lunes, 24 de diciembre de 2012

Historia Moderna del País Valenciano. Tema 3



TEMA 3. ECONOMIA EN EL ANTIGUO REGIMEN.

Agricultura.

Este es el sector de mayor peso en el transito hacia la Edad Moderna, siendo la tierra un factor determinante que ondea la economía y la sociedad. La nobleza tiene importantes propiedades pero pequeñas o medianas. En las tierras valencianas no vamos a encontrar grandes propiedades en manos de un mismo individuo. La nobleza es una nobleza exógena, castellana, con importantes extensiones pero aquilatada a la extensión del reino valenciano por lo que encontraremos medianas propiedades y pequeñas.
Las tierras están condicionadas por el medio físico, se trata de un territorio accidentado incluso en las proximidades de la costa. Nos transmite una idea de territorio quebrado. El campesino valenciano ha sostenido a lo largo de la historia un combate secular contra el medio. Se trata de una agricultura de subsistencia durante el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna e incluso en el s. XVIII. Otro de los condicionantes es el clima mediterráneo, un clima seco, húmedo en las costas y más extremo en el interior, con nevadas en invierno.
Las carencias hídricas son la nota dominante en una agricultura poco desarrollada en el aspecto técnico, sin abonos y con utensilios arcaicos. El agricultor debía ingeniárselas para poder obtener la cosecha. Desde épocas remotas se fueron configurando sistemas de riego y de almacenamiento para un mejor aprovechamiento del agua. Tras la reconquista y sobre todo a finales del s. XVI se planificaron una serie de obras hidráulicas en forma de pantanos, como el pantano de Tibi, vinculadas a los pantanos, se desarrollaron redes de distribución de agua para el riego de las tierras.
El clima cambia constantemente, de una fase cálida medieval se pasa en el último tercio de s. XV a una pequeña edad de hielo lo que acaba con determinados productos que precisan de temperaturas más próximas al clima subtropical como la caña de azúcar.
Los viajeros y cronistas del s. XV-XVIII nos dicen que el reino valenciano es un territorio quebrado en el que los llanos se conjugan con territorios en altura. Dando lugar a tópicos como el del “Levante Feliz” que deben ser revisados o por lo menos matizados, ya que los cronistas hablaban de que se vivía muy bien en la costa pero omitían la vida en los territorios en altitud.
Un historiador francés, F. Braudel, uno de los padres de la historiografía moderna. En su tesis doctoral sobre el Mediterráneo en tiempos de Felipe II, decía que para estudiar el mediterráneo había que estudiarlo en su totalidad y que los contrastes son algo intrínseco al mediterráneo.
En la actualidad se habla de áreas de secano y áreas de regadío. En la edad moderna la diferencia entre secano y regadío en lo referente a los productos no existe. Todo el mundo cosecha lo mismo sin diferenciación entre zonas, aunque según el medio físico la cosecha será mejor o peor, mayor o menor.
El paisaje que podemos encontrar en la valencia de este periodo consiste en la trilogía mediterránea, cubriendo la práctica totalidad del territorio valenciano per dependiendo de las zonas los resultados son mejores o peores. Esto influye en la ocupación del territorio en época medieval, caracterizada por la dispersión de los núcleos urbanos. Tras la reconquista cristiana y fundación del reino de valencia, los núcleos urbanos importantes se van configurando, y va cambiando en poblamiento teniendo su punto culminante con la expulsión de los moriscos en 1069. Esta diferente distribución condiciona el desarrollo de la agricultura. La Crónica de Gaspar de Escolano reflejara los problemas tras la expulsión de los moriscos en el s. XVII, y como afecta el vacío demográfico a la nobleza bajando la producción de sus tierras y las dificultades para pagar los censales. En el s. XVIII Antonio José Cavanilles, famoso botánico, que fue enviado a realizar un recorrido por toda España por mandato de Carlos IV, aunque solo tuvo tiempo de realizarlo en Valencia, dedicándose a dibujar y grabar las riquezas de los territorios.
Según la crónica de Martín de Viciana, en la que describe comarca por comarca el paisaje agrario, nos da una imagen fija del paisaje del  s. XVI. Según su crónica, hay cultivos que tienen una mayor dedicación que otras debido a la disponibilidad de agua.

