarino, así como un
contexto bélico.
2.- El sexenio absolutista en el País Valenciano
El reinado de Fernando VII se caracteriza por la acentuación de la política
impositiva. La eficiencia en la recaudación de impuestos será una prioridad,
tanto para absolutistas, como para liberales. La división territorial, será una
consecuencia de esta obsesión por la eficiencia en la recaudación de impuestos.
Para conseguir una mayor recaudación por impuestos, no solo se aumentan los ya
existentes, sino que además, se crean nuevos. Una buena parte de las revueltas
sociales que tendrán lugar, serán consecuencia de la subida de impuestos.
La vuelta al régimen señorial, va a plantear problemas en el campo
valenciano, mientras que la subida de impuestos, planteará problemas en las
ciudades. ¿Quiénes liderarán estas revueltas? Estás revueltas estarán lideraras
por la burguesía; la burguesía agraria en el campo, y la burguesía urbana y
comercial en las ciudades.
2.1.- Valencia, capital del absolutismo
El Capitán General Elío, es el máximo representante del absolutismo en
Valencia. Fue ejecutado en 1.822 por los liberales. La utilización de la
violencia como arma política, fue una constante a lo largo del siglo XIX.
2.2.- El malestar en el campo valenciano
En este contexto, encontraremos una fuerte resistencia antiseñorial, la
cual se manifestaba mediante una infinidad de revueltas a lo largo de todo el
campo valenciano. La dinámica de estas revueltas era similar; consistía en una
toma del ayuntamiento por parte de los campesinos, desde donde proclamaban sus
ideales antiseñoriales.
A este malestar generalizado del campo valenciano, se le suma una extensión
del bandolerismo. El bandolerismo se convirtió en una forma de vida para
muchos. Estos bandoleros vivían ocultos en las montañas, desde donde lanzaban
razias contra aquellos que consideran enemigos. Encontraremos partidas
liberales, pero también realistas, la cuales, serán el germen del carlismo.
Valencia fue el centro de muchos
levantamientos miliares a favor del liberalismo, como consecuencia de la falta
de respuestas eficaces por parte de Fernando VII. Un ejemplo, es la llevada a
cabo por Vidal en 1.819. En Valencia, Vidal pretende asesinar al Capitán
General Elío y proclamar la Constitución. Van a participar diversos
sectores sociales (comerciantes, artesanos, labradores, dirigidos y organizados
por los Bertrán de Lis). Esta conspiración fracasa y sus líderes son exiliados,
ejecutados o hechos prisioneros. En cualquier caso, esta trama es la misma que
acabó triunfando en 1820. En su gran mayoría, detrás de estos levantamientos,
se encontraba la burguesía.
Cataluña será una zona muy activa en cuanto a levantamientos militares, y
poco a poco se irá conformando un mapa donde los liberales triunfen.
3.- El trienio Constitucional
Será un período caracterizado por una gran inestabilidad social y política,
caracterizada por:
· La escisión liberal entre moderados y radicales
· El involucionismo del rey
· La presión de la calle
· La
contradicción constitucional al tener un rey absolutista con la capacidad de
nombrar a los ministros
3.1.- La implantación del trienio en territorio valenciano
Se crean Sociedades Patrióticas por parte de los progresistas, para llegar para llegar a la mayor parte de la
población civil. De estas sociedades surgirán las milicias nacionales, que
serán denostadas por el Partido Moderado pero apoyadas por el Partido
Progresista. Cuando los progresistas dan un golpe de estado, lo primero que
hacen es formar milicias nacionales formadas por voluntarios que les ayuden a
mantener el gobierno.
Durante el Trienio liberal, se lleva a cabo una serie de reformas, donde la
más importante de todas ellas es el restablecimiento de la Constitución de
1.812. Algunas otras medidas son:
• Se retoma la
desamortización, en esta ocasión dirigida a los mayorazgos.
• Se acometen
reformas eclesiásticas encaminadas a reducir el clero regular.
• Se reduce el
cobro del diezmo a la mitad.
• Se redacta la
primera legislación sobre enseñanza.
• Se confecciona
el primer Código Penal.
• Se procede a la
división territorial de España en 52 provincias, dos más que en la actualidad.
• Se crea una
Milicia Nacional formada por ciudadanos armados dispuestos a defender la
Constitución.
3.2.- Consecuencias socioeconómicas
A lo largo de la década de los 20, se empezaran a extender los movimientos
de protesta sociales. En este contexto, aparecerá el primer ludismo en
Alcoy contra la mecanización. Se produce además un reforzamiento de la
resistencia antiseñorial, ahora apoyada por el gobierno. Pero al mismo tiempo,
continúan existiendo partidas realistas, las cuales van a tener una amplia
presencia en comarcas como la del Bajo Segura o el Maestrazgo. Esto será consecuencia del empobrecimiento del
campesinado por el aumento de los precios de arrendamiento impuesto por los
nuevos propietarios de las tierras desamortizadas, el aumento de la presión
fiscal, la libertad de contratación, etc. El movimiento realista valenciano se
va a organizar de manera efectiva en 1823 bajo la dirección de Rafael Sempere.
3.3.- La división territorial
Esta es la única acción que se lleva a cabo desde el punto de vista
económico, puesto que en el se basarán para la posterior división provincial.
Lo que plantean los borbones es una homogeneización y una centralización. Los
liberales, también defenderán esta perspectiva centralizadora.
La homogeneización es importante, porque nos encontramos con una gran
diversidad en el mapa de España, que responde a condicionantes históricos. Esta
homogeneización rompería con la diversidad.
Carlos IV profundizará en esta homogeneización, teniendo presentes
criterios históricos. Pondrá en valor, algo que será fundamental más adelante:
el criterio hacendístico. Tratará de dividir territorios, teniendo en cuenta
variables, como población, extensión o existencia de núcleos de población… el
más importante de estos núcleos, se convertirá en la capital de la
circunscripción. En la división, habrá un intento de respetar los límites entre
Castilla y Aragón.
Durante la Guerra de Independencia, entre 1.810 y 1.814 hay dos
nuevos proyectos de división del territorio, que se llevarán a cabo al mismo
tiempo. Tenemos a los bonapartistas y a las Cortes de Cádiz (liberales).
Primeramente, José Bonaparte, dividió el territorio, respondiendo
principalmente, a un criterio militar. Se intentaba que desde la capital
de la prefectura se pudiera controlar toda ella con un grupo de tropas en
aquella.
Por otro lado, los liberales, llevarán a cabo una división
territorial, basada en la existencia de dos niveles: Municipal y Provincial.
La provincia se constituye en el eje central de la división territorial de la
nación. Y se hablará ya de dos instituciones: los ayuntamientos y las
diputaciones. Esta será la institución provincial que crean los liberales para
llevar a cabo su política. En cualquier caso se respetaban los límites
históricos del Reino de Valencia.
En enero de 1.822 las Cortes aprobaron un decreto de división
territorial, con 52 provincias. El contorno de la provincia se determinó por
los accidentes geográficos y la denominación provincial tomó el nombre de cada
capital. Surgieron nuevas provincias, como por ejemplo la de Xátiva o Segorbe. Esta división provincial sirvió de
marco a las instituciones políticas, pero también a las judiciales, económicas,
etc. En septiembre de 1822, Mariano Egea clasificó estas provincias en
una jerarquía de 4 niveles, que se diferenciaban en cuanto a número de
habitantes y recursos económicos. El decreto de febrero de 1823 sobre gobierno
económico y político de las provincias se redactó con una intención
descentralizadora (se redujo el papel de tutela del jefe político), dando lugar
a un comienzo de desvinculación de la provincia respecto de la administración
estatal y a un aumento de sus cometidos: obras públicas provinciales, salud
pública, etc. En este caso, también la reaparición del absolutismo (a través de
la intervención de la Santa Alianza) truncó la posibilidad de la reforma
territorial.
Javier de Burgos, ministro de Fomento, llevó a cabo una nueva división territorial
en 1.833. Pensaba en un Estado centralizado, donde la provincia fuera el
marco de instituciones centrales. Se consagró un modelo burocrático y
centralizado de la provincia que buscaba la eficacia de la administración
estatal. La administración local quedaba como competencia exclusiva de los
ayuntamientos. El territorio nacional quedó dividido en 49 provincias (2
de ellas insulares: Canarias y baleares).
Además de esta división territorial, nos interesa destacar, la existencia
de ayuntamientos y de diputaciones, y de cómo se irán configurando sus
competencias a lo largo del siglo XIX. Hasta 1.975 no habrá ninguna institución
supra-provincial, y por tanto, las relaciones que se establecen en las
provincias, van directamente con la capitalidad de la nación española.
La división 1.834 desde el punto de vista administrativo, se consolidará a
nivel de instituciones, con las leyes de 1.945 y de 1.963, las cuales
diferenciaran cuales son las competencias del Gobierno Civil y de las
Diputaciones.
Para completar esa división administrativa provincial, se otorgan a partir
de 1.834 la jurisdicción de todos los tribunales, puesto que desaparecen todos
los Tribunales Especiales, y se crean los tribunales ordinarios, mediante la
división de las provincias en Partidos Judiciales.
Con estas leyes se configura la administración, la cual se mantendrá con
escasas modificaciones hasta la actualidad.
3.4.- Realistas y liberales valencianos ante la ocupación francesa
A partir de 1.823 continua la clara división entre realistas y liberales.
Sin embargo, los liberales moderados y los realistas moderados, terminan
abrazando a la regente María Cristina, serán los que van a conformar el bloque
de poder, a lo largo de prácticamente todo el siglo XIX. Se va a conformar un
bloque anti liberal claro, el cual estará compuesto por el rey Fernando VII,
por los campesinos a los que la abolición del régimen señorial perjudicaba, y
por los estamentos privilegiados, nobleza y clero, quienes se vieron
especialmente perjudicados por la decisión que toma Fernando VII de que los
derechos y los privilegios inherentes a los señoríos jurisdiccionales, quedaran
en manos del rey y no volvieran a manos de nobles o eclesiásticos. Los
campesinos, básicamente, conformaran las partidas realistas, también llamadas,
partidas apostólicas. Estas partidas, serán la base del Carlismo en el País
Valenciano, y quedarán situadas en el Maestrazgo. Las partidas realistas, darán
su apoyo a los 100.000 Hijos de San Luís cuando entren en España.
La entrada de los 100.000 Hijos de San Luis, traerá consigo la vuelta a la
administración y legislación anterior, se trata de un intento de volver al
Antiguo Régimen en España. En este momento, se restablecerá también la
represión y la violencia política como forma de poder.
4.- La Década Ominosa
4.1.- La represión en tierras valencianas
Cuando hemos hablado anteriormente de un intento de vuelta al Antiguo
Régimen, vuelven también los tribunales especiales dedicados a practicar la
represión. Estos serán los Tribunales de la Fe, continuadores de los
Tribunales de la Inquisición, que empezarán a crearse a partir de 1.823. El
tribunal más importante, fue el Tribunal de la Fe de Valencia. Uno de los
últimos sentenciados por este tribunal, fue Cayetano Ripoll, quien fue
ajusticiado en 1.826.
En general, esta represión afectó prácticamente a todos los cuerpos que se
habían declarado afines al liberalismo, especialmente la enseñanza o la
educación. A todo conato de liberalismo que hubiera en el territorio valenciano.
De esta etapa, lo más destacable son dos procesos contradictorios. Por un
lado, la lucha anti-señorial, que fundamentalmente se centra en el campo y
tiene que ver con la oposición al pago de rentas, ante los intentos de los
señores de reorganizar la administración señorial. Por otro lado, la aparición
de partidas ultra-realistas, también en el campo, que son partidarias del
restablecimiento total del Régimen Señorial.
El germen de estas partidas realistas, serán los artesanos urbanos, los
campesinos empobrecidos, viejos grupos privilegiados, como la Iglesia o
partidas armadas.
A la muerte de Fernando VII esta división, se va a completar con una guerra
civil, que tendrá como uno de los escenarios fundamentales al territorio
valenciano. Esta guerra durará cerca de diez años.
4.2.- La lucha antiseñorial
4.3.- La formación y consolidación del ultra-realismo
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