lunes, 7 de junio de 2010

ROBOS DE TUMBAS A FINALES DEL IMPERIO NUEVO(Fines de la Dinastía XX)

-Año 16, día 22 del tercer mes de la estación de la inundación, bajo la majestad del Rey del Alto y Bajo Egipto, Señor del Doble País Neferkere-Setpenré, el Hijo de Re, señor de las Diademas como Amón, Ramsés, Khaemwese-Mereramun, amado de Amón-Re, rey de los dioses, y de Re-Harakhty, dotado de vida por siempre y para siempre.

Interrogatorio de los hombres que se encontró habían violado las tumbas del Occidente de Tebas; acusación contra los cuales había sido formulada por Pwer'o, alcalde del Occidente de Tebas y Jefe de Policía adscrito a la gran y noble tumba de millones de años del faraón, por el [Escriba del Sector] Wennofre y por el Superintendente del Distrito del Occidente de Tebas Amennakhté; y cuyo interrogatorio fue hecho en el tesoro de la Casa de Montu, [señor de Tebas], por el Gobernador de la ciudad y Visir Kha'femwese], por el Mayordomo Real Nesamun, el Escriba del Faraón y Mayordomo de la Casa de la Devota (?) de [Amón-Re, rey de] los dioses, por el Mayordomo Real [Neferkere'emper]amun, el heraldo del faraón y por el alcalde de Tebas Pesiur.

[Fue presentado] Amen [pnufer, hijo de Anhernakhté], un albañil de [la casa de Amón-Re, rey de] los dioses...

Él dijo: "Yo estaba empleado para el trabajo [bajo la autoridad(P) de Ramessenajkhte, [que era Alto] Sacerdote [de A]món[-Re, rey] de los dioses, jufnto con el otro] albañil que estaba conmigo, y caí en el hábito de robar tumbas en compañía del albañil Ha'piwer, el hijo de Meneptah, perteneciente al templo de Usimare-Miamun, [en la casa de] Amón, bajo la autoridad de [Nesamun], el sacerdote-sem de esta casa. Cuando había empezado el año 13 [del fara]ón, [nuestro señor], hace cuatro años, me uní con [el carpintero] Setekhnakhté, hijo de Pen'anuké, del templo de Usimare-Miamun en la casa de Amón, bajo la autoridad del Segundo Sacerdote de Amón-Re, rey de los dioses, a saber, el sacerdote-sem Nesamun del templo de Usimare-Miamun de la casa de Amón; también con el decorador Hapio, de la casa de Amón, con el campesino Amenemhab, de la casa de Amenope, bajo la autoridad de este Alto Sacerdote de Amón-Re, rey de los dioses, con el carpintero Irenamun, perteneciente al Superior de los Cazadores de Amón, con el libador Kaemwese, de la Capilla Portátil del rey Menkhepruré en Tebas, y con el barquero del Alcalde de Tebas 'Ahay, hijo de Tjaroy; en total ocho hombres.

Fuimos a robar las tumbas de acuerdo con nuestra costumbre, y encontramos la pirámide de Sekhemre-Shedtaui, el Hijo de Re Sebkemsaf, no siendo ésta en absoluto igual a las pirámides y tumbas a las que íbamos a robar. Tomamos nuestros útiles de cobre y forzamos un camino en la pirámide de este rey a través de su parte más profunda. Encontramos sus cámaras subterráneas, tomamos bujías encendidas en nuestras manos y bajamos. Nos abrimos paso a través de los escombros que encontramos a la entrada de este escondrijo (?), y encontramos a este dios tendido en la parte posterior de su sepulcro. Y encontramos el sepulcro de la reina Nubkha'a's, su reina, situado junto a él, estando protegido y guardado con yeso y cubierto de escombros.

Aquí también nos abrimos paso y encontramos su lugar de reposo [ahí] de igual forma. Abrimos sus sarcófagos y ataúdes en los que ellos estaban y encontramos la noble momia de este rey provista de una cimitarra; un gran número de amuletos y de joyas de oro había sobre su cuello, y su yelmo de oro estaba sobre él. La noble momia de este rey estaba completamente engalanada con oro y sus ataúdes estaban adornados con oro y plata por fuera y por dentro, e incrustados con todo tipo de piedras preciosas. Recogimos el oro que encontramos sobre la noble momia de este dios, junto con (el de) los amuletos y joyas que había sobre su cuello y (el de) los ataúdes en donde estaba depositado, [y] encontramos [a la] reina exactamente en el mismo estado. Recogimos igualmente todo lo que encontramos sobre ella y prendimos fuego a sus sarcófagos. Arrebatamos su ajuar, que encontramos con ellos, consistente en objetos de oro, plata y bronce, y los dividimos entre nosotros. Hicimos ocho partes del oro que encontramos sobre estos dos dioses provenientes de sus momias, amuletos, joyas y sarcófagos y correspondieron 20 deben de oro para cada uno de nosotros ocho, conformando 160 deben de oro, sin incluir los fragmentos (?) de su ajuar. Después cruzamos hasta Tebas.