La explotación, diseño y organización viene determinada por el medio físico, que es muy heterogéneo y accidentado, incluso en las costas
En la valencia de Edad Moderna se utilizaba el censal una especie de préstamo hipotecario, por lo tanto es interesante la descripción de Martín de Viciana (XVI) que nos da una foto fija de como esta el reino.
Y para el siglo XVIII poseemos la descripción de Antonio José de Cavanilles, quien hizo la descripción del reino de Valencia (se supone que iba a hacerla de toda España, pero solo la hizo de Valencia).
En resumen:
1.      Martin de Viciana (XVI)
2.      Gaspar de Escolano (XVII)
3.      Cavanilles (XVIII)
Todas ellas son crónicas del reino de Valencia.

Maíz.

El general milagro como lo denominaba  F. Braudel, la dacsa como se conocía en Valencia se introduce a finales del XVI-principios del XVII. Este producto es salvador porque es un producto muy remunerador. En Galicia, por ejemplo, permitió un crecimiento espectacular de la población. La consolidación del maíz en las tierras valencianas se produce fundamentalmente en el siglo XVIII, también del arroz. Ambos productos se convierten en las autenticas alternativas alimenticias. El pan de los pobres es el maíz y, en parte, también el arroz. A partir de la segunda mitad del XVIII la Dacsa d´ Indies pasa a ser conocido simplemente como Dacsa, integrándose en la rotación de cultivo.
Con este territorio tan heterogéneo que tenemos en el reino de Valencia había que echar mano de otros cereales más pobres en aquellos lugares donde el trigo no se podía plantar como la Espenta, el mijo, el sorgo, la cebada, y sobre todo el arroz (que en el XVIII sufrirá un crecimiento espectacular).
Cuando se produce la expulsión de los moriscos y la repoblación se observa un incremento del precio del trigo porque los cristianos viejos querían comer pan blanco (hecho con trigo) y también se puede observar la desaparición del sorgo o de la espenta, es decir, de estos cereales de peor calidad.

La vid.

Después de la reconquista, pero sobre todo a partir del XVI, la vid se ha asentado sólidamente en las tierras valencianas, que al igual que el trigo se cultivaba por todos los sitios. Aunque, en el siglo XVI-XVII se cultivaba sobre todo para el autoconsumo, y en el XVIII será un producto estrella de la exportación. Esta vid se puede consumir en forma de vino, de pasas, etc. Y porque aquí se producía el Fondillón, un vino rancio para aperitivos y postres.
Las zonas productoras eran la zona de Segorbe, el Vinalopó, el Campo de Alicante, la zona de Liria, el camp de Morvedre (Sagunto), etc.

Morera.

Este era un producto muy extendido por el reino, bien es cierto que a pequeña escala. Los moriscos solían utilizar estos arboles a modo de lindes (para separar parcelas), lo cual da origen a la manufactura de la seda, que en Valencia cuando los moriscos son expulsados se sigue manteniendo. Este hecho hace que la morera perviva en los cultivos valencianos sobre todo en el Júcar, el Bajo Segura y sobre todo en puntos como Algemesí, Orihuela, Carcaixent, etc.
La seda tenia salida fácil hasta la corte por el corredor de Almansa¸ lo cual facilitaba las cosas. Lo cual también explica que el puerto de Alicante fuese el puerto de entrada para las mercancías italianas.
En el siglo XVIII la producción se incrementará, plantándose morera incluso en sitios poco recomendables más fríos, donde la morera sufre. En los documentos de la época se le denominaba como Cosecha de Seda. Esta era la tercera cosecha que rendía en el viejo reino de Valencia.

Olivo.

