martes, 18 de mayo de 2010

Historia Antigua del Próximo Oriente

BLOQUE A: INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1
EL ESTUDIO DE LA HISTORIA ANTIGUA DEL PRÓXIMO ORIENTE. PROBLEMAS DE CRONOLOGÍA Y PERIODIZACIÓN. LAS FUENTES


A.1.1.-Las fuentes para el estudio de la Historia Antigua del Próximo Oriente
Los historiadores disponemos de diversos tipos de fuentes a la hora de realizar un estudio de la Antigüedad en el Próximo Oriente, todos ellos íntimamente relacionados entre sí. De hecho, resulta complicado en muchos casos separar entre sí las fuentes materiales de las escritas, ya sean estas últimas epigráficas, numismáticas o literarias.

A.1.1.1.-Las fuentes materiales y sus problemas
Aclarado este punto, vamos a exponer ahora brevemente las distintas dificultades a las que nos enfrentamos cuando pretendemos profundizar en el conocimiento de la apasionante Historia del Cercano Oriente.

Para empezar, los vestigios arqueológicos de los que disponemos son abundantes pero desiguales. Algunas regiones plantean una dificultad especial a la hora de ser estudiadas, ya que no es raro que las ciudades que fueron habitadas en la Antigüedad sigan estándolo hoy en día. Lógicamente esto supondrá un problema a la hora de estudiar sus restos, ya que mucha información es inaccesible al estar sepultada bajo zonas pobladas en la actualidad . También puede darse el caso de que algunas zonas de interés arqueológico se hayan convertido con los años en campos de cultivo, con lo que la tierra ha sido removida y se complica su estudio. Otra situación distinta sería la que nos ofrece la antigua ciudad de Babilonia. De la misma sólo conocemos bien a nivel arqueológico las fases pertenecientes al I milenio a.n.e., ya que todas las anteriores se encuentran por debajo del nivel freático y son por tanto inaccesibles. La información que obtenemos mediante las fuentes materiales resulta por tanto, en la mayoría de ocasiones, muy parcial.

A este problema habría que añadir uno más, la dificultad a la hora de localizar geográficamente las ciudades de las que nos hablan las fuentes escritas. Disponemos de mucha documentación literaria, epigráfica y numismática que se refiere a lugares determinados, sin que todos ellos hayan podido ser ubicados geográficamente de forma precisa. A lo largo del estudio del Próximo Oriente han sido muchos los investigadores que se han obsesionado con la búsqueda de estas ciudades perdidas, con mayor o menor fortuna. En cualquier caso, es siempre preferible considerar una ciudad como no localizable antes que situarla de forma errónea al carecer de confirmaciones arqueológicas suficientes. Los dos casos más famosos de ciudades del Próximo Oriente que siguen sin ser localizadas en la actualidad son:
-Agadé o Akkad, la ciudad que fue capital del antiguo Imperio Acadio, el primer imperio territorial del Próximo Oriente. Las fuentes nos han aportado diversa información sobre la misma: sabemos que es una ciudad de nueva planta que la dinastía del rey Sargón hizo construir como capital de su Imperio en el III milenio a.n.e. No se sabe con exactitud dónde está ubicada, aunque parece ser que es muy probable que se encontrase cerca de Babilonia.
-Washshukanni, la capital del estado hurrita de Mitanni. Según las fuentes esta ciudad estaba situada entre el río Habur y el Medio-Alto Éufrates. Su máximo esplendor tuvo lugar en el siglo XVI a.n.e., cuando las fuentes atestiguan que prácticamente todos los estados del Próximo Oriente mantenían relaciones diplomáticas con este pueblo. De hecho, hay documentos procedentes de esta capital perdida en todos los estados orientales, pero sin embargo no se ha podido averiguar todavía el emplazamiento de esta ciudad.

A.1.1.2.-Fuentes literarias y epigráficas
Ya hemos visto que las fuentes arqueológicas ofrecen una serie de problemas para el estudio de la Historia de la Antigüedad en el Próximo Oriente. Lo mismo ocurrirá con las fuentes escritas, ya que en la mayoría de ocasiones, a falta de fuentes contemporáneas, hay que recurrir a otras más tardías. Entre ellas hay dos autores que destacan especialmente:
-Heródoto, el viajero e historiador griego. Dedicó su obra a los territorios del Imperio Persa, el gran enemigo de los griegos en la época en la que realizó sus escritos. A pesar de ser una fuente tardía aporta información interesante sobre Oriente.
-El otro autor es Beroso, sacerdote de Babilonia en el siglo III a.n.e., ya durante la época helenística.

Pero, como ya hemos dicho, también disponemos de fuentes de la época, escritas en cuneiforme sobre distintos soportes:









De todos los posibles soportes que hemos visto para la escritura cuneiforme el más importante tanto por la cantidad de documentos como por la calidad de su información son las tablillas de arcilla. Con el inicio de las primeras excavaciones arqueológicas en el siglo XVIII empezaron a encontrarse miles y hasta cientos de miles de tablillas de barro en diversas ciudades orientales, pasando a ser ya desde este momento piezas fundamentales para el estudio de estos territorios.

Las propias características del barro han permitido que muchas tablillas hayan llegado en buen estado hasta nuestros días, convirtiéndose así en la fuente documental más importante de la Antigüedad en todo el Próximo Oriente. Este soporte ofrece una gran durabilidad y además no se destruyen mediante el fuego, sino que se cuecen y se endurecen. De hecho, muchas de ellas han logrado sobrevivir hasta la actualidad tras sobrevivir a la destrucción e incendios de los palacios que las albergaban. Además, como ya hemos dicho, las fundas de arcilla que las protegen reproducen el mismo texto en su superficie, de forma que la información sigue disponible aún en caso de pérdida o de fractura de la tablilla. Son muchas las tablillas que aparecen rotas, pero por suerte gran número de ellas se encuentran repetidas en otras épocas y lugares, por lo que no se pierde su información .

La mayor parte de tablillas que son halladas en excavaciones arqueológicas pueden ser datadas atendiendo a la antigüedad del estrato en el que se encontraron. Hay que recordar, sin embargo, que las excavaciones arqueológicas fueron, hasta hace relativamente pocos años, más una “caza de tesoros” que un proceso de investigación científica. No existía un concepto de patrimonio ni de su protección, así que numerosas tablillas acabaron engrosando colecciones privadas, fueron subastadas, etc. Algunas de ellas han dado muchos tumbos hasta que fueron rescatadas por diversos museos e instituciones .

A.1.1.2.1.-Las principales bibliotecas
Más que bibliotecas de tablillas de arcilla propiamente dichas tendríamos que referirnos a estos lugares como depósitos o salas de almacenaje de documentos, ya que solían ser depositados sin atender a ningún criterio de orden. Son varias las que se conocen en todo el Próximo Oriente, permitiéndonos constatar el alcance del mundo sumerio y del semita así como de la escritura cuneiforme, que llegará a todos los rincones de Oriente. Estos archivos son, por tanto, una prueba más de la expansión cultural de estos pueblos. Vamos a ver ahora, sin ordenarlas cronológicamente, las más importantes bibliotecas de Oriente.

Las colecciones de tablillas más importantes en lengua sumeria encontradas hasta la fecha son las de Girsu y Nippur. Están escritas en la lengua para la cual fue concebida originalmente la escritura cuneiforme. En ambas ciudades aparecieron una gran cantidad de tablillas que, sin embargo, no son las más antiguas que se conocen. La ciudad que ostenta este privilegio es Uruk , aunque las tablillas de Girsu y Nippur son más importantes en cuanto a la cantidad de sus documentos. Entre ellos hay textos históricos, listas reales, aparece también el Poema de Gilgamesh…



Plano de la ciudad de Nippur, donde se halló una de las más importantes bibliotecas en lengua sumeria.

En la región del Alto Tigris, en Asiria, contamos con otra biblioteca importante, la de Assurbanipal de Nínive, sita en el Palacio Norte de esta ciudad bíblica. Sus tablillas son las más importantes escritas en lengua acadia, considerada la lengua diplomática por excelencia en las relaciones internacionales entre todos los pueblos del Próximo Oriente. Pertenece a la época del Imperio Nuevo Asirio, de la que fue capital entre los siglos VIII a.n.e. y VII a.n.e. En sus documentos está recogida la Historia de los asirios y los contactos de su Imperio con todo el Próximo Oriente en el preciso momento en el que era una gran potencia: al ser esta ciudad un importante foco de poder político y militar es obvio pensar que aquí se localizarían las tablillas que son fruto de sus relaciones con el resto de estados. En estas tablillas, además de encontrarnos con los habituales textos de carácter administrativo y político, puede apreciarse una cierta vocación de crear un foco cultural: hay disponibles varias copias de buena parte de las obras literarias del Próximo Oriente de este período.



Plano de la ciudad de Nínive donde podemos ver el Palacio Norte del rey Assurbanipal, donde fue encontrada la biblioteca de la ciudad.

La siguiente gran biblioteca de la que vamos a hablar sirve al mismo tiempo como ejemplo de la expansión de la escritura cuneiforme y de su adaptación a otras lenguas distintas de aquella para la cual fue creada, el sumerio. Este fenómeno no sólo ocurrió con lenguas semíticas, como el acadio, sino también con lenguas de la rama indoeuropea, como vamos a ver ahora. Entre los siglos XVI a.n.e. y XIV a.n.e. se fue consolidando un poderoso imperio en Oriente, el de los hititas. En su capital, Hattusas, se localizó una biblioteca, buena parte de la cual está en hitita, lengua de origen indoeuropeo, escrita con caracteres cuneiformes. El resto de los documentos están escritos mayoritariamente en lengua acadia , aunque también aparecen otras lenguas, pero en una proporción mucho menor. Estas tablillas suponen un interesantísimo aporte para el estudio del Próximo Oriente, ya que nos dan información sobre el período de máxima expansión cultural del mundo hitita en tiempos de su monarca Subbiluliuma. Además de los habituales documentos administrativos podemos encontrar, por tanto, otros relativos a sus relaciones con Mitanni, con Egipto y con la Babilonia cassita.

Hemos de destacar también el archivo de la ciudad de Mari, la actual Tell Hariri, situada junto al Éufrates y cerca del río Habur . Su emplazamiento le otorgaba un control estratégico del paso de las rutas comerciales caravaneras, que remontaban el curso de los ríos Tigris y Éufrates para cruzar el Desierto de Siria en dirección a la costa sirio-palestina. El archivo de esta próspera ciudad estaba ubicado en el palacio del rey Zimrilin. Al excavarlo se descubrieron niveles de destrucción bastante considerables, que han sido interpretados por algunos expertos como el producto del ataque a esta ciudad por parte del rey amorreo Hammurabi. Este rey de Babilonia saqueó el palacio y lo incendió en el siglo XVIII a.n.e., pero el archivo de tablillas sobrevivió y fue encontrado por los arqueólogos. Sus tablillas son de vital importancia para el estudio del Próximo Oriente, ya que son un retrato de todos aquellos acontecimientos que estaban teniendo lugar en ese momento tan crucial para la Historia de Oriente: la presencia de los amorreos, la expansión de Asiria, los intentos de los distintos estados de controlar la rica ciudad de Mari y los juegos del equilibrio diplomático que mantuvo el rey Zimrilin con todos sus vecinos hasta que, finalmente, estas relaciones se deterioraron y la ciudad fue arrasada por Babilonia. Sus tablillas son principalmente, por tanto, de carácter económico y político-administrativo.



Plano del palacio del rey Zimrilin de Mari.

En la ciudad de Ebla, la actual Tell Marduk, se encuentra la más antigua de las bibliotecas del Próximo Oriente. Está situada entre los ríos Orontes y Éufrates, en el Norte de Siria . Su momento de mayor esplendor está fechado a mediados del III milenio a.n.e. En el año 1975 los arqueólogos hallaron el palacio de la ciudad, dentro del cual aparecieron alrededor de ocho mil tablillas escritas en cuneiforme. Hasta esta fecha era relativamente poco lo que se sabía sobre el Próximo Oriente, así que el descubrimiento de esta biblioteca sirvió para llenar varias lagunas existentes sobre el conocimiento de los pueblos orientales. Por su ubicación en el interior de Siria debió de ser un lugar de paso para los pastores amorreos del Desierto de Siria, los cuales se fueron asentando y sedentarizando con el paso del tiempo. Lo cierto es que la arqueología ha demostrado que esta ciudad fue un importante foco de población semita, mucho más próspera de lo que se podía imaginar a priori para un lugar fundado por pastores amorreos. No se trata, desde luego, de unos pastores pobres y analfabetos: estaban organizados en torno a una monarquía y mantenían contacto con otras ciudades, como así demuestran sus tablillas de barro. La lengua en la que están escritas es de origen semita, pero presenta las sufrientes particularidades respecto al resto de lenguas de esta familia como para ser considerada por los especialistas como una lengua propia, el eblaíta. La mayor parte de estas tablillas son de carácter administrativo.

A.1.1.2.2.-La escritura cuneiforme y las distintas lenguas del Próximo Oriente
A partir del siglo XVII y, sobre todo, del XVIII tendrán lugar los grandes hallazgos de tablillas escritas en cuneiforme. La curiosidad que despertaron causó que fuesen muchas las que llegasen a Europa. Fueron precisamente europeos, en especial Thomas Hyde, quienes bautizaron a esta exótica escritura ya alrededor del año 1700 con el nombre de cuneiforme: cada uno de sus silabogramas está formado por diversas marcas en forma de cuña realizadas con un punzón duro.

A lo largo de los siglos XVIII y XIX se incrementará la llegada de estos textos a Europa, ya sea mediante las tablillas originales o gracias a copias de las mismas. Será tras finalizar la Primera Guerra Mundial cuando los estudios de los especialistas aporten más información sobre la Historia de esta región. En este momento se descubre que la escritura cuneiforme fue adoptada por diversas lenguas, siendo así una de las escrituras más prestadas de la Antigüedad hasta que la aparición de las escrituras alfabéticas ya en el I milenio a.n.e. la hizo desaparecer definitivamente. Pervivió, por lo tanto, durante cerca de tres mil años.

Veamos ahora algunas de las distintas lenguas que tomaron prestada la escritura cuneiforme, adaptándola a sus necesidades:
-Ugarítico, lengua procedente de la ciudad de Ugarit. Es de origen semita, de la familia de las cananeas. Sin embargo, los filólogos consideran que presenta suficientes peculiaridades respecto a ellas como para poder considerarla lengua propia.



Tablilla con un diccionario ugarítico-acadio, perteneciente seguramente al ámbito de los escribas y funcionarios y enmarcado dentro de la necesidad de traducir los documentos de una lengua a otra para realizar contactos diplomáticos entre los estados.

-La lengua hitita, indoeuropea, abandonó su escritura propia, de tipo pictográfico, para adaptarse también a la escritura cuneiforme.



Inscripción de Erkilet en la primitiva escritura hitita de tipo pictográfica.
-La lengua hurrita, considerada por ciertos expertos como de origen indoeuropeo, presenta más problemas. La conocemos sobre todo por nombres propios, lo cual dificulta la posibilidad de realizar un estudio profundo de la misma. Además, estos nombres propios identificados como hurritas aparecen en otras regiones del Próximo Oriente que no están relacionadas directamente con este pueblo guerrero. La mayoría de los hurritas que llegaron a Oriente formaron una nueva realidad política en el Alto-Medio Éufrates en el siglo XVI a.n.e., el estado de Mitanni. Este nuevo estado vivió un período de esplendor y expansión hasta el siglo XIV a.n.e.: amplió sus fronteras al tomar los territorios pertenecientes al Imperio Asirio al mismo tiempo que aumentó su influencia en la región del Mediterráneo Oriental. Mitanni desaparecerá por estas fechas, en torno al siglo XIV a.n.e., sin que sepamos qué ocurrió a partir de entonces con los hurritas. Conociendo su origen indoeuropeo y su carácter belicoso, ya que la guerra era para este pueblo su modo de vida, un motivo de prestigio social y económico, es posible que tras la desintegración de Mitanni se dispersasen por otros estados, destacando como guerreros. Lo cierto es que, tras la caída de su país, siguen apareciendo nombres hurritas en distintos lugares de Oriente. Así ocurre, por ejemplo, con el panteón divino de los hititas, donde aparecen nombres de divinidades hurritas. En siglos posteriores también se encontrarán nombres hurritas en la franja sirio-palestina.



Mapa de dispersión de la lengua hurrita.

A.1.1.2.3.-Tipos de textos históricos
Hay diversas clases de textos, pudiendo distinguirse entre:
a) Inscripciones reales. Son relativamente abundantes debido a la enorme importancia que alcanzó en el mundo oriental la proyección pública de sus gobernantes y de sus hazañas y logros. Tenían un claro objetivo de propaganda política y, a pesar de que este tipo de documentos son ya conocidos desde los primeros tiempos de Summer, será ya con el Imperio Acadio cuando su producción sea más abundante. Dentro de esta categoría podemos diferenciar varios subtipos distintos:
-Etiquetas. Son una marca de propiedad, un sello que sanciona o firma un documento, dándole validez. Puede darse en diversos soportes, como en anillos o en sellos cilíndricos. En cualquier caso se aplican sobre una superficie blanda, como la arcilla. No tienen porqué ser siempre marcas de identidad, aunque en la mayoría de los casos sea así: los altos funcionarios o el templo, por ejemplo, tenían su propio sello, el cual al mismo tiempo que sanciona un documento dándole carácter oficial servía como marca identificativa.
-Votivas. Toda la epigrafía mesopotámica tiene referencias a los dioses, indiferentemente de si el documento proviene del templo o del palacio. Sin embargo en este caso no nos estamos refiriendo a textos que incluyan menciones a las deidades, cosa que se da en todos los textos orientales, sino a aquellos cuya intención final sea dar una ofrenda a una o varias divinidades.
-Decimos que un documento es una carta al dios cuando un personaje poderoso, casi siempre reyes, rezan a las divinidades y dejan constancia de ello en un documento público: el monarca ha realizado algún tipo de acción importante y ruega a los dioses algún favor por ello. La intención de publicitar este tipo de textos es mostrar a los ciudadanos la estrecha relación de su rey con los dioses, justificando así la existencia misma de la monarquía. Hay un texto sobre un vaso del rey Lugal-zagesi que nos sirve como ejemplo de este tipo de documentos .



b) Otro tipo de texto distinto serían los cronográficos. Son aquellos que, ya sea de forma directa o indirecta, nos dan aportaciones cronológicas. Sirven para poder fechar los distintos acontecimientos de los que habla pero, por lo general, esta datación se realiza más de forma relativa que de forma absoluta: en vez de hablar de una fecha concreta para un evento informa que ocurrió antes o después de algún hecho importante en el mundo oriental. Casi la totalidad de los documentos de los que se dispone en la actualidad de este tipo son del II milenio a.n.e. Distinguimos dos clases:

Pero éste no es el único problema de estas listas reales. Muchos de sus monarcas gobiernan durante mucho más tiempo de lo humanamente posible. Este hecho se ha interpretado como la unificación de varios reinados bajo el nombre de un único monarca, quizás porque no tuvieron lugar hechos de relevancia durante los mismos. Otra posibilidad sería que estos nombres correspondiesen a una dinastía completa.

Destaca especialmente la dinastía real sumeria, a pesar de que esta lista fue realizada en una época posterior, en la III dinastía de Ur. Sin embargo, esta realidad política trató de legitimar su poder presentándose como los continuadores del auténtico espíritu sumerio, de revivir la realidad “nacional” sumeria , por lo que al elaborar su lista real se remontaron en el tiempo hasta los mismos orígenes de Summer. Los reyes de esta III dinastía estuvieron obsesionados con tener un control centralizado de sus dominios, lo cual implica una abundancia de textos administrativos, informes, etc. Este documento ha resultado ser muy valioso para los especialistas, ya que algunos de los nombres que incluye sólo aparecen en este texto.

Algo parecido ocurrirá con la lista real asiria, que comienzan nombrando a sus divinidades y se remontan hasta el siglo XIX a.n.e. para citar a sus primeros reyes, “los que vivían en tiendas” tal y como ellos mismos los mencionan. Este dato es una muestra de su pasado nómada, previo al momento en el que se sedentarizaron y se convirtieron en un pueblo eminentemente urbano.

Existe también una segunda lista real asiria, de tipo sincrónico, cuya interpretación no está exenta de problemas. Este documento proporciona los nombres de los reyes de Asiria y también de los monarcas de Babilonia que reinaron en las mismas fechas que los primeros. Es, por tanto, un testimonio importante para entender las relaciones entre estos dos reinos y para descubrir qué monarcas gobernaron de forma sincrónica en ambos estados. Es muy probable que esta lista fuese elaborada con la intención de demostrar que ambos pueblos son independientes el uno del otro, a pesar de los episodios de conquistas mutuas. El documento tendría la finalidad de probar que Asiria y Babilonia eran estados con destinos bien diferenciados a lo largo del tiempo: abarca un período que transcurre desde el II milenio a.n.e. al siglo VII a.n.e., siendo elaborado precisamente en este momento, en un período en el que la hegemonía de Asiria se veía amenazada por el poder surgido de Babilonia.

-Crónicas. Este tipo de documento de texto son listas reales en las cuales junto al nombre de cada monarca aparece escrita una referencia más o menos larga tanto de sus hazañas como de los hechos más importantes que acontecieron durante su reinado. Podemos destacar las crónicas babilónicas, que nos dan una información vital acerca de este estado entre los siglos VIII a.n.e. y III a.n.e., y las crónicas dinásticas. Estas últimas se extienden mucho en el tiempo, desde antes del Diluvio hasta el siglo VIII a.n.e., por lo que proporcionan información vital para la investigación de gran parte de la Antigüedad.

c) Un último tipo de documentos serían los textos literarios de carácter histórico. Son, en gran parte, mitos y leyendas, pero además de su utilidad para conocer el mundo cultural de Oriente es importante recordar que todo este tipo de narraciones incluyen datos históricos reales y, como tales, tienen un gran valor. Hay dos tipos:
-Profecías. Son textos de carácter místico-religioso, en los que generalmente un rey habla con los dioses acerca de lo que va a acontecer en su ciudad. Este tipo de religiosidad debió de tener mucha trascendencia en estas sociedades antiguas, incluso a nivel político, ya que hay que recordar que las divinidades rigen todos los aspectos de la vida. Tenemos muestras de este tipo de documentos en la III dinastía de Ur.
-Poemas épicos, que narran las hazañas de personajes históricos reales, pero aportando una gran dosis de ficción y leyenda. Uno de los más importantes relatos de este tipo sería la Epopeya de Tukultininurta, soberano del Imperio Medio Asirio. Su reinado, en el siglo XIII a.n.e., fue un momento de expansión, produciéndose una gran cantidad de documentos sobre las grandes gestas de este monarca, sobre la capital que levanta de nueva planta financiándola con botines de guerra, etc. En esta colección de textos defiende el papel del monarca en el Próximo Oriente, justificando la conquista de ciudades que se encuentran más allá de su territorio, el Alto Tigris.



Un ejemplo de este proceso de construcción y reelaboración continua del mito de Gilgamesh lo encontramos en el episodio en el que Gilgamesh y el rey Agga de Kish llegan a un acuerdo, realizando el héroe ciertas concesiones. Las copias posteriores, las acadias, suprimirán este encuentro, seguramente porque lo consideraban poco heroico. También nos sirve como muestra de este mismo fenómeno el viaje del héroe sumerio al País de la Vida, lugar donde se encuentra el Bosque de los Cedros . Parece ser una clara referencia a los contactos que el mundo sumerio estaba realizando con el actual Líbano. Una vez que esta región del Levante pasa a formar parte del mundo conocido por los sumerios ya puede ser incluida en el mito. Según va creciendo el poema, los diferentes pueblos orientales que lo reproducen van añadiendo parte de sus propios elementos culturales, introduciendo incluso a sus propias deidades. Así ocurrirá, por ejemplo, con los acadios. Este pueblo incorporará en el mito a la diosa madre semita por excelencia, Ishtar, que sustituirá en el relato a la diosa sumeria Inanna.

El poema comienza con una introducción en la que habla de Gilgamesh, semidiós nacido de una diosa, el rey y héroe de Uruk, constructor de sus murallas y hombre que lo ha visto todo y que lo sabe todo, con conocimientos que se remontan en el tiempo hasta antes del Diluvio. Los habitantes de esta ciudad sumeria se sintieron oprimidos y pidieron ayuda a los dioses. Éstos modelan la arcilla y escupen sobre ella para dar vida a Enkidu, un hombre creado para derrotar a Gilgamesh. Tras enfrentarse en combate los dos héroes se hacen grandes amigos y deciden viajar juntos. Enkidu es el contrapunto perfecto para Gilgamesh: frente a la naturaleza claramente urbana del héroe de Uruk, su amigo Enkidu representa al hombre indómito, unido a la parte más salvaje de la naturaleza. Hay una clara intención de unir ambos mundos, tan diferentes entre sí, en este poema.

La diosa Inanna, o Ishtar en la versión acadia, se enamorará de Gilgamesh, pero éste la rechaza. Airada, mandará contra los dos amigos al Toro Celeste , pero éste será derrotado por los héroes. Los dioses se enfadan por este hecho y envían una enfermedad que mata a Enkidu . Gilgamesh, desolado, meditará sobre la vida y la muerte, sobre el más allá, y decide ir en busca de la fuente de la inmortalidad. Buscará al más anciano y sabio de todos los hombres para preguntarle acerca de su objetivo. Este hombre no es ni más ni menos que Ziusudra, Utnapishtim en acadio, el único superviviente del Diluvio . Éste le dará una serie de pistas al semidiós sumerio para que encuentre la planta de la inmortalidad. Logra encontrar la planta en cuestión, pero le es arrebatada por una serpiente. El rey de Uruk, a pesar de su ascendencia divina, acaba falleciendo, cerrándose así el círculo.










A.1.1.3.-Las fuentes externas para el estudio de la Historia de Mesopotamia
Vamos a referirnos aquí a fuentes que no se ocupan de forma exclusiva a esta región de Oriente, pero que en un determinado momento de la Historia se vieron implicadas en la misma de forma directa. Hasta tal punto ha sido así que son estas fuentes las que más han contribuido a crear la imagen estereotipada de ciertos pueblos orientales que ha llegado a nuestros días. La visión tan negativa que nos aportan las fuentes acerca de los pueblos mesopotámicos está justificada por los procesos de conquistas y deportaciones a los que sometieron a los estados de donde proceden las fuentes. Casi la totalidad de ellas son del I milenio a.n.e., por lo que aportan mucha información de esta época pero muy poca sobre los períodos anteriores.

Una de las fuentes más destacadas es el Antiguo Testamento, que no es más que la recopilación de textos de tradición oriental recogidos en el libro sagrado de una religión concreta, la judía. En él los hebreos y arameos ponen por escrito su tradición oral acerca del contacto con los grandes imperios orientales, los cuales les subyugan. La mayor parte de la información disponible en el Antiguo Testamento acerca de Mesopotamia se encuentra en el Libro de los Reyes. Habla de un momento, alrededor de principios del I milenio a.n.e., en el que los hebreos se han asentado ya en la franja sirio-palestina, más concretamente en las regiones del Mar Muerto y del valle del río Jordán, y han heredado la tradición monárquica de los cananeos. Bajo el gobierno de estos reyes escribirán entre los siglos IX a.n.e. y VIII a.n.e. mencionando cómo sufren los efectos de la expansión del Imperio Nuevo Asirio, destacando la crueldad y la ferocidad de este pueblo así como las deportaciones, los sacrilegios de su templo, etc. Poco después se referirán al Imperio Neobabilónico con los mismos términos. Responsabilizarán al rey caldeo Nabucodonosor del saqueo del Templo de Jerusalén , estigmatizando desde este momento a la ciudad de Babilonia como foco de pecado y de perversión. Por último, los textos hebreos también incluirán referencias a lo que ellos llaman la Torre de Babel, que ha sido identificada como el mayor de los zigurats de Babilonia. Para los judíos este zigurat, al ser el principal elemento cultural y religioso de la ciudad conquistadora, era el símbolo de la maldad más absoluta.

Otra fuente importante dentro de la Biblia es el Pentateuco, los cinco primeros libros del Antiguo Testamento. A pesar de que resulta complicado usarlos como fuente de información histórica, tienen un gran valor a la hora de permitirnos conocer elementos propios de la mentalidad oriental. Aquí se incluye, por ejemplo, el mito del Diluvio Universal. Como ya sabemos, es una antigua tradición sumeria que fue siendo adoptada por otros pueblos durante el II milenio a.n.e., llegando así tanto a indoeuropeos como a semitas y, entre estos últimos, a los hebreos. Las variaciones entre el mito original y sus adaptaciones son, en la mayoría de los casos, mínimas .

Además del Antiguo Testamento hay más fuentes de información provenientes de más allá de Mesopotamia, como por ejemplo las inscripciones persas de época aqueménida. Este pueblo a partir del siglo VI a.n.e. conquistará toda esta área oriental. También hay autores griegos que hablarán de esta región en sus obras, como Jenofonte y Heródoto. Ya sabemos que este último escribió sobre todas las tierras controladas por los enemigos de Grecia, es decir, los persas. No son menos importantes las inscripciones de partos y sasánidas, fechadas en los últimos siglos de la era, es decir, en la época de Alejandro de Macedonia o los escritores latinos, que se referirán a esta zona durante y después de la conquista romana.