Pocos días después el Superintendente del distrito de Tebas escuchó que habíamos estado robando en el Occidente y me arrestó y aprisionó en la oficina del Alcalde de Tebas. Tomé los 20 deben de oro que me habían correspondido como (mi) parte y se los di a Kha'emope, escriba del distrito adscrito al embarcadero de Tebas. Él me soltó, y me uní a mis compañeros; ellos me compensaron, de nuevo, con una parte. Entonces yo, junto con los otros ladrones que estaban conmigo, continuamos hasta el día de hoy practicando el robo de las tumbas de los nobles y de las personas de la tierra que queda al occidente de Tebas. Gran número de gentes de la tierra las roban también, y son (prácticamente) compañeros (nuestros)."

^ Relación de los ocho ladrones que estuvieron en esta pirámide: (a continuación se le les enumera), total de personas que estuvieron en la pirámide de este dios: 8 hombres. Su interrogatorio fue efectuado golpeándolos con palos, y sus pies y sus manos fueron retorcídos. Contaron la misma historia. El Gobernador de la Ciudad y Visir Kha'emwese y el Mayordomo Real Nesamun (que es) el Escriba del Faraón hicieron que los ladrones fueran llevados delante de ellos al Occidente de Tebas, en el año 16, el día 19 del tercer mes de la estación de la inundación, y los ladrones señalaron la tumba de este dios que habían violado.

Se registró por escrito su interrogatorio y condena, y se envió un informe al respecto a presencia del faraón, por el Visir, el Mayordomo, el Heraldo y el Alcalde de Tebas...»

BIBLIOGRAFÍA: La obra básica es E. Peet, The Great Tomb Robberies of the Twentieth Egyptian Dynasty, Oxford, 1930. Para la traducción, véase J. Capart, A, H. Gardiner y B. van de Walle, "New light on the ramesside tomb robberies",./E4,, XXII, (1936), págs. 170-172*. Véase también R. A. Caminos, LA, II, 862-866, s.u., "Grabrauberprozess".

COMENTARIO: Uno de los más curiosos episodios de finales del Imperio Nuevo son las investigaciones y procesos que tuvieron lugar con motivo de los saqueos de tumbas, incluyendo algunas reales, de la necrópolis de Tebas, fundamentalmente durante el reinado de Ramsés LX (1115 a.C. aprox.), y que ha llegado a nosotros bien documentado gracias a los Papiros Abbott, Amherst, Leopoldo II y otros. El asunto salió a la luz por la denuncia del entonces alcalde de Tebas, un tal Paser, que al parecer mantenía cierta animadversión hacia Pauraa, el alcalde del Occidente de Tebas, la orilla donde se situaban las necrópolis, que por tanto eran de su responsabilidad. Aquello dio lugar a una serie de interrogatorios e investigaciones, descubriéndose una red bien organizada de expoliadores de tumbas que incluía a importantes miembros de la administración, y donde el chantaje y la permisividad estaban generalizados. Ya que el soberano residía en el Delta, el máximo responsable en Tebas, el visir, tuvo que tomar cartas en el asunto. Se llegaron a realizar hasta dos visitas de inspección sistemática de las tumbas (Pap. Abbott), las cuales revelaron que aún la mayoría de las tumbas de los reyes estaban intactas, aunque las necrópolis de los nobles habían sido objeto de pillaje generalizado, cuestión a la que significativamente no se le dio importancia. El trozo que aquí reproducimos (los Pap. Amherst y Leopoldo II, que se complementan) es extraordinario, pues contiene el interrogatorio y la declaración de uno de los acusados implicados, que, con un gran sentido dramático y lujo de detalles, relata cómo penetraron en la tumba del faraón Sobkemsaf (de la XVII Dinastía), la saquearon y finalmente incendiaron las momias del rey y de la reina. La dinámica de los procesos judiciales queda bien reflejada, con la intervención de los altos funcionarios en calidad de jueces, así como la práctica de la tortura (apaleamiento y retorcimiento de pies y manos), que consigue idéntica declaración de los ocho implicados. La situación política de la época, el crepúsculo de la dinastía ramésida, queda patente por la situación de corrupción y venalidad que estos documentos muestran, así como por la incapacidad real de las autoridades para mantener la seguridad de las tumbas de los soberanos, incluso de los reyes de la dinastía reinante (así, se registra la violación de la tumba de una esposa de Ramsés III). La situación empeoraría posteriormente, hasta el punto de que en un momento dado se decidiría sacar las momias de los grandes soberanos del Imperio Nuevo de sus espléndidos sepulcros y depositarlas en cuevas ocultas, como el célebre "Escondrijo de Deir-El-Bahari", uno de los descubrimientos más asombrosos de la moderna egiptología. No hay que olvidar, en cualquier caso, que los saqueos y robos de tumbas reales no son nada nuevo en la historia de Egipto. Es un fenómeno ya bien constatado desde la época tinita. Incluso en el reinado de Kheops llegó a violarse el sepulcro de su misma madre, Hetepheres. Los textos literarios del Primer Período Intermedio y del Imperio Medio los mencionan con frecuencia (Instrucciones a Merikaré, Ipuwer, Cantos del arpista, etc.). Lo que sucede es que en un momento de crisis económica y de debilidad política, como fue el final de la XX Dinastía, esta práctica debió de generalizarse y, lógicamente, producir en fin el intento de reacción del gobierno.