Este pese a estar bien asentado en tierras valencianas, sufre un retroceso en época moderna, el aceite prácticamente era para consumo propio y para productos como el Jabón.

Arroz.

Cultivo en claro avance durante la Edad Moderna, a expensa de algunos cultivos de huerta. Tradicionalmente, como sabemos, el arroz se cultivaba en zonas de marjal, encharcadas, valles estrechos, zonas estrictamente de regadíos. Este hecho es constatable sobre todo a partir de la segunda del XVI. Pero el avance se dará a principios del XVII, y junto a la seda y el vino, el arroz se convertirá en uno de los productos de consumo interno y de exportación.
En el XVIII la expansión del arroz se enfrenta a obstáculos de carácter legal, que siempre tuvo, porque este esta ligado a zonas encharcadas y por lo tanto a zonas donde se pueda sufrir las tercianas. Pero este hecho no importante a los agricultores que buscaban sostener la economía familiar, que se veía amenazada por la presión señorial, los diezmos, etc. Durante el XVI, XVII, se va sorteando, en el XVIII la expansión es mayor, y a mitad de esta centuria se establecen los famosos cotos (áreas de las cuales ya no se puede pasar en el cultivo). Estos cotos generaran grandes problemas, pero en el XVIII con la desaparición de otras enfermedades se verá más claro el efecto nocivo de las tercianas, que mataban e impedían a la población trabajar.
El arroz es un producto que requiere una gran inversión porque hay que echar tierra para plantar el arroz. Este es un proceso de ganarle al agua, lo cual era enormemente complicado. Y en el XVIII se producirá una gran discusión entre los partidarios de defender el cultivo del arroz y de los contrarios a este.
Cabanilles describe todos los lugares peligrosos: Las lagunas litorales y las Lagunas interiores.

La caña de Azúcar.