A.1.2.-La cronología y los problemas de datación
Los criterios de datación que aparecen en las fuentes son, en la mayoría de ocasiones, muy vagos. El sentido del tiempo en las fuentes antiguas es muy distinto al nuestro, así que no podemos aplicar los años y las fechas tal y como nos vienen dados en los textos. Un ejemplo paradigmático lo tenemos en el bíblico Matusalén, quien según el Antiguo Testamento vivió más de novecientos años. Este tipo de longevidad es típica de las fuentes orientales, pero hay que interpretarla más bien como un período que identifican y engloban bajo el nombre de un mismo personaje porque resulta diferente de la época inmediatamente anterior y posterior.

Las expresiones para fechar de estas fuentes no son menos vagas. En el Nuevo Testamento, por ejemplo, utilizan la fórmula “en aquellos días”, que era de uso habitual en todo el Próximo Oriente. También podían simplemente decir “en aquel año”, pero sin llegar a identificar dicho año.

Según el orientalista Josep Sanmartín existe una “ideología del tiempo” consistente en la forma en la que los pueblos de la Antigüedad empleaban este tipo de expresiones sobre el tiempo incluyéndolas dentro de su propio ritmo. Creían que primero tuvo lugar la existencia de los dioses y, con el permiso de éstos, la de los hombres. Todas las fórmulas de expresión temporal se atenían a estos simples y muy generales criterios de división del tiempo.

Sin embargo, son varias las fórmulas que usan los investigadores para poder datar los hechos en el Próximo Oriente:
-Las menciones de Eridu, la ciudad sumeria, van siempre ligadas a referencias a las épocas más remotas de Summer, ya que para la mentalidad colectiva de este pueblo fue en esta ciudad donde los dioses hicieron descender por primera vez a la monarquía. Es, por tanto, una referencia a los orígenes de su Historia que podemos ligar arqueológicamente con la aparición del templo.
-El Diluvio, como ya hemos visto antes, sirve también como referencia temporal. Cuando los sumerios hablan de algo que aconteció antes del Diluvio están hablando de fechas cercanas a comienzos del III milenio a.n.e., alrededor del año 2900 a.n.e. Se han tratado de buscar evidencias físicas de este Diluvio, aunque hasta el momento no se ha tenido éxito. Aún así es el carácter simbólico que este mito tienen para los sumerios lo que hace que lo remontemos hasta estas fechas tan antiguas que hemos dicho. El Diluvio es, sin duda alguna, uno de los grandes hechos importantes dentro de la memoria colectiva sumeria.
-La rivalidad entre las ciudades de Kish y Uruk, fechada en torno al 2650 a.n.e., se enmarca en un episodio de enfrentamientos entre el Norte y el Sur de Summer. Aparece en estos momentos un personaje, probablemente real, que dio origen al célebre mito de Gilgamesh. Este hecho, la guerra entre estas dos ciudades sumerias, sirve por tanto como referente a la hora de datar.
-El reinado de un monarca en el que aconteciesen transformaciones de gran relevancia y profundidad puede ser utilizado también como referente temporal. Pongamos como ejemplo en reinado de Sargón de Akkad: durante su mandato las poblaciones acadias se incorporaron a la vida de las ciudades y se funda Akkad, la capital del nuevo imperio territorial que se está conformando. Este reinado, por tanto, es un hecho que marca un antes y un después muy diferentes entre sí.

Hasta época helenística, ya con los seleúcidas, no se contará el tiempo en grandes períodos o eras. Sí que existía, sin embargo, el término bala, que se refiere a los años de gobierno de un monarca, a una pequeña era. A veces se refiere a un único rey y en otras ocasiones a una dinastía completa, dependiendo de si tuvo lugar una ruptura con la situación previa o no.

A.1.2.1.-Sistemas de delimitación del tiempo
Son dos los sistemas que conocemos para nombrar a los años en el Próximo Oriente:
-Nombres de años babilónicos. Aparecen por obra de los escribas en las listas que éstos elaboran. Al incluir una breve descripción de los acontecimientos significativos que tuvieron lugar en cada año, son estos hechos los que dan nombre al año. Por tanto, en vez de fechar por personajes lo hacían por acontecimientos de especial relevancia para la ciudad.
-En el mundo asirio nos encontramos con los años epónimos asirios , de los cuales se conservan, sobre todo, los del I milenio a.n.e. Cuando empieza el reinado de un nuevo monarca ese año en cuestión recibe su nombre. Los años sucesivos irán recibiendo el nombre de los altos funcionarios, ordenados por sorteo, y se continuará con el nombre del resto de funcionarios hasta que un nuevo rey llegue al trono, repitiéndose este mismo proceso desde el principio. Los años con nombre de funcionarios son los limmu, palabra que designa al mismo tiempo al funcionario que da nombre al año y, por extensión, al año que recibe el nombre de este funcionario. Se conocen varios casos concretos, de entre los cuales vamos a poner como ejemplo el de Bel-Naid. Sabemos que este funcionario fue limmu durante un año gracias a un inventario del templo que llevó a cabo en ese período. Este método de nombrar a los años llegará gracias a la expansión asiria a otros territorios. Un caso peculiar es el de la ciudad de Mari. Al tratarse de un enclave situado entre el mundo asirio y el babilónico tomará al mismo tiempo las dos fórmulas de nombrar a los años.


A.1.2.2.-El calendario
El cómputo del tiempo en el Próximo Oriente fue unas veces similar al nuestro y otras completamente distinto. Los asirios, por ejemplo, contaban con un concepto del año, del mes y del día muy parecido al occidental, mientras que en vez de semanas tenían sernas o grupos de seis días.

En Babilonia habrá una intención de ajustar su concepción del tiempo, sus años y meses, al calendario solar real, yendo orientados los esfuerzos de la astronomía en esta dirección. Sus meses consisten en doce ciclos lunares, de veintinueve o treinta días, con lo que el año contaba con trescientos cincuenta y cuatro días. De todas maneras, tampoco en este aspecto podemos hacer generalizaciones. Sabemos por la documentación de las ciudades que hay un cómputo del tiempo que se acerca bastante al año solar, a pesar de que la tradición habla, como ya hemos dicho, de ciclos de trescientos cincuenta y cuatro días. Será necesario, por lo tanto, realizar un ajuste, para lo cual añadirán un mes más en un año siempre que sea necesario para lograr este fin . A nivel administrativo y astronómico el año tenía trescientos sesenta días, divididos en doce meses de treinta días cada uno. El inicio del año coincidía con el equinoccio de primavera, que marca el crecimiento agrícola. En cuanto a los nombres de los meses, se dispone de documentación acerca de los mismos desde la segunda mitad del III milenio a.n.e. Dichos nombres cambian dependiendo de cada ciudad.

















































































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Poema de Gilgamesh (fragmento):
(Columna VI del texto babilónico).

“Las lágrimas corren por la cara de Gilgamesh
(al tiempo que dice):
—«(Voy a recorrer) un camino
por el que nunca he andado.
(Voy a emprender un viaje)
desconocido para mí.
(...) Debiera estar contento,
con el corazón gozoso (...).
(Si triunfo te haré sentar en) un trono.»
Ellos le trajeron su armadura,
(...) poderosas espadas,
el arco y el carcaj,
y se lo pusieron en sus manos.
Él cogió las azuelas,
(...) su temblor,
(el arco) de Anshan;
puso la espada en su cinturón.
Podían comenzar el viaje.
La plebe se apiñaba cerca de Gilgamesh:
(—«¿Cuánto tiempo estarás ausente de Uruk?)
¡Que puedas regresar pronto a la ciudad!»
Los ancianos le rindieron homenaje
y le dan consejos sobre el viaje:
—«No confíes, Gilgamesh, únicamente en tu fuerza;
marcha con ojo alerta ¡Ten cuidado!
Que Enkidu vaya delante de ti,
pues conoce la ruta, ha recorrido el camino
hasta el desfiladero del bosque de Huwawa.
El que va delante puede proteger a su compañero.
Prepara su viaje y sálvate así con su ayuda.
¡Que Shamash te de la victoria,
que tus ojos puedan ver
lo que tu boca ha anunciado!
Que ante tí el sendero sea llano,
que el camino se abra para que puedas pasar
y que la montaña se abra, también, a tu paso.
¡Que el dios Lugalbanda
durante la noche diga la palabra que te alegre!
¡Que no se aleje de tí, para que tu deseo se cumpla!
¡Que él restablezca tu fama como la de un joven héroe!
Después que haya muerto Huwawa, acción en la que te vas a esforzar,
¡lávate tus pies!.
En tus horas de reposo nocturno, cava un pozo
para que puedas tener agua pura en tu odre.
Ofrece en honor de Shamash libaciones de agua fresca.
¡Que el dios Lugalbanda pueda guardarte tus intenciones!»
Enkidu abrió la boca y dijo a Gilgamesh:
—«Ya que has resuelto batirte, ponte en camino.
Que tu corazón no se asuste; ten confianza en mí.
Confía y sígueme, pues conozco la morada
y también los lugares que frecuenta Huwawa.»
(...)
Cuando los ancianos oyeron estas palabras
dejaron partir afuera al héroe, a su camino:
—«Ve, Gilgamesh, ojalá (...)
¡Ojalá los dioses caminen a tu lado!»”

LARA PEINADO, FERERICO: El poema de Gilgamesh, Editora Nacional, Madrid, 1980.

El mito sumerio del Diluvio:
“...Yo quiero (...) la destrucción de mi raza humana,
para Nintu quiero atajar la destrucción de mis criaturas.
Haré retornar a las gentes a sus establecimientos.
Construirán ciudades en todos los lugares
y haré que su sombra sea apacible.
Colocarán de nuevo los ladrillos de nuestros templos en los santos lugares,
(y) los lugares de nuestras decisiones los restablecerán en los lugares consagrados.
Yo prepararé convenientemente allí el agua santa que apaga el fuego,
completaré las divinas reglas y los sublimes decretos,
la tierra estará regada y estableceré allí la paz.
Después que An, Enlil, Enki y Ninhursag
hubieron creado el (pueblo) de los cabezas negras,
la vegetación se desarrolló, lujuriante, sobre la tierra,
los animales, de todos los tamaños, los cuadrúpedos, fueron colocados como adecuado ornamento de las llanuras
[---]
yo quiero tener en cuenta (sus afanosos esfuerzos).
(Después que) el constructor del país hubo fijado los fundamentos,
(cuando el cetro) de la realeza hubo descendido del cielo,
después que la sublime tiara (y) el trono de la realeza hubieron descendido del cielo,
él completó (las divinas reglas y los sublimes destinos).
Fundó (las cinco) ciudades en (lugares puros);
pronunció sus nombres y las designó como centros de culto.
La primera de estas ciudades, Eridu, la dio al jefe Nudimmud,
la segunda, Baltibira, la dio al nugig,
la tercera, Larak, la dio a Pabilsag,
la cuarta, Sippar, la dio al héroe Utu,
la quinta, Shuruppak, la dio a Sud.
Él proclamó los nombres de aquellas ciudades y las designó como centros de culto;
no detuvo el (anual) diluvio, (sino que) excavó la tierra y trajo el agua,
y estableció la limpieza de los pequeños canales y las zanjas de irrigación.
[---]
el diluvio (...)
(...)
así fue convencido (...).
Entonces Nintu lloró (por sus criaturas) como un (...);
la divina Inanna entonó un lamento por su pueblo;
Enki tomó consejo de sí mismo.
An, Enlil, Enki (y) Ninhursag,
los dioses del universo prestaron juramento por los nombres de An y Enlil.
Entonces el rey Ziusudra, el pashishu de (...)
construyó (...).
Humildemente, obediente, con reverencia él (...);
ocupado cada día, constantemente él (...).
Aquello no era un sueño; saliendo y hablando (...),
invocando al cielo (y) al mundo subterráneo, él (...).
En el ki-ur, los dioses, un muro (...).
Ziusudra oyó a su lado,
estando de pie en el lado izquierdo del muro (...):
«Junto al muro, yo te diré una palabra, (escucha) mi palabra,
presta oído a mis instrucciones:
Un diluvio va a inundar todas las moradas, todos los centros de culto,
para destruir la simiente de la Humanidad (...).
(Tal) es la decisión, el decreto de la Asamblea (de los dioses).
(Tal) es la palabra de An, Enlil (y Ninhursag).
(...) la destrucción de la realeza.
Ahora (...)»
[---]
(...)
Todas las tempestades y los vientos se desencadenaron;
(en un mismo instante) el diluvio invadió los centros de culto.
Después que el diluvio hubo barrido la tierra durante siete días y siete noches,
y la enorme barca hubo sido bamboleada sobre las vastas aguas por las tempestades
Utu salió, iluminando el cielo y la tierra.
Ziusudra abrió entonces una ventana de su enorme barca,
y Utu hizo penetrar sus rayos dentro de la gigantesca barca.
El rey Ziusudra
se prosternó (entonces) ante Utu;
el rey le inmoló gran número de bueyes y carneros.
«Invocaréis por el cielo y por la tierra (...)»
An (y) Enlil invocaron por el cielo y por la tierra (...),
e hicieron aparecer los animales que surgieron de la tierra.
El rey Ziusudra
se prosternó ante An (y) Enlil.
An (y) Enlil cuidaron de Ziusudra,
le dieron vida como (la de) un dios,
hicieron descender para él un eterno soplo como (el de ) un dios.
Entonces al rey Ziusudra,
que salvó de la destrucción la simiente de la humanidad en aquel tiempo,
allende los mares, en el Oriente, en Dilmun, (le) hicieron vivir.”

LARA PEINADO, FEDERICO: Mitos sumerios y acadios, Editora Nacional (Clásicos para una biblioteca contemporánea 41), Madrid, 1984.


Inscripción sobre el vaso de Lugal-zagesi:
“Cuando a Lugal-zagesi –Rey de Uruk, rey del País, sacerdote de An, «profeta» de Nisaba, hijo de Buba (Gobernador de Umma, «profeta» de Nisaba), mirando con favor por An, rey de países, el Principal Gobernador de Enlil, a quien Enki otorgó sabiduría, elegido por Utu, Alto Visir de Sin, General de Utu, proveedor de Inanna, hijo nacido de Nisaba y amamantado con la leche de Ninhursag, hombre de Messanga-unuga, criado por Ningirim la señora de Uruk, y Alto Administrador de los dioses- Enlil, rey de los países le había dado la Realeza del País, hecho al país obediente a sus dictados, arrojado a sus pies a todos los países , y sometido a su dominio desde la salida del sol hasta el ocaso, en ese momento avanzó desde el Mar Inferior, a través del Tigris y el Éufrates, hasta el Mar Superior, y Enlil no había permitido que nadie se le opusiese desde la salida del sol hasta el ocaso. Todos los países se encontraban bajo él [satisfechos] en sus praderías, y el País se regocijaba. Los santuarios de Summer, los Gobernadores de todos los países y la región de Uruk decretaron el papel de gobernante para él. En esa épo� n��E���@dU:�PI:7'P��nes, Ur elevaba su cabeza hacia el cielo como un toro, Larsa, la ciudad amada por Utu, se regocijaba, Umma, la ciudad amada por Shara elevaba su cuerno, la región de Zabala chillaba como una oveja que reencuentra a su cordero, y [la ciudad] KI.AN elevaba su cuello al cielo.

Lugal-zagesi, rey de Uruk, Rey del País… hizo grandes ofrendas en Nippur a Enlil su rey, y le hizo libaciones de agua dulce. Si Enlil, Rey de todos los países, dijera una oración por mí a An, el padre que lo ama, y añadiera vida a mi vida, entonces el País se encontrará [satisfecho] en sus praderías bajo mi mando, entonces seguramente la humanidad se extenderá como hierba, la ubre del cielo funcionará adecuadamente, el país estará cómodo bajo mi mando. ¡Que [los dioses] no revoquen el favorable destino que han decretado para mí! ¡Que siempre yo sea pastor…! Por su vida él dedicó esto a Enlil, el rey que lo ama.”

COOPER, J. S.: Sumerian and Akkadian Royal Inscriptions I; Presargonic Inscriptions, New Haven (American Oriental Society), 1986.

























BLOQUE B: EL PRÓXIMO ORIENTE HASTA EL FINAL DEL III MILENIO

CAPÍTULO 2
EL MARCO GEOGRÁFICO Y SUS HABITANTES


B.2.1.-El marco geográfico del Próximo Oriente
La geografía del Próximo Oriente ofrece diferentes paisajes, los cuales condicionan la vida en este territorio.

B.2.1.1.-El arco montañoso



los Montes de Armenia y con la Cordillera del Cáucaso. En esta región, la zona de los lagos, los problemas de convivencia entre los distintos pueblos se remontan a épocas muy antiguas. La Cordillera del Cáucaso, la cual ya hemos mencionado, separa a Mesopotamia de la Meseta Irania. Sin embargo, no fue un impedimento para que tuviesen lugar contactos entre ambas regiones. Otro arco montañoso es el de los Montes Elburz, que discurren a lo largo de la costa del Mar Caspio. Vamos a mencionar por último a los Montes Zagros, de donde proceden diversos pueblos de pastores seminómadas que entrarán en contacto, aunque casi nunca de forma amistosa, con Mesopotamia.

B.2.1.2.-Los valles fluviales
La zona central del Próximo Oriente es muy diferente, estando dominada por los ríos Tigris y Éufrates, que tienen un régimen fluvial muy distinto entre sí, y por los afluentes de ambos.

El río Tigris es más corto y torrencial, ya que salva un mayor desnivel en su curso alto, por lo que su canalización resultó una tarea complicada para los asirios. Sin embargo, su curso tiene zonas con un buen drenaje debido precisamente a que baja con más fuerza, por lo que ofrece ciertas ventajas para el desarrollo de la vida en sus márgenes. Su régimen de lluvias en el lado izquierdo permite la agricultura prácticamente sin necesidad de recurrir a canalizaciones que, por otra parte, eran difíciles de realizar. Según nos aproximamos a su desembocadura el drenaje es cada vez peor, formándose zonas pantanosas. Respecto a sus afluentes, éstos bajan por la derecha desde los Montes Zagros. El Gran Zab, el Pequeño Zab y el Diyala, los más importantes de entre ellos, se convierten en vías de penetración desde las regiones montañosas hasta Mesopotamia tanto para el comercio como para las razzias de los pastores nómadas. Serán también el punto de contacto con el mundo persa a través de la llanura de la Susiana, la región conocida como el Elam.





B.2.1.3.-Las llanuras aluviales
La presencia de agua permite la agricultura y, por lo tanto, la vida en esta zona, pero presenta una gran contrapartida debido a que, al haber poco desnivel en relación con el mar, se hace necesaria la construcción de infraestructuras de drenaje. El último tramo, allí donde se unen ambos ríos en la región llamada Qurnah para formar un único cauce, el Chat-el-Arab o Shatt-el-Arab, es, como ya hemos apuntado, la zona que más ha cambiado con el paso del tiempo.

Las comunidades allí asentadas contaban con un eficaz régimen agrario, a pesar de que la falta de lluvias les obligaba a vivir exclusivamente de las tierras situadas junto al río o de aquellas que pudiesen regar mediante canales. Desarrollarán muy pronto una complicada red de canales artificiales que condicionarán las zonas de cultivos.

La necesidad de recurrir a este tipo de medidas para hacer que el agua llegue a los suelos generará problemas en las comunidades tal y como nos apuntan las fuentes, especialmente entre el 2500 a.n.e. y el 1500 a.n.e. aproximadamente, tales como el empobrecimiento del suelo. La escasez de lluvias provoca que las tierras se hagan menos productivas, por lo que es necesario sobreexplotar los acuíferos para evitar la salinización de los campos.

B.2.1.4.-El desierto
La región desértica se reduce básicamente al Desierto de Siria. La zona más al Sur de este desierto está absolutamente deshabitada, mientras que al Norte nos encontramos con un área esteparia en la que la vida se organiza en torno a los oasis. Éstos se convertirán en puntos de encuentro entre distintas poblaciones y, ya desde el III milenio a.n.e., funcionarán como puntos de descanso de las rutas caravaneras . La más importante de estas rutas de comercio interior es la que partía desde la ciudad de Mari, atravesando la zona semidesértica de Siria. Tras su paso por el oasis de Tadmor llega hasta la costa sirio-palestina, cerca de Damasco. En este punto se bifurca la ruta, continuando un ramal hacia la ciudad de Byblos mientras que el otro irá hacia el Norte, llegando a la ciudad de Ugarit .



Ruinas de Palmira, una de las prósperas ciudades que surgirán en épocas posteriores en estos oasis, aprovechando su ubicación estratégica como lugar de paso de las rutas comerciales.

En cuanto a la población que vive en esta zona sabemos por referencias de la tradición mesopotámica y sirio-palestina que se trataba de poblaciones semitas, divididas en distintas ramas atendiendo a cuestiones lingüísticas. La mayor parte de estas comunidades son clanes patriarcales de pastores nómadas, los cuales habían mantenido contactos con la zona de Mesopotamia desde tiempos inmemoriales. Muchas de estas tribus se integrarán en Mesopotamia como ocurre, por ejemplo, con los amoritas, que empiezan a asentarse a finales del III milenio a.n.e., apareciendo ya en el II milenio a.n.e. una dinastía de reyes amorreos.

B.2.2.-Los habitantes de Mesopotamia
A pesar de que las grandes diferenciaciones políticas en Mesopotamia hay que realizarlas al hablar de las regiones Norte y Sur, dentro de la zona Sur podemos realizar también una distinción atendiendo a este mismo criterio político. Sus gentes, sin embargo, compartirán el mismo modo de vida. Nos encontramos con pueblos que han desarrollado una vida urbana, dedicándose principalmente a la agricultura. Los asentamientos urbanos van a repetir siempre un mismo patrón fijo, al igual que sus campos de cultivo. Los productos más importantes son los cereales, especialmente el trigo y la cebada, de los cuales ya hay un aprovechamiento desde el VIII milenio a.n.e., aunque éste aparecerá plenamente desarrollado ya alrededor del IV milenio a.n.e.

La otra actividad que proporcionará una gran prosperidad a estas comunidades será la ganadería. La riqueza de las ciudades se medirá muchas veces según la cantidad de cabezas de ganado que posea, alcanzándose cifras de miles y decenas de miles de animales.

Otro elemento que comparten los habitantes de Mesopotamia es la existencia de una serie de enemigos comunes, pueblos con un origen étnico y estilo de vida distintos a los suyos. Nos referimos, sobre todo, a los pueblos pastores procedentes de los Montes Zagros. En un principio estos pueblos descenderán a los valles fluviales en épocas de escasez para saquear y volver a sus montañas, aunque con el paso del tiempo nos encontraremos con que algunas de estas poblaciones descenderán con intención de asentarse en estas tierras. En cualquier caso, siempre van a constituir un elemento de conflicto.

Otro de estos pueblos que tendrán contacto con Mesopotamia serán las poblaciones nómadas del Desierto de Siria. Al contrario que las tribus procedentes de las montañas, estos semitas se acercarán a los valles, en principio a título individual, para ofrecerse como mano de obra en momentos de necesidad de trabajadores. Poco a poco irán aumentando su presencia en las ciudades, incorporándose a las mismas sin darse ningún tipo de conflicto bélico.

B.2.3.-El clima
En el período que es objeto de nuestro estudio se producirán una serie de cambios climáticos entre los años 5000 a.n.e. y 2000 a.n.e. aproximadamente que afectarán a las regiones de Mesopotamia y del Norte de Siria. Hay que interpretar estas alteraciones como parte del proceso cíclico que tiene lugar a lo largo de la Historia, consistente en un cierto incremento de las temperaturas, en la subida del nivel del mar, en un aumento de la pluviosidad… Son, por lo general, períodos muy diferenciados y marcados por una mayor prosperidad. Sin embargo, en la zona de Palestina produjo una inestabilidad sísmica que causó grandes destrucciones en torno al año 1900 a.n.e., arrasando ciudades en gran parte de la llanura del río Jordán, la cual quedó parcialmente inundada.

En el siglo XX se realizaron estudios geológicos de la ciudad de Ur, tratando de demostrar una teoría que planteaba el aumento de la línea de costa gracias a las aportaciones fluviales. Los geólogos Lee y Falcon descubrieron que, a pesar de la colmatación del Golfo Pérsico, los movimientos sísmicos compensaron el crecimiento del terreno, de forma que hay cambios en la línea de costa desde el 4000 a.n.e. hasta la actualidad, pero menos de lo que se había pensado inicialmente. La ciudad de Ur nos sirve para marcar el límite que presentaba la franja costera hace seis mil años.

También han cambiado mucho desde entonces los cursos de ambos ríos, con lo que ciudades que antes estaban junto a sus aguas se encuentran hoy en día en pleno desierto.

Respecto al cultivo de los cereales, originariamente se daba únicamente en una pequeña zona y desde allí se fue extendiendo progresivamente. En el caso de la Península de Anatolia lo accidentado del terreno hizo que sólo los escasos valles interiores pudiesen servir para la agricultura, por lo que siempre fue una zona deficitaria de grano.


















NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:



































































































CAPÍTULO 3
LA FORMACIÓN DE LOS PRIMEROS ESTADOS MESOPOTÁMICOS. PROTOHISTORIA DE MESOPOTAMIA. EL PROTODINÁSTICO


B.3.1.-Introducción
Son varios los pasos, todos ellos de gran importancia, que van a marcar el inicio de la Historia en el Próximo Oriente. Uno de los más destacados, el cual no puede ser desvinculado del resto, es el lento proceso que estudiosos como Gordon Childe denominaron “la revolución urbana” o también “de la aldea a la ciudad”. Nos referimos al nacimiento del urbanismo.

A partir del Neolítico las comunidades comenzarán a sedentarizarse y a producir excedentes, los cuales se van diversificando tanto en las clases de productos como en el espacio geográfico que abarcan. Estos excedentes originan un comercio que, a pesar de ser a pequeña escala, es la actividad que más va a modificar la vida de estas comunidades. Provocó, además del contacto precoz con otras regiones sitas fuera del marco exclusivamente mesopotámico, un enriquecimiento de estas comunidades gracias a los intercambios de excedentes. Esta mejora de la calidad de vida causó la estratificación social dentro de las comunidades, la cual creció hasta el punto de surgir una autoridad política. Al mismo tiempo que estos pueblos empiezan a construir sus primeras ciudades, su territorio pasa a estar bajo el control de un líder político y religioso que gobernará sobre la naciente ciudad-estado.

En el período denominado El Ubaid por la arqueología , datado alrededor del año 5000 a.n.e., nos encontramos con que las poblaciones de Mesopotamia presentan ya una serie de condiciones que nos indican que están a punto de dar un paso cualitativo hacia la ciudad. Podemos tomarlo, por tanto, como el período inmediatamente anterior a la entrada de estas comunidades en la Historia.

Podemos empezar a hablar de urbanismo en Mesopotamia ya a partir del IV milenio a.n.e., época en la que ya aparecen suficientes evidencias materiales de la existencia de entidades políticas o de diferenciación de barrios. Tenemos que unir a estos procesos de estratificación de la sociedad y del urbanismo el nacimiento de la escritura, ya que es imposible desligarlos: la escritura nace ante la necesidad de llevar algún tipo de control de las crecientes actividades tributarias y de intercambios.

B.3.2.-Período de Uruk
Entramos así en lo que los arqueólogos han denominado Período de Uruk, que transcurre entre los años 4000 a.n.e. y 2900 a.n.e., al ser en esta ciudad, Uruk, la primera donde se encontró la combinación del grado suficiente de urbanismo, de unas ciertas condiciones sociales y económicas y la presencia de la escritura. Dentro de la estratigrafía de esta ciudad el nivel más interesante es Uruk IV, en el que las estructuras y los restos materiales nos indican que podemos hablar ya de una comunidad que ha entrado en la Historia. Otras ciudades de Mesopotamia presentarán también las mismas características en el mismo nivel estratigráfico que Uruk IV, por lo que podemos afirmar que Uruk no fue la única ciudad-estado que surgió como tal en este momento.

Además de la aparición de la escritura se incorporarán nuevos avances técnicos tales como arados y una mejora del utillaje, que permitieron un avance del grado de desarrollo económico. Los expertos piensan que este cambio respecto a lo anterior se debe principalmente a la incorporación de un elemento nuevo, los sumerios, en el seno de las comunidades autóctonas. Hoy en día resulta imposible diferenciar entre lo indígena y lo sumerio debido a que no tardaron en fusionarse culturalmente, pero los estudiosos defienden que fue esta nueva población la que con su llegada introdujo dichos avances.
Respecto a los sumerios, no se conoce prácticamente nada sobre ellos antes de que se asentasen en Mesopotamia. Las noticias más antiguas disponibles sobre este pueblo son del III milenio a.n.e., en un momento en el que ya están completamente unidos al sustrato local. No se puede afirmar con seguridad, por tanto, sobre qué gentes se asentaron ni de dónde provenían. Son los mismos sumerios, sin embargo, quienes nos dan pistas sobre su carácter foráneo. Uno de sus mitos más ancestrales, el del Dilmun, podría indicar que proceden de una zona más oriental. Para los sumerios el Dilmun era un lugar mítico y evocador por donde nacía el sol, lo cual ha sido interpretado como una reminiscencia de su ancestral tierra de origen. Esta teoría se ve reforzada por el hecho de que los sumerios tenían en su panteón divinidades asociadas a las montañas, lo cual resulta peculiar porque el territorio de Summer es, como ya sabemos, una llanura de aluvión en la cual no hay montañas. En cualquier caso, el origen de los sumerios sigue siendo un misterio y está muy unido al mito.

Por poner una fecha más concreta en la cual ya tengamos plenamente identificados todos los elementos que nos permiten afirmar, sin duda alguna, que una comunidad ha entrado en la Historia, tomemos como referencia el año 3200 a.n.e. En este momento la ciudad de Uruk (la actual Warka) está en la fase que hemos llamado Uruk IV, en la que encontramos todos los elementos que van a caracterizar al mundo sumerio.






