La paleta de Narmer, de 63 cm de altura, es una lámina de pizarra esculpida por sus dos caras con escenas que conmemoran el reinado de un faraón cuya personificación de Horus era Narmer (escrito arriba de todo, en los rectángulos de la <
A la izquierda, Narmer, que lleva la corona blanca del Alto Egipto y otras insignias de la monarquía antigua, empuña en alto una maza y está a punto de golpear a un prisionero arrodillado. Junto a la cabeza del cautivo, un grupo de jeroglíficos informa que se llama Uash. El dibujo de encima transmite probablemente un mensaje adicional que el rey Horus (el halcón) ha obtenido una victoria sobre un enemigo del delta, donde posiblemente Uash era el gobernante. Detrás de Narmer hay un personaje de alto rango que sostiene las sandalias del faraón. A la derecha, las imágenes de conquista de los registros superior e inferior quedan contrarrestadas por el motivo central que, por medio de dos animales fabulosos con los cuellos entrelazados y cautivos, expresa la armonía. En el registro superior, Narmer, quien ahora ciñe la corona roja del Bajo Egipto y está acompañado por dos hombres de rango elevado, si bien con una categoría distinta, para revista a dos filas de enemigos atados y degollados. El grupo va precedido por cuatro portaestandartes, cada uno de los cuales tiene una forma peculiar. Más tarde, a estos estandartes se les dio el nombre de los <
Uno de los aspectos más destacados es la utilización de animales, reales e imaginarios, como una alegoría de las fuerzas de la vida.
La contención del desorden en el universo. Izquierda, reverso de la paleta menor de Hieracómpolis (o de los Dos Canes). Hace una alegoría de la vida representándola como una lucha desigual entre los fuertes y los débiles, por lo visto animada por la presencia de un personaje semejante a Set (abajo, en la esquina izquierda), que toca la flauta. Los depredadores más destacados son los leones enfrentados de la parte superior, que, sin embargo, están muy cerca de un punto de equilibrio en el cual las fuerzas de ambos se contrarrestan. Este punto definitivo de armonía está insinuado por las figuras de los fieros perros de caza que enmarcan la paleta. Derecha, la consecución del verdadero punto de detención de ta lucha se muestra en otras dos escenas, en las cuales ahora una figura masculina, tal vez un rey. separa a dos leones encarados. El ejemplo de arriba procede de la tumba decorada de Hieracómpoíis (cf. la figura 11, p. 52); el de abajo está en el mango del cuchillo de Gebel al-Arak. Hay fotografías de la paleta en W. M. F. Petríe, Ceremonial Siale Paletees and Corpus of Proto-dynastíc Poltery, Londres, 1953, lám. F; J. E. Quibell y F. W. Oreen, Hierakonpolis, II, Londres, 1902, lám. XXVIll; M. J. Mellink y J. Filip, Frühe Stufen der Kunsl (Propylaen Kunstgeschichte, 13), Berlín, 1974, lám. 208. Con respecto a la empuñadura del cuchillo de Gebel al-Arak, véase Mellink y Filip. op. cit., lám. 210; W. M. F. Petrie, «Egypt and Mesopotamia», Ancient Egypt, 1917, p. 29, fig. 4.
Excelente información
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