Tuvo una importantísima producción centrada en la Safor (Zona de Oliva, Gandía) en la zona de la poderosa familia de los Borgia. Aquí se concentraba prácticamente toda la producción azucarera valenciana. Aquí se cultivaba mediante trapiches o ingenios, que esencialmente son hornos. Esto tenía un grave problema ya que la alimentación de estos trapiches a base de madera obligaba a talar grandes cantidades de arboles y los bosques del interior valenciano (esencialmente del maestrazgo) que trasladan la costa por los ríos (Turia y Júcar) hasta el puerto fluvial de Vinaros, y de aquí a Gandía. Este asunto del transporte maderero fue un elemento económico muy importante, que mantuvo a grupos de la sociedad (leñadores, los conductores de las barcas, los famosos Ganxers).
Cabanilles tiene una lamina donde presenta el salto de Chulilla uno de los enclaves mas peligrosos de este camino fluvial. Este trabajo era arriesgado y se encontraba muy bien organizado. Como consecuencia del cambio climático del XVI que pervive hasta el XVIII( la pequeña edad del hielo) el descenso de la temperatura media anual acabo con el cultivo de Caña de Azúcar.
Otros cultivos fundamentalmente arbóreos como el Almendro (almendra,turrón), el Algarrobo, higueras, palmeras, granados.
El naranjo sin embargo será en las postrimerías del XVIII al igual que el resto de cítricos (Mandarinas, Limones).
También debemos  hacer mención de los productos industriales como es el caso de la Barrilla y el Esparto. La recogida de estos productos eran actividades económicas complementarias del trabajo de jornalero. Con el esparto se movían distintos miembros como los fileros, los Alpargateros.
En el caso de los ríos valencianos estos no tiene mucho caudal, y desde finales del XVI se van construyendo pantanos (como el pantano de Tibi), y los sistemas de riego son muy eficaces, sobre todo en la vega baja, que buscan el máximo aprovechamiento del agua. Durante el XIX, los sistemas de regadíos españoles fueron estudiados por ingenieros franceses e ingleses que buscaban estudiar los sistemas de regadíos valencianos.
En el siglo XVIII se produce un crecimiento de las tierras cultivadas, roturando tierras, comiéndole terreno al bosque para dedicarla a cultivos de otras características, cultivando el sotomonte (laderas de los montes) en un proceso de aterrazamiento. Otra opción era la bonificación de enclaves insalubres, los llamados aterraments, la liquidación de los marjales (lagunas litorales) que permitían cultivar mas tierra y limitar los problemas del paludismo.
Luego otro elemento que hay que considerar para comprender el despegue de la agricultura valenciana en el XVIII es el incremento del regadío, fundamentalmente gracias a la ampliación de la famosa acequia real del Júcar, lo cual hizo posible triplicar la superficie cultivable en su ribera. Esta empresa pudo llevarse a cabo gracias a la iniciativa particular, gracias al dinero de un terrateniente de la zona, el duque de Hijar en 1730.
Para esta época tenemos contratos de enfiteusis, que distingue entre el propietario directo y el propietario útil, que le permite trabajar la tierra. Aquí puedes pasar el trabajo de la tierra incluso a tu hijo siempre que cumplas con los requisitos del contrato. El dueño no lo puede expulsar si este cumple el contrato. La enfiteusis no tiene nada que ver con el arrendamiento, que es un contrato agrario a corto plazo. La énfiteusis es eterna y el arrendamiento solía ser por cuatros años, dos firmes y dos de respit (es decir, discutibles). Debemos de pensar que en el XVIII el crecimiento económico es sustancial y por lógica cuanto mas cortos sean los arrendamientos mejor para el propietario y peor para el agricultor. Esta es un pugna típica de la época.
Durante la centuria setecentista los cambios van a ser apreciables, lo que no va cambiar muchos son los usos, los sistemas, las herramientas, etc. Una cosa son los contratos y otra bien distinta son los modos de producción.
El utillaje era antiguo, arcaico, los sistemas de cultivo clásicos (año y vez, rotación trienal,etc)
En el s. XVIII observamos que se introducen en Valencia una serie de novedades, una serie de cultivos nuevos como el cacahuete, que fracasó; o el algodón que en algunos lugares como Elche, Orihuela o Altea tuvo acogida; y el cítrico, el naranjo, que se inicia en el área de Carcaixent desplazándose posteriormente por el resto del territorio valenciano, y que tuvo un enorme éxito y revolucionó la economía valenciana ya en el s. XIX.
En cuanto a las formas jurídicas de tenencia de la tierra los más utilizados son los contratos de enfiteusis[1] y los arrendamientos. El utillaje de los agricultores es un utillaje antiguo, sin modificación desde épocas remotas, el legón, la azada, las hoces, etc. en consecuencia poco acorde con los tiempos de innovación que corren. Los sistemas de cultivo siguen siendo los mismo, el bienal y el trienal.
Los propietarios de superficies agrarias a priori son personas con suficiente poder adquisitivo. No solo los nobles como grupo privilegiado, también la Iglesia, los municipios, el Rey. Hay campesinos que n posen grandes tierras pero que también son propietarios y en este momento se introduce en la posesión el grupo mercantil, la burguesía. Mientras que los grandes propietarios viven el el mundo urbano, las fuerzas productivas del mundo agrario viven en el mundo rural. Los grandes propietarios no disfrutan de grandes propiedades homologables a los señores de los territorios castellanos, por tanto es una propiedad muy fragmentada, relativamente concentrada. El objetivo de la clase social emergente que es la burguesía mercantil es el ascenso social y en el s. XVIII habrá mucho comerciante ennoblecido.
La estructura social agrícola se sustenta en una amplísima base en la que se encuentran quienes no poseen propiedades (jornaleros), pequeños agricultores libres arrendatarios, y en un pequeño grupo de campesinos con pequeñas propiedades.