En las primeras excavaciones de la ciudad de Ur, llevadas a cabo por Leonard Woolley, el arqueólogo inglés halló una gran cantidad de cilindros-sello . Uno de sus diseños se interpretó como la marca de la ciudad, el sello que sería su símbolo de identidad ya desde sus primeros momentos. Muchos de estos sellos pertenecerían a funcionarios de la ciudad, que utilizarían los mismos para sancionar los documentos oficiales.

A través de dichos documentos pueden seguirse las relaciones entre las distintas ciudades-estado mesopotámicas que estaban surgiendo. Durante gran parte del III milenio a.n.e. estas ciudades serán independientes, pero mantendrán una estrecha relación que no se sostiene en términos estrictamente comerciales. Parece constatada la existencia de un cierto espíritu “nacional” entre los sumerios, a pesar de tratarse gentes pertenecientes a realidades políticas distintas.

Además de las relaciones económicas o las que implican directamente a sus reyes, como las de carácter político-militares, encontramos un tipo de relación entre sumerios que llamamos anfictionía. Este término tomado del griego nos sirve para hablar de reuniones o encuentros entre ciudades por un motivo que es un referente cultural común para sus poblaciones . En el caso sumerio tenemos la anfictionía de Nippur. Los representantes de distintas ciudades sumerias se reunían en la ciudad de Nippur para hablar o discutir diversos asuntos de interés común. Es lógico que dicha anfictionía tuviese lugar en Nippur, ya que esta ciudad era el gran centro religioso de referencia para todos los sumerios. Había, por tanto, muchos motivos para que fuese esta ciudad la que albergase a los representantes de otras ciudades, como tradiciones, fiestas… La importancia de Nippur queda claramente reflejada en el hecho de que, cuando en épocas posteriores algún pueblo trate de expandir su control político, los textos nos indican que toman esta ciudad. Considerarán su control como un elemento de prestigio y un hito importante.

A partir de los últimos años de este Período de Uruk empiezan a perfilarse los elementos que nos llevan a distinguir una nueva etapa, claramente diferenciada de la anterior: el Protodinástico.

B.3.3.-Período Protodinástico
A partir del año 2900 a.n.e. aproximadamente empiezan a aparecer ya las primeras dinastías reales, a pesar de que éstas no están claramente definidas en muchas ocasiones. Esta nueva etapa de Mesopotamia se divide en tres subperíodos.

B.3.3.1.-Protodinástico I
Acotamos este período entre los años 2900 a.n.e. y 2770 a.n.e. Los primeros momentos de esta etapa están vinculados a acontecimientos relacionados con el mundo mítico. Los sumerios ubican en estos años el Diluvio, catástrofe natural que se convirtió en un tema recurrente en todo Oriente y del que no se han encontrado pruebas geológicas que puedan confirmar que ocurrió . Como ya sabemos, este Diluvio se utiliza en el mundo oriental como referencia temporal, pero habría que distinguir entre lo que sería un Gran Diluvio y varios Diluvios secundarios. Las fuentes utilizan a veces el mismo término, Diluvio, para referirse tanto a la gran catástrofe natural a la que sólo sobrevivió Ziusudra como a otras pequeñas catástrofes posteriores. Únicamente el Gran Diluvio es usado para fechar, ya que simboliza los recuerdos y hechos más antiguos para los sumerios.

Dejando ya de lado la parte más mítica relacionada con este período, vamos a encontrarnos con una continuidad del templo como referente político y religioso, con un rey-sacerdote gobernando cada ciudad-estado. Estos reyes-sacerdotes reciben a lo largo del III milenio a.n.e. el nombre genérico de patesi, a pesar de que cada ciudad cuenta con su propia autoridad y de que dicho nombre evolucionará con el paso del tiempo. Conocemos el proceso que experimentan estas nomenclaturas gracias a las listas reales y a las inscripciones que nos hablan de los acontecimientos ocurridos durante cada reinado, aunque hay que recordar que estas fuentes presentan una serie de problemas .

En esta época nos encontramos con que prácticamente la totalidad de las ciudades sumerias que conocemos se han convertido ya en ciudades-estado, destacando especialmente la relevancia de una de ellas entre todas las demás. Nos referimos de nuevo a Nippur, centro religioso por excelencia desde sus primeros momentos.

B.3.3.2.-Protodinástico II
Es el período comprendido aproximadamente entre los años 2770 a.n.e. y 2550 a.n.e. En este momento va a tener lugar un gran cambio respecto a las etapas anteriores. Las ciudades mesopotámicas van a experimentar la progresiva separación entre la política y la religión. Aparecerá el palacio, un nuevo elemento dentro del marco urbano que será protagonista de la escisión del poder. Este hito ha sido interpretado como el resultado del creciente poder de determinadas familias en el seno de la ciudad, las cuales llegaron a desafiar a la autoridad del templo y se instalaron por su cuenta, naciendo así el palacio. Con el tiempo fueron adquiriendo cada vez más competencias, quizás pagando grandes tasas al templo a cambio de vincularse al poder y tomando éste un carácter hereditario, naciendo así la monarquía. Muchos autores han interpretado que gran parte de los conflictos internos que vivieron las ciudades-estado en estas fechas se debe a la separación entre el templo y el palacio y a las repercusiones que trajo este cambio.

El cargo de gobernante, como ya hemos dicho, irá cambiando de nombre a lo largo del tiempo. El término patesi o rey-sacerdote evolucionará de la siguiente manera:
-Surgirá la figura del en o gran sacerdote, autoridad religiosa.
-También aparecerá un término, ensi, que ha sido traducido como gran propietario, ya sea referido al templo o al palacio, por lo que se convierte en una forma genérica de referirse al poder.
-El lugal, sin embargo, tiene un carácter más marcadamente guerrero. Los signos cuneiformes que se utilizan para escribir este cargo son los de “hombre” y “grande”, de lo que deducimos que se refería al hombre más importante de la ciudad.

La aplicación correcta de esta terminología es una tarea realmente complicada, ya que estos nombres evolucionan de forma distinta dependiendo del lugar. Cada ciudad seguirá su propio ritmo a la hora de separar el poder religioso y político, de forma que en algunos de los territorios nos encontraremos que su gobernante recibe el nombre de ensi, en otras será ya un lugal… Además, según determinadas ciudades empiecen a controlar a otras veremos que el rey de una ciudad-estado puede tener también cargos en otras que se han subordinado ante él y que le pagan tributo. Un hipotético lugal conquistador será rey de su propia ciudad y tendrá bajo su autoridad a varios reyezuelos. En estas ciudades controladas por un poder externo la nomenclatura de sus gobernantes, por tanto, se complicará. Podemos encontrarnos así con un ensi que ya no es exactamente un rey soberano, sino que se ha convertido en un gobernador dependiente de un lugal. Sin embargo, en otros lugares el término ensi conservará su concepción original. La conclusión, por tanto, sería que hay muchos aspectos en el mundo sumerio que carecen de uniformidad.

Hay otro episodio importante para el Próximo Oriente que la tradición sitúa temporalmente en esta misma etapa. Nos referimos a la rivalidad entre el Norte y el Sur de la Baja Mesopotamia plasmada en el enfrentamiento alrededor del año 2650 a.n.e. entre las más importantes ciudades sumerias de cada una de estas regiones, es decir, Kish y Uruk. En el marco de este episodio de hostilidades están las raíces del origen del mito de Gilgamesh así como de la construcción de las murallas de la ciudad en la que reinó, Uruk.





Algunas de las piezas más destacadas procedentes de estas tumbas.


B.3.3.2.-Protodinástico III
Durante esta última fase del Protodinástico, ya en la segunda mitad del III milenio a.n.e., (2550 a.n.e. – 2340 a.n.e. aproximadamente) finalizará el proceso de separación entre el templo y el palacio que se había iniciado en la etapa anterior. Los expertos continúan relacionando estos acontecimientos con los conflictos de carácter social que van a tener lugar en las ciudades.



La ciudad de Lagash tratará de controlar los territorios circundantes, llegando a conseguir de este modo una cierta hegemonía sobre Summer, el Elam y sobre la ciudad de Mari, aunque este dominio fue muy efímero.

Conocemos también para esta misma época otra nueva rivalidad entre dos ciudades sumerias en la que se roban el agua, se rompen sus canales mutuamente, etc. y que desemboca finalmente en una guerra Las ciudades protagonistas de este conflicto son Umma y Lagash. Las inscripciones parecen señalar la participación de otras ciudades, lo cual ha sido interpretado como un intento por parte de éstas de mediar entre las dos . La actitud conciliadora del resto de ciudades es perfectamente entendible, ya que un enfrentamiento de estas características afectaría a toda la región, rompiendo la seguridad de las rutas comerciales.



En el fragmento más grande conocido de esta estela, conservado en el Museo del Louvre, queda plasmado el triunfo de Lagash sobre Umma. Vemos en ella al monarca Eannatum de Lagash seguido por sus tropas, con escudos y lanzas, desfilando sobre los cuerpos de sus enemigos caídos. Conocemos también un texto en cuneiforme en el que el dios Ningirsu, hijo del dios principal Enlil y deidad protectora en asuntos de guerra y caza, prometió la victoria a la ciudad de Lagash.

El último rey de esta I dinastía de Lagash fue Urukagina, que reinó alrededor del 2370 a.n.e. Parece ser que este monarca solucionó una serie de problemas sociales que tuvieron lugar durante su gobierno. Los más pobres se quejaron de los desmanes y abusos de los grupos privilegiados: los más poderosos acaparaban todos los beneficios y las tierras, los altos funcionarios se aprovechaban de los bienes públicos, la presión fiscal era excesiva… El rey, por indicación divina, llevó a cabo una reforma de carácter popular para solventar el conflicto social que había causado la excesiva polarización de la sociedad. La pobreza impedía en muchas ocasiones el pago de las deudas contraídas, siendo la única alternativa el convertirse en esclavo, normalmente de forma temporal, del acreedor. Una de las medidas adoptadas por Urukagina fue perdonar a los presos por deudas, aunque no abolió la ley que los esclavizaba en caso de impago.



Su reinado fue bruscamente interrumpido cuando Lugal-zagesi, rey de Umma, logró imponerse finalmente a Lagash, finalizando así el conflicto entre estas dos ciudades. Pero este monarca de Umma disfrutaría poco de su triunfo sobre su rival ya que no tardaría mucho en configurarse un poder hegemónico, el que fue el primer estado territorial del Próximo Oriente, el Imperio Acadio.

































































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Estela de los Buitres:
“... Ningirsu implantó la simiente de Eannatum en el seno de Ninurshaga. Ninurshaga lo parió y, con Eannatum, Ninurshaga se regocija. Innana lo toma del brazo. Lo llama de este modo: «Digno de residir en el Eanna de Inana del Ebgal». Ella lo sienta en las rodillas sagradas de Ninurshaga, y Ninurshaga lo alimenta con sus pechos sagrados... Él (Ningirsu) lo midió con su palmo: cinco codos! Él lo midió con su codo: cinco codos y un palmo! Ningirsu se regocija grandemente, le concede la realeza de Lagash.
El llamado de Ningirsu, Eannatum, el poderoso, habla con cólera al país enemigo. Inana ha llamado a Eannatum «Digno de residir en el Eana de Inana del Ebgal», este nombre fue impuesto, su nombre sumerio fue impuesto. El príncipe de Umma, cada vez que con sus tropas... haya comido el Gu-edina, el dominio bien amado de Ningirsu, que éste lo abata.

(Sueño de Eannatum): Aquel que está acostado, aquel que está acostado, él está en su cabecera. Eannatum, acostado, su señor bienamado, Ningirsu, está a su cabecera. A Eannatum, acostado, habla: A Umma, la propia Kish, puesta en cólera por estas bandas de pillaje, no la sostendrá. A tu derecha, Utu se alzará para ti. En tu frente, estará la cinta real.

Eannatum ... hirió (aUmma); en seguida enumeró 3.600 cadáveres... Ningirsu puso sobre el príncipe de Umma su augusta mano y su augusto pie; a la población de la ciudad sublevó contra él, en Umma le mató; destruyó el barrio sagrado.

...Yo, Eannatum, como a un mal viento de tormenta encadené a la tempestad! ...
Eannatum, cuya palabra es justa, delimitó la frontera de Umma, la dejó en el poder de Umma y en el mismo sitio rigió una estela. El hombre de Umma ... Eannatum, sobre el que Sulutula vertió dulces lágrimas, Eannatum venció. Eannatum aniquiló a todos los países enemigos. Eannatum restituyó a Ningirsu su dominio bienamado, el Gu-edina... (Juramento por Enlil): Yo, Eannatum, sobre el hombre de Umma he lanzado la red arrojadiza de Enlil, y por esta red le he prestado juramento. Y el hombre de Umma a Eannatum ha prestado juramento. ¡Por la vida de Enlil, rey del cielo y de la tierra! Un diluvio devoró el campo de Ningirsu: yo decreté un talud de presa. ¡Que nunca franquee la frontera de Ningirsu! ¡Que no altere nunca el talud y la fosa! ¡Que no desplace nunca la estela! ¡Si franquea la frontera, que la gran red arrojadiza de Enlil, rey del cielo y de la tierra, por la que él prestara juramento, sobre Umma se abata!.

¡Yo, Eannatum, soy, en verdad, muy sabio! Dos palomas: sobre sus ojos puse alcohol, en su cabeza apliqué la resina del cedro, para Enlil, rey del cielo y de la tierra, hacia el Ekur de Nippur las solté.
¡Ante Enlil, mí señor, por orden de quién, a instancias de quién, el hombre de Umma se volverá de su palabra? ¡Cuanto duran los días durará esta palabra! ¡Si él transgrede el juramento, que la gran red de Enlil, por la que ha prestado el juramento se abata sobre Umma!”

MARCO, F. y SANTOS, N.: Textos para la Historia del Próximo Oriente Antiguo, Oviedo, 1980, vol. II.



























































CAPÍTULO 4
EL IMPERIO ACADIO. LOS GUTI. LA III DINASTÍA DE UR


B.4.1.-El Imperio Acadio
B.4.1.1.-La llegada de las nuevas poblaciones y la fundación de Akkad
La segunda mitad del III milenio a.n.e. se caracterizará especialmente por la llegada de nuevas poblaciones a la región de Mesopotamia. Este aporte demográfico, perteneciente a un grupo étnico distinto del autóctono de esta zona, generará un mundo más rico y cargado de matices pero, al mismo tiempo, más complicado y difícil de interpretar para el historiador.

Estos nuevos grupos, de etnia semita y bajo la protección de la gran diosa madre Ishtar, se irán incorporando poco a poco a la vida de la región, integrándose socialmente en el mundo mesopotámico. No parece que la llegada y posterior incorporación de estas tribus semitas en Mesopotamia causase ningún problema sino más bien todo lo contrario: la influencia y asimilación mutua fue tal que resulta imposible diferenciar entre ambas realidades, la local y la extranjera. Ambas poblaciones se fusionaron hasta tal punto que el único rasgo distintivo que podemos señalar entre ellas son los nombres propios acadios y la introducción de divinidades semitas en el panteón sumerio, de forma que casi podemos hablar de una simbiosis tanto política como cultural.

A falta de más información para esta época, la aparición en las fuentes de reyes con nombres de origen acadio gobernando en ciudades que tradicionalmente habían pertenecido al mundo sumerio sirve a los historiadores, además de para constatar la incorporación de estas gentes en Mesopotamia , para destacar una nueva fase en la Historia de esta región. Decir que el Imperio Acadio contaba con algún componente étnico o cultural que lo diferenciase del mundo sumerio sería una falsedad, pero recurrimos a los nombres acadios de su dinastía real para diferenciar y destacar un momento especial dentro de la Historia del Próximo Oriente: la creación del primer gran estado territorial, en cuyas raíces encontramos elementos de procedencia acadia.

Fundaron la ciudad de Akkad al Norte de Summer, en el estrechamiento de los ríos . Debido nuevamente a la escasez de otra información acerca de las gentes que la habitaron tomamos el nombre de la ciudad que construyeron para bautizar con él a todo el estado territorial que crearon entre los años 2296 a.n.e. y 2150 a.n.e., el Imperio Acadio.


Según nos relata el mismo Sargón su madre, que por lo que parece ser no era una persona jurídicamente libre, no pudo mantenerle, así que le abandonó en el río dentro de una cesta . Fue encontrado y recogido por un tal Akki de Kish, que lo adoptó. Sargón llegó a prosperar en esta ciudad, convirtiéndose en funcionario del rey de Kish hasta que, un día, usurpó el poder y fundó la ciudad de Akkad.

Esta última parte parece ser la única del mito que tiene una base real, ya que uno de los títulos reales de Sargón era sharrukin o rey legítimo. Está bastante claro que mediante el uso de este apelativo Sargón trataba de legitimar un ascenso al poder, que seguramente no habría sido del todo regular. Respecto al resto de la historia de este monarca, es poco probable, por no decir imposible, que en una sociedad como la oriental de esta época un individuo de extracción humilde pudiese medrar socialmente hasta el punto de llegar al trono. Parece mucho más factible que Sargón perteneciese a una familia de la elite local que logró hacerse con el poder.

En torno a la ciudad de Akkad se irá formando, como ya hemos dicho, un gran estado territorial, el primero del Próximo Oriente. Este Imperio Acadio que fundó Sargón I no va a tener unos límites geográficos claros. Hay que tener en cuenta que el control de los territorios dependía de varios factores:
-Ganar los territorios en batalla.
-El monarca de un territorio debe reconocer la superioridad y el poder de otro rey sobre el suyo propio.
-A la muerte del rey conquistador los reyes que le rendían tributo pueden tratar de no continuar con el pacto establecido entre ellos.

El Imperio Acadio comprenderá los territorios de Summer y Akkad, con un dominio esporádico de Subartu y del Elam. También ejercerá un cierto control de la zona sita entre el valle del Éufrates y Mari, tratando así de acceder al paso del Habur y de ganar una salida al Mediterráneo.

B.4.1.2.-Las expediciones y el comercio
Conocemos para esta época la existencia de relaciones con otros estados fuera del mundo estrictamente sumerio o acadio tal y como nos muestra el archivo de la ciudad de Ebla, al Norte de Siria. Sus documentos, además de hablar de la vida de su ciudad, incluyen referencias a los contactos con las regiones de alrededor. También hay constancia de la existencia de contactos con una región tan alejada como es Anatolia. Sabemos que los mercaderes remontaban el Éufrates para llegar a esta península, lugar de paso de la ruta del estaño. No conocemos, sin embargo, el lugar de procedencia de este preciado metal.

Los sumerios y acadios tuvieron noticias acerca del País de la Vida y de sus bosques de cedros desde fechas muy tempranas, como así lo demuestran las referencias a este lugar que encontramos en el Poema de Gilgamesh. Ya desde el III milenio a.n.e. el puerto de Byblos era uno de los grandes puntos de salida de productos del Mediterráneo. Pero no todas las señas sobre lugares míticos provenientes de la tradición sumerio-acadia han sido tan esclarecedoras como las del País de la Vida. Sigue sin saberse cuál es el lugar al que primero los sumerios y más tarde los acadios llamaron Dilmun. Es descrito como el lugar donde sale el sol, por lo que debe estar en Oriente, y es considerado la región de origen de los sumerios. El hecho de que hablen del Dilmun podría ser interpretado también como un cierto conocimiento y contacto comercial con Oriente.

B.4.1.3.-El reinado de Naram-Sin
A la muerte de Sargón I y durante el gobierno de sus hijos el Imperio Acadio experimentó una cierta decadencia, reflejada en la pérdida de parte de sus dominios. Habrá que esperar al reinado de Naram-Sin, nieto del fundador del estado acadio, para que llegue un nuevo momento de esplendor. Con él se reforzará el poder teocrático, tal y como demuestran las titulaturas que adoptará. Se autoproclamará así dios de Akkad y rey de las cuatro partes del mundo , divinizándose. Es el primer caso que tenemos documentado en el Próximo Oriente de un monarca que pasa a adquirir el rango de deidad de una forma tan clara y premeditada.



B.4.1.4.-La caída del Imperio Acadio
Podemos afirmar que la caída del Imperio Acadio se produjo tanto por causa de una crisis interna como por la llegada de otros pueblos a Mesopotamia, circunstancias ambas que contribuyeron a erosionar la hegemonía de Akkad.

Como causa interna habría que destacar el levantamiento de algunas de las ciudades controladas, como por ejemplo Lagash, que contaba con un cierto grado de autonomía y que tenía ciertas aspiraciones hegemónicas ya desde mitad del III milenio a.n.e., lo cual debió generar un clima de inestabilidad política. Continuando con el caso de Lagash, sus monarcas son citados en las fuentes de este período como ensi en vez de como lugal, a veces como soberanos independientes y en otras ocasiones vinculados al Imperio Acadio . Lagash era una ciudad próspera que se beneficiaba del comercio a larga distancia , así que es comprensible que aspirase liberarse del yugo acadio. Destaca la figura de Gudea, rey de Lagash, cuyo legado destaca por las múltiples muestras de arte estatuaria, aunque se piensa que parte de estas obras atribuidas a su reinado pudieron ser en realidad de otros monarcas de su dinastía.

También hay que tener en cuenta los peligros para el Imperio Acadio procedentes del exterior de sus fronteras. Los guti o outu, un pueblo de pastores de los Montes Zagros, más concretamente de un lugar que las fuentes llaman Gutium o el País de los Guti, descendieron a través de los valles del Diyala y del Zab e irrumpieron violentamente en Mesopotamia. Tras una serie de episodios de saqueos y conquistas el antiguo Imperio Acadio perdió el control de todos sus territorios con excepción de la capital, que siguió en manos de su monarca, Sharkalisharri.

Algunos textos orientales no consideran que los guti fuesen la causa de la desintegración del estado acadio, sino que en realidad fueron simplemente un instrumento de castigo. Estos documentos culpan al rey Naram-Sin de haber profanado los templos, especialmente el Templo de Enlil en Nippur, más conocido como Enkur. Estas fuentes interpretan que el dios Enlil mandó a los pueblos de las montañas como castigo por el horrible sacrilegio de Naram-Sin. Hoy sabemos que este monarca no robó ni saqueó los templos, sino que simplemente hizo sacar de los mismos los bienes necesarios para poder sufragar los gastos de las guerras. Es más que probable que este acto fuese considerado en su momento como un sacrilegio. Pero hay que tener también en cuenta que todas las fuentes deben de ser leídas en su contexto histórico para poder interpretarlas correctamente. El texto procede de la III dinastía de Ur, poder hegemónico que sucedió al Imperio Acadio. Sus monarcas trataban de mostrarse a sí mismos como los continuadores y herederos del verdadero espíritu de la tradición sumeria, por lo que no es de extrañar que hiciese hincapié en la impiedad de los gobernantes acadios.

B.4.2.-La III dinastía de Ur
Los guti fueron incapaces de mantener bajo su control los territorios que habían conquistado, así que poco tiempo después de la caída del Imperio Acadio irá tomando forma un nuevo proyecto político que controlará los territorios circundantes y que ocupará el vacío dejado por Akkad. Es, tal y como lo llamaron sus protagonistas, un renacer sumerio que unificará la Baja y la Media Mesopotamia bajo una misma autoridad. Podemos llamar a este período que se desarrolló entre el 2112 a.n.e. y el 2003 a.n.e. aproximadamente Ur III, III dinastía de Ur, Período Neosumerio o incluso Renacimiento Sumerio, aunque quizás el más correcto de ellos sea el de III dinastía de Ur.

A pesar del interés propagandístico por mostrarse como los auténticos herederos del mundo sumerio, lo cierto es que hay muchos elementos dentro de este nuevo estado territorial que demuestran una continuidad con el momento inmediatamente anterior, es decir, con los acadios. Van a seguir apareciendo nombres de reyes acadios, de forma que parece que debajo de la ficción política centrada en borrar todo lo acadio y en resaltar lo sumerio continua habiendo en realidad una simbiosis cultural entre ambas realidades. La gran cantidad de documentación disponible para esta época podría indicar un reforzamiento del poder central y un aumento del cuerpo burocrático estatal.

Los nuevos monarcas van a dedicar muchos esfuerzos a proclamar su legitimidad para gobernar estos territorios atendiendo a su carácter de herederos del mundo sumerio. Veamos diversas medidas que adoptaron en este sentido:
-Complican la titulatura real, adoptando la de Summer.
-Toman la ciudad de Nippur, el gran referente religioso del mundo sumerio, como modo de legitimar y prestigiar su poder.
-Se reescriben muchas de las antiguas leyendas sumerias, hasta el punto que gran parte de la literatura sumeria que ha llegado a nosotros pertenece a estas fechas.
-Inventan parentescos entre su dinastía y algunas de las dinastías sumerias con la intención clara de legitimar su dominio, a pesar de que hay constancia de que en algunas de las ciudades de la III dinastía de Ur siguen existiendo elementos acadios que, en ocasiones, aparecen incluso vinculados al poder.


-Este mismo monarca de la III dinastía de Ur, Ur-Nammu, nos sirve para introducir otro elemento de legitimización de su linaje. Tras la muerte de este rey se escribió un texto en el que se narra su viaje al mundo de los muertos, donde se encuentra con Gilgamesh, entrevistándose y dando regalos al gran héroe sumerio. Nos encontramos ante una fórmula oriental que simboliza un contacto con una personalidad importante, con un referente para el mundo sumerio. Al narrar el encuentro entre los dos reyes lo que trata de hacer en realidad es legitimar la vinculación de la dinastía de Ur-Nammu con los elementos más puros del mundo sumerio.
-Tendrá lugar un resurgir cultural específicamente sumerio.
-Los textos escritos abandonarán la lengua acadia, en la cual habían escrito toda su documentación durante la etapa del Imperio Acadio, para volver a adoptar la lengua sumeria . Esta medida de clara intencionalidad política se aplicará tanto en documentos de carácter literario como en los administrativos.

Este proceso reivindicativo del espíritu sumerio es algo confuso. No se sabe muy bien cómo pudo tener lugar y desarrollarse en el seno de una sociedad formada por dos comunidades completamente mezcladas entre sí. Los estudiosos piensan que pudo tratarse de una forma de poner en valor unos elementos estrictamente sumerios en decadencia ante el crecimiento constante de las poblaciones semitas. Hay constancia de que no hubo ningún conflicto entre sumerios y acadios. Incluso en aspectos tan delicados como son los religiosos se observa una ejemplar adaptación mutua: se mantuvieron los antiguos dioses sumerios al mismo tiempo que se incorporaban en su panteón las divinidades semitas. Un ejemplo claro que muestra la ausencia de problemas relevantes entre los sumerios y el grupo semita que llamamos acadios lo encontramos en el rey Naram-Sin. Como ya sabemos este monarca acadio recibió culto tras su muerte y, tras la caída del Imperio Acadio, siguió recibiéndolo durante la III dinastía de Ur.

Ur-Nammu, monarca del Período Neosumerio al que ya hemos mencionado, fue el responsable de gran parte de la política y de los aspectos militares de su dinastía, aunque también es cierto que se le atribuyen diversos logros de otros reyes de su linaje. Se le considera artífice, entre otros méritos, de la construcción de templos en varias ciudades y, sobre todo, de la expulsión de los guti. Este último punto es un poco controvertido, ya que se sabe que los guti no necesitaban ser expulsados: su falta de estructuras políticas hacía inviable que su estancia en las ciudades que tomaron se prolongase.

Sea como fuere, lo cierto es que las fuentes consideran que el reinado de Ur-Nammu fue un período de paz y prosperidad durante el cual expandió su gobierno por todos antiguos territorios del Imperio Acadio, es decir, por Summer, Akkad, el Elam, un control muy efímero de algunas zonas de Subartu y una cierta influencia política en la ciudad de Mari gracias a una alianza matrimonial. La III dinastía de Ur tenía las condiciones necesarias para poder cobrar tributo de territorios alejados geográficamente, lo cual hace pensar que sus fronteras pudieron ser más anchas de lo que hemos esbozado.

A finales del III milenio a.n.e. la combinación de una serie de acontecimientos provocará la caída de la III dinastía de Ur . Ciudades como Isin y Larsa aprovecharon la debilidad del estado sumerio para llegar a controlar un cierto territorio de forma independiente, mientras que una nueva oleada de poblaciones semitas procedentes del Desierto de Siria, los amoritas, amorritas o amorreos, se irán asentando en Mesopotamia.






















































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

El origen de Sargón de Akkad:
“Sargón, el soberano potente, rey de Agadé, soy yo.
Mi madre fue una variable (?), a mi padre no conocí.
Los hermano(s) de mi padre amaron las colinas.
Mi ciudad es Azupiranu, situada en las orillas del Eufrates.
Mi variable madre me concibió, en secreto me dio a luz.
Me puso en una cesta de juncos, con pez selló mi tapadera.
Me lanzó al río, que no se levantó (sobre) mí.
El río me transportó y me llevó a Akki, el aguador.
Akki, el aguador, me sacó cuando hundía su p[o]zal.
Akki, el aguador, [me aceptó] por hijo suyo (y) me crió.
Akki, el aguador, me nombró su jardinero.
Mientras era jardinero, Ishtar me otorgó (su) amor,
Y durante cuatro y [. . .] años ejercí la realeza.
El [pueblo] de los cabezas negras regí, gob[erné];
Poderosos [mon]tes con azuelas de bronce conquisté,
Las sierras superiores escalé,
Las sierras inferiores [atra]vesé,
Las [tierr]as del mar tres veces recorrí.
Dilmun mi [mano] cap[turó],
[Al] gran Der [subí], yo [...],
[...] alteré y [...].
Cualquier monarca que me suceda,
R[ija, gobierne] el [pueblo] de los cabezas negras;
[Conquiste] poderosos [montes] con azuela[s de bronce],
Escale las sierras superiores,
[Atraviese las sierras inferiores],
¡Recorra las [tierr]as del mar tres veces!
[Capture Dilmun su mano],
¡Suba [al] gran Der y [...]!
[... ] de mi ciudad, Aga[dé ... ]
[...]...[...].”