71. "Rameses III y los Pueblos del Mar
Una gran inscripción en el templo funerario de Rameses III (1192-1160 a.C.), de la XX dinastía, en Medinet Habu, ha conservado el relato pormenorizado y grandilocuente de la lucha que tal faraón sostuvo contra los Pueblos del Mar, que presionaban a Egipto tanto por vía marítima como terrestre. De este importantísimo documento histórico, complementado con magníficos relieves alusivos a los acontecimientos, únicamente se recogen aquí los hechos ocurridos en el año octavo del gobierno de Rameses III.

Año octavo, bajo la Majestad de Horus:1485 Toro potente, valiente león, de brazo fuerte, señor de la fuerza, el que captura a los asiáticos; favorito de las Dos Señoras;1486 Poderoso en fuerza, como su padre, Montu,1487 destruyendo los Nueve Arcos,1485 conduciendo [los] desde su tierra; halcón, divino en su nacimiento, excelente y favorito huevo de Horakhti:1489 soberano, excelente heredero de los dioses; Rey del Alto y del Bajo Egipto, Señor de las Dos Tierras:1490 Usermaatre Meri-Amón;1491 Hijo de Re, Rameses,1492 gobernador de Heliópolis;1493 rey, señor de valor, extendiendo [sus] dos brazos y dejando sin aliento a los países a causa de la fuerza de sus miembros, grande en el poder de Montu —la pelea como Re, , <...> valiente sobre [su] caballo, luchando cuerpo a cuerpo sobre sus píes, guerrero como las estrellas fugaces del cielo, rey Rameses 1494 <<...>>.

"Los países extranjeros conspiraron en sus islas. Repentinamente, los países se pusieron en movimiento y se diseminaron en un lugar en Amor.1500 Asolaron a su gente y su tierra fue como lo que nunca había existido. Avanzaban hacia Egipto mientras la llama se preparaba ante ellos.1501 Su confederación la formaban los peleset,1502 tjeker,1503 shekelesh,1504 denyen1505 y weshesh.1506 [Estos] países estaban unidos y pusieron sus manos sobre los países hasta el círculo de la tierra, con los corazones llenos de confianza y seguridad: '¡Nuestros propósitos triunfarán!'

Pero el corazón de este dios, el señor de los dioses, hizo que estuviera preparado y dispuesto para atraparlos como aves salvajes; él1507 me proporcionó la fuerza y motivó que mis planes se realizaran. Salí adelante, iniciado en estas cosas maravillosas.

Organicé mi frontera en Djahi,1508 preparé frente a ellos a príncipes, jefes de guarniciones y maryannu.1509 Hice equipar las bocas de los ríos 1510 como una poderosa muralla, con naves de guerra, de transporte y barcas con la tripulación [completa], pues las ocupaban de proa a popa valientes guerreros cargados con sus armas. Las tropas consistían en hombres escogidos de Egipto. Eran como leones rugiendo en las cimas de las montañas. La fuerza de carros se componía de corredores, de hombres entrenados, de todo guerrero de carro bueno y capaz. Los caballos estremecían cada parte de su cuerpo, dispuestos a aplastar a los pueblos extranjeros bajo sus cascos. Yo era como el valiente Montu, firme frente a ellos para que pudiesen ver la lucha cuerpo a cuerpo de mis brazos. Yo, el Rey del Alto y del Bajo Egipto, Usermaatre Merí-Amón, hijo de Re, Rameses, gobernador de Heliópolis. Yo, yo soy el que actúa, el intrépido, consciente de su fuerza, el héroe que salva su ejército el día del combate.

De aquéllos que llegaron a mi frontera, su simiente ya no existe, su corazón y su alma desaparecieron para siempre jamás. Aquéllos que vinieron juntos por mar, el fuego todo estuvo delante de ellos en las bocas de los ríos y una empalizada de lanzas los rodeó en la playa. Fueron rechazados y tendidos en la orilla, muertos y amontonados de proa a popa de sus barcas. Todos sus bienes fueron arrojados al agua.

He hecho que los países se arredren [incluso] al mencionar Egipto; y cuando pronuncian mi nombre en su tierra arden. Desde que me senté en el trono de Horakhti y la Serpiente-diadema1311 se colocó en mí frente como Re, no he permitido que los países extranjeros contemplaran las fronteras de Egipto a <... entre ellos. En cuanto a los Nueve Arcos, he arrebatado sus tierras y añadido sus fronteras a las mías. Sus príncipes y sus gentes han venido a mí con plegarias. Yo llevo a cabo los proyectos del Señor del todo, augusto, divino padre, señor de los dioses".


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