En cuanto a la cuestión señorial, este es un territorio conquistado en el s. XIII tras lo cual se produce un reparto del territorio por parte del Rey a los señores. El señorío es una cesión por parte del monarca de territorio que en ocasiones lleva emparejada la cesión de jurisdicciones[2]. En el momento que el Rey cede jurisdicciones se inicia el señorío territorial. El señor tiene que obtener beneficios económicos de sus territorios y por ello encontraremos perfectamente organizadas las contribuciones que el vasallo debe pagar. En torno al 64-65% del territorio valenciano estaba sometido al régimen señorial y el resto eran territorios de realengo (principales ciudades y villas del reino), esta situación de coexistencia se mantiene hasta que en el año 1813 las Cortes de Cádiz abolen el señorío jurisdiccional por el cual los señores pierden la jurisdicción en sus tierras pero no la propiedad. En los territorios de señorío lo que primaba en cuanto a las distribución de tierras era la enfiteusis.
INDUSTRIA.
A finales de los 60 del siglo pasado el profesor Emili Giral realizo varias obras sobre el tema dela industrialización en las tierras valencianas y a los porqués de los fracasos de la Valencia del XIX y del XVIII.
Este dice que el XVIII es un siglo de expansión, que en Valencia comienza con la Guerra de Sucesión, crecimiento e incremento demográfico. Esta prosperidad se vincula al crecimiento o la expansión del carácter agrícola.
Durante los siglos modernos previos (desde la segunda mitad del XV hasta finales del XVIII) se percibe con claridad la existencia de manufacturas, se observa un crecimiento paralelo al crecimiento agrícola. Aunque, sin embargo este crecimiento no es sostenido ni de futuro porque este crecimiento estaba en manos de unos grupos corporativos como los gremios, con unas estructuras rígidas, visión de futuro muy corta, escasa capacidad de comercialización, la dispersión.
La agricultura dejaba ciertas horas libres, que el campesino utilizaba para una ocupación secundaria como es el caso de una primera elaboración de la materia prima como es el caso del algodón. El trabajo a domicilio (putting out sistem) era el sistema de la industria valenciana. Y este será el tipo de industria hasta la llegada de la fábrica donde se inicia y se finaliza el proceso. El putting out es dispersión y la fábrica es concentración. Cuando hay concentración fabril hay industria, y este hecho no se produce en la valencia moderna.
La realidad valenciana es una artesanía rural, aunque la manufactura es un fenómeno de carácter urbano principalmente. Sin embargo en los núcleos rurales donde se manufactura también hay pequeños talleres familiares. 
El reino de Valencia comienza siendo un reino principalmente agrícola, y de manera progresiva se fue convirtiendo a la manufactura, debido a que en Valencia poco a poco van llegando artesanos y comerciantes extranjeros, especialmente de Italia. Los bienes de lujos que traen van destinados a la exportación y los de primera necesidad satisfacen la demanda interior.
La manufactura fundamental es el textil, radicado en núcleos urbanos, pero dependiente de los nucleos rurales donde se elabora en primer lugar el productor para luego transformarlo.
La seda se convertirá en poco tiempo en un producto reseñable, aunque si bien es cierto que hay otros lugares como Granada que también destacan, Valencia durante esta primera fase es un núcleo redistribuidor de Seda. Y a principios del XVI un grupo de genoveses se instalan en Valencia y enseñan el arte de la seda para hacer productos de lujo.
A los genoveses hay que agradecerles también la industria papelera, ya que gracias  a la acción de los genoveses la ciudad de Valencia se convertirá en un núcleo papelero. El problema fundamental era los tipos de letra, ya que había que tener buenos tipos y estos son importados, ya que hay que ser un gran técnico para hacerlos.
La construcción también fue un sector en desarrollo, edificios como la lonja nos dan una idea de la pujanza comercial del reino de Valencia en el XV.
La industria naval también crece durante el XV-XVI, con pequeños núcleos de construcción (las atarazanas) donde se construyen barcos. Del mismo modo había atarazanas en Vinarós, Villa Joyosa, etc.
Otras industrias están relacionadas con la vida cotidiana, como es el caso de la cerámica de Paterna, de Manises, y ya en el XVIII con la cerámica de Alcora.
Todo ello, lo que nos viene a decir es que en puertas de la modernidad el país valenciano aparte de ser un reino esencialmente agrícola, también tiene centros manufactureros que al menos dan satisfacción a la demanda interna y que en el mejor de los casos dan algún excedente.
Las características son las propias del taller familiar, producción escasa, sin grandes adelantos técnicos, cubriendo mercados internos, una gran dispersión con excepción del XVIII donde se ponen en marcha las manufacturas reales
 Las manufacturas reales son industrias auspiciadas por la propia corona después de la Guerra de Sucesión con el objetivo de desarrollar productos de primera necesidad (paños, telas) y también de lujo (porcelana, vidrio). Este es el primer atisbo de lo que podía ser la concentración. Una de las causas de su fracaso es que se situaron fuera los circuitos comerciales ya que se hicieron mas por favores(por ser fieles en la guerra) que por su necesidad comercial.
El fracaso de la industrialización valenciana, y española, viene en parte dado por el rechazo de la nobleza a invertir en los trabajos viles y sólo invertir en bienes raíces o bienes de lujo.
Lo que mejor conocemos, es la industria textil, y dentro del textil, tenemos bien estudiada, la industria sedera y la industria lanera. Para el estudio de la industria de la seda, encontramos monografías como la de Martínez Santos, o los abundantes trabajos de R. Franch. En todas estas obras, se nos habla del “esplendor” de la manufactura sedera, un esplendor que fue más imaginario que real, puesto que verdaderamente, se da un fracaso de la industrialización. Martínez Santos nos habla de un “gigante con pies de barro” al referirse a la industria sedera.

Algunos de los problemas que afectaron a la industria de la seda, fueron:
·         El capital es bastante escaso, puesto que no se generaba bastante capital industrial como para mejorar las infraestructuras.
·          Predominio de las exportaciones en bruto. Quienes cultivaban la seda, si vendían de inmediato toda la producción, donde fuere, la capitalizaban.
·         El mercado regional, es un mercado, relativamente corto.
Pese a todos estos problemas, la industria sedera fue la más importante junto con la pañera, dentro del contexto económico valenciano. Queda avalada por el gran numero de talleres y trabajadores relacionados con esta industria, así como el volumen de su producción. Conforme va avanzando la Edad Moderna, la sedería valenciana se fue imponiendo sobre las otras industrias sederas de la Península Ibérica. El ritmo de crecimiento es muy notorio, sobre todo, durante la segunda mitad del siglo XVIII.
A finales de la década de los ochenta, se encontraban en Valencia más de 3.200 talleres.

El problema, es que la organización de todo el trabajo, es mayormente pre-industrial, predominando el trabajo en las casas de los trabajadores. Existían además, algunos profesionales de la seda. El oficio de hilador de seda, estaba muy rígidamente reglamentado, y el gremio ejercía un control muy estricto sobre la producción y sobre la calidad de las piezas.

A finales de la centuria, en Valencia no se pudo dar el salto a la creación de grandes locales donde ubicar fabricas, es decir, los telares y productores, por lo que continuó siendo una industriadispersa.
La segunda industria importante, dentro del textil y junto con la seda, fue la pañería. Es una industria, cuya producción satisfacía a la mayor parte de la producción, por lo que la demanda de paños era mucho más estable, puesto que era un tejido más barato y colocable con gran facilidad en el mercado interno. Era una industria tradicional, poco evolucionada, que se llevaba a cabo en pequeños talleres. Estos talleres se encontraban muy dispersos por todos los pueblos valencianos. El caso de Alcoy es un caso singular, provocando un gran número de estudios, como por ejemplo los de Rafael Aracil y Mario García Bonafe.
El dinamismo del núcleo alcoyano vino dado, porque fue capaz de crear una gran demando tanto en mercados próximos, como en mercados alejados, y no solamente en lo que se refiere al paño, sino que también en el papel. Toda la lana consumida en la industria pañera de Alcoy, era producida in situ en una tercera parte, y las otras dos partes, se traían desde otros lugares. Todo esto provocó una compleja red de trabajo alrededor de la industria pañera.