PRITCHARD, JAMES B.: La sabiduría del Antiguo Oriente, Ed. Garriga, Barcelona, 1966.

Lamento por la pérdida de Ur:
“Después de que Ann hubiera fruncido su ceño sobre todas las tierras,
Después de que Enlil hubiera mirado favorablemente sobre una tierra enemiga,
Después de que Nintu hubiera dispersado a las criaturas que ella había creado,
Después de que Enki hubiera alterado (el curso de) el Tigris y el Éufrates
Después de que Utu hubiera lanzado su maldición sobre los caminos y carreteras,
Con el fin de abandonar los divinos decretos de Summer, de cambiar sus planes predeterminados
Para alejar los (divinos) decretos del reino de la realeza de Ur,
Para deshonrar al Principesco Hijo en su (templo) Ekishnugal,
Para romper la unidad de la gente de Nanna, numerosa como ovejas,
Para cambiar las ofrendas de alimentos de Ur, el santuario de magníficas ofrendas de alimentos,
Que su gente ya no habite en sus alojamientos, que sea entregada (para vivir) en un lugar hostil,
Que (los soldados de) Shimashki y Elam, el enemigo, habiten en su lugar,
Que su pastor sea capturado por el enemigo, completamente solo,
Que Ibbi-Sin sea llevado a la tierra de Elam encadenado, […]
Que la azada no toque los fértiles campos, que la semilla no sea plantada en el suelo,
Que el sonido de la canción del que cuida a los bueyes no resuene en la llanura,
Que la mantequilla y el queso no se elaboren en el corral, que el estiércol no sea depositado en el suelo, […].”

MICHALOWSKI, P.: The Lamentation over the Destruction of Sumer and Ur, Winona Lake (Indiana), 1989.









































CAPÍTULO 5
ASPECTOS DE LA CIVILIZACIÓN MESOPOTÁMICA DURANTE EL III MILENIO (I). LA CIUDAD, LA ADMINISTRACIÓN, LA SOCIEDAD Y LA ECONOMÍA


B.5.1.-La ciudad






A partir de los estudios realizados sobre los núcleos urbanos existentes se observa que hay ciudades que se formaron a partir de la evolución de una o de varias aldeas unidas. Hay que tener en cuenta que no siempre es fácil identificar la parte más antigua de estas ciudades, ya que se encuentran construidas sobre suelos pantanosos y éstos no favorecen la conservación de este tipo de indicios.

Pero también sabemos de otras ciudades que fueron fundaciones de nueva planta, tal y como lo constatan las fuentes, por lo que nacieron ya con todas las infraestructuras propias de un núcleo urbano. Un ejemplo que ya conocemos sería la desaparecida ciudad de Akkad, que Sargón I construyó y convirtió en la capital del Imperio Acadio.

Indiferentemente de los orígenes de cada ciudad podemos encontrar en ellas una serie de elementos comunes a todas, como las murallas y las puertas. Empiezan a usarse desde épocas muy antiguas y eran tanto un elemento de defensa ante ataques de otros pueblos como un símbolo que refleja que en su interior se protege a una ciudad .



El patrón de asentamiento de la ciudad de Esnunna es también muy similar. Está emplazada sobre un lugar elevado, en el margen del río Diyala. Cuenta con barrios diferenciados: una zona de templos; el palacio, separado física, simbólica y políticamente de los templos; una zona residencial…





Al hablar de cualquier ciudad del Próximo Oriente nos referimos, además de a su núcleo urbano, a su área de influencia. Ésta incluye zonas de asentamientos rurales, campos de cultivo y unas zonas más marginales a las que no llega el agua. La red de canales es uno de los principales elementos de las ciudades orientales ya que permite el desarrollo de la vida, llevando el agua y drenando unos campos que de otro modo serían incultivables. Los canales, por lo tanto, delimitan en cierto modo el alcance máximo de una ciudad.

Los pueblos orientales siempre fueron conscientes de la importancia del agua en sus vidas, hasta el punto que el control del agua era una cuestión política. El control del agua significaba poder, por lo que las dinastías gobernantes siempre trataron de mostrarse al pueblo como los salvadores, los que daban el agua . Era muy importante evitar el mal uso del agua, por lo que probablemente desde fechas muy tempranas existió una legislación que servía para ejercer un férreo control sobre este imprescindible recurso. De esta forma se regulaba el uso del agua, el mantenimiento de los canales y se resolvían litigios entre particulares por bloquear el paso del agua al vecino, por usar más agua de la que le correspondía, etc. Las primeras leyes sobre el uso del agua de las que hay constancia pertenecen al código de leyes de Hammurabi, del II milenio a.n.e., aunque es muy probable que tengan un origen mucho más antiguo.

Otro punto en común entre las ciudades del Próximo Oriente fueron las poblaciones marginales que tuvieron contacto con ellas, no siempre de forma pacífica:
-Los pueblos nómadas de las montañas, sobre todo de los Montes Zagros, descendían de vez en cuando al próspero mundo mesopotámico. Estos movimientos implicaban casi siempre conflictos con las ciudades. Es muy posible que también se diesen episodios de intercambios comerciales, pero sólo nos han llegado noticias bélicas. Dentro de estas tribus incursoras podemos incluir a los guti, cuya actividad fue determinante en el proceso de desintegración del Imperio Acadio.
-Los pueblos nómadas del Desierto de Siria, pastores que también se dedicaron al control del paso de las caravanas por los oasis . Estas tribus semitas entrarán en contacto de una forma muy distinta a como lo hicieron los pueblos de las montañas. En las épocas en las que escaseaban los pastos se acercaban a las ricas tierras del Éufrates, pagando a las ciudades a cambio de alimento para su ganado. De vez en cuando algunos de estos nómadas se incorporaban al modelo de vida de las ciudades. Con el paso del tiempo estas tribus no bajarán al Éufrates únicamente en busca de pastos, sino que se ofrecerán como mano de obra para realizar trabajos temporales en los núcleos urbanos. Muchos de ellos se irán integrando de forma paulatina en la población de las ciudades.

Uno de estos pueblos nómadas fueron los amoritas . La documentación de algunas ciudades indica que en muchos casos permanecerán como inmigrantes no integrados y diferenciados en los censos , a pesar de que se incorporaron muy pronto a la vida económica de la ciudad. Llegaban como mano de obra eventual ante una demanda de trabajadores por parte de los grandes propietarios, normalmente del templo, de manera que se asentaban con sus familias de forma pacífica. Sabemos que acabaron integrándose perfectamente en estas ciudades, hasta tal punto que algunas dinastías reales fueron de procedencia amorita .

B.5.1.1.-El patrón de asentamiento



B.5.2.-La administración
B.5.2.1.-El palacio
A mediados del III milenio a.n.e. tendrá lugar la separación entre el templo y el palacio. Este último elemento surgirá en las ciudades como la sede del monarca, representante de las elites urbanas e iniciador de las dinastías reales. El palacio se convertirá, junto al templo, en uno de los grandes propietarios de la ciudad al mismo tiempo que va incrementando su poder a lo largo del III milenio a.n.e.: impartirá justicia, tomará decisiones acerca de la guerra y la paz de su ciudad, realizará algunas funciones religiosas …



Palacio que el monarca Ur-Nammu hizo construir en el recinto sagrado de la ciudad de Ur.

Al ser el palacio el centro desde el que se va a dirigir la administración de la ciudad necesitará de un gran número de escribas que realicen el trabajo burocrático . Era un trabajo bien remunerado y considerado socialmente, ya que la escritura se consideraba un elemento de poder.

La III dinastía de Ur trató de ejercer un férreo control sobre todos los distintos ámbitos de la ciudad lo cual, unido a la obsesión de sus monarcas por dejar una abundante constancia escrita de toda actividad realizada en su reinado, hizo necesario multiplicar el número de funcionarios. El palacio no sólo se convirtió en un cuerpo de escribas sino que también pasó a ser la escuela donde se formaba a los futuros burócratas. Algunos de estos escribas se especializaban en traducciones de otras lenguas, imprescindible para las relaciones diplomáticas entre las distintas ciudades.

El rey podía contar con la asistencia de distintos organismos para sus tareas de gobierno, pero el carácter fragmentario de las fuentes disponibles nos permiten conocer bien únicamente algunos aspectos. Sabemos, por ejemplo, de la existencia de gobernadores en las ciudades-estado que ejercen allí su control en nombre de un monarca. En la gran mayoría de ocasiones estos gobernadores no son más que los propios reyes de estas ciudades. Una vez subyugadas, el conquistador mantendrá a la dinastía reinante a cambio de obediencia y tributos. Durante parte del Período Protodinástico se empleaba generalmente el término ensi para referirse a todos los reyes. A partir de la época acadia se introducirá el término lugal para referirse a la dinastía de Akkad, manteniéndose el nombre de ensi en el resto de ciudades y transformándose su significado, que pasa a ser ahora el de gobernador. Cuando alguna de estas ciudades-estado sometidas al Imperio Acadio logre la independencia sus reyes seguirán usando el nombre de ensi, que pasa a referirse de nuevo a monarcas libres, por lo que se complica mucho el entendimiento de las redes de dependencia de unas ciudades respecto a otras.

Está documentada la existencia de unas asambleas en las ciudades del III milenio a.n.e. cuya función era servir de ayuda al monarca en las tareas de gobierno. Es poco lo que sabemos de ellas, de manera que es imposible afirmar que existiesen en todas las ciudades. Parece ser que había una asamblea de edad, de la que probablemente formaban parte individuos que ya habían servido a la ciudad con anterioridad, y una asamblea de jóvenes, integrada seguramente por hombres en edad de tomar las armas. Una posible explicación para el papel de estos organismos estaría relacionada con el crecimiento del territorio controlado por la ciudad: se formarían numerosos distritos o barrios controlados por gobernadores y por estas asambleas.

B.5.2.2.-El templo


Primero habrá que distinguir el grado de vinculación al templo, reflejado en la existencia de personal permanente y de otros eventuales. Estos últimos son mano de obra que suple una demanda concreta y que, al no estar cualificados, pueden cambiar fácilmente el tipo de trabajo que realizan para el templo. Cuando ya no existía tanta necesidad de mano de obra el templo los arrendaba para realizar otro tipo de actividades, volviendo a recurrir a ellos cuando hiciese falta. Respecto a los distintos trabajos que podemos encontrar en los templos hay que recalcar la enorme diversidad de los mismos .

Dentro del personal del templo destacan los sacerdotes y las sacerdotisas, dedicados a las tareas del culto religioso y a la práctica de las artes adivinatorias . Entre las sacerdotisas las fuentes señalan la relevancia y el prestigio de las naditum. Este cargo, reservado en muchas ocasiones para princesas extranjeras, gozaba de un gran nivel y consideración dentro del templo. Su procedencia foránea podría tener el mismo sentido que el de la política matrimonial entre estados: se realizaba un intercambio diplomático y cultural importante en el que estas mujeres eran la moneda de cambio.

Debido al papel del templo como uno de los grandes propietarios, con una gran capacidad recaudatoria y económica, precisaba de los servicios de un numeroso cuerpo burocrático encargado de que la administración de sus posesiones se realice de una forma adecuada y ordenada. Otros empleados se dedicaban a las tareas relacionadas con el cuidado del ganado, con la artesanía, con el trabajo de las tierras, etc.

La principal fuente de ingresos de los templos procedía de sus fieles. Las ofrendas que se entregaban a los templos eran en realidad, como ya sabemos, unos impuestos religiosos de carácter obligatorio y periódico que solían consistir en grano o en cabezas de ganado. Algunos templos concretos tenían una mayor importancia para la religiosidad popular, por lo que éstos recibían más ofrendas de las que eran estrictamente obligatorias con el fin de solicitar la ayuda o el favor de los dioses.



B.5.3.-La sociedad
La sociedad de la Antigüedad en el Próximo Oriente era, como ya hemos podido comprobar a estas alturas, muy heterogénea. Disponemos de más información sobre estos temas para las comunidades de la III dinastía de Ur que para épocas anteriores. La documentación es, como ya hemos dicho, más abundante en este período, pero hay que recordar que no corresponde a un momento estrictamente sumerio. Al margen de que los monarcas de esta dinastía se mostrasen como los herederos del auténtico espíritu sumerio lo cierto es que tuvo lugar una continuidad del momento anterior que, debido al aporte semita que supuso el Imperio Acadio, ya no era exclusivamente sumerio. Se pueden diferenciar tres categorías distintas en sus gentes:
-Hombres libres.
-Hombres semilibres. Los miembros de este grupo tendrían un cierto grado de vinculación, por lo que no podían disponer libremente de sus propias vidas. Esta vinculación podía ser respecto a la tierra que trabajaban, la cual no podían abandonar, o respecto a una actividad profesional determinada a través de un cierto sistema “gremial” que los asociaría a uno de los grandes propietarios. Esta misma situación jurídica, o al menos una muy similar, aparecerá reflejada en las leyes de Hammurabi en el II milenio a.n.e., donde se habla de los mushkenum .
-Esclavos, los cuales podían tener diferentes orígenes:
-Esclavos por deudas. No es mucho lo que se conoce acerca de este tipo de esclavitud, pero parece ser que solía ser temporal. Para época de Hammurabi hay constancia de que cuando no se podía hacer frente al pago de una deuda el deudor o alguno de sus allegados se convertía en esclavo del acreedor. Esta medida provocaba grandes tensiones sociales, por lo que se trató de eliminar.
-Esclavo de nacimiento.


La mayor parte de la población de estas épocas se dedicaba a las tareas agrícolas. Hay distintas formas de posesión de la tierra, por lo que los campesinos podían ser individuos con dificultades para mantener la propiedad de su parcela o jornaleros que trabajaban para los grandes propietarios. También existían distintos grados de vinculación a la tierra: algunos campesinos arrendaban su trabajo, otros estaban vinculados a las tierras del templo y no podían abandonarlas… La inmensa mayoría de ellos trabajaba para uno de los grandes propietarios, es decir, para el templo o para el palacio. Cuando éstos no tenían tanta necesidad de mano de obra en sus tierras podían arrendar su trabajo en propiedades de menor tamaño para obtener un beneficio. Se conocen documentos de venta de tierra, los llamados kudurrus, sobre todo a finales del milenio, lo cual podría estar indicando un cambio en la situación de los pequeños agricultores.

También hay un sector que se dedicaba a actividades mercantiles y artesanales. Se deduce de los textos que eran profesiones heredadas y que trabajaban, sobre todo, para el sector público.

B.5.3.1.-La familia
La documentación disponible para la familia es casi en su totalidad de la segunda mitad del III milenio a.n.e., siendo completada a inicios del siguiente milenio en época de Hammurabi.

La familia consiste en un grupo familiar reducido que reside en una misma vivienda, integrada únicamente por los individuos que pertenecen a su línea directa. La sociedad es patrilineal, con una presencia de la figura del cabeza de familia en los documentos, especialmente en los legislativos. El matrimonio suele ser monogámico, aunque no hay constancia de ninguna prohibición de la poligamia, y es necesario realizar una serie de acciones para que sea válido según un modelo de pacto tipificado por la ley, que incluye un intercambio de regalos o dote atendiendo al patrón plata . También están contemplados por ley el divorcio, la adopción, los derechos de sucesión… Respecto a la herencia no hay un sistema único sino que cada ciudad aplica su propia tradición. Siempre es patrilineal, pero se observan casos que van prácticamente desde el mayorazgo hasta la división de los bienes entre los herederos.

B.5.3.2.-La diplomacia
La gran fuente documental que disponemos para estudiar la diplomacia en el antiguo Próximo Oriente son las cartas que se intercambian entre sí los monarcas, en las que siempre hablan en unos términos determinados y emplean unas fórmulas similares. El tratamiento protocolario entre los reyes hace que se dirijan el uno al otro como “mi hermano”, aunque en otras ocasiones la fórmula se ve alterada y uno de ellos se dirige al otro como “mi padre”, probablemente por ser de mayor edad y poder. También se utiliza “el hijo de mi hermano”, seguramente cuando se refiere a un rey que es el sucesor de un monarca con el que ya había establecido relaciones diplomáticas.
Otra parte importante de estas relaciones son los intercambios de regalos, ya que toda tarea diplomática debe ir acompañada siempre de presentes. Algunos textos plasman el descontento de una de las dos partes porque ha disminuido la cantidad o la calidad de los regalos que recibe de su “hermano”. La política matrimonial juega un papel primordial en la diplomacia. Las princesas extranjeras se ofrecen para el matrimonio o como naditum como muestra de alianza entre los dos reyes.

Hay documentación acerca de viajes de reyes a otros territorios, mucho más abundante a partir del II milenio a.n.e., así como visitas de gobernadores extranjeros, sobre todo procedentes del Norte de Siria, a reyes mesopotámicos .

B.5.3.3.-El ejército



Había una institución en Mesopotamia, el ilkum, que consistía en la relación establecida entre todo varón de una ciudad con su estado y las obligaciones militares que ello suponía: debía de formar parte del ejército cada vez que el monarca así lo requiriese o que su ciudad lo precisase. A cambio de este servicio se recibía, probablemente en compensación, el derecho a poseer la tierra así que, en cierto modo, significaba disfrutar del pleno derecho de ciudadanía. Se castigaba con la muerte a quienes se negasen a cumplir con este deber, aunque se permitía a los más acaudalados que mandasen en su lugar a un sustituto.

El ámbito geográfico en el que se relacionaron los pueblos de Mesopotamia a lo largo del III milenio a.n.e. fue muy reducido por lo que no era necesario, debido a cuestiones técnicas y estratégicas, realizar grandes desplazamientos de tropas. A partir del II milenio a.n.e. los textos nos hablan de la importancia que adquirió la movilidad de los ejércitos al comenzar la expansión territorial. En fuentes oficiales, no estrictamente militares, de estas mismas fechas se observa una cierta organización de la guerra mediante desarrollos, planteamientos de estrategias y otras cuestiones bélicas previas al combate.

B.5.4.-La economía
B.5.4.1.-La agricultura
Los cultivos más destacados en la región de Mesopotamia durante la Antigüedad fueron los cereales, las leguminosas, el sésamo y en las zonas más cercanas al río hortalizas y frutales. La actividad agrícola dependía completamente del ciclo de crecidas del río, que entre abril y mayo inundaba los campos y permitía así los cultivos.
Los canales distribuían el agua del río por las tierras de cultivo al mismo tiempo que facilitaban su drenaje. El limpiado y drenaje de las tierras permitían que siguiera siendo fértil, ya que así se reducía y evitaba su salinización. Por lo tanto, el buen estado de los canales era de vital importancia para estas comunidades.



En determinados momentos de escasez de trabajadores agrícolas se hacía necesario buscar mano de obra de otros lugares. Cuando descendía el volumen de trabajo estos jornaleros foráneos eran comúnmente arrendados a otras propiedades para poder optimizarlos .

B.5.4.2.-La propiedad de la tierra
La información que disponemos está muy fragmentada para épocas anteriores a la III dinastía de Ur. Las fuentes hacen pensar, sin que pueda ser confirmado de ningún modo, que existió una cierta nacionalización de la tierra. Pero, a partir del renacer sumerio, y especialmente en época cassita, sabemos que tuvieron lugar ventas de tierra entre propietarios. En algunos momentos estas transacciones fueron masivas, lo que hace pensar que pudo haber coacción sobre los propietarios para que vendiesen sus parcelas.



La mayor parte de las parcelas estaban en manos de los grandes propietarios de la ciudad, es decir, del templo y del palacio. Sus tierras se dividían en dos partes:
-Dedicaban una parte a su propia subsistencia y a mantener a su numeroso personal.
-El resto de los campos eran arrendados a particulares a cambio de una parte de las cosechas que obtuviesen.

También hay constancia de la existencia de pequeñas propiedades familiares, ya que la mayoría de las transacciones documentadas a través de los kudurrus corresponden a este tipo de parcelas. El estado ejercía un fuerte control de las mismas, ya que tenía constancia de datos relacionados con el tipo y la calidad de cada terreno, con el tipo de cultivos que allí se daban y demás información que necesitaba para recaudar impuestos entre sus propietarios .

B.5.4.3.-La ganadería
Quizás la gran riqueza por excelencia de las sociedades mesopotámicas sea la ganadería. La cabaña ganadera es realmente impresionante, especialmente en el caso de los grandes propietarios, el templo y el palacio. Se conocen recuentos oficiales que hablan de más de cuatrocientas mil cabezas de ganado. Gran parte de las ofrendas y tributos que ingresaban eran cabezas de ganado. En el caso del templo, de estos animales reservaba una parte para realizar sacrificios, otra para la subsistencia y una tercera y última para trabajar la tierra.




Pero la importancia del ganado queda patente también en tareas cotidianas: parte del pago de las transacciones de compra-venta solía realizarse mediante ganado, el pacto matrimonial requiere una dote que, al menos parcialmente, se hacía en forma de ganado… En la imagen superior podemos ver un famoso friso del Período Protodinástico III que muestra escenas de trabajo en una lechería.

B.5.4.4.-El comercio


A pesar de ser un tipo de comercio premonetario hay productos que por su propio valor intrínseco son más demandados que otros. El valor de cambio era la plata, por lo que las unidades de medida estaban en función del peso de este metal. Se comerciaba con aceite de sésamo, con pieles de ganado, con productos orientales como el lapislázuli, oro, textiles de lujo, maderas exóticas y con estaño. Acerca del comercio de este metal se conocen sus rutas comerciales pero no hay constancia alguna de su lugar de procedencia.

B.5.4.5.-Pesos y medidas
Los valores establecidos para pesos y medidas no son los mismos de una ciudad a otra, pero podemos generalizar tres unidades de medida básicas, el talento, la mina y el siclo o shekel, ordenadas de mayor a menor valor. A pesar de que en un principio no todas las ciudades adoptaron este patrón, poco a poco lo fueron tomando por comodidad.

El talento, que equivale a treinta gramos de plata, es la unidad modelo, demasiado grande para ser funcional, aunque era usada como valor de referencia. Otros pueblos no mesopotámicos tomarán el nombre de talento para llamar a sus propias piezas de metal de época premonetaria.

MEDIDA PESO EQUIVALENCIA
talento 30 kg 60 minas
mina 500 g 6 siclos
shekel (o siclo) 8,3 g -


































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Inscripción de Rimsin I de Larsa (siglos XIX-XVIII):
“El señor Nunamnir, cuya palabra es importante, se dio la vuelta hacia el pastor que agrada a su corazón: habiéndome llamado alegremente, decretó un buen destino para mí. Enlil, la Gran Montaña, me dio la gran misión de excavar un canal para llevar aguas abundantes a Súmer y Akkad, para hacer que sus amplios campos produzcan la moteada cebada, para permitir que los pozos de los huertos aumenten el [...] de miel y vino, y para permitir que sus pantanos proporcionen peces alegremente.

[...] en las orillas llevé a cabo las ceremonias rituales. Las ciudades y pueblos, las numerosas gentes cuyo pastoreo Enlil me ha dado, habiéndolos reunido desde arriba hasta abajo (del País), las hice trabajar con mi gran poder. Dispuse las dos orillas (del canal) como atemorizadoras montañas. Establecí la abundancia en su boca, y extendí su cola. Hice que la hierba tierna prosperase en sus riberas. Llamé al canal TuqmatErra, y así restablecí las eternas aguas del Tigris y Éufrates.”

Descripciones de los amoritas:
“Un habitante de tienda… viento y lluvia, …[…] que extrae trufas de las colinas, pero no sabe arrodillarse; que come carne cruda; que no tiene casa durante los días de su vida, y no es enterrado en el día de su muerte.”

Versión de Buccellati del Mito de casamiento de Amurru, 1966.

“Desde esa época los amorritas, un pueblo destructor, con los instintos de una bestia, […] los rediles como lobos; un pueblo que no conoce el grano…”

Inscripción de Shu-Sin según Civil.

Algunos miembros del personal del Templo de Ninurta en Nippur:
“El Sumo Sacerdote
El lagar
El sacerdote de las lamentaciones
El sacerdote de las purificaciones
La Suma Sacerdotisa
La … sacerdotisa
La naditum
El qadishtum principal
El adivino
El encantador de serpientes
El bar-shu-gal
El nu-esh

El molinero
El encargado de la puerta
El batanero
El acarreador de combustible
El aguador
El prensador de aceite
El pastor de vacas
El trabajador del cobre
El administrador
El barquero
El halador
El tejedor
El barrendero del patio
El barbero
El que echa el agua
El fabricante de esteras
El corredor
El trabajador de la piedra
El mayordomo del rey
El guardia de palacio
El supervisor de la casa
El contable
El tesorero
El copero
El supervisor de los prensadores de aceite
El escriba.”

SIGRIST, M.: Les sattukku dans l’Eshumesha durant la période d’Isin et Larsa, Malibu: Biblioteca Mesopotamica 11, 1984.

Fragmento de una colección paleobabilónica de augurios:
“Si el diafragma está mohoso las posesiones del hombre serán dilapidadas
Si, a la izquierda del centro del diafragma en el medio, está situada carne como enebrinas: nacerá uno cubierto con verrugas.
Si a la izquierda del corazón, a la derecha del diafragma, un lado es tan grande como el otro: el enemigo será visto pero habrá ayuda del dios para el príncipe.
Si el diafragma está desplazado hacia la cúspide: el país se fortalecerá.
Si el diafragma está desplazado hacia el yugo: el príncipe repoblará su país abandonado.
Si el diafragma es grueso: el apoyo del dios es firme.
Si el diafragma es ancho: el príncipe adquirirá una noble reputación.
Si el diafragma es blanco: el cliente se arruinará.”

JEYES, U.: Old Babylonian Extispicy: Omen text in the British Museum, Estambul/Leiden, 1989.

Fragmento del relato de una transacción matrimonial entre una familia de Larsa y una familia de Ur:
“La madre de él vino a Ur y ellos trajeron para ella 1 oveja valorada en 1 shekel y medio de plata, 1 cerveza de segunda clase y 1 medida de harina de cebada.

La madre de él… en la Puerta de Enki, y llevaron para ella 20 litros de pan, 40 litros de cerveza y 1 oveja de ofrenda valorada en 1 shekel de plata.

En el día en que se bañaron, 1 medida de cerveza para la fiesta. En el día en que ella partió, 20 litros de pan, cerveza de segunda clase y 1 oveja de ofrenda valorada en 1 shekel de plata.

En el día en el que él entró en mi casa, se mató una oveja valorada en dos shekels de plata, se coció una medida de harina de cebada, se sirvieron 2 cervezas de segunda clase.”

GREENGUS, S.: Old Babylonian marriage ceremonies and rites, 1966.
Fragmento de las Instrucciones del agricultor:
“Tus instrumentos deberían estar preparados,
Las partes del yugo deberían estar unidas,
Tu nuevo látigo debería colgar de un clavo listo para su uso;
Vuelva a sujetar el mango de tu viejo látigo, debería estar reparado por artesanos.
La azuela, el taladro, y la sierra, tus instrumentos, deberían hallarse en buen estado.
Que las correas trenzadas, las correas, los envoltorios de cuero y los látigos estén sólidamente unidos.
Que tu cesto de plantar sea medido, reforzado por los lados.
Todo lo necesario debería estar a mano. Inspecciona cuidadosamente tu trabajo.”

CIVIL, M. (sin fecha).

Resumen de una inspección de tierras del reinado de Sulgi:
“Total: 94.1.21/2. iku – buena
Total: 9.2.1. iku – mediana
Total: 0.0.31/2. iku – mediana, hierba
Total: 28.0.03/4. iku – mediana, vacía
Total: 46.1.11/2. iku – arada, no crecía cereal
Total: 3.2.31/2. iku – puente
Total: 2.1.11/4 iku – buena, sacada del agua
Total: 114.1.21/2. iku – mediana
Total: 4.0.4. iku – inundada
Total: 52.2.51/2. iku – mala
Total: 22.2.4. iku – canal
Total: 0.0.33/4 iku – pozos
Total: 2.0.3. iku – pueblo
Total: 0.2.4. iku – huerto
Total: 4.0.2. iku – montículo (antiguo)
Total: 4.1.41/2 iku – dique

Tierra inspeccionada en Girsu: inspeccionaron Lu-Nin-ilduma y Ur-Lama. Bajo la supervisión de Inim-Shara, el registrador de tierra.”

PETTINATO, G.: Due testi inediti di agrimensura neosumerici e il problema delle qualità del suolo agricolo, Rendiconti della Classe de Scienze morali, storichi e filologiche, Roma, 1977.

Animales ofrecidos a los dioses (texto de la III dinastía de Ur):
“1 ternero, hijo de un toro salvaje, sin destetar – Enlil;
4 bueyes, alimentados con grano, buey de cabeza (?)
6 bueyes, alimentados con grano, 1 vaca, hija de un toro salvaje, sin destetar
1 ternero, hijo de un toro salvaje
4 ovejas 20 cabras
1 oveja esquilada, alimentada con grano
2 ovejas, hijas de una oveja de la montaña, alimentadas con grano, buenas, de segunda categoría
2 cabras adultas, hijas de una cabra de la montaña, alimentadas con grano, buenas, de segunda categoría.
1 cabra, hija de una cabra de la montaña, alimentada con grano, buena, de segunda categoría – Ninlil;
1 buey, alimentado con grano, buey de cabeza (?) – Nanna, en el Templo de Ninlil.

