martes, 7 de mayo de 2013

Tema 11. El paso a la modernidad


1.   El Reino de Valencia en la época de los Reyes Católicos

1.1.              Las consecuencias de la unión dinástica

1.2.              La represión de las minorías. Musulmanes, judíos y conversos

o        Judíos
o        Musulmanes
o        Conversos

1.3.              El repliegue cultural y lingüístico

-       Inquisición
-       Decadencia del comercio
-       Llegada de linajes castellanos
-       Valencianos en relación con la administración
-       Castellanización lingüística

2.   La Revuelta de las Germanías

2.1.              El origen de la crisis

En el Reino de Valencia la Edad Media se cierra bien entrado el s. XVI con esta revuelta que conllevará como consecuencia la conversión forzosa y masiva de la población musulmana. Los historiadores han discutido mucho acerca del carácter de esta revuelta: revuelta urbana, revuelta rural. Para algunos, esta revuelta representaría la primera revolución moderna mientras que para otros este levantamiento fue una reacción frente a la política europeísta que trajo Carlos V a la península. Bien es cierto que, en esta revuelta se mezclaron varias luchas paralelas (menestrales y pueblo llano frente a oligarquía urbana tradicional, lucha de campesinos contra señores, y también lucha por conseguir una única religión en contra de la comunidad mudéjar). Esta revuelta tuvo lugar en un momento de grandes convulsiones sociales que tuvieron lugar en toda Europa ya desde el s. XIV, como por ejemplo la Jacquerie francesa de mediados del s. XIV, la revuelta inglesa de 1381, la remensa catalana, etc. También hubieron guerras campesinas en Alemania en 1616.
En el Reino de Valencia la prosperidad del s. XV fue aprovechada por las élites urbanas, por los grupos burgueses en detrimento de las clases más populares que estaban totalmente excluidas del poder político y de los beneficios económicos. Al mismo tiempo hay que tener en cuenta la competencia de los comerciantes extranjeros frente a la población autóctona, así como la sobreabundancia de maestros gremiales impidiendo la promoción dentro del gremio por parte de los aprendices, e incluso fuera del sistema gremial que estaba en decadencia vemos que había trabajo no controlado por las cofradías de oficios.

2.2.             Del alzamiento popular a la represión de las Germanías

Pero principalmente el motivo de la revuelta fue la reivindicación por parte de los menestrales en el gobierno de la ciudad, en la que pretendían llevar a cabo una reforma en el gobierno municipal. Los factores que precipitaron el levantamiento fueron tres:
-            Irrupción de la peste en 1519, que incrementó todavía más los efectos de las crisis de subsistencia que se había originado como consecuencia de fenómenos meteorológicos, perdiéndose cosechas por lluvias y por la riada de 1517. Esta riada provocó la huida de los miembros del gobierno dejando un vacío de poder.
-            Retraso en la llegada de Carlos V a convocar las Cortes y jurar en ella los Fueros Valencianos, con la excusa de la presencia de la peste.
-            Decisión del rey de armar a las cofradías de oficios para asegurar la defensa del reino frente a los ataques de los piratas berberiscos.
En 1520 Adriano de Utrecht es nombrado regente de la monarquía hispánica en 1520, un extranjero. Tras la movilización gremial se constituirá un comité ejecutivo en Valencia, la Junta de los Trece (1519) con el consentimiento del monarca. Otro extranjero, Diego Hurtado de Mendoza, será nombrado en 1520 Virrey de Valencia. Con esta militarización los agermanados impusieron a dos de sus representantes entre los seis jurados de la ciudad. Desde el punto de vista militar se puede distinguir dos grandes frentes: por un lado estaría la parte norte del Reino de Valencia (Maestrazgo, La Plana, Campo de Morvedre,…) donde las tropas agermanadas fueron totalmente derrotadas; al sur del Reino (Xátiva, Gandia, Elche,…) los agermanados tomaron el castillo de Xátiva venciendo a las tropas del Virrey, saquearon Gandía y afianzaron sus plazas. Sin embargo, no fueron bien aprovechadas estas victorias y con las disputas internas en su bando fueron derrotados en la ciudad de Orihuela con lo cual toda la parte sur del Reino cayó en manos de las tropas del Virrey, comenzando una represión durísima contra los rebeldes.
La guerra todavía se prolongó hasta diciembre de 1522 cuando se rindieron Xátiva y Alzira. Las consecuencias de esta derrota por parte de los agermanados fueron diversas. Fue nombrada como Virreina Germana de Foix en 1523, produciéndose numerosas confiscaciones, penas de muerte, etc.
En el ámbito rural los impulsores de la revuelta fueron en principio los labradores con medianas propiedades que intentaron consolidar su posición frente al señor feudal, pero este primer levantamiento fue sustituido por los vasallos y por otros campesinos más radicales en busca de la destrucción del señorío feudal. El componente antiseñorial y antifeudal se manifestó en la exigencia por parte de los agermanados de la abolición de los censos y de las rentas feudales, pero no obtuvieron ninguna de sus pretensiones.

2.3.             La conversión de los mudéjares. Los moriscos

De las consecuencias que tuvo para los musulmanes está el que fueron hostigados por parte de los rebeldes obligándolos a convertirse al cristianismo por el recelo religioso, económico y social de los cristianos. Eran artesanos con productos de enorme calidad, a pesar que estaban excluidos de las cofradías de oficios. Algunos de estos mudéjares fueron incorporados al ejército por parte de los nobles para poder defenderse, con lo cual también se representó como un signo de oposición. En 1521, tras la primera victoria agermanada en Gandía, las tropas rebeldes impusieron el bautismo forzoso a las poblaciones musulmanas de La Marina y La Safor, y estos bautismos forzosos se extendieron a la costa y la huerta. Una vez sofocada la revuelta se plantea seriamente el problema de si las conversiones forzosas eran válidas o no, incluso reuniéndose una junta de teólogos y juristas en Madrid en 1525 y pronunciándose favorablemente a la validez pues se les había dado otra opción: conversión o muerte.
Esta declaración a favor de las conversiones forzosas estaba íntimamente ligada a esa política de unidad religiosa que progresaba por la monarquía, y de esta forma acabó el trabajo iniciado por los Reyes Católicos. Carlos V legalizó esos bautismos y obligó al resto de los musulmanes a convertirse. Esta medida contó con la oposición de la nobleza, que veía peligrar sus rentas, y también por la población mudéjar, pero no tuvieron éxito. Aparecerá entonces el problema de los moriscos, que finalizó con la expulsión de 1609.

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