1. La evolución demográfica
S. XIII. Periodo de crecimiento demográfico.
La población
mudéjar pasa paulatinamente de ser mayoritaria a hacerse minoritaria por la
emigración masiva por causas de la falta de respeto por las capitulaciones mas
las calamidades del siglo XIV: Epidemias, hambrunas, sequias.
La cantidad de población es difícil de delimitar en Valencia y Aragón se
concentra a la población mudéjar en Tortosa y en el Segre. En Mallorca
desaparecen.
En la guerra de los Dos Pedros se vacía el territorio
meridional pero una vez acabada la guerra se le ofreció franquicias y volvieron
algunos de ellos.
2. La estructura social
La sociedad cristiana estableció un sistema feudal donde la
propiedad de la tierra y la guerra constituían las relaciones sociales.
Mudéjares y judíos convivieron con los cristianos. La riqueza era determinante
en la labor y en la posición. La jurisprudencia establecía diferencias entre
vecinos y moradores. Los vecinos tienen propiedades en el concejo.
2.1. Los grupos privilegiados (Mat Major)
Privilegiados: grupo reducido resultado de los
repartimientos y donaciones tras la conquista. Ostentan el poder político y
administrativo, el económico a través de sus exenciones fiscales. Los enlaces
matrimoniales tenían una política para su mejora.
El clero también tenía exenciones fiscales. Este grupo era
la Mat Matjor.
2.2. Los grupos no privilegiados
La Mat Mitjana eran los pecheros, artesanos y comerciantes
que también trabajaban en la tierra. Marinos, corsarios, profesiones liberadas,
notarios.
La escala inferior estaba formada por los pobres y siervos.
Mat Menor. Los pobres por vagancia eran perseguidos mientras que los
delincuentes, enfermos, prostitutas, pobres por desgracias eran socorridos por
limosnas.
3. Las minorías étnico-religiosas
3.1. Los mudéjares: de mayoría a minoría
o La aljama
Mudayyan: Gente de la permanencia-domesticado-el que paga
tributo.
·
Mudéjares: evolución de esta minoría en tres
partes.
·
Inferioridad, discriminación y segregación.
·
Inferioridad numérica: agoreros, moros,
sarracenos.
Permanecieron en sus tierras por los intereses de la corona
y los señores feudales. En las capitulaciones tras la conquista y en los fueros
y en costura se les menciona.
Los mudéjares estaban bajo las normas de las cortes. Entre
ellos se regían por la sunna y la Saria para dirimir sus problemas con un cadi,
ayudado por un Alamín. En última instancia decidía el monarca y los tribunales
reales. También tenía el monarca el derecho de apelación ante el veredicto del
cadi.
o La sociedad mudéjar
El baile se encargaba de los asuntos de los mudéjares. La
alhama es la entidad jurídica de los mudéjares. Alhama: Alamín-
recaudador-presidente de la alhama. Cadi: convoca las sesiones de la alhama,
juez, notario, contratos matrimoniales.
Adelantados, viejos o jurados: defienden los intereses de la
comunidad musulmana, son cargos anuales y dictan leyes y normas a los
mudéjares. Consellers o prohombre. Consejo en las alhamas de mustasaf o
almádina: vigilancia de mercados, urbanismo. Alfaquí: experto en derecho y
jurisprudencia, actúa de cadi en ciudades pequeñas. En la corona de Aragón hay
un cadi general que era intermediario ante el rey. En Castilla se les denomina
viejo mayor.
Las alhamas conservaron sus mandatarios. Almuédanos,
zabazala, alfaquí, derecho y maestro El baile gestionaba las alhamas. Había
bailes generales en cada reino y de corona. En las alhamas se señorío se les
llamaba bailes en Cataluña y Valencia, y en Aragón eran denominados alcaides.
Los mudéjares se adaptaron a la sociedad cristiana, practicaron la endogamia,
Vivian en alhamas.
Sufrieron un proceso de aculturación en la lengua
socialmente no estaban muy jerarquizados, aunque si habían elites
jerarquizadas, aunque si habían elites religiosas y económicas. La mayoría eran
pecheros, pero también había pobres y marginados.
o La morería
Morería: Tras las capitulaciones los mudéjares pasan a
residir en arrabales llamados morerías. Eran recintos amurallados aunque había cierta dispersión
por la ciudad hasta el siglo XV en el que se les obligaba a vivir en la
morería. La mezcla de vecinos de
diferentes religiones causo problemas. En los hostales reservados
específicamente para ellos por segregación alhóndigas o alfode
Mezquita: religión, escuela, juzgado. Cementerio,
carnicería, horno, zoco, alhóndiga, hamman, viviendas de tapial de dos plantas
con corral y obrador.
o Segregación y discriminación
Las medidas de segregación y discriminación derivaron de la
coexistencia a medidas de ataque a los musulmanes. Estas medidas consistían en
la obligación a residir en un barrio específico, el recorte de las actividades
sociales, la sexualidad, la vestimenta y la lengua y la cultura. Junto con el
árabe, a partir de la conquista cristiana se fue imponiendo el romance aunque
el árabe consiguió pervivir especialmente en el ámbito escrito. Poco a poco los
musulmanes pasaron a ser bilingües dadas sus relaciones continuas con los
cristianos. En lo que respecta a la cultura, la cultura mudéjar a partir del s.
XIII entró en un proceso de desintegración por diversas causas, entre otras las
condiciones sociales y económicas a las que se vieron sometidos pero también
hay que tener en cuenta que, tras la conquista, los dirigentes intelectuales de
la sociedad mudéjar deciden huir hacia territorios del Islam, especialmente a
Marruecos o Granada. No obstante, a pesar de esta huida, los musulmanes
siguieron manteniendo un contacto permanente con el mundo científico gracias a
los alfaquíes.
o Conclusión
Las relaciones entre musulmanes y cristianos era de tensión.
La religión fue el principal elemento que enfrentó a cristianos y musulmanes a
pesar que en los pactos de capitulación se reconociera el derecho a la práctica
libre de la religión islámica. Sin embargo, con el tiempo la Iglesia fue
imponiendo poco a poco restricciones como el invocar el nombre de Alá y Mahoma
en público, se les prohibió la llamada a la oración, así como otro tipo de
medidas humillantes como la obligación de asistir a los sermones cristianos o
arrodillarse ante el paso del Santísimo. También hay que tener en cuenta la
inferioridad del mudéjar en distintos aspectos de la vida diaria como en el
ámbito jurídico, tanto en el derecho procesal como en las penas que se
imponían. Igualmente ocurría en el terreno de la administración pública, donde
en teoría se les excluía aunque no siempre se cumplió esta prohibición.
No se podía evitar el contacto entre musulmanes y cristianos
en campos como el mercado, en el campo, en los talleres, y a parte a nivel
personal también encontramos muestras de amistad entre cristianos y musulmanes,
especialmente en el juego y la prostitución.
3.2. La minoría judía
Minoría religiosa, no étnica, instalada en su suelo, en
yuxtaposición a la sociedad cristiana que constituía la sociedad (no se de
quién).
o Demografía
Carecemos de fuentes demográficas propiamente dicha, pues
recurrimos a fuentes de carácter fiscal. No tenemos cifras para el s. XII
aunque para los s. XIII y XIV tenemos padrones de tipo recaudatorio. La
evolución de la minoría judía fue en todos los reinos de la Corona de Aragón
parecida. A finales del s. XIII el crecimiento demográfico que habían
experimentado muchas aljamas se paraliza, comienzan las dificultades para las
aljamas judías que se acentúan en el s. XIV debido a la Guerra de los Dos
Pedros y a los asaltos de 1391 tras los cuales muchas aljamas llegaron incluso
a desaparecer.
Entre las cifras que manejamos en torno a 1492 encontramos
que de Aragón salieron unos 9.000 judíos, de Cataluña unos 3.000 y de Valencia
unos 948. La capital valenciana tendría aproximadamente entre 2500 y 3000
judíos antes de los ataques de 1391, que provocaron que desapareciera junto con
otras como Gandía. Las principales juderías a partir de este momento serían
Sagunto o Morvedre.
o La sociedad judía
Prácticamente partimos de la carencia de fuentes para la
sociedad hebrea. La mayoría residían en núcleos urbanos, y aunque no ostentaban
la categoría de “vecino” no estaban excluidos de la sociedad urbana, aunque la
religión actúa como elemento segregador. Esto se traducirá en un paso de la
coexistencia pacífica inicial a una situación de tensión y violencia a finales
de la Edad Media que desembocará en la expulsión de 1492.
Social y jurídicamente las comunidades judías hispanas se
constituían en aljamas, que sería el órgano jurídico que representaba a estas
comunidades y cuya existencia aparece en lugares con demografía judía amplia y
numerosa. Este término procede del árabe “algamaa,
y hay que diferenciarlo del barrio físico: la juería/judería o call. En
la documentación se suele utilizar el término de aljama, no tanto con el
significado jurídico como identitario.
Al igual que en Castilla, los judíos estaban determinados al
pago de impuestos que se repartían entre las distintas aljamas de los tres
reinos. En la Corona de Aragón, dentro de la sociedad hebrea podemos distinguir
dos grupos: el de los judíos francos, minoritario, y el más numeroso que era el grupo de los
pecheros. Este segundo se dividía en tres “manos”.[1]
-
Los judíos francos gozaban de franquicias reales
económicas que les liberaba del pago de impuestos. Esta situación se
corroboraba mediante un documento y tenía una validez temporal. En el s. XIV
estos judíos francos estaban prácticamente en vías de extinción. Uno de los
motivos de la concesión de franquicias sería el premio a repobladores, como así
lo concede Jaime II a los habitantes de la aljama de Elche durante el primer
año. Este grupo practicaba la endogamia y tenía un importantísimo patrimonio
inmobiliario: solían ser banqueros, hombres de letras, recaudadores de
impuestos, etc.
-
Pero el grueso de la población eran los
pecheros. La Mano Mayor se relacionaba con la aristocracia judía, con amplios
patrimonios como médicos, comerciantes, recaudadores, etc. Las otras dos
normalmente se denominaban como Mano Menor, y englobaba a profesionales libres,
pequeños artesanos, llegando hasta pobres e indigentes.
La comunidad judía estaba en una situación de inferioridad
legal y social. Para resaltar su condición se les obliga a llevar señales en el
pecho y en la vestimenta, como la “rodela”. También sufrirán medidas
promulgadas por la propia Iglesia, como el impedimento de ser funcionarios, no
ejercer medicina para cristianos, no poder tener siervos cristianos, etc. Se
establece la segregación habitacional en barrios diferentes también. Pero en la
práctica todas estas medidas no se cumplían, pues había médicos judíos al
servicio de reyes, de los propios municipios e incluso de conventos, solían
vivir mezclados con los cristianos en lugares donde no había jueries.
La visión por parte de la población cristiana fue siempre
una visión negativa porque, profesionalmente, solían dedicarse a la recaudación
de impuestos cosa que no gustaba a la población. Hubo esa coexistencia que no
siempre fue pacífica.
4. Los grupos marginados
4.1. Los esclavos
Estudios en torno a la esclavitud en Valencia existen, pero
a nivel de localidades, pero no encontramos estudios a nivel global. Además,
son estudios que prácticamente se refieren al s. XV en su mayoría.
Ya desde tiempos de Jaime I los propios fueros hacen mención
a los esclavos, concretamente a que dependen totalmente de su dueño en forma
patrimonial que puede comprarse, venderse, regalarse, etc. Carece de libertad
de movimientos aunque sí podía rescatarse, pagándose su propia libertad. Ni
judíos ni musulmanes podían tener esclavos cristianos. Las causas esenciales de
la esclavitud eran el nacimiento, la guerra y el corso. Cuando se capturaba un
esclavo procedente de tierra de infieles, se tenía que presentar ante el Baile
General del Reino de Valencia, máxima autoridad en la conservación de los
intereses del monarca, y era éste el que se encargaba de tomarle declaración
tras la cual podía adjudicarle el esclavo a su dueño tras declararlo como “de bona guerra”.[2]
Esto era confirmado en un documento público tras pagar dos impuestos: uno
consistía en el pago de un florín por cada cautivo y otro que era el “Quinto Real”
que consistía en abonar una quinta parte del dinero que se obtenía por la venta
del esclavo. La mayor parte de los grupos sociales pudieron acceder a la
propiedad de esclavos (nobleza y clero, pero también artesanos y mercaderes,…).
Los esclavos, aparte de su servicio, proporcionaban servicio social.
El corso estuvo muy extendido en la Edad Media, y en lo
referente al Reino de Valencia, junto con las Baleares, estas tierras fueron
las más visitadas por piratas y corsarios tanto por su situación geográfica
cercana a las costas granadina y norteafricana como por la abundancia de una
población mudéjar numerosa dispuesta a colaborar con los corsarios
facilitándoles información, avisos, provisiones, etc. La Corona intentó
controlar el litoral mediterráneo mediante el asentamiento de la población
cristiana en la costa y trasladar a los musulmanes hacia el interior. Las
autoridades reales llevaron también a cabo una política de amurallamiento de
lugares costeros, construyéndose torres vigía y sistemas defensivos.
Las zonas más castigadas por la piratería fueron las dos
Marinas, Cabo Cervera, Santa Pola y Guardamar. Los ataques de los corsarios
cristianos coinciden con momentos de enfrentamiento con Castilla (Guerra de los
Dos Pedros) aunque también hubo corsarios genoveses, provenzales, etc. Los
corsarios alicantinos, espcialmente de la Vila Joiosa, también fueron famosos.
La clave del éxito de los corsarios era la escasa vigilancia que había en las
costas pese a la intención real. Las embarcaciones con las que se corsarió eran
barcas y leños armados, pero a partir del s. XV se hizo con carabelas y
galeotas, naves de mayor calado y capacidad. Los precios de los esclavos
variaban en función del sexo, la raza, la edad y sobre todo, la salud que
tuviera ese esclavo.
La mayor parte de los esclavos fueron musulmanes de Granada
o del norte de África. A partir de 1490 comienza a aparecer esclavos canarios,
y ya a partir de finales del s. XV aparecen los negros procedentes de América.
[1]
Diferenciaban la posición social de los distintos personajes en tres grupos:
Mano Mayor, Mano Mediana y Mano Menor. Había posibilidad de movilidad según
promoción personal o lazos matrimoniales.
[2]
Se le consideraba así cuando el esclavo procedía de países con los que se
estaba en guerra. En caso contrario, si no había guerra, el cautivo podía
recuperar su libertad.
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