Fiesta del enganche de los bueyes.
Supervisor: Enlil-zi-shagal.
Vigésimo primer día del mes.
Emitido por Shu-Mama.
(Fecha: 21.ii. Año 7 de Amar-Suen)
[Nota en el margen:] 14 bueyes 10 ovejas.”

JONES, T. B. y SNYDER, J. W.: Sumerian Economic Texts from the Third Ur Dinasty, Minneapolis, 1961.











































CAPÍTULO 6
ASPECTOS DE LA CIVILIZACIÓN MESOPOTÁMICA DURANTE EL III MILENIO (II). LA ESCRITURA, LA RELIGIÓN, LA LITERATURA Y LA CIENCIA


B.6.1.-La escritura
B.6.1.1.-Origen de la escritura cuneiforme y su evolución
Los primeros vestigios arqueológicos que nos indican el nacimiento de la escritura en el Próximo Oriente aparecieron en la Baja Mesopotamia y datan aproximadamente del año 3200 a.n.e., en el llamado Período de Uruk.






Con el paso del tiempo los pictogramas se irán abstrayendo, distorsionándose cada vez más la relación entre la representación y el objeto al que representa. Dejarán de simbolizar una idea y pasarán a representar a un sonido silábico, surgiendo así en el III milenio a.n.e. la escritura cuneiforme. A partir de entre el 2800 a.n.e. y el 2600 a.n.e. podemos hablar ya de un sistema silábico que presenta las características propias de la escritura cuneiforme, llamada así por el peculiar trazo en forma de cuñas que adquieren sus signos al ser realizados con punzones.

Esta escritura tendrá una extraordinaria expansión, rebasando las fronteras de Mesopotamia y llegando a otras regiones del Próximo Oriente . A principios del II milenio a.n.e. la evolución de sus signos ya es completa, siendo imposible encontrar parecido alguno con los pictogramas originales.

La lengua acadia, que adaptó la escritura cuneiforme para su representación escrita , se empezó a convertir en la lengua diplomática por excelencia de Mesopotamia desde la época del Imperio Acadio. Hacia el año 1800 a.n.e. ya se había extendido por todo el Próximo Oriente, en parte gracias a la creciente presencia semita en los grandes estados de la época. El uso oficial de la lengua acadia en las relaciones diplomáticas entre dichos estados significó a su vez la difusión y el triunfo de la escritura cuneiforme.



Durante el I milenio a.n.e. el uso de esta escritura se mantendrá, pero irá disminuyendo paulatinamente. Los últimos textos conocidos escritos en cuneiforme son de época helenística, en un momento en el que su uso es ya tan escaso que podemos afirmar que prácticamente ha quedado relegado al ámbito del templo. Su progresivo abandono se deberá a la irrupción de las escrituras alfabéticas, que ofrecían muchas más facilidades a la hora de escribir gracias a su economía de signos. Los fenicios tomaron caracteres cuneiformes para crear el primer sistema alfabético, que no tardó en evolucionar y en extenderse por todo el Mediterráneo. Esta introducción de las nuevas escrituras alfabéticas irá acompañada también por un cambio de soporte, que pasará de la arcilla al papiro .

B.6.1.2.-La evolución de los signos






Evolución de signos pictográficos a cuneiformes.
B.6.1.3.-Los signos numéricos













B.6.2.-La religión
B.6.2.1.-El origen del mundo según la tradición sumeria
Al ser los sumerios los primero en utilizar la escritura es fácil deducir que ellos fueron también el primer pueblo del Próximo Oriente en registrar sus mitos sobre la Creación. Sin embargo, no resulta nada sencillo distinguir dentro de estas narraciones cómo fueron evolucionando y complicándose dichos relatos míticos a lo largo del tiempo mediante modificaciones y añadidos que alteraron su forma original. Hay que tener también en cuenta que no se puede ahondar en este tema más allá de lo que nos permitan los documentos disponibles, así que mientras no aparezcan nuevos textos que aporten más luz sobre este aspecto del antiguo mundo sumerio seguirán existiendo grandes lagunas.

Sí que sabemos que, al igual que ocurre en el Antiguo Egipto, en el Próximo Oriente hay diversas explicaciones para la Creación del cosmos y la aparición del hombre sobre la Tierra . La religión sumeria fue creada dentro de un ámbito urbano, por lo que depende de la importancia del templo de cada ciudad que su versión de la Creación se extienda con mayor o menor éxito.

Hay otro elemento que comparten el mundo mesopotámico y el egipcio, que es la relevancia del agua para ambas civilizaciones. No es de extrañar que ambas plasmen la gran importancia de este elemento en sus mitos sobre la Creación, considerando que el agua fue la primera de las sustancias que existió. La tradición habla, por tanto, de un océano primigenio a partir del cual surgió el mundo, nacieron los dioses y se separaron las distintas partes de la Tierra. El momento previo a la Creación es este océano primordial al que la tradición grecolatina bautizó como Caos y que es llamado Abzu o Absu por los sumerios.

A partir del Abzu se separan el cielo y la tierra gracias a la acción de los dioses, que llevaron cada uno de estos elementos en una dirección distinta. Aquellos dioses que apartaron el cielo hicieron de él su hogar y su ámbito de protección. Por el contrario, las deidades que separaron la tierra la tomaron como su residencia. Otro grupo de divinidades se asentó en los espacios intermedios entre ambos elementos, en el aire y las montañas. Según se va produciendo el ordenamiento del mundo a partir del océano primordial van surgiendo los dioses y, posteriormente, el hombre, seguido por todas las cosas que resultan importantes para él, como las ciudades, los campos, el ganado…

B.6.2.2.-La evolución del panteón mesopotámico
En las fuentes aparecen referencias a más de quinientos dioses mesopotámicos, muchos de los cuales son sumerios, pero hay un gran número de ellos de los que sólo se conoce su nombre, sin más especificaciones acerca de su carácter ni identificación alguna.

El hombre mesopotámico cree que todos los aspectos importantes de su vida se deben directamente a los dioses: la causa de las catástrofes naturales son producto de sus enfados y cada ámbito de su existencia gira en torno a premios y castigos divinos. Independientemente de la forma que adopten estas divinidades, ya sea esta animal o humana, siempre tendrán un comportamiento humano.

La religión sumeria, al igual que el resto de su cultura, experimentó una simbiosis con elementos de otros pueblos a lo largo del tiempo. En el panteón de dioses sumerio se irán integrando elementos acadios, amoritas, etc., los cuales se adoptarán bien mediante un proceso de sincretismo entre deidades de características similares o directamente por la incorporación de nuevas divinidades. El resultado final de este crisol hará difícil distinguir los elementos propios de cada uno de estos pueblos.

Hay varias divinidades que han podido ser identificadas como estrictamente sumerias:
-La tríada principal sumeria está presidida por la cabeza del panteón y padre de muchas de las otras divinidades, An o Anu, dios del cielo. Le acompaña Enlil, dios del aire, de la atmósfera, de las montañas y de todo lo que se encuentra en las capas intermedias. Es considerado en muchas ocasiones el dios principal sumerio. De carácter guerrero y legislador, se suele identificar a esta deidad con quien dio las leyes a los hombres. La última divinidad de esta tríada es Enki, asociado a la superficie de la tierra y a los mares. Se trata de un dios mucho más cercano a los hombres, que suele actuar como su protector .
-Se conoce también una tríada de carácter astral, integrada por el dios lunar Zu-en, por el dios del sol Ud o Utu y por una gran diosa madre, de la fertilidad del campo, de la fecundidad humana y dotada en ocasiones de carácter guerrero, Inanna. Esta divinidad presenta muchos puntos en común con otras diosas madres, lo cual facilitó el proceso de sincretismo entre ellas.
-Hay otras divinidades sumerias mencionadas habitualmente en las fuentes, como por ejemplo Nergal, dios de los muertos y los infiernos; Dumuzi, dios que representa el ciclo agrícola y el renacer del día o Ninhursag, señora de las montañas y vinculada a la tierra.

La llegada del pueblo que hemos bautizado como acadio supuso la incorporación de sus propios dioses semitas lo cual, en la gran mayoría de los casos, no supuso más que un cambio del nombre de la deidad sumeria en cuestión, tomando el de su equivalente acadio sin que se viese alterado ninguno de los aspectos de su carácter. Nos encontramos así con que su tríada principal toma directamente a los dioses sumerios An y Enlil, sustituyendo a Enki por Ea, su versión acadia. Su tríada astral está formada por el dios lunar Sin, el dios solar Shamash y por la gran diosa madre semita Ishtar, que se asociará mediante un proceso de sincretismo a la diosa sumeria Inanna.







B.6.2.3.-Principales centros religiosos
En el mundo sumerio hay dos centros religiosos por excelencia, Nippur y Eridu, que tendrán continuidad en épocas posteriores. Nippur es la ciudad sagrada de los sumerios y el lugar donde se encuentra el Ekur, sede del culto del dios Enlil. También la ciudad de Eridu tiene un fuerte carácter sagrado. Forma parte de la memoria colectiva sumeria como el foco de los hechos más antiguos de este pueblo, aquellos que se remontan a su pasado más remoto. Fue aquí donde descendió el dios Enki, por lo que se trata de un importante centro de culto.

B.6.3.-La literatura: los mitos
En la Antigüedad hasta el más mínimo aspecto de las vidas de los hombres estaba impregnado de una fuerte religiosidad y de una serie de creencias y reelaboraciones míticas de la realidad. El campo de las creaciones literarias no fue una excepción, ya que se convirtió en una herramienta de difusión y pervivencia de estas narraciones. Éstas incorporan multitud de elementos fantásticos y religiosos que las aproximan al mito. A pesar de que este aspecto no las convierte, a priori, en las fuentes más adecuadas para la investigación histórica, tienen un gran valor por acercarnos tanto elementos de la realidad cotidiana de estas comunidades como sus creencias más arraigadas. Veamos ahora algunos de los mitos más conocidos de la Antigüedad en Oriente:
-Los relatos sobre la Creación del mundo, como Enki y el orden del mundo y el Enuma Elis o “Cuando en lo alto” , primeros versos de este poema en lengua acadia que se han convertido en su nombre. En esta versión de la Creación hay indicios que apuntan al cambio de la situación política que tuvo lugar a mediados del II milenio a.n.e. Por estas fechas Babilonia se convirtió en la gran potencia hegemónica de esta región y su dios principal, Marduk, pasará a tener un papel preponderante en la cosmogonía mesopotámica tal y como refleja el texto.
-Otro mito destacado, en este caso porque tuvo continuidad en las tradiciones de otros pueblos , es el del descenso de Inanna a los infiernos. Esta diosa madre es condenada a vivir en el reino de los muertos, pero el dio Dumuzi decidirá ayudarla, sustituyéndola en el inframundo durante medio año. Vemos que representa claramente el ciclo de muerte y regeneración que tiene lugar todos los años, donde las divinidades son la vertiente masculina y femenina del mismo.
-Podemos mencionar también dos de los mitos que más se han reproducido a lo largo del tiempo y de los que ya hemos hablado sobradamente. Nos referimos, claro está, al Poema de Gilgamesh y al mito del Diluvio .

B.6.4.-La ciencia
De entre todas las tablillas escritas en cuneiforme disponibles, aproximadamente unas quinientas están relacionadas de forma directa con diferentes ciencias. Las más antiguas datan de mediados del III milenio a.n.e., aunque la mayor parte de esta documentación pertenece a la Babilonia caldea, del I milenio a.n.e.

A lo largo de los siglos la ciencia se convirtió en un elemento de prestigio en todo el mundo antiguo. Sus más afamados y reconocidos practicantes a nivel internacional fueron los caldeos, a los cuales era común encontrar como consejeros y asesores en las cortes de los principales estados durante la época helenística.

B.6.4.1.-Las matemáticas

La tablilla de la imagen, conservada en el British Museum, muestra un problema planteado para estudiantes que ha sido resuelto correctamente. Se conocen tablillas similares que plantean ecuaciones, problemas de geometría…

B.6.4.2.-La astronomía y la astrología
En la Antigüedad era imposible disociar a la astronomía de la astrología, ya que se consideraba que la posición de los astros influía en numerosos aspectos de las vidas de las personas. Existen comentarios sobre las posiciones de los astros y documentación sobre observaciones astronómicas que eran empleadas para leer los presagios. Hay que recordar que las predicciones y los augurios eran la especialidad más popular de las ciencias, en la cual destacaron especialmente los caldeos. Como ya sabemos, en la segunda mitad del I milenio a.n.e. estos adivinos tuvieron un papel importante como consejeros en los principales estados. No era éste un trabajo exento de riesgo, ya que era su propia vida lo que estaba en juego en caso de errar con sus augurios o de que sus predicciones no agradasen a sus jefes. En Roma había una gran tradición de consejeros caldeos, pero llegaron a ser apartados de estos puestos al ser considerados peligrosos por su poder a la hora de interpretar los presagios.



B.6.4.3.-La geografía

B.6.3.3.-La medicina
Algunas tablillas son tratados de medicina, sobre todo diagnósticos de enfermedades y remedios. Podemos diferenciar dos tipos de médicos atendiendo a estos textos:
-Médicos que recurren más frecuentemente a la farmacopea natural para sanar a sus pacientes.
-Médicos que tratan de curar a los enfermos mediante la realización de rituales mágicos.

NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Fragmento de Enki y el orden del mundo:
(La composición, con trazos míticos muy marcados, titulada Enki y el orden del mundo, está considerada como uno de los textos más importante de la literatura sumeria. Fechado hacia el año 1900 a.n.e., su contenido ha podido ser reconstruido modernamente a partir de diferentes materiales, dispersos en los fondos de textos cuneiformes de distintos museos. El texto viene a constituir una larga alabanza a Enki en la que se intercalan episodios de gran interés social, económico, mítico y religioso).

“(…)
(…) primogénito de An, héroe por virtud propia;
Padre Enki, engendrado de un toro, simiente que el toro salvaje (ha hecho nacer);
Valeroso, “Gran Monte” de Enlil , amado del sagrado An;
(…) hecho, que cazas pájaros por encima de todas las regiones enemigas.

Gran dragón, con residencia en Eridu,
cuya sombra recubre cielo y tierra.
Bosque (…) extendido sobre la región de Summer,
Enki, señor de la abundancia, exorcista de los Anunnaki .
(Él) ha establecido en la tierra la palabra verdadera; en el Ekur es el defensor de An y de Urash.
(…) sublime, que fija la gran columna del cielo y tierra.
Enki, cuyo ojo sólo agita el corazón del país enemigo.
Él ha creado (…), ha creado el ciervo,
ha creado la cabra montés, ha creado la cabra montés,
(…) ha dispuesto la fosa (para la caza) en el corazón de la montaña.

Sobre Eridu, que ninguno puede violar
(…) has puesto tus ojos,
(…) para producir (cosas) perfectas,
(…) para dar,
(…) para dirigir,
(…) suyo, tú eres
(…) a la tierra has acercado,
(…) has hecho,
(…) allí has puesto,
(…) ciertamente.
(…) has puesto.

(…) después que has irrigado los fecundos campos
amontonando montones y pilas de grano en la llanura superior,
(…) allí hay mantequilla, allí hay leche, lo traen (todo ello) de los establos y rediles.
Los pastores (…) allí hacen resonar dulcemente su lamento,
mientras (…) con el batir de la mantequilla en las tinajas transcurren los días.
Para la comida nocturna, en la sala de los grandes dioses, has dispuesto los preparativos convenientes.
Tu palabra ha llenado al joven como (lo que tiene) de fuerza propia
como (la de) un buey que se embravece, que da cornadas en el corral.
Tu palabra otorga graciosas trenzas a la cabeza de la virgen.
La gente admira la ciudad (bien) fundada.

(…) que va, camina errando,
(…) las criaturas vivientes tienden los brazos.
Por hacer alegrar su corazón, con tu proclamación,
De los señores, de los reyes,
a ti Enlil te ha confiado el Monte.
Gran príncipe, señor de la abundancia, señor de inteligencia,
señor que An ama con predilección, honra de Eridu,
ejecutas con eficiencia mandatos y decisiones, (pues eres) experto conocedor de los destinos.
(…) has obstruido afuera , has hecho entrar en su casa al mes;
de los (…) su cuenta has obtenido,
(…) al pueblo en sus moradas has colocado,
(…) del gigunu , (cuyos) árboles has plantado,
(…) acabados.
En su (…) haz retornar,
(…) las armas de sus casas has apartado.
(Cuando) el padre Enki apareció en la región sembrada, ¡cómo hizo crecer la fecunda semilla!
(Cuando) Nudimmud apareció entre mis fecundas ovejas, ¡hizo nacer corderos!
Cuando apareció entre mis fecundas vacas, ¡hizo nacer sanos terneros!
Cuando apareció entre mis óptimas cabras, ¡hizo nacer sanos cabritos!
En el campo, en mi campo feraz, cuando él hubo aparecido,
en la llanura superior amontonó montes y pilas (de grano).

Sigue una laguna de dos versos, con unas pocas palabras alusivas a la tierra.

Enki, el señor del Abzu, irresistible en su majestad, proclama con (gran) voz:
<me ha hecho aparecer relumbrante en el Cielo y en la Tierra.
Mi hermano mayor, el rey de todos los países,
reunió todas las normas, puso todas las normas en mi mano.

Del Ekur, en la casa de Enlil,
yo traje (obras) perfectas hasta mi Abzu, en Eridu.
Yo soy la semilla genuina, engendrada por el buen salvaje, yo soy el primogénito de An.
Yo soy la gran tormenta que sale de la Vasta Tierra, yo soy el gran señor del país.
Yo soy el gugal de todos los señores, el padre de todas las tierras.
Yo soy el hermano mayor de los dioses, (el que) trae la abundancia.
Yo soy el que guarda los registros del cielo y de la tierra.
Yo soy el oído y la inteligencia de todas las tierras.
Junto al rey An, en el trono de An, yo proclamo la justicia;
junto a Enlil, en la “montaña de la sabiduría” yo decreto los destinos.
Él puso en mi mano el decretar los destinos en la región del Oriente (…)>>
(…).”

Versión de Pilar González-Conde Puente.

Enuma Elis:
“Cuando en lo alto el cielo no había sido nombrado,
no había sido llamada con un nombre abajo la tierra firme,
el Apsu primordial, su progenitor,
(y) Mummu-Tiamat, la que parió a todos ellos,
mezcladas sus aguas como un solo cuerpo.
No había sido trenzada ninguna choza de cañas, no había aparecido
marisma alguna,
cuando ningún dios había recibido la existencia,
no llamados por un nombre, indeterminados sus destinos,
sucedió que los dioses fueron formados en su seno.
Lahmu y Lahamu fueron hechos, por un nombre fueron llamados.
Durante eternidades crecieron en edad y estatura.
Anshar y Kishar fueron formados, superando a los otros.
Prolongaron sus días, acumularon años.
Anu fue su hijo, rival de sus propios padres,
sí, Anu, primogénito de Anshar, fue su igual.
Anu engendró a su imagen a Nudimmud.
Nudimmud se hizo de sus padres dueño,
sabio sin par, perspicaz, fuerte y poderoso,
mucho más fuerte que su abuelo Anshar.
No tenía rival entre los dioses sus hermanos.
Juntos iban y venían los hermanos divinos,
alteraban a Tiamat al agitarse de un lado para otro,
sí, alteraban el talante de Tiamat
con sus risas en la morada del cielo.
No podía acallar Apsu sus clamores
y Tiamat estaba sin habla ante su conducta.
Sus actos eran odiosos hasta [...]
Aborrecible era su conducta; se hacían insufribles.
Entonces Apsu, progenitor de los grandes dioses,
gritó, dirigiéndose a Mummu, su visir:
«Oh Mummu, mi visir, que alegras mi espíritu,
ven junto a mí y vayamos a Tiamat».
Fueron y se sentaron ante Tiamat,
deliberando acerca de los dioses, sus primogénitos.
Apsu, abriendo su boca,
dijo a la resplandeciente Tiamat:
«Su conducta me resulta muy odiosa.
De día no encuentro alivio ni reposo de noche.
Los destruiré, aniquilaré sus obras,
para restaurar la calma. ¡Tengamos descanso!».
Tan pronto como Tiamat lo oyó,
se sintió irritada y gritó a su esposo.
Gritó llena de enojo, sola en su furor,
poniendo amenaza en su tono:
«¿Qué? ¿Vamos a destruir lo que hemos edificado?
Su conducta, ciertamente, es enojosa, pero esperaremos con paciencia».
Entonces respondió Mummu y aconsejó a Apsu.
Malicioso y desgraciado fue el consejo de Mummu:
«Destruye, padre mío, la conducta rebelde.
Así tendrás quietud de día y reposo de noche».
Cuando Apsu lo oyó, su rostro se puso radiante,
por el mal que maquinaba contra los dioses sus hijos.
Mummu lo abrazó por el cuello,
sentándose en sus rodillas para besarle.
Pero cuanto habían tramado entre ellos
fue repetido entre los dioses, sus primogénitos.
Cuando los dioses oyeron todo aquello, se agitaron,
cayeron luego en silencio y quedaron sin habla.
Soberano en saber, perfecto, ingenioso,
Ea, sapientísimo, adivinó su conjura.
Un designio dominador formuló y envió,
capaz hizo su conjuro contrario, soberano y santo.
Lo recitó e hizo que subsistiera en lo profundo,
derramando el sueño sobre él, despierto del todo permanece.
Cuando a Apsu tuvo postrado, cargado de sueño,
Mummu, el consejero, ya no pudo excitarlo.
Aflojó su banda, se despojó de la tiara,
dejó su aura y se la puso él.
Después de encadenar a Apsu, lo mató.
Ató a Mummu y lo encadenó.
Después de haber así establecido su morada sobre Apsu,
se apoderó de Mummu, anillándolo por la nariz.
Después de vencer y pisotear a sus enemigos,
Ea, asegurado su triunfo sobre los adversarios,
descansó en su cámara sagrada sumido en paz profunda.
«Apsu» la llamó al asignar los santuarios.
Allí mismo su choza de culto estableció.
Ea y Damkina, su esposa, allí moraron en esplendor.
En la cámara de los destinos, morada de los hados,
un dios fue engendrado, poderoso y sabio más que los dioses.
En el corazón de Apsu fue Marduk creado.
El que le engendró fue Ea, su padre,
la que lo concibió fue Damkina, su madre.
Al pecho de la diosa fue amamantado.
La nodriza que lo crió lo hizo terrible,
Seductora era su figura, la luz brillaba en sus ojos.
Señorial era su paso, soberano desde antiguo.
Cuando lo vio Ea, el padre que lo engendró,
exultó y se iluminó su rostro, su corazón lleno de gozo.
Perfecto lo hizo y doble divinidad le otorgó.
Exaltado fue entre todos ellos, en todo excelente.
Perfectos eran sus miembros sin medida,
imposible de comprender, difícil de percibir.
Cuatro eran sus ojos, cuatro eran sus oídos.
Cuando movía sus labios, fuego escapaba de ellos.
Grandes eran sus órganos para oír,
y los ojos, en número igual, escrutaban todo.
Era el más alto de los dioses, soberana era su estatura,
enormes sus miembros, era alto sobremanera.
«¡Hijito mío, hijito mío!
Mi hijo, el Sol, ¡Sol de los cielos!».
Revestido del halo de diez dioses, era fuerte
cual ninguno, con todos sus terribles destellos.

Turbada estaba Tiamat, desvelada noche y día.
Los dioses, maliciosos, aumentaban la tormenta.
Después de haber maquinado el mal en su intimidad,
a Tiamat dijeron los hermanos:
«Cuando dieron muerte a Apsu, tu consorte,
no le ayudaste, y te estuviste quieta.
Aunque él creó el hacha terrible,
tus entrañas se han disuelto y no tenemos reposo.
¡Permanezca en tu ánimo Apsu, tu consorte,
y Mummu, que ha sido derrotado! Sola has quedado».
[...]

De entre los dioses, sus primogénitos, que formaban su asamblea,
elevó ella a Kingu, entre ellos lo hizo jefe.
Dirigir las huestes, presidir la asamblea,
alzar las armas para el encuentro, encabezar el combate,
ordenar como jefe la batalla,
todo esto puso en sus manos mientras ella lo entronizaba en el consejo:
«Para ti he pronunciado el conjuro, exaltándote en la asamblea de los dioses.
Todo poder te he dado para aconsejar a los dioses.
¡Tú eres el mayor de todos, mi consorte eres tú!
¡Tus sentencias serán firmes entre todos los Anunnaki!».
Le entregó las tablillas del destino, atadas a su pecho:
«Tu mandato será inmutable, tu palabra permanecerá».
Tan pronto como Kingu fue exaltado a la jerarquía de Anu,
sobre los dioses, hijos de ella, decretaron el destino:
«Vuestra palabra hará remitir el fuego,
humillará al 'arma del poder', tan potente es su golpe».
[...]
Humillado llegó ante su padre, Anshar,
Y le habló de este modo, como si fuera Tiamat:
«No me basta mi mano para someterte».
Sin habla estaba Anshar, fija la mirada en el suelo,
ceñudo y moviendo la cabeza ante Ea.
Todos los Anunnaki allí se congregaron.
Apretando los labios, se sentaron en silencio.
«Ningún dios, pensaban, podrá darles batalla,
enfrentarse con Tiamat y salir con vida».
El Señor Anshar, padre de los dioses, se alzó majestuoso,
y después de meditar en su corazón, dijo a los Anunnaki:
«Aquel cuyo vigor es poderoso nos vengará,
el fuerte en la batalla, Marduk, el héroe».
[...]
«Anshar, no te inquietes; relaja tus labios.
Iré y lograré el deseo de tu corazón...
¿Es un varón el que se apresta a combatirte?
¡No es más que Tiamat, una mujer, quien te opone sus armas!
¡Oh padre mío y creador, alégrate y llénate de gozo;
pronto hollarás la cerviz de Tiamat!».

«Hijo mío, que posees toda sabiduría,
calma a Tiamat con tu sagrado conjuro.
Avanza pronto sobre la carroza de la tormenta.
¡De su presencia no te echarán! ¡Hazlos retroceder!».
El señor se alegró por las palabras de su padre.
Exultante su corazón, dijo a su padre:
«Creador de los dioses, destino de los grandes dioses,
si yo ciertamente, como vengador tuyo,
he de vencer a Tiamat y salvar vuestras vidas,
¡convoca la asamblea, fija para mí un destino supremo!
Cuando juntos en Ubshukinna, alegres os hayáis sentado,
que mi palabra en vez de la tuya fije los destinos.
Inmutable será cuanto yo haga existir.
Ni revocado ni cambiado habrá de ser el mandato de mis labios».
[...]
Cuando esto oyeron Lahmu y Lahamu, gritaron con fuerza,
todos los Igigi « se lamentaron descorazonados:
«¡Qué extraño que hayan tomado tal decisión!
No podemos comprender las obras de Tiamat».
Se dispusieron a emprender el viaje,
todos los grandes dioses que fijan los destinos.
Llegaron a presencia de Anshar, llenando Ubshukinna.
Se besaron unos a otros en la asamblea.
Hablaban entre sí mientras se acomodaban para el banquete.
Tomaron el pan festivo, compartieron el vino,
henchidos de suave licor.
Bebían y el fuerte brebaje embebía sus cuerpos.
Iban languideciendo al paso que sus ánimos se exaltaban.
Fijaron los decretos sobre Marduk, su vengador.
Le erigieron un trono principesco.
Frente a sus padres él se sentó, presidiendo.
«El más venerado eres entre los grandes dioses,
tu decreto no tiene rival, tu mandato es Anu.
Tú, Marduk, eres el más venerado de todos los dioses.
Sobre todo el universo te confiamos el reinado.
Cuando tomes asiento en la asamblea, prevalecerá tu palabra.
No fallarán tus armas, aniquilarán a tus enemigos.
¡Oh Señor, perdona la vida al que en ti confía,
pero quítasela al dios que eligió el mal!».
En medio pusieron un paño,
a Marduk, su primogénito, hablaron:
«Señor, en verdad tu decreto prevalece entre los dioses.
Si decides crear o destruir, así se hará.
Abre tu boca, desaparecerá este paño,
habla otra vez, y el paño estará entero».
A la palabra de su boca desapareció el paño.
Habló de nuevo y se rehízo el paño.
Cuando los dioses, sus padres, vieron el fruto de su palabra,
gozosos le rindieron homenaje: « ¡Marduk es rey!».
Le entregaron cetro, trono y palu;
armas invencibles le dieron, para ahuyentar al adversario.
Fijado así el destino de Bel, los dioses, sus padres,
le pusieron en el camino del éxito y la victoria.
Él se hizo un arco, que marcó como arma suya,
añadió además la flecha, fijó la cuerda.
Alzó la maza, la empuñó con su diestra.
Arco y carcaj fijó a su costado.
Ante sí envió el relámpago,
de llama abrasadora llenó su cuerpo.
Hizo luego una red para envolver en ella a Tiamat.
Los cuatro vientos sujetó para que nada de ella escapara,
el viento sur, el viento norte, el viento este, el viento oeste.
Al costado apretó la red, regalo de su padre Anu.
Soltó a Imhullu, «el viento malo», el torbellino, el huracán,
el viento cuádruple, el viento séptuble, el ciclón, el viento incontenible;
luego soltó los vientos que había sujetado, los siete,
para remover las entrañas de Tiamat se alzaron a su zaga.
El señor agitó entonces la tempestad, su arma poderosa.
Montó en la carroza de la tormenta, terrible e irresistible.
Una cuadriga enjaezó y le unció,
Matador, Implacable, Hollador, Veloz.
Afilados, ponzoñosos eran sus dientes.
Diestros en asolar, hábiles en destruir.