Una parte de la producción se consumía in situ; pero la mayor parte de la producción se exportaba, sobre todo a América y en menor medida a la Corte de Madrid.

La calidad de la manufactura alcoyana fue mejorando con el tiempo, y por consiguiente aumentaba su prestigio.

Una de las diferencias más importantes entre la industria sedera y la pañera valenciana, era la importancia que adquirió el gremio que cardaba la lana, los llamados peraires o perailes de Alcoy. Se consiguió forjar un gran oficio, hasta el punto que cualquier intento en poblaciones cercanas de constituir una industria pañera importante, fue paralizado. La importancia de los peraires fue tal, que incluso llegaron a entrar en el gobierno de la ciudad de Alcoy, y a controlar una parte importante del mismo.

Junto al núcleo alcoyano, existen otros puntos relacionados con la industria textil de la pañería, pero mucho menos importante. Estos puntos eran importantes, por cubrir la demanda de las zonas más alejadas, como por ejemplo, la industria pañera del Rincón de Ademuz, o los núcleos de Enguera o Morella. Es una producción modesta, pero importante en el terreno, puesto que satisface las necesidades de la población del lugar.

Otras industrias, tendrían un carácter mucho más doméstico, como por ejemplo, las manufacturas del lino, del esparto o del jabón. Se trata de industrias necesarias para la vida diaria, pero que tan solo servían para cubrir la demanda de primera necesidad. Estas manufacturas, se concentrarían en los mismos puntos en que encontraba la industria pañera, como Alcoy o el Bajo Vinalopó.

La industria cerámica, que hunde sus raíces en el Medievo, vive una gran expansión durante la Edad Moderna. Los focos más tradicionales cerámicos valencianos son los de Manises y Paterna, los cuales cuentan con una producción muy fina y vistosa. En 1.725 se produce la implantación de una fábrica de cerámica de lujo por obra de un noble, el Conde de Aranda, en la población de Alcora. Es una fábrica que estuvo funcionando prácticamente todo el siglo XVIII. La calidad va aumentando con el paso del tiempo, llegando a imitar las mejores porcelanas.

Otra industria importante, fue la papelera, la cual tiene su núcleo en Alcoy. La producción anual durante el siglo XVIII rondó los 100.000 resmas al año. Otras industrias destacadas, fueron las del aguardiente(Novelda,Castalla), del jabón en Elche(hasta que fue sustituida por Alicante). En el caso del vidirio este era menos importante y estaba vinculado a la cerámica, como en el caso de Bussot.

Las deficiencias estructurales, como por ejemplo, la falta de capital o la elevada importancia del sector agrario, junto con el poco interés de las clases acomodadas, hicieron que Valencia sufriera el fracaso de la industrialización en el siglo XIX.

COMERCIO.

El comercio, que consto mucho de estudiar, consta de dos tipos: interior y Exterior. El primero estaba condicionado por el estado de las comunicaciones y los niveles de productividad. Como bien sabemos, la red mediana en el medievo era deficiente y se remite a trazados de época romana.
La arriería se ocupaba de hacer circular mercancías en radio corto.
Algunas partes como El Septentrión (Castellón-Cataluña) eran de mayor calidad, lo cual es visible en el XVIII. En los 60 hay obras para conectar el levante con la corte en Madrid puesto que los caminos eran tortuosos. El Camino Real (Por Alcoy) era el mejor dotado.
Alicante tenía pobres caminos, pero la mejor forma de ir hacia la Meseta era pasar por el Corredor de Almansa. Los productos llegaban al puerto de Alicante, y de aquí al interior.
Del mismo modo también había puentes para sortear los cursos fluviales, existiendo las pasarelas de madera. En muchos casos para pasar algunos ríos eran necesarias el uso de Barcazas para el transporte mercantil y de pasajeros.
Por lo que respecta al comercio marítimo había un 80 puertos (entre Cataluña y Murcia) y de todo el Levante Peninsular los puertos más destacados eran los de Gandía, Vinarós, Denia y Aliante (el de mayor transito). En el caso del puerto de la ciudad de Valencia, este no era un puerto serio, sino un caladero de madera. Estos puertos llevaban a cabo una actividad de cabotaje, llevando y recogiendo mercancías del hinterland.
En 1778 (Reglamento del Libre Comercio) mediante un decreto de Carlos III, Alicante será uno de los puertos elegidos para el libre comercio con los 22 puertos de America. Valencia no fue elegida y Alicante no se vio beneficiada. Para completar el comercio marino, debemos destacar que se intentó aprovechar los cursos fluviales y que, incluso, hubo un proyecto para hacer navegable el Turia.
El mercado interior se alimentaba principalmente de las propias producciones, llegando en el mejor de los casos a ser un mercado regional, que mantenía la economía activa. Éste mercado interno corría a cargo de los excedentes de los agricultores, que buscaban un ingreso extra.
En las grandes ciudades había mercado diario y la especulación no era muy común, puesto que no había intermediarios entre los agricultores y los compradores. Son pocos los productos que salían de la localidad o comarca, puesto que al agricultor no le gustaba correr ningún riesgo. Los membrillos y confituras tenían un asegurado comercio con notables beneficios.
Los valencianos intentaran transladar sus productos fuera del “País”. El comercio de explotación por tierra y sus condiciones fueron de arriería. Por ejemplo: Crevillente aprovecha la manufactura artesana de esteras, alfombras, esparto….. y llegaba a diversos puntos peninsulares. Del mismo modo también lo intentaron los Heladores.
La sal salía hacia el exterior. Las salinas de la Mata eran las de mayor calidad, y ofrecieron grandes rendimientos por su exportación a Europa. Los holandeses sazonaban el arenque. La sal también servía para lastrar los buques y hacerlos más gobernables.
Alicante era un puerto de referencia en el Mediterráneo  occidental según los cronistas. Ello viene corroborado por la presencia de mercaderes italianos (genoveses). Aquí se recogían productos de lujo que luego iban a la corte.
Alicante actuó como punto de unión  entre el sur y el monte, y con otros pueblos europeos. Actuaba como receptor de mercancías del mediterráneo que redistribuía posteriormente,  tanto productos americanos como el cacao como productos europeos  como los salazones de anchoa o bacalao. Algunos de estos productos llegaban incluso a la corte.
El vino (fadillon, de mesa, en Denia la pasa), la barilla y el esparto fueron los productos estrella del puerto de Alicante. El profesor Enrique Giménez tiene una tesis doctoral sobre el puerto a través de las mesadas o registro del puerto. Para Valencia estudio su puerto Franch.
En el XVIII, el puerto de Valencia comenzó a consolidarse como receptor de trigo del granero italiano, lo cual compensaba la poca producción cerealística del país. Para compensar el hambre era necesario recurrir a la importación de cereales menores como la cebada o el maíz. Las exportaciones eran las mismas prácticamente.
La gestión de todo este comercio pertenecía a los Consulados del Mar, los cuales gestionaban el comercio y actuaban como justicia, además de fomentar el comercio. Estos tenían una lista de comerciantes. Gracias a estas listas, conocemos varias sagas de comerciantes italianos, franceses, casas inglesas y holandesas. La estructura del comercio valenciano era muy dependiente del exterior y las coyunturas muy difíciles de superar.


[1] En territorios de señorío las prestaciones del vasallo son siempre en especie. En territorios de realengo los pagos son siempre en metálico.
[2] El Rey es una especie de primus inter pares en el s. XIII, XIV, XV cede poder a los señores para poder sobrevivir.

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