Circundada de halo terrible aparecía su cabeza,
avanzó el señor y siguió su camino,
contra Tiamat furiosa dirigió su rostro.
En sus labios llevaba un... de pasta roja;
su mano empuñaba una planta para vencer al veneno.
Entonces en torno a él se arremolinaron los dioses.
El señor se dirigió a escrutar el costado de Tiamat,
(y) de Kingu, su consorte, para conocer la trama
cuya maldición, ante su mirada, queda deshecha,
su voluntad se dispersa y su acción se confunde.
Y cuando los dioses, sus auxiliares, que marchaban a su lado,
vieron al héroe valeroso, su vista se turbó.
Lanzó un grito Tiamat, sin volver el cuello,
con un brutal desafío en sus labios:
«¡Demasiado importante eres para el señor de los dioses como para alzarse contra ti!
¿Se han congregado en su lugar o en el tuyo?».
Pero el señor, suscitando la tormenta, su arma poderosa,
a la furiosa Tiamat lanzó estas palabras:
«Con fuerza te alzaste, mucho te has exaltado;
en tu corazón te propusiste provocar la lucha,
de forma que los hijos rechacen a sus padres,
y tú misma que los engendraste, odias [...].
Engrandeciste a Kingu para que fuera (tu) consorte,
su mando, que en derecho no le pertenece, opusiste al de Anu.
Contra Anshar, rey de los dioses, maquinas el mal;
contra los dioses, mis padres, afirmaste tu maldad.
Por mucha que sea tu fuerza, por afiladas que sean tus armas,
¡Ponte en pie, para que tú y yo trabemos singular combate!».
Cuando esto oyó Tiamat,
se volvió como posesa, como si perdiera la razón.
Con fuerza gritó Tiamat furiosa.
Hasta las raíces temblaron sus piernas.
Recitó un conjuro, lanzó su encantamiento,
mientras los dioses guerreros aguzaban sus armas.
Entonces entablaron la lucha Tiamat y Marduk, el más sabio entre los dioses,
trabaron combate singular, se atenazaron en la pelea.
Desplegó su red el señor para atraparla,
el viento malo, que seguía detrás, le soltó en el rostro.
Cuando Tiamat abría su boca para devorarlo,
por ella le lanzó el viento malo para que no cerrara los labios.
Cuando los vientos salvajes llenaron su vientre,
su cuerpo quedó hinchado, la boca abierta.
Lanzó él su flecha, que atravesó su vientre,
le desgarró las entrañas, le destrozó el corazón.
Dominándola así, acabó con su vida.
Arrojó su carcaj para alzarse sobre ella.
Después de dar muerte a Tiamat, el señor,
su banda quedó destrozada, su tropa desbaratada.
[...]
Pero a Kingu, que había sido hecho su jefe,
lo ató y entregó a Uggae.
Las tablillas del destino, que en derecho no eran suyas,
le arrebató, las selló con un sello y las apretó contra su pecho.
Cuando hubo derrotado y sometido a sus adversarios,

Y se volvió a Tiamat, a la que había atado.
Holló el señor las piernas de Tiamat,
con su maza despiadada destrozó su cráneo.
Cortó las arterias de su sangre
que el viento norte llevó a lugares ignorados.
Al ver todo esto, sus padres se llenaron de gozo y exultaron,
y a él acudieron con presentes, para rendirle homenaje.
Se detuvo entonces el señor para ver el cuerpo muerto,
porque iba a desmembrar al monstruo y hacer obras estupendas.
La partió como una concha en dos partes;
una mitad alzó y la puso como un techo, el cielo,
fijó una barrera y puso guardianes
a los que mandó que no dejaran escapar las aguas.
Cruzó los cielos y revisó (sus) regiones.
Escuadró el cuartel de Apsu, la morada de Nudimmud,
según medía el señor las dimensiones de Apsu.
La Gran Morada, su semejanza, fijó como Esharra,
la Gran Morada, Esharra, que hizo como el firmamento.
Anu, Enlil y Ea recibieron sus lugares.
[...]
Cuando oye Marduk las palabras de los dioses,
su corazón le impulsa a realizar obras estupendas.
Abre su boca y se dirige a Ea,
para comunicar sus planes habla a Ea,
para comunicar el plan que ha concebido en su corazón:
«Amasaré la sangre y haré que haya huesos.
Crearé una criatura salvaje, 'hombre' se llamará.
Cierto, crearé un hombre salvaje.
Tendrá que estar al servicio de los dioses,
para que ellos vivan sin cuidado.
Con maña cambiaré la vida de los dioses.
Venerados por igual, en dos grupos estarán divididos».
Ea respondió, y le dirigió una palabra,
para exponerle un plan en beneficio de los dioses:
«Que sea entregado uno sólo de sus hermanos;
sólo éste perecerá para que sea formada la humanidad.
Que se junten aquí los grandes dioses en asamblea,
que el culpable sea entregado para que ellos permanezcan».
Convocó Marduk en asamblea a los grandes dioses;
graciosamente los presidía y daba instrucciones.
A sus sentencias prestaron atención los dioses.
El rey dirigió una palabra a los Anunnaki:
«Si vuestra declaración fue sincera,
decid ahora la verdad y por mí juradla.
¿Quién provocó la revuelta,
provocó a Tiamat a rebeldía y azuzó el combate?
Sea entregado el que maquinó la rebelión.
¡Con su culpa le haré cargar para que viváis en paz!».
Los Igigi, los grandes dioses, le replicaron,
a Lugaldimmerankia, consejero de los dioses, su señor:
«Fue Kingu quien maquinó la rebelión,
quien hizo rebelde a Tiamat, quien azuzó el combate».
Lo ataron y llevaron a presencia de Ea.
Le cargaron con su culpa y cortaron (los vasos de) su sangre.
De su sangre formaron la humanidad,
a la que él impuso la servidumbre, dejando libres a los dioses.
[...]
Después de ordenar todas las normas,
a los Anunnaki del cielo y de la tierra asignó sus porciones,
los Anunnaki abrieron su boca
y dijeron a Marduk, su señor:
«Ahora, señor, ya que nos has liberado,
¿qué homenaje te rendiremos?
Edificaremos un santuario en tu honor, que se llamará
'La cámara de nuestro reposo nocturno'; ¡que en él reposemos!
¡Edifiquemos un santuario, un lugar para su morada!
El día en que lleguemos, reposaremos en él».
Cuando Marduk lo oyó,
sus facciones brillaron como el día:
«Como el de la alta Babilonia, cuya edificación solicitasteis,
su obra de ladrillo sea realizada. 'El Santuario' se llamará».
A la obra se pusieron los Anunnaki,
durante un año fabricaron ladrillos.
Al llegar el segundo año,
levantaron el tope de Esagila igual a Apsu.
Después de levantar una torre escalonada tan alta como Apsu,
pusieron allí una morada para Marduk, Enlil (y) Ea.
En su presencia la adornaron con esplendor.
Hacia abajo miran sus cuernos, a la base de Esharra.
Cuando concluyeron la obra de Esagila,
los mismos Anunnaki levantaron sus santuarios.
... todos se reunieron,
... edificaron para su morada.
A los dioses sus padres, sentó en su banquete:
«Esta es Babilonia, lugar de vuestra casa.
Festejad en su recinto, llenad sus anchas plazas».
Ocuparon sus tronos los grandes dioses.
A beber y a banquetear se pusieron.
Después de festejar allí,
en Esagila, el espléndido, celebrados sus ritos,
habiendo establecido las leyes (y) sus portentos,
todos los dioses repartieron las estancias del cielo y de la tierra.
Los cinco grandes dioses ocuparon sus tronos.
Los siete dioses del destino pusieron a los trescientos en el cielo.
Enlil alzó el arco, su arma, y lo puso ante ellos.
Los dioses, sus padres, vieron la red que había hecho.
Cuando contemplaron el arco, y su forma tan hábil,
sus padres alabaron la obra que había realizado.
Empuñándolo, Anu habló en la asamblea de los dioses,
mientras besaba el arco:
[...].”

SPEISER, E. A.: Ancient Near Eastern Texts, Princeton, 1950, (reproducido en MENDELSOHN, I. (ed.): Religions of the Ancient Near East, Nueva York, 1955).

Un ejercicio matemático:
“Con un (volumen de) tierra de 1,30 (es decir 90) capturé la ciudad hostil a Marduk.

Desde el pie de la (rampa de) tierra avancé 32, longitud. La altura de la (rampa de) tierra es 36: ¿cuál es la longitud que tengo que avanzar con el fin de capturar la ciudad, y cuál será la dimensión delante de…?

Coge el recíproco de 32, tienes 1.52.30. Multiplica 1.52.30 por 36, la altura, y tienes 1.7.30 Coge el recíproco de 6, la base de la (rampa de) tierra, tienes 10, multiplica por 1,30 (el volumen de) la tierra por 10 y hallas 15. Doblas 15, tienes 30. Multiplica 30 por 1.7.30 y tienes 33.45. ¿De qué es el cuadrado 33.45? Es 45 al cuadrado.

45 es la altura de la muralla. ¿En cuánto excede 45, la altura de la muralla, a 36, la altura de la tierra? La excede en 9. Coge el recíproco de 1.7.30, y tienes 53,20. Multiplica 53,20 por 9, y tienes 8.8; es la longitud que avanzas.”

THUREAU-DANGIN, F.: La Ville ennemie de Marduk, 1932.












































BLOQUE C: EL PRÓXIMO ORIENTE EN LA PRIMERA MITAD DEL II MILENIO


CAPÍTULO 7
MESOPOTAMIA EN LOS PRIMEROS SIGLOS DEL II MILENIO: EL PERÍODO PALEOBABILÓNICO. NUEVAS POBLACIONES: LOS AMORITAS. EL IMPERIO DE HAMMURABI. TRANSFORMACIONES SOCIO-ECONÓMICAS, LA CIUDAD, EL MARCO JURÍDICO, LA RELIGIÓN


C.7.1.-El Período Paleobabilónico
C.7.1.1.-Introducción
El cambio de milenio será una época especialmente importante para el mundo mesopotámico. Continuará la formación de los grandes estados con la particularidad de que, a partir de este momento, la envergadura de los mismos en cuanto a territorios controlados y a estructuras políticas, jurídicas, económicas y militares será muy superior a la del milenio anterior. Nos encontramos así en la primera mitad del II milenio a.n.e. con la aparición del Imperio Paleobabilónico, del Imperio Antiguo Asirio, del estado de Mitanni, del Imperio Hitita…

La fuente más importante de información en la primera mitad del milenio es el archivo de la ciudad de Mari, situada en el Medio Éufrates, cerca del río Habur. Su ubicación privilegiada en la zona de paso de las rutas caravaneras hizo de ella una plaza deseada por todos los estados expansionistas que empezaban a formarse a principios del II milenio a.n.e. La monarquía local se vio obligada a mantener relaciones diplomáticas con dichos estados para garantizar así su independencia. Precisamente es esta característica la que hace que su biblioteca sea tan valiosa para los investigadores: además de contener la documentación administrativa habitual de cualquier ciudad de Mesopotamia nos encontramos aquí una serie de textos que permiten a los historiadores seguir toda la actividad diplomática de la región hasta la desaparición de la ciudad, en una fecha no muy precisa entre el siglo XIX a.n.e. y el XVIII a.n.e.


Vemos así que estos nómadas procedentes del Desierto de Siria que se habían ido asentando en Mesopotamia a finales del III milenio a.n.e. ya a principios del siguiente milenio habrán llegado al trono en ciudades tales como Babilonia, Mari, Assur, Nínive, Eshnunna, Alepo y Ebla .

Este momento, los inicios del II milenio a.n.e., será aprovechado por una serie de ciudades para tratar de controlar los antiguos dominios de la III dinastía de Ur mediante distintos proyectos políticos dirigidos en esta dirección. Así ocurrirá con Isin y Larsa, que sólo alcanzarán el poder de forma efímera, y con Babilonia. Esta última ciudad, Babilonia, será la que finalmente consiga consolidarse como nueva potencia hegemónica en esta región de Mesopotamia, por lo que los primeros siglos del II milenio a.n.e. reciben el nombre de Período Paleobabilónico.

C.7.1.2.-Época de Isin-Larsa
En los primeros momentos del II milenio a.n.e. y hasta finales del siglo XIX a.n.e. serán las ciudades de Isin y Larsa las que jueguen un papel más destacado. Con la caída de la III dinastía de Ur uno de sus monarcas, el rey Ishbi-Erra, abandona la capital de su estado y se refugia en Isin, desde donde mantendrá el control de algunas ciudades. Aquellas otras que no pudo defender y que, por lo tanto, no se encontraban ya bajo su ámbito de influencia, no tardaron mucho en volver a la normalidad tras una serie de saqueos y destrucciones. Tras finalizar los episodios violentos en los que se vieron envueltas, estas ciudades continuaron bajo el control de sus propios reyes, pero sin que éstos volviesen a someterse a la III dinastía de Ur a partir de este momento.

Nos encontramos con que el rey de Isin llegará a ser también el monarca de otras ciudades, hecho que se atribuye al traslado de la capitalidad del estado de la III dinastía de Ur a su nuevo emplazamiento. La dinastía de Isin comenzará a ejercer tareas de protección en otros territorios, seguramente a cambio de recibir una serie de tributos. Tratará, por lo tanto, de tomar el relevo a la malograda ciudad de Ur, pero su iniciativa política durará poco.

Al mismo tiempo, en la cercana ciudad de Larsa una dinastía amorita asciende al poder y trata de erigirse como una alternativa al poder de Isin. Larsa comenzará a conquistar algunas de las ciudades que se encontraban bajo la tutela y protección de Isin, como por ejemplo Uruk, iniciando así su expansión y llegando a controlar, al menos, la región de Summer. El conflicto entre ambas ciudades se resolvió de forma favorable para Larsa, aunque la vencedora no se encontraba en la más deseable de las situaciones: como consecuencia de la guerra había sufrido la destrucción parcial de su núcleo urbano y las hambrunas asolaban su territorio. En estas circunstancias comenzó la construcción de un estado que nunca llegó a consolidarse.

Como conclusión diremos solamente que, a pesar de que el control territorial en la Época de Isin-Larsa llegó a ser relativamente amplio, fue un episodio muy efímero dentro de la Historia Antigua del Próximo Oriente.

C.7.1.3.-El auge de Babilonia
Mientras Isin heredaba los restos del antiguo estado de la III dinastía de Ur y Larsa comenzaba a afianzar su fuerza en Summer, los clanes amoritas que se habían ido asentando en la región de Akkad aparecerán en este momento completamente integrados en el mundo mesopotámico. Surgirá allí en una fecha cercana al 1830 a.n.e. la ciudad de Babili o Babilla, que significa “La Puerta del Dios”, más conocida con el nombre de Babilonia. No se sabe con exactitud si fue una ciudad fundada por estas poblaciones semitas recién llegadas al estrechamiento de los ríos o si se trataba de un núcleo ya existente, pero lo que sí parece estar claro es que, en cualquier caso, fue con la incorporación del sustrato amorita cuando Babilonia se erigió como un nuevo centro de poder en el Próximo Oriente. Hay constancia documental de que, poco después en el tiempo de las primeras noticias que nos dan las fuentes sobre Babilonia, a partir de una fecha no muy concreta entre finales del siglo XIX a.n.e. y principios del XVIII a.n.e., podemos confirmar ya la presencia de una dinastía real de origen amorita en esta ciudad.

Babilonia crecerá y desarrollará los elementos propios de toda ciudad (murallas, canales, templos…). También se preocupará de la reconstrucción de las ciudades que empezará a tomar bajo su control, muchas de las cuales habían sufrido distintos grados de destrucción derivados de la caída de la III dinastía de Ur. Su primera expansión supuso un enfrentamiento con la vecina ciudad de Kish, situada a tan sólo veinte o treinta kilómetros, que finalizó con la victoria de Babilonia.

C.7.2.-Nuevas poblaciones: los amoritas
Ya hemos adelantado en temas anteriores diversa información acerca de los llamados amoritas, amorritas o amorreos. Eran tribus semitas de pastores nómadas procedentes del Desierto de Siria, los cuales fueron asentándose poco a poco en Mesopotamia e integrándose en la vida urbana de las ciudades, hasta tal punto que a principios del II milenio a.n.e. podemos asegurar que varias de las dinastías reinantes son de origen amorita.

C.7.3.-El Imperio de Hammurabi
En una fecha sin precisar, probablemente en el siglo XVIII a.n.e., la dinastía amorita de Babilonia ya está consolidada en el poder y es consciente de su propia fuerza, comenzando una campaña de expansión. Su gran protagonista será el rey Hammurabi, artífice de las conquistas que hicieron de Babilonia el corazón de un gran estado.



-Hay una segunda etapa de su reinado caracterizada por la firma de pactos diplomáticos entre las grandes potencias del momento durante los años centrales de su reinado. Los archivos de la ciudad de Mari muestran perfectamente la relación entre sus gobernantes y la Babilonia de Hammurabi.
-En la tercera y última fase del reinado de Hammurabi el rey amorrero iniciará una expansión feroz sobre los territorios cercanos. En esta época vencerá a los reyes de la ciudad de Larsa, integrando sus territorios en su propio estado, y romperá los pactos firmados con Subartu, derrotando a sus monarcas. También la ciudad de Mari sufrirá las consecuencias de la expansión de Hammurabi, siendo arrasada sin que las actividades diplomáticas de su rey Zimrilin pudiesen impedir tan funesto destino .

C.7.4.-Transformaciones socio-económicas
C.7.4.1.-El marco jurídico
El aspecto del que más información se dispone de la Babilonia de la primera mitad del II milenio a.n.e. es el legislativo, el cual conocemos de forma casi íntegra gracias al Código de Hammurabi.



Fue encontrado por una expedición francesa a comienzos del siglo XX en la ciudad de Susa, lo cual indica que hubo una clara intención de dejar por escrito estas leyes y de divulgarlas por todos los territorios controlados por Babilonia. Habría, por tanto, más monolitos como el que aparece en la imagen repartidos por diversas ciudades del Imperio, ya que se trataba de una legislación común a todas ellas. Está escrito en escritura cuneiforme y lengua acadia. A pesar de ser una lengua que con toda seguridad no era conocida por la mayoría de la población sí que era entendida por las minorías letradas que, al fin y al cabo, eran los destinatarios del texto .


Debajo de este relieve nos encontramos ya con el texto, que consta de tres partes claramente diferenciadas:
-El prólogo o introducción. Se trata de un himno, una declaración de intenciones en la que se nombra repetidamente a Hammurabi, responsable de las leyes, con un claro objetivo propagandístico. También aparecen mencionados la ciudad de Babilonia, capital de su estado, y las principales divinidades de su panteón, entre las que distinguimos deidades sumerias, acadias y amoritas. Los dioses citados son aquellos que por su carácter ejercen algún tipo de influjo en la toma de decisiones por parte de los hombres .
-El cuerpo legal , que consta de doscientos ochenta y dos artículos repartidos en distintos grupos temáticos de leyes:
-Los primeros cinco artículos tratan de infracciones procesales, como por ejemplo las derivadas de los malos usos de los recursos comunes.
-Los artículos comprendidos entre el seis y el veinticinco se refieren a los estatutos de la propiedad. Dejan patente que el derecho de ciudadanía guarda relación con los bienes poseídos y regula los límites de las tierras, etc.
-Desde el artículo cuarenta y dos hasta el setenta y ocho está lo que podríamos identificar como una especie de estatuto militar. Estas leyes recogen las obligaciones militares de cada miembro de la comunidad.
-Relaciones de posesión, entre el artículo setenta y nueve y el ochenta y siete.
-Préstamos y otras negociaciones, entre el ochenta y ocho y el ciento veintiséis.
-En grupo de artículos que va desde el ciento veintisiete hasta el ciento setenta y siete son leyes que tratan acerca de la familia y del matrimonio.
-Las sacerdotisas cuentan también con unas leyes propias, las cuales están integradas por los artículos que van desde el ciento setenta y ocho hasta el ciento ochenta y cuatro.
-Desde el artículo ciento ochenta y cinco hasta el ciento noventa y cinco nos encontramos con las leyes de adopción, las cuales regulan los derechos del adoptante, las posibles reclamaciones del adoptado…
-En los artículos comprendidos entre el ciento noventa y seis y el ciento catorce están las leyes que tratan las penas por lesiones corporales y por aborto. Los castigos suelen ser compensaciones basadas en el ojo por ojo, aunque siempre dependiendo del estatus social de la víctima.
-Hay una serie de leyes específicas para médicos, arquitectos y banqueros entre los artículos doscientos quince y doscientos cuarenta, donde se estipulan sus tarifas y las penas en caso de negligencia.
-La legislación sobre los materiales agrícolas y ganaderos está recogida entre el artículo doscientos cuarenta y uno y el doscientos setenta y dos. Incluyen la regulación, por ejemplo, de los cuidados de la tierra, de las cabezas de ganado o de los canales, castigando los malos usos o negligencias.
-Salarios y alquileres, entre el doscientos setenta y tres y el doscientos setenta y siete.
-Los últimos cinco artículos del código están dedicados a la compra-venta de esclavos.
-Epílogo, de características similares al prólogo.

Este código de leyes deja entrever una sociedad dividida en grupos. A pesar de que es imposible conocerlos todos, sí que hay algunos que trascienden más en estas leyes. Las penas que se aplicarían por un mismo delito dependerían de la pertenencia a uno u otro grupo:
-Los awilum parecen ser los ciudadanos libres, los cuales tienen todos los derechos independientemente de su consideración social. Las compensaciones que reciben en caso de sufrir algún mal son superiores por ley.
-Muskenum. Son individuos con un cierto grado de dependencia, por lo que no disfrutan de todos los derechos derivados de la ciudadanía. Parece ser que existía una cierta limitación de su libertad sobre su persona o sobre su trabajo. Cuentan con menos reconocimiento social que los awilum y, según los expertos, parece muy probable que la palabra “mezquino” derive de este término.
-Wardum o esclavos. Las pocas compensaciones que tienen reconocidas según las leyes son en calidad de ser una de las propiedades de su amo más que por el hecho de ser personas, ya que ni siquiera llegaban a esta categoría. Solían ser cautivos de guerra empleados como mano de obra, aunque también existía la esclavitud por deudas .

C.7.4.2.-La religión
En este panteón formado por divinidades amoritas integradas dentro de un sustrato sumerio y acadio destaca especialmente el dios semita Marduk, cabeza del panteón en esta época. Esta divinidad es la principal de la religión oficial, apareciendo como el protector de Babilonia y quien da el poderla resto de dioses y les salva cuando éstos se encuentran en peligro. Otro dios semita relacionado con la religión oficial del estado, aunque con un carácter más popular que Marduk, es Shamash, dios astral asociado al sol.

Sin embargo, eran los viejos dioses sumerios y acadios tradicionales los que disfrutaban del culto popular, así que las nuevas deidades no tardaron en ser emparentadas o relacionadas con las anteriores para lograr establecer un vínculo entre la religión oficial y la popular.

C.7.4.3.-La literatura
A lo largo del Imperio Paleobabilónico tendrá lugar una gran labor de recuperación y transmisión de textos en acadio que recogían la literatura de épocas anteriores, como los mitos sumerios y acadios, etc. Destaca de forma especial una creación de esta época de carácter religioso, los himnos babilónicos.







NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Prólogo del Código de Hammurabi:
“Cuando Anum, el Altísimo, Rey de los Anunnakus , (y) el divino Enlil, señor de cielos y tierra, que prescribe los destinos del País, otorgaron al divino Marduk, primogénito del dios Ea , la categoría de Enlil [soberano] de todo el pueblo, (y) lo magnificaron entre los Igigus ; cuando impusieron a Babilonia su sublime nombre (y) la hicieron la más poderosa de los Cuatro Cuadrantes ; (cuando) en su seno aseguraron a Marduk un reino eterno de cimientos tan sólidos como los de cielo y tierra, en aquellos días, Anum y el divino Enlil también a mí, Hammurapi, príncipe devoto (y) respetuoso de los dioses, para que yo mostrase la Equidad al País , para que yo destruyese al malvado y al inicuo, para que el prepotente no oprimiese al débil, para que yo, como el divino Shamash, apareciera sobre los «Cabezas Negras» e iluminara la tierra, para que promoviese el bienestar de la gente, me impusieron el nombre.

Yo soy Hammurapi: El Pastor Elegido del divino Enlil, el acumulador de la abundancia y de la opulencia, el que ha llevado a buen fin cuanto concierne a Nippur-Duranki (y es) devoto cuidador del Ekur; el Rey Eficiente que ha restaurado Eridu en su lugar (y) purificado el ritual del E'abzu; el Huracán de los Cuatro Cuadrantes; el Engrandecedor del nombre de Babilonia, el agrado del corazón de Marduk, su señor, el que acude a diario a servir al Esagil; la Semilla Regia generada por el divino Sin, el enriquecedor de Ur, el humilde, el fervoroso, el que aportó la abundancia al Ekishnugal; el Rey Prudente, obediente al divino Shamash, el poderoso que ha consolidado los cimientos de Sippar, el que ha revestido de frondosidad la capilla superior de Aya, el que ha hecho del Ebabbar un templo excelso, semejante a la morada de los cielos; el Guerrero Compasivo con Larsa, el renovador del Ebabbar para el divino Shamash, su aliado; el Señor Revitalizador de Uruk, el suministrador de aguas de la abundancia a su pueblo, el que ha levantado la cúspide del Eanna, el que ha acumulado abundancia para Anum y la divina Ishtar; el Protector del País, el que ha reunido a las gentes dispersas de Isin, el que ha colmado de abundancia el templo de Egalmaj; el Dragón de los Reyes, el hermano predilecto del divino Zababa, el consolidador de los cimientos de Kish, el que ha rodeado con un aura resplandeciente el Emetelursag, el celebrante fiel de los solemnes ritos de Utar, el administrador del templo Jursagkalamma; la Malla Captora de enemigos, a quien Erra, su compañero, concedió el logro de sus deseos; el engrandecedor de Kuta, el que ha acrecentado inmensamente todo lo del Meslam; el Búfalo Fiero que cornea a los enemigos, el predilecto de Tutu, la alegría de Borsippa, el devoto que no abandona sus deberes para con el Ezida; el Dios de los Reyes [superior a los demás reyes], el sabio perspicaz, el ampliador de los cultivos de Dilbad, el que colmó los silos para el divino Urash, el audaz; -el Señor Merecedor del cetro y la corona a quien hizo perfecto la sabia diosa Mama; el diseñador de los planos de Kesh; el suministrador de los alimentos puros de la divina Nintu;- el Prudente, el Perfecto, el que proveyó pastos y abrevaderos a Lagash y a Girshu, el que suministró las magnas ofrendas al Eninnu; el Captor de Enemigos, el predilecto de Telitum que cumple los oráculos de Sugal, que alegra el corazón de Etar; el Príncipe Puro cuyas oraciones acepta el divino Adad; el que, en Karkara, aplaca el corazón del divino Adad, el guerrero; el proveedor continuo de lo que es debido en el E'udgalgal; el Rey Vivificador de Adab, el organizador del templo Emah; el Príncipe de los Reyes, irresistible en la guerra; el que donó la vida a Mashkan Shapir, el que hartó de agua al Emeslam; el Sabio, el Buen Ecónomo; el que alcanzó las profundidades de la sabiduría; el que amparó a los habitantes de Malgum en la catástrofe, el cimentador de sus casas; el que, en la abundancia, decretó para el divino Ea y la divina DamgaInunna -magnificadores de su reino- ofrendas eternamente puras; el Primero entre los Reyes, el sometedor de los pueblos del Éufrates por orden del divino Dagán, creador suyo; el que se apiadó de los habitantes de Mari y de Tuttul; el Príncipe Piadoso que hizo brillar el rostro del divino Tishpak, el que preparó banquetes santos al divino Ninazu; el salvador de su pueblo en la dificultad, el que consolidó sus cimientos en medio de Babilonia, en paz; el Pastor de la Gente, cuyas obras son del agrado de Ishtar; el que aseguró la presencia de Ishtar en el Elulmash, en el centro de Acad; el Proclamador de la ley inmutable, el caudillo de los pueblos, el restaurador de su Virtud Protectora a la ciudad de Asur; el Silenciador de Rebeldes; el rey que, en el Emesmes de Nínive, proclamó los títulos de la divina Ishtar; el Piadoso Orante ante los Grandes Dioses; el descendiente de Sumulalel, el poderoso heredero de Sinmuballit, la semilla eterna de la realeza; el rey poderoso, Sol de Babilonia que hace amanecer la luz sobre el País de Súmer y Acad , rey sometedor de los Cuatro Cuadrantes, el protegido de Ishtar. Cuando Marduk me mandó a gobernar el pueblo, a enseñarle al País el buen camino, yo hice de la Verdad y la Equidad el asunto mas importante: me ocupé del bienestar del pueblo. En aquellos días.”

SANMARTÍN ASCASO, J.: Códigos legales de tradición babilónica, Barcelona, 1999.

Selección de disposiciones del Código de Hammurabi:
(Estas disposiciones legales unifican los diferentes códigos de las ciudades del imperio babilónico. Se pretende así establecer leyes aplicables en todos los casos, e impedir que cada uno «tome la justicia por su mano», pues sin ley escrita que los jueces hubieran de aplicar obligatoriamente, era fácil que cada uno actuase como más le conviniera. No obstante, los historiadores en la actualidad discuten sobre si las disposiciones legales del código se habrían llevado o no a la práctica en todas las ciudades del imperio.
El código incluye disposiciones tanto de lo que nosotros llamaríamos derecho civil y como de derecho penal, regulándose comercio, trabajo asalariado, préstamos, alquileres, herencias, divorcios, propiedad privada, penas por delitos de robo, asesinato, etc. La mayoría de las penas son pecuniarias (multas), aunque también existe pena de destierro, mutilación y muerte. En algunos casos la ley opta por aplicar talión, es decir, hacer al agresor lo mismo que él hizo a su víctima siempre que ambos sean de la misma «categoría social»: awilum (libre y con plenos derechos), mushkenum (libre pero con derechos limitados) o wardum/amtum (esclavo/esclava). Además, se distingue si hay intencionalidad o no, y cuál es la «categoría» de la víctima y la del agresor. En el siguiente texto se traduce awilum por hombre, mushkenum por individuo común, wardum por esclavo y amtum por esclava).

“«Si un hombre ha reventado el ojo de un hombre, se le reventará un ojo.»
«Si revienta el ojo de un individuo común... pagará una mina de plata.» «Si ha reventado el ojo de un esclavo de un hombre, pagará la mitad de su precio (del precio del esclavo)».

«Si un hombre golpea a otro hombre en una disputa y le causa una herida, aquel hombre jurará 'Aseguro que no lo golpeé adrede' y pagará el médico».
«Si un hombre ha ejercido el bandidaje y se le encuentra, será condenado a muerte.»

«Si un hombre ha acusado a otro hombre y le ha atribuido un asesinato y éste no ha sido probado en su contra, su acusador será condenado a muerte.»

«Si un hombre conoce carnalmente a su hija, se desterrará a ese hombre de la ciudad.»

«Si un hombre, tras la muerte de su padre, yace con su madre, se los quemará a ambos.»

«Si un hijo ha golpeado a su padre se le cortará la mano».

"Si un hombre quiere desheredar a su hijo y afirma ante los jueces 'Quiero desheredar a mi hijo', los jueces determinarán los hechos de su caso y, si él no ha demostrado las razones de la desheredación, el padre no puede desheredar a su hijo.»

«Si una mujer odia a su marido y afirma 'No harás uso carnal de mí', se determinarán los hechos de su caso en un juicio y, si se ha mantenido casta y sin falta en tanto que su marido es convicto de abandono y agravio, esa mujer no sufrirá castigo, tomará su dote (sheriktu) y marchará a la casa de su padre.»”

LARA PEINADO, F.: Código de Hammurabi, Madrid, Editora Nacional, 1982.



























































































CAPÍTULO 8
EL NUEVO MARCO DE RELACIONES INTERNACIONALES. EL IMPERIO ANTIGUO ASIRIO: SU PRESENCIA EN CAPADOCIA. LA DOCUMENTACIÓN: LOS ARCHIVOS DE MARI. LAS TRANSFORMACIONES SOCIO-ECONÓMICAS DEL ÁREA NORTE DEL PRÓXIMO ORIENTE


C.8.1.-Assur durante el Período Paleobabilónico
C.8.1.1.-Introducción



También dominaba tanto las rutas comerciales que transcurren de Norte a Sur, a través del cauce de los ríos y que conectaba a Subartu con Akkad y Summer, como las rutas que iban de Este a Oeste, de Assur a la Península de Anatolia. Todas estas ventajas derivadas de su privilegiada ubicación hicieron de Assur un gran centro de redistribución de productos procedentes de todo Oriente.

La ciudad debe su nombre al principal dios del panteón amorita en esta región norteña, Assur . Esta divinidad semita ya se conocía desde épocas anteriores gracias a los textos acadios. La existencia de elementos comunes entre ambos pueblos semitas, los acadios y los amoritas, implica una cierta identidad entre los dos que no está del todo clarificada a día de hoy.

C.8.1.2.-Las fuentes para el conocimiento del Imperio Antiguo Asirio
Son varias las fuentes que nos permiten aproximarnos al Imperio Antiguo Asirio durante el período en el que tuvo vigencia, entre los siglos XVIII a.n.e. y XVI a.n.e. Muchas provienen de su capital, Assur, pero hay textos en otras ciudades que también nos hablan de la existencia de los asirios. Las fuentes más importantes son:
-Las inscripciones reales en las paredes de palacios y lugares públicos, donde se plasmaban tanto las hazañas de los monarcas como diversos aspectos religiosos. Están escritas en escritura cuneiforme y en lengua paleoasiria , y en ellas el monarca aparece como un colaborador de las divinidades.
-Inscripciones reales posteriores, en las que los asirios recuerdan los grandes hitos (batallas, grandes construcciones, etc.) de sus reyes de épocas más antiguas. Al ser una elaboración creada desde el recuerdo o desde documentos anteriores pueden dar una visión alterada.
-Textos hallados en los asentamientos comerciales asirios de la Península de Anatolia. Ya desde aproximadamente el año 1900 a.n.e. los asirios tuvieron una presencia comercial en esta región de Oriente, llegando incluso a monopolizar su actividad mercantil. También hay documentos en ciudades asirias, especialmente en Assur, relacionados con esta actividad comercial en Anatolia.
-Los archivos de la ciudad de Mari, donde encontramos referencias a la presencia comercial asiria en Anatolia desde el siglo XIX a.n.e. hasta la caída de la ciudad en el siglo XVIII a.n.e.
-Las listas reales asirias. A pesar de ser originarias del I milenio a.n.e. se remontan en el tiempo y hablan del período que nos interesa en estos momentos.

C.8.2.-La entrada de Assur en la escena internacional





La mayor parte de los primeros monarcas asirios son amoritas. A pesar de que este pueblo semita no era el único componente de las poblaciones asirias sí que era el mayoritario, por encima incluso del sustrato autóctono.

Como ya sabemos, la capital asiria se encontraba en una situación privilegiada para ejercer el control sobre las principales rutas comerciales del Próximo Oriente:
-La ruta del estaño, que transcurre a través de las tierras del Oeste y que supuso la intervención comercial de los asirios en la Península de Anatolia.
-Las rutas del cobre, que se realizaba a través de los ríos. Una de ellas nacía en la ciudad de Ur y remontaba el Éufrates hacia Nippur, mientras que otra ruta ascendía por el río Tigris. Otro punto de origen de estas rutas era la región del Elam, desde la ciudad de Der.

C.8.2.1.-La presencia asiria en la Capadocia
Las rutas comerciales eran, por lo tanto, la principal fuente de la prosperidad del nuevo y floreciente estado asirio. No es de extrañar que el mantenimiento y la consolidación de dichas rutas fuesen materia de estado, hasta el punto de que la monarquía promoviese el envío de mercaderes asirios al Asia Menor, en la región de la Capadocia de la actual Turquía. La intención de los monarcas asirios era comerciar directamente con las poblaciones autóctonas, sin intermediarios de ningún tipo, monopolizando así la actividad mercantil en esta región.

Se trataba de pueblos independientes que no constituían un estado. Los comerciantes asirios, ante la ausencia de un único interlocutor, se veían obligados a establecer pactos comerciales de forma individual con cada ciudad o comunidad.



Los pactos comerciales que mantenían con estas comunidades les permitían desplazarse por la región con el permiso y bajo la protección de las autoridades locales. A cambio, los comerciantes asirios pagaban impuestos a las ciudades de la Capadocia. Ambas partes reconocían de esta manera que las posibilidades comerciales que ofrecía esta región permitía perfectamente la incorporación de un elemento dinamizador, como eran los comerciantes asirios, para crear un mercado en esta zona. La ciudad de Assur ejerce el papel de valedor de estos pactos firmados por los comerciantes asirios, ya que es quien garantiza su validez al respaldarlos.

Podemos hablar de un monopolio comercial asirio en la Capadocia, pero en ningún momento de un sistema de dominio. Nunca hubo una presencia militar en la región, sino sólo una serie de pactos firmados libremente y respetados por ambas partes. Las poblaciones locales de la Península de Anatolia se veían beneficiadas por la presencia de los comerciantes asirios, aunque lo cierto es que tampoco estaba en sus manos el hacer nada por evitarla.

Hay que tener en cuenta que este comercio implicaba la realización de largos y costosos viajes que suponían una fuerte inversión de capital inicial y que no proporcionaban beneficios de forma inmediata. El camino era muy largo y pesado: las caravanas formadas por animales de carga, los onagros o asnos salvajes, llevaban los productos por una ruta peligrosa y a través de regiones cuya orografía complicaba el paso. Se precisaban cinco o seis semanas para que el estaño y los tejidos de calidad, los artículos más demandados en Anatolia, llegasen desde Assur, por lo que muchos comerciantes asirios se asentaban en la Capadocia y sus familias se separaban. De este modo, una parte de la familia controlaría el negocio desde Assur y la otra haría lo mismo desde sus puntos de intercambio comercial en la Capadocia .

C.8.2.2.-El sistema de comercio asirio en la Capadocia
Los asirios establecerán en la Península de Anatolia un modelo comercial que llama la atención pero que no se sabe si fue empleado de forma exclusiva en esta región. Dicho modelo está bien estudiado gracias a la abundante documentación existente.

Los comerciantes asirios se establecían en puntos de comercio, ubicados cerca de poblaciones locales. Su mayor densidad de concentración se daba en la zona del río Halys, ya que es allí donde estaban situadas las principales ciudades de la Capadocia. Los asentamientos asirios no seguían el patrón o modelo de sus propias ciudades. Al ser el comercio su principal función y contar con población muy itinerante, contaban únicamente con las comodidades más básicas. Los asirios no se molestaban en reproducir allí las principales estructuras de sus ciudades, sino más bien todo lo contrario: en muchas ocasiones reproducían el modelo indígena. Es importante destacar que los asentamientos asirios no eran autosuficientes, sino que dependían de forma directa de los recursos de la ciudad junto a la cual se habían establecido.

Podemos distinguir dos tipos de asentamientos:
-Los karum o puntos de comercio. Su primer objetivo es llegar y establecer una pequeña infraestructura desde la que poder comerciar, aunque algunos crecerán hasta alcanzar una superficie considerable. En su origen no eran más que almacenes y viviendas para albergar a su población flotante .
-Los textos nos hablan de un segundo tipo de asentamiento, los wabartum. Eran lugares más pequeños, de menor extensión y ubicados en lugares peor comunicados. Estaban, muy probablemente, bajo la autoridad de algún karum, aunque no es mucho lo que se conoce sobre este tema.

El principal karum era el de Kanesh, elevada sobre la colina de Kültepe y situada cerca del río Halys, principal vía de comunicación en la complicada orografía de la Península de Anatolia. Se construyó junto a la ciudad anatólica de de Nesa . La presencia asiria en este emplazamiento tuvo lugar entre el año 1900 a.n.e. y el 1600 a.n.e., en un momento temprano en el cual el estado asirio no está aún completamente unificado. Allí fueron halladas varios miles de tablillas escritas en cuneiforme y en lengua paleoasiria, aunque también aparecieron algunas escritas en acadio, que aportan mucha información muy valiosa sobre este proceso del comercio asirio en la Capadocia.

Se estableció un sistema muy jerarquizado: las consignas y los artículos llegaban desde la ciudad de Assur hasta Kanesh, desde donde se distribuían al resto de karum y, desde allí, a todos los wabartum. Eran varias las rutas comerciales que atravesaban toda Asia Menor y que tenían en Kanesh su punto de partida:
-Una de ellas se dirigía hacia el Norte, a las regiones bañadas por el Mar Negro, a través de la vía de penetración que suponía el río Halys. Los pueblos de esta zona son los que, casi con toda seguridad, fueron el origen al pueblo hitita unos siglos más tarde.
-Otra ruta va hacia el Noroeste. El río Escamandro es la vía más importante de salida hacia el Mar Egeo en esta región. Explicaría además el papel de Troya en épocas posteriores como enclave comercial de gran importancia.
-Hacia el Este, a la zona de los grandes lagos, donde surgirá años más tarde el estado de Urartu.
-En dirección al Suroeste, donde hay una serie de pequeños reinos independientes que durante la expansión hitita se convertirán en sus vasallos. Los más importantes son Washushana y Puruskhanda.



Las rutas comerciales asirias en la Península de Anatolia entre los siglos XVIII a.n.e. y XVI a.n.e.

C.8.3.-La ciudad de Mari
El archivo de esta ciudad es el gran referente documental que nos permite una aproximación al Próximo Oriente de los siglos XIX a.n.e. y XVIII a.n.e. a través de las relaciones diplomáticas entre los grandes estados del momento, pero también nos aporta una valiosa información económica y comercial. Está situada entre los ríos Éufrates y Habur, gobernada por una dinastía emparentada con los amoritas. Empleaban una lengua semita muy parecida al acadio, pero que resulta difícil de clasificar dentro de las múltiples variedades locales existentes. Lo más probable es que se tratase de una variedad local de la lengua semita dominante en todo el Próximo Oriente en estos inicios del II milenio a.n.e.



Recordemos que la ciudad de Mari debía su gran prosperidad a lo estratégico de su ubicación en el paso de algunas de las más importantes rutas comerciales que tenían en el río Éufrates su vía de comunicación, como la que ascendía desde Mari hasta el oasis de Tadmor y salía al mar por Byblos o la que se dirigía desde Mari hacia el Norte, buscando un acceso al Mediterráneo en Ugarit. Mari se convertirá en uno de los mayores centros de redistribución de materias primas tales como el estaño o el betún .

Pero la prosperidad de esta ciudad vio su fin cuando Hammurabi de Babilonia la saqueó y destruyó el palacio del rey Zimrilin. Afortunadamente sus archivos sobrevivieron a este desastre, y hoy día constituyen la principal fuente documental que plasma la situación del Próximo Oriente en esta época.

El vacío creado tras la caída de Mari será aprovechado por la ciudad de Alepo, donde también reinaba una dinastía amorita, para tomar su relevo de forma temporal, dando lugar al reino de Yamhad.




































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

El comercio con Anatolia en las cartas de Mari:
“… Puedo pagar el favor de mi señor. Puedo enviar cualquier objeto de lujo que traigan de Kanish, de Harsamna, o de Hattusha, o elaborado en el extranjero.”

DOSSIN, G.: Une Mention de Hattusha dans une leerte de Mari, Revue Hittite et Asianique 5, París, 1939.

“… Askur-Addu [de quien se sabe que era rey de Karana, en Tell al-Rimah, o cerca de allí] ha permitido que entrara (una caravana) en su país; de ella 50 asnos y su personal han seguido a Kanish, el resto ha sido retenido…”

DOSSIN, G.: Une Mention de Hattusha dans une leerte de Mari, Revue Hittite et Asianique 5, París, 1939.

Un mercader de a sus agentes en Kanesh:
“Di a Assur-na’da y Assur-taklaku, Ili-alum dice: 16 tejidos (kuthanum), 18 tejidos negros, 2 tejidos de buena calidad, 1 prenda de vestir, 1 tejido de Shilipkia, 2 pañuelos para la cabeza, 32 minas y media de estaño bajo mi sello, 10 minas para gastos corrientes, dos asnos negros: de estos bienes un tercio es un préstamo sin interés de nuestro padre, el resto es préstamo mío. Has pagado en persona mi impuesto de envío al karum -¡no deposites ningún (otro) impuesto de envío!

2 tejidos de buena calidad, 1 tejido de Shilipkia, 2 pañuelos de cabeza, 1 mina 4 shekels de estaño, como una parte de mi ofrenda a Assur; 1 paño como mi ofrenda a Ishtar; 1 paño como mi ofrenda a Ilabrat; 1 paño como mi ofrenda a Shamash; 1 paño para Ili-na’da; 1 paño para …; 1 paño, 1 mina [de estaño(?)] para la esclava; […] de la prenda de vestir para la muchachita; todo esto te lo lleva Assur-taklaku. Véndelo al mejor precio y envíame la plata.”

GARELLI, P.: Tablettes cappadociennes de collections diverses, 1966.

Los asirios en Capadocia. Cartas de Kültepe:
(En el siglo XVIII, el estado asirio comienza un período (Imperio Antiguo Asirio) de expansión sobre diversos territorios del Próximo Oriente. Desde su capital, Assur, se ejerce el control comercial en el interior de Anatolia, en donde se establecen una serie de puntos de comercio (karum y wabartum), el principal de los cuales era Kanish. Los comerciantes asirios recibían allí protección para realizar su actividad comercial a gran escala. En el siglo XVI, la formación de un estado hitita en la región, así como la crisis de las ciudades asirias por la presión exterior de Mitanni, desembocaron en el final de esta presencia asiria en Anatolia).

“1) A los enviados de la ciudad y el Kárum Kanish habla: así [dijo] el Kárum Wahshushana: El príncipe de Washkhania envió [un mensaje]. Así [decía] él [en este mensaje]: yo acudí al trono de mi padre. ¡Hacedme jurar el juramento! [En contestación a este mensaje] decimos así: «El Kárum Kanish [es] nuestro superior. Enviaremos [un mensaje a las autoridades competentes]. Ellos enviarán [un mensaje] a vosotros, o ellos enviarán [un mensaje] a nosotros. Dos [hombres] del gobierno vendrán a vosotros y entonces también harán que juréis el juramento. Ello os corresponde. Que vuestra directiva venga aquí. Nosotros dimos a nuestros mensajeros 10 minas de cobre.

2) El Kárum Kanish habla. Así [dijo] el Kárum Tsumia: los enviados del Kárum Durkhunit fueron al príncipe de Tammia para jurar. Le llevaron un regalo, y así [dijo] él a los enviados: «¿Dónde [están] los enviados de mi padre del Kárum Kanish? Que vengan a mí, de ellos tomaré un juramento. Él nos insulta, y así [dijo] él: «Yo construiré una ciudad... nosotros le llevaremos un regalo. Nosotros hemos abierto nuestros oídos. Que ellos no insulten al mensajero.”

LÓPEZ MELERO, R. et alii: Historia Antigua Universal. Edad Antigua. Grecia y Oriente Próximo, Ed. Vicens Vives, Barcelona, 1992.













































CAPÍTULO 9
LOS HURRITAS Y MITANNI: FORMACIÓN Y DESARROLLO DE UN IMPERIO EN EL ALTO ÉUFRATES. SU SITUACIÓN EN EL PANORAMA GENERAL PRÓXIMO ORIENTAL


C.9.1.-El estado hurrita de Mitanni
C.9.1.1.-Introducción
El estado de Mitanni ocupó la región central al Norte del Próximo Oriente situada entre el Orontes y el Alto Tigris desde el siglo XVI a.n.e. hasta el XIV a.n.e. Estos territorios se verán afectados continuamente por los distintos episodios de expansión protagonizados por las grandes potencias del momento. La presencia egipcia en la franja sirio-palestina a partir del siglo XV a.n.e., la actividad de los hititas desde el siglo XIV a.n.e. y el nuevo auge de Asiria en el siglo XIII a.n.e. provocarán su definitiva desintegración estatal. No es mucho más lo que se sabe de este misterioso reino. Las fuentes nos hablan tanto de la existencia del estado de Mitanni como del uso de una lengua claramente diferenciada del resto, el hurrita. Parece ser que ambos elementos están directamente relacionados.

C.9.1.2.-La identificación de los hurritas a través de su lengua
La lengua hurrita ha sido catalogada en muchas ocasiones por los lingüistas como de origen indoiranio, a pesar de que a veces se reconozcan en ella términos indoarios . Sin embargo, la mayor parte de los especialistas rechazan hoy en día que el hurrita sea una lengua indoeuropea o incluso indoirania, aunque pueda tener influencias de ambas familias . Sus raíces, por lo tanto, siguen siendo un misterio.

Los hurritas son un pueblo que, según las fuentes, está presente en el Próximo Oriente desde el siglo XIX a.n.e., aunque es posible remontar aún más en el tiempo estas fechas. Han aparecido palabras de época acadia que han sido identificadas como hurritas, al igual que ocurre también con algunos términos hallados en los textos de la III dinastía de Ur. Si bien es cierto que estas primeras evidencias hurritas son muy vagas y difusas, son las únicas de las que se dispone.

El conocimiento que tenemos de los hurritas para épocas posteriores no mejora mucho respecto a lo que hemos visto para el III milenio a.n.e. La arqueología no resulta de gran utilidad a la hora de diferenciar el sustrato hurrita, ya que no se ha logrado distinguir una gran diferencia cultural en la región que fue ocupada por este pueblo, por lo que no disponemos de ninguna pista esclarecedora dentro del ámbito de la cultura material. Ante la ausencia de otras evidencias más concretas hay que proceder a la identificación del mundo hurrita a través de su lengua. Pero el hecho de rastrear toda una cultura únicamente a partir de su lengua resulta una tarea muy complicada. Hay que tener en cuenta que estamos muy lejos de tener un conocimiento profundo de la lengua hurrita. La mayoría de las palabras hurritas de las que se tiene constancia son nombres propios, que en ocasiones pueden deberse incluso a una moda onomástica más que a una presencia hurrita, por lo que es fácil imaginarse la dificultad que supone llegar a conclusiones sobre este pueblo a partir de tan escasas y poco contrastadas fuentes.

Sin embargo, los hurritas van a dejar una impronta omnipresente en todo el Próximo Oriente a través de su lengua. Además de la fuerte presencia hurrita que hubo en la región central del Norte de Mesopotamia desde entre el siglo XIX a.n.e. y el XVIII a.n.e., la cual parece confirmada por la gran densidad de elementos de su lengua aquí hallados, se han encontrado elementos hurritas en todas las fuentes literarias del Próximo Oriente, que tienen su reflejo incluso en textos como el Antiguo Testamento. También hay documentos breves y muy fragmentados, algunos en lengua hurrita y otros en acadio, que permitieron la identificación de algunas palabras concretas .

Se han identificado palabras hurritas, la mayoría de ellas nombres propios, insertadas en textos escritos en otras lenguas. Nos encontramos así con reyes acadios de nombre hurrita, aunque este tipo de hallazgos será más abundante en documentos del II milenio a.n.e. Aparecerán nombres hurritas en toda Mesopotamia, especialmente en Asiria, y en todas las regiones que estuvieron de uno u otro modo bajo el área de influencia del estado de Mitanni, como la franja sirio-palestina, la Península de Anatolia , la ciudad de Mari… Casi toda la documentación de esta época está escrita en la lengua diplomática por excelencia, el acadio, lo que dificulta aún más la búsqueda de un pueblo atendiendo únicamente a cuestiones lingüísticas.

C.9.1.3.-Mitanni
Hay un estado llamado Mitanni que aparece mencionado en diversas fuentes documentales del Próximo Oriente, sobre todo en los archivos externos a este territorio. La información que nos aportan hace pensar que, casi con absoluta seguridad, Mitanni fue el país de los hurritas. Las fuentes que hemos comentado son las siguientes:
-El archivo de Hattusas, de importantísimo valor debido al vínculo especial que unió a los hurritas con los hititas .
-El archivo de Mari, ciudad que será controlada por Mitanni.
-Tell el-Amarna, la capital de Egipto durante el reinado de Akhenaton en el siglo XIV a.n.e. Allí fueron halladas tablillas escritas en cuneiforme y en lengua acadia que se refieren a la relación entre Egipto y Mitanni.

Junto a las fuentes externas que hablan de Mitanni como una realidad política, disponemos también de las evidencias lingüísticas. Aunque de una forma muy difuminada señalan la presencia de una realidad cultural hurrita en la región de Mitanni a través de su lengua y, sobre todo, de los nombres. Sabemos así de la existencia de los monarcas de Mitanni, los cuales tenían en su mayoría nombres hurritas. Sus súbditos, al menos una parte de ellos, son llamados hurritas y, además, empleaban la lengua hurrita. Resulta evidente que la realidad política y la cultural o étnica cuentan, por lo tanto, con un cierto grado de vinculación.

El corazón del estado de Mitanni estaba situado en la región situada entre el Alto Éufrates y el río Habur, foco desde el cual se empezó a expandir el reino hurrita . Mitanni tuvo dos capitales conocidas, Washshukanni y Taide. La primera de ellas aún no ha sido localizada con exactitud, aunque hay varios yacimientos excavados que se disputan la identidad de esta capital.




El Próximo Oriente a principios del siglo XV a.n.e.

El Imperio Antiguo Asirio ostentaba el control político, militar y económico de todo el Norte de Mesopotamia hasta que entró en un proceso de decadencia y retroceso en el siglo XVI a.n.e. Ciertas ciudades comenzaron a no reconocer la autoridad de Assur y a independizarse, lo cual será aprovechado por Mitanni para irrumpir en la región como la nueva gran potencia hegemónica. Hacia el año 1500 a.n.e. Mitanni controla, ya sea mediante conquistas o gracias a tratados ventajosos y desde una posición de superioridad, casi todo el antiguo reino de Subartu y las ciudades de Alepo y Alalah . En momentos puntuales ejercerán también un cierto control sobre la Jazyra y sobre las dinastías amorreas que reinan en las ciudades del Norte de Siria, donde nos encontraremos en momentos puntuales con reyes de nombre hurrita.

C.9.2.-Situación política de Mitanni en el panorama internacional
Entre el siglo XV a.n.e. y la primera mitad del sigo XIV a.n.e. tendrán lugar una serie de acontecimientos de gran importancia para la Historia del Próximo Oriente que coincidirán con el momento de máxima expansión del reino de Mitanni.

En primer lugar, Mitanni se enfrentará a una serie de conflictos internos de gran gravedad. A pesar de que mantenía un férreo control territorial sobre sus dominios, seguían existiendo las organizaciones políticas previas a su expansión. Los textos de la época nos muestran lo dispar de las relaciones de Mitanni con algunas de las ciudades sometidas. Tenemos un ejemplo de las mismas en una carta escrita por Idrim, rey de la ciudad de Alalah. En ella narra cómo sus ancestros perdieron el trono debido a la intervención militar de Mitanni, así que decide viajar a lo largo de la franja sirio-palestina en busca de alianzas contra el reino hurrita. Finalmente firmó un tratado con Parrattarna, rey de Mitanni, según el cual su linaje recuperaba el trono en su ciudad pero sin que ésta rompiese su relación de vasallaje.

En cuanto al panorama internacional, en el archivo de Tell el-Amarna hay textos en acadio que plasman la complicada relación que mantuvieron los reyes hurritas de Mitanni con dos de los faraones egipcios de la dinastía XVIII, Amenofis III y Amenofis IV. Entre los siglos XV a.n.e. y XIV a.n.e. Egipto había conquistado parte de la franja sirio-palestina, convirtiéndose así en vecino de intereses de Mitanni. Ambos estados firmarán una serie de pactos de amistad en los que se incluyeron, como era normal en este tipo de acuerdos, intercambios de obsequios y alianzas matrimoniales . Se han conservado las cartas que se intercambiaron el rey hurrita Tushratta y estos faraones, permitiéndonos así conocer de primera mano la relación que mantuvieron .

A comienzos del siglo XIV a.n.e. el estado de Mitanni sufrirá la expansión hitita. Ante el ataque a ciudades de su reino en el Norte de Siria por parte del rey hitita Subbiluliuma, Mitanni respondió saqueando la capital de los hatti, Hattusas . Sin embargo, estos episodios serán breves y la propia estructura política de Mitanni imposibilitará que el estado hurrita pudiese organizar una ofensiva bien orquestada contra los hititas, viéndose obligados a tratar de mantener sus fronteras ante el crecimiento del País de Hatti.

En tiempos de Amenofis III la relación entre ambos estados fue siempre fluida y cordial, pero con la llegada al trono de Amenofis IV la situación dio un giro. El reinado de este faraón estuvo salpicado por numerosos problemas internos, lo que provocó que no se volcase tanto en la política exterior como había hecho su predecesor. En las cartas de esta época el rey de Mitanni reprocha a Amenofis IV que no cuida a sus amigos, ya que ha descendido la cantidad y calidad de los obsequios recibidos .

C.9.3.-La composición política y social del estado de Mitanni


La población del estado de Mitanni parece ser que estaba formada por hurritas y por otro sustrato distinto que ha sido bautizado por los especialistas con el nombre de mitannos. Analizando la información disponible da la impresión, sobre todo a partir del sigo XVI a.n.e., de que Mitanni era una especie de federación de territorios donde existían diferentes estructuras políticas, lo que podría indicar que los conquistadores no imponían su propia organización del estado sino que mantenían en vigor las estructuras originales.

Respecto a los reyes de Mitanni conocemos sus nombres, muchos de los cuales son hurritas, pero las fechas de sus reinados son muy imprecisas. Los expertos ni siquiera se ponen de acuerdo a la hora de afirmar que todos estos reyes gobernasen sobre todo el estado y no únicamente en una de sus ciudades. El hecho de que el rey de Mitanni fuese conocido con el nombre de “rey de los guerreros hurritas” ha sido interpretado como una referencia a una elite guerrera que ostentaría también el predominio social, político y económico. Podría afirmarse la existencia de distintos grupos sociales, pero la falta de conocimientos más concretos acerca de éstos y de la composición étnica del estado ha generado problemas a la hora de buscar una interpretación, generándose distintas teorías.

La más tradicional apunta que el título de “rey de los guerreros hurritas” indica la existencia de una sociedad estructurada mediante un sistema seudo-feudal en el que una elite de señores guerreros apoyaba al monarca. De esta manera, el país estaría gobernado por el rey y por una clase social predominante formada por guerreros hurritas. Lo cierto es que este modelo está planteado a partir de fuentes muy imprecisas y parece que está claramente influido por paralelismos con otras culturas conocidas. A pesar de que hoy día se han matizado estos aspectos, sigue habiendo un debate abierto. Se mantiene la teoría de la existencia de una superestructura de guerreros y, a pesar de que hay algunos expertos que la niegan, el papel social de los mismos parece indiscutible. También resulta muy probable que esta elite guerrera hurrita tenga un origen étnico distinto al resto de la población.

C.9.4.-Los aspectos económicos y culturales
Las ciudades del estado de Mitanni estaban, como todos los núcleos urbanos del Próximo Oriente, dominadas por el templo y por el palacio. Existe documentación sobre ciudades de pequeño tamaño y datos que aportan información suelta e inconexa sobre su modelo de funcionamiento. Es muy probable que existiese un monopolio estatal sobre la extracción de materias primas y el comercio, lo cual resulta muy lógico debido a que todas las grandes rutas cruzaban por necesidad su territorio.

El estado se reserva la propiedad de la tierra, la cual es donada en forma de uso y disfrute, es decir, en usufructo, por el rey a sus súbditos, de forma que con toda seguridad los miembros de la casta guerrera concentrarían en su poder casi todos los recursos agrícolas.

A partir de la primera mitad del II milenio a.n.e. cambiarán las técnicas de guerra en todos los estados del Próximo Oriente, hecho que ha sido atribuido a las innovaciones aportadas por los hurritas. Fue así como tuvo lugar en el estado de Mitanni el desarrollo de la poliorcética o la llamada “arte de la guerra”. Los hurritas introdujeron el uso bélico del caballo y la sustitución del carro de cuatro ruedas por el de dos, mucho más ligero y manejable. Estas dos medidas fueron esenciales para incrementar la movilidad de los ejércitos , otorgando una clara superioridad al ejército de Mitanni respecto al de sus vecinos.

La importancia que tenía la guerra para los hurritas ha causado que fuesen vistos en ocasiones como un pueblo de origen indoeuropeo, ya que para éstos la guerra tenía una clara connotación de prestigio social. Este concepto casa muy bien con la idea de una elite guerrera y con los movimientos de poblaciones indoeuropeas que tuvieron lugar en Oriente a lo largo del II milenio a.n.e., pero hoy día sabemos que la lengua hurrita no pertenece a la familia indoaria.

C.9.5.-La caída de Mitanni
La decadencia de Mitanni comenzará en el siglo XIV a.n.e., cuando quede patente lo complicado que le resultaba mantener unificado su extenso dominio territorial. Ejercían el control sobre monarquías muy antiguas y de gran tradición, que esperaban ansiosas cualquier síntoma de debilidad para tratar de liberarse de su yugo. No tardará mucho en cambiar el equilibrio de fuerzas existente en el Próximo Oriente, quedando permanentemente modificado por el auge del País de Hatti. Durante el largo reinado del rey hitita Subbiluliuma, que ocupa los años centrales del siglo XIV a.n.e., tuvo lugar la gran expansión hitita.

En el tercer cuarto del siglo XIV a.n.e. los hititas expandieron su frontera hacia el Sur y tomaron la mitad occidental de Mitanni, la región del Medio-Alto Éufrates. Estas conquistas provocaron grandes movimientos de poblaciones que, al igual que la corte real de Mitanni, buscaron en las regiones más orientales del estado un lugar seguro donde asentarse. Mitanni veía así reducidos sus dominios de una forma drástica.

A pesar de que los hititas conquistaron parte del reino hurrita de Mitanni, la cultura hurrita conquistó a los invasores. Muchos de los elementos culturales hurritas se integraron en el mundo de los hatti y pervivieron, llegando incluso a tener un papel fundamental en la sociedad de los conquistadores. El ejemplo más claro lo encontramos en el panteón hitita: la gran mayoría de los dioses que lo integran son hurritas.

A finales del siglo XIV a.n.e. empezarán a resurgir las ciudades del Alto Tigris aprovechando el claro momento de debilidad que atravesaba el estado de Mitanni. Su unión bajo la autoridad de un monarca único supuso al mismo tiempo la desintegración de lo que quedaba del gran estado de Mitanni y el nacimiento del Imperio Medio Asirio, ya en el siglo XIII a.n.e.























NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Carta de Tushratta, rey de Mitanni, a Amenofis III:
“Di[cho] a Nibmuareya, [rey de Egipto], mi hermano: Así (habla) Tuisheratta, rey de [Mittanni, tu hermano: Todo va bien para mí. Que todo vaya bien para ti. Que todo vaya bien para Kelu-Heba, para tu casa, para tus mujeres, para tus hijos, para tus grandes, para tus guerreros, para tus caballos, para tus carros, en tu país, ¡que todo vaya muy bien!

Cuando me senté en el trono de mi padre, yo era muy joven, y Ud-hi había cometido una fechoría con respecto a mi país; había matado a su señor. Por esta razón no me permitía establecer una amistad con cualquiera que me amase. Yo por mi parte no fui negligente con respecto a los crímenes que habían sido cometidos en mi país, y he matado a los asesinos de Arata[sh]uwara, mi hermano, y a todos aquellos que les pertenecían.

Ya que tú tenías amistad con mi padre, yo te he escrito e informado para que mi hermano pueda conocer estas cosas y alegrarse. Mi padre te quería, y por tu parte querías a mi padre. De acuerdo con esta amistad, mi padre te [dio] a mi hermana. ¿Quién sino tú estaba con mi padre de esa forma? [No más tarde que] el año siguiente por otra parte ... de mi hermano todo el País de Hatti. Cuando el enemigo se aproximó a [mi] país, Tesshup, mi señor, lo puso en mi poder, y yo le vencí. [N]o hay uno que haya regresa[do] a su propio país. Te envío con la presente 1 carro, 2 caballos, un servidor, una sirvienta, formando parte del botín del País de Hatti. Como regalo de homenaje a mi hermano, te envío cinco carros y cinco tiros de caballo. Como regalo de homenaje a Kelu-Heba, mi hermana, te envío un par de fíbulas de oro, un par de pendientes de oro, un anillo-mashu de oro y un recipiente de perfume lleno de aceite dulce.

Con la presente te envío a Keliya, mi ministro, y a Tunibibri. Que mi hermano sea amistoso conmigo, y que mi hermano me envíe sus mensajeros para que me traigan los saludos de mi hermano, y que yo les oiga.”

RIVERO-JULIÁN PELEGRÍN, PILAR: Correspondencia de el Amarna, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Carta de Rib-Addi de Byblos a Amenofis IV:
”[A]l rey, mi señor. Mensaje de Rib-Hadda, tu servidor -polvo a tus pies. Caigo ante los dos pies del rey mi señor, siete veces y siete veces. Que el rey, mi señor, preste atención a las palabras de su servidor. Hombres de Biblos, mi propia casa, y mi mujer, me han dicho incesantemente: "Alíate con el hijo de Abdi-Ashurta para que podamos hacer la paz entre nosotros". Pero yo les he rechazado; no les he escuchado. Por otra parte he escrito continuamente al rey, mi señor: "Envía inmediatamente una guarnición a tu servidor para que se guarde la ciudad para el rey, mi señor". Sin embargo, ninguna palabra del rey, mi señor, ha llegado hasta su servidor. Por otra parte, cuando estaba siendo asaltado, me dije: "Vamos; debo firm[ar] una alianza de amistad con Ammunira". Fui, pues, a su casa a fin de firmar una alianza de amistad entre nosotros. Después volví a mi propia casa, pero él me ha prohibido (la entrada) en la casa. Que el rey, mi señor, piense en su servidor. Espero ahora día y noche los arqueros del rey, mi señor. Que el rey, mi señor, piense en su servidor. Si el rey, mi señor, no cambia la disposición de su corazón, entonces moriré. Que el rey, mi señor, dé la vida a su servidor. Además ellos han entregado a dos de mis hijos y dos de mis mujeres a un rebelde contra el rey.”

SERRANO DELGADO, J. M.: Textos para la historia antigua de Egipto, Cátedra, Madrid, 1993.




















































CAPÍTULO 10
EL IMPERIO HITITA: LA EXPULSIÓN DE LOS ASIRIOS Y LA FORMACIÓN DEL IMPERIO. EXPANSIÓN Y RELACIONES EXTERIORES. LA VIDA SOCIAL, ECONÓMICA, CULTURAL Y RELIGIOSA A TRAVÉS DE LOS TEXTOS ESCRITOS


C.10.1.-Los hititas. Introducción



Aparecen mencionados en los textos asirios del siglo XVIII a.n.e., época en la que los comerciantes procedentes del imperio del Alto Tigris mantenían una relación directa con ellos a través de su presencia comercial en Capadocia. A partir de un momento determinado estas pequeñas comunidades formarán una serie de reinos, hasta que en el siglo XVI a.n.e. una dinastía procedente de Kusarra controlará todo el País de Hatti. Sabemos que los hititas se autodenominaron durante mucho tiempo como “hombres de Kusarra”, lo cual implicaría un claro alarde de su lugar de origen. Ocuparon diversas ciudades importantes, como Nesa o Hattusas. Esta última se convirtió en el foco de su proceso de unificación. En el siglo XVI a.n.e. la monarquía hitita ya estaba consolidada y contaba con el suficiente poder como para expulsar a los comerciantes asirios de su territorio. Hay que remarcar que este éxito no se debe únicamente a los hititas: el estado de Mitanni estaba causando serias dificultades al Imperio Asirio por estas fechas.

Los conocimientos de los que se dispone de sus primeros reyes son muy imprecisos y están muy unidos al mito. Hay un período en blanco del que no se tiene una constancia clara sobre quiénes son sus reyes. Pero incluso en épocas posteriores hay momentos en los que ni siquiera se sabe si dos monarcas pertenecen o no a una misma dinastía, se manera que en ocasiones es necesario realizar estudios de cronología relativa mediante la comparación con otros estados.

C.10.2.-Los hititas en las fuentes
La ciudad de Hattusas fue la capital del País de Hatti durante prácticamente toda la duración de este estado. Únicamente en los momentos de mayor dificultad sus reyes se desplazaron al Sur, trasladando con ellos la capitalidad. Los niveles de destrucción de Hattusas que se detectaron durante su excavación corresponden con toda seguridad a esta situación de crisis que hemos mencionado.



El archivo de la ciudad de Hattusas es el más importante para el conocimiento del mundo de los hatti. En esta capital hay una gran cantidad de documentos, sobre todo oficiales, en los templos y, muy especialmente, en el palacio. Estos textos, escritos sobre tablillas, sellos e incluso rocas, están en distintas lenguas:
-La lengua de los hititas, a la que ellos llaman nesita .
-En las distintas lenguas de los reinos del Sur y del Occidente de Anatolia, que tenían un origen distinto al nesita.
-En la lengua diplomática por excelencia del Próximo Oriente, el acadio.



C.10.3.-La primera etapa del reino hitita
Con el nombre de Reino Antiguo Hitita nos referimos al momento de la formación de este estado, comprendida entre los años 1650 a.n.e. y 1500 a.n.e. aproximadamente, cuando las ciudades de los hatti se unieron formando una confederación que alcanzará su momento culminante bajo el control de la dinastía procedente de Kusarra.

Como ya hemos comentado, este período se conoce de una forma muy imprecisa. La fuente más importante, Hattusas, sólo proporciona a los investigadores una serie de referencias míticas y reelaboraciones de épocas posteriores. Las obras hititas más importantes que hablan de este momento son epopeyas, poemas de corte mitológico:
-El Testamento político de Hattusil I, uno de los primeros reyes hititas y “hombre de Kusarra” que vivió entre los años 1650 a.n.e. y 1620 a.n.e. aproximadamente. Esta obra recibe este nombre porque se trata de un engrandecimiento de este monarca y de todo lo que él hizo por su pueblo.
-La Epopeya del dios Telepinu, en la que el héroe de carácter semidivino que le da nombre decide abandonar el mundo, provocando así el caos hasta que el resto de dioses le convencen para que regrese .

También hay textos legales, como una serie de normas que ha sido llamada el Edicto de Telepinu . Estas medidas, que tienen lugar en un período comprendido entre el 1525 a.n.e. y el 1500 a.n.e. aproximadamente, tratan de resolver las luchas dinásticas que han dificultado la estabilidad del reino. El rey se ve obligado a recordar antiguas normas que estaban cayendo en el olvido, como el carácter sagrado e intocable del que gozaba la familia real, pretendiendo evitar así los asesinatos para alcanzar el trono dentro de su misma familia .

C.10.4.-El Imperio Hitita
El segundo momento, políticamente hablando, del mundo hitita es el Imperio Hitita, que se desarrolló entre el año 1500 a.n.e. y el 1200 a.n.e. aproximadamente. Una nueva dinastía, quizás de un origen distinto a la anterior, se hace con el poder, siendo Tudaliya el primero de sus gobernantes.

A principios de esta nueva etapa el País de Hatti reunirá las condiciones necesarias para poder iniciar su expansión territorial. Según avance hacia el Sur, en dirección a las tierras del Alto Éufrates, crecerán los enfrentamientos entre los hatti y el estado de Mitanni. La irrupción de los hititas en la franja sirio-palestina durante el siglo XIV a.n.e. supuso una amenaza para los intereses egipcios, que en esta época tenían una cierta presencia en esta región, y de Mitanni, que veía cómo los hatti se estaban incrementando sus dominios territoriales a costa de su propio estado. Durante el largo conflicto que estallará entre estas potencias Mitanni contará, por lo tanto, con la ayuda de un poderoso aliado, Egipto. Mitanni y el país del Nilo firmarán una serie de pactos, siendo la política matrimonial la expresión más clara de los mismos .

Los efectos de estas tensiones internacionales no tardarán en llegar a Anatolia. Allí había una serie de reinos que se convirtieron temporalmente en vasallos del País de Hatti o que incluso perdieron directamente parte de sus territorios durante el proceso de expansión hitita. Mitanni, y sobre todo Egipto, apoyaron los movimientos independentistas que estos pequeños estados organizaban contra Hattusas. Por ejemplo, hay constancia de que el reino de Arzawa recibió ayuda egipcia en su alzamiento contra los hatti.

El gran protagonista por parte de los hatti a lo largo de esta etapa fue Subbiluliuma, que durante su largo reinado, que tuvo lugar entre los años 1370 a.n.e. y 1330 a.n.e. aproximadamente, fue el responsable de la mayor expansión territorial del Imperio Hitita. Conocemos sus conquistas a través de diversas fuentes:
-El archivo de Hattusas, donde dejó constancia escrita de sus grandes victorias .
-Hay también información sobre sus triunfos en Tell el-Amarna. Se trata de la correspondencia que el rey de Mitanni envía a su homólogo egipcio informándole de los avances de los hatti.
-El archivo de Ugarit. Esta ciudad, situada cerca de la desembocadura del río Orontes, había llegado a formar un reino bastante considerable a lo largo del II milenio a.n.e., el cual se verá ahora constreñido por culpa de las conquistas de Subbiluliuma.
-El archivo de Alepo, ciudad del Norte de Siria que se verá afectada por la llegada de los hititas a la región.



Tras la pérdida de sus dominios occidentales, el estado de Mitanni se enfrentaba a otro problema que amenazaba con desintegrarlo: en la región del Alto Tigris comenzó a renacer el Imperio Asirio, por lo que buscó apoyos en la zona mediante una alianza con la Babilonia cassita .

Volviendo a la relación entre Egipto y Mitanni, el estado hurrita dejó de ser un aliado útil a partir del momento en el que se hizo evidente que no podía hacer frente a las obligaciones estipuladas en el pacto entre las dos potencias. A partir del reinado de Amenofis IV la alianza entre Egipto y Mitanni comenzó a cambiar. Una vez que Mitanni perdió el control del Alto Éufrates, Egipto inició una serie de movimientos diplomáticos con el Imperio Hitita a través de correspondencia, tratando así de tantear a sus nuevos vecinos en la franja sirio-palestina. Dentro de estos contactos hay algunos episodios de difícil explicación, como la petición al País de Hatti de un nuevo marido por parte de una reina egipcia que había enviudado.

A la muerte de Subbiluliuma todo el juego de equilibrios entre los estados del Próximo Oriente había cambiado. Su sucesor, Mursilis II, se encontró con más dificultades a la hora de mantener la fidelidad de los reinos que se encontraban bajo su control. Los reinos de los gascos, en la costa del Mar Negro y, por lo tanto, situados en la frontera Norte del País de Hatti, aprovecharon la debilidad de los hititas para atacarlos. Hattusas, la capital, fue destruida y abandonada en el siglo XIV a.n.e., provocando movimientos de población y el traslado de la corte a principios del siglo XIII a.n.e. A pesar de que este cambio no significó la desaparición del Imperio Hitita éste nunca volvió a ser tan fuerte y poderoso como en la centuria anterior.

A pesar de que Egipto y el País de Hatti mantenían relaciones diplomáticas los intereses de ambos estados por el control de la zona del río Orontes continuó siendo una fuente de conflictos. Egipto siguió su expansión hacia el Norte aprovechándose del momento de decadencia en el que estaba sumido el mundo hitita. El Imperio Hitita, a pesar de todos sus problemas internos, seguía manteniendo su presencia en el Norte de la franja sirio-palestina. El avance egipcio hacia el interior del territorio bajo el control hitita significó el estallido de una guerra.






A pesar del supuesto triunfo que difundió el propio faraón , no hay noticia alguna de derrota en las fuentes hititas y lo cierto es que Egipto no logró su objetivo, que era el control de la franja sirio-palestina. De hecho, el equilibrio de poderes en esta región quedó exactamente igual que antes de la batalla, sin que ninguno de los dos estados lograse imponerse.

Tan sólo veinte años más tarde las relaciones entre egipcios e hititas cambiaron radicalmente, de manera que en el año 1275 a.n.e. aproximadamente sus monarcas, Ramsés II y Hattusil III respectivamente, firmarán un tratado . En él se plasman las obligaciones a las que se compromete cada uno de los estados, que no dejan de ser las habituales en esta época: ayuda mutua, auxilio en caso de invasión extranjera, etc. Uno de sus puntos deja estipulado que ninguna de las partes puede recibir a representantes de otros estados sin comunicárselo a su aliado, de manera que se imposibilitaba la firma de pactos a espaldas de la otra parte .

C.10.5.-El estado hitita
Gracias a la auténtica obsesión que tenían los hititas por dejar constancia escrita de todos los aspectos que regulaban la vida de sus comunidades es mucha la información que disponemos sobre la organización interna de su estado.

Las fuentes nos hablan de la relación existente entre los monarcas hititas y sus súbditos. En ocasiones parece actuar, salvando las distancias, como un señor feudal. El rey firma una serie de tratados con sus vasallos, los cuales pueden ser desde miembros de la elite hitita hasta monarcas de otros reinos, de tipo clientelar. A cambio de reconocer su dominio les otorga un cargo que les permita seguir ejerciendo el poder sobre su territorio. Estos pactos de vasallaje, redactados en tablillas, siguen todos una serie de pasos estipulados: el vasallo se presenta ante el rey hitita con unos “obsequios” obligatorios, en una cantidad y calidad suficiente según el tipo de presente del que se trate. Se redacta el pacto con todas sus obligaciones y cada una de las partes se queda con una copia, que será depositada en el templo, junto a los dioses.

En las fuentes palatinas se menciona a los “hijos del rey”. Eran parientes del monarca a los que éste consideraba dignos de confianza y les otorgaba algún papel político, como gobernadores de estados conquistados, legados diplomáticos, etc. Los grandes cargos militares y de la corte se repartían entre las más prestigiosas familias hititas. Esta práctica, típica en todos los pueblos de la Antigüedad, suponía una debilidad: no todos los seleccionados entre las elites sociales eran realmente capaces para el ejercicio de su puesto, siendo habitual que se hiciesen cargo del mismo a edades muy tempranas.

C.10.6.-La economía
La forma de vida de los hatti estaba fuertemente influida por la complicada orografía de su territorio. El relieve impedía la creación de una red de canales y las precipitaciones eran poco abundantes, así que las áreas de cultivo se reducían a los valles fluviales y a unas pequeñas franjas agrícolas cerca de sus ciudades, siendo los cereales los productos más extendidos. La situación del estado hitita era muy variable a causa de estas circunstancias, las cuales provocaban a menudo un serio déficit cerealístico. La constante amenaza de hambrunas hacía que fuese habitual recurrir al abastecimiento exterior, como las ciudades de la franja sirio-palestina y, sobre todo, Egipto . Esta debilidad de la capacidad agrícola hitita y las continuas incursiones de los pueblos del Norte, como los gascos, hicieron que la legislación hitita protegiese muy especialmente las propiedades agrícolas y la actividad comercial a través de un complicado y muy desarrollado código de leyes como medida para salvaguardar su economía.

Como contraste frente a sus deficiencias agrícolas, los hatti contaban con una importante riqueza ganadera. Sus tierras, poco cultivables, eran utilizadas como pastos para su cabaña, la cual incluía caballos tanto de guerra como de tiro.

Respecto a su industria, los hatti producían cerámica, productos textiles de lino y lana y metales. Respecto a este último material, los hititas contaban con una buena fuente de abastecimiento de los mismos en los Montes Tauro, conocidos en la Antigüedad con el nombre de las Montañas de la Plata. Además de este metal precioso también extraían cobre.

C.10.7.-La religión
La religión hitita presenta una serie de particularidades. En un texto del año 1250 a.n.e. el rey Tudaliya cita a todos los dioses que conforman el panteón hitita, aunque de muchos de ellos únicamente conocemos su nombre. Dicho panteón está formado por divinidades de muy distintas procedencias que se incorporaron al mismo de diferentes formas. Hay dioses que ya existían en Anatolia desde antes de la aparición del pueblo hitita y que se mantendrán con ellos, pero también hay otros que se incorporarán procedentes de otras regiones y culturas.

Las comunidades anatólicas no veían con malos ojos la llegada de nuevos dioses desde otros territorios. Al parecerse a los suyos propios los asimilaban sin ningún problema, manteniendo incluso su nombre extranjero. La mayoría de las deidades hititas son de procedencia hurrita, lo que demuestra el profundo nivel de penetración que esta cultura tuvo en el mundo hatti . También las divinidades semitas, ya procediesen de Mesopotamia o de la franja sirio-palestina, eran aceptadas como propias sin ningún problema .












NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Mito de Telepinu:
“Telipinu se enfureció y dijo: ¡Que no haya obstáculo! Y en su ira intentaba ponerse el zapato derecho en el pie izquierdo y el izquierdo en el derecho. El vaho se apoderó de las ventanas, el humo se apoderó de la casa. En el hogar, los leños estaban sofocados; en los pedestales, los dioses estaban sofocados; igualmente en el corral, las ovejas, y en el establo, las vacas estaban sofocadas. La oveja desamparaba a su cordero y la vaca desamparaba a su ternero. Telipinu se fue y llevó el grano, la brisa fértil, el crecimiento (...), la saciedad del país y del prado. Telipinu se fue al pantano y se perdió en el pantano. El cansancio se deslizó sobre él. Y así el grano, la espelta no medra. Y así las vacas, las ovejas y las mujeres no quedan preñadas, y las que ya estaban preñadas, no paren”.

Edicto de Telepinu:
(Tras un período de luchas intestinas por el poder en Hatti, el rey Telepinu (1525 a.n.e. - 1500 a.n.e.) proclama este edicto mediante el cual establece diversas reformas con el objeto de afianzar la monarquía y conseguir así una estabilidad interna que permita afrontar mayores empresas en política exterior. Entre las disposiciones legales destaca la regulación de la sucesión según el principio de primogenitura y la creación de un Consejo con facultad para juzgar casos de traición, delitos de sangre dentro de la familia real e incluso delitos de violencia cometidos por el propio rey. El preámbulo histórico que antecede a las disposiciones jurídicas sirve, además como fuente para el conocimiento de épocas anteriores del reino de Hatti, siempre según la visión oficial de los acontecimientos. El texto nos ha llegado a través de una versión escrita en acadio (muy fragmentaria) y varios ejemplares de su traducción al hitita).

“1. Así habla el Tabarna Telipinu, gran rey. Antaño fue gran rey Labarna. Entonces sus hijos, sus hermanos, sus parientes, sus consanguíneos y su ejército estaban unidos.

2. El territorio era pequeño, pero adonde él iba a una campaña, sometía con su brazo el territorio enemigo.

3. Y fue devastando los territorios, dejaba los territorios sin poder y hacía del mar sus fronteras. Cuando regresaba de la campaña, cada uno de sus hijos iba a un territorio.

5. Después llegó a ser rey Hattushili. E igualmente sus hijos, sus hermanos, sus parientes, sus consanguíneos y su ejército estaban unidos. Adonde él iba a una campaña, sometía con su brazo el territorio enemigo.

6. Y fue devastando los territorios, dejaba los territorios sin poder y hacía del mar sus fronteras. Cuando regresaba de la campaña, cada uno de sus hijos iba a un territorio; las grandes ciudades estaban en sus manos.

7. Pero después, cuando los siervos del príncipe se volvieron falsos, comenzaron a devorar sus casas, a andar conspirando contra su señor y a derramar su sangre.

8. Cuando Murshili llegó a ser rey en Hattusha, igualmente sus hijos, sus hermanos, sus parientes, sus consanguíneos y su ejército estaban unidos, sometía con su brazo el territorio enemigo, dejaba los territorios sin poder y hacía del mar sus fronteras.

9. Marchó contra la ciudad de Halpa y aniquiló Halpa y se llevó consigo cautivos y bienes de Halpa a Hattusha. A continuación marchó a Babilonia y aniquiló Babilonia. Combatió a los hurritas y se llevó consigo cautivos y bienes de Babilonia a Hattusha.

10-11. Hantili era copero y tenía a Harapshili, la hermana de Murshili, por esposa. Zidanta conspiró con Hantili y cometieron una mala acción: mataron a Murshili y perpetraron un hecho sangriento.

12. Hantili tuvo miedo: «¿Seguiré estando protegido en adelante? Los dioses lo han protegido». Adonde iba, la población se volvía rebelde. Las ciudades de Ashtata, Shukziya, Hurpana y Kargamish dejaron de enviar regularmente tropas a la tierrra de Hantili.

13. Y cuando Hantili llegó a Tegarama, comenzó a decir: «¿Qué es lo que he hecho? ¿Por qué he escuchado las palabras de Zidanta, mi yerno?». Tan pronto como tomó el poder como rey, los dioses reclamaron por la sangre de Murshili.

18. Cuando Hantili se hizo viejo y estaba a punto de convertirse en dios, Zidanta mató a Pisheni, hijo de Hantili, junto con sus hijos. También mató a sus principales siervos.

19. Zidanta llegó a ser rey. Pero los dioses reclamaron por la sangre de Pisheni. Los dioses convirtieron a Ammuna, su propio hijo, en enemigo suyo. Y éste mató a Zidanta, su padre.

20. Ammuna llegó a ser rey. Pero los dioses reclamaron por la sangre de su padre Zidanta. Y en sus manos los granos, los viñedos, los bueyes, las ovejas, no medraban. Se echaban a perder bajo su mano.

24. Cuando yo, Telipinu, me senté en el trono de mi padre, fui a la ciudad de Hashuwa para una campaña y aniquilé la ciudad de Hashuwa. Y mi ejército estuvo en la ciudad de Zizzilippa y en Zizzilippa tuvo lugar una batalla.

27. El derramamiento de sangre de la familia real se había prodigado en demasía. A Ishtapariya, la reina, la mataron. Y luego también mataron a Ammuna, el hijo del rey. Y los «hombres del dios» andaban diciendo: «Mira, en Hattusha el derramamiento de sangre se ha prodigado en demasía». Entonces yo, Telipinu, convoqué una asamblea en Hattusha. Y desde entonces en Hattusha nadie hace daño a un hijo de la familia real ni desenvaina un puñal contra él.

28. Debe ser rey un príncipe, hijo del primer rango. Si no hay hijo del primer rango, debe ser un hijo del segundo rango. Pero si no hay hijo del rey como heredero, que se procure un yerno para la hija del primer rango, y este será rey.

29. En el futuro, que los hermanos, los hijos, los parientes, los consanguíneos y el ejército del que sea rey después de mí, estén unidos. Y tú irás al país enemigo y lo someterás con tu brazo. Pero no hables así «lo purificaré». De hecho, no purificas nada. Con mayor razón debes acosar (al ofensor), pero no mates a ningún miembro de la familia real. No es bueno.

30. Además, que el que llegue a ser rey y busque el daño de su hermano o hermana, vosotros, que sois su Consejo, decidle de acuerdo con lo prescrito: Lee en la tablilla lo que dice del delito de sangre. «Antes en Hattusha el delito de sangre se había prodigado en demasía. Y los dioses han exigido retribución a la familia real».

31. Quienquiera que sea el que haga mal entre sus hermanos o hermanas y actúe contra la persona del rey, convoca a la Asamblea. Luego que su sentencia se haga pública, él debe responder con su cabeza. Mas no debe matársele en secreto, como mataron en el caso de Zuruwa, Danuwa, Tahurwaili y Taruhshu, ni debe causárseles daño a su casa, ni a su mujer, ni a sus hijos. Si un príncipe peca, que pague con su cabeza, pero a su casa y a sus hijos no debe causárseles daño. Aquello por lo que un príncipe muera, no afecta a sus casas, sus campos, sus viñedos, sus esclavos, sus esclavas, sus vacas y sus ovejas.

32. Ahora, cuando un príncipe peca, debe pagar sólo con su cabeza, pero no debe causárseles daño ni a su esposa ni a su hijo. No es recto enajenar lo más mínimo de las propiedades de los príncipes. Y los que cometen malas acciones, los grandes, es decir, los «padres de la casa», los jefes de los edecanes, los jefes de los guardias de corps, los jefes de los coperos, como codician apoderarse de las casas del príncipe dicen: «Tal ciudad debe ser para mí», y hacen daño al señor de la ciudad».

33. Pero ahora, desde este día en Hattusha edecanes, hombres de la guardia de corps, hombres del dardo de oro, coperos, mozos de comedor, cocineros, heraldos, palafreneros y jefes de «los mil del campo de batalla», tened presente este asunto. Que Tanuwa, Tahurwaili y Taruhshu sean para vosotros un ejemplo a no seguir. Así que, si alguno hace daño -sea el padre de la casa, el jefe de los edecanes, el jefe de los coperos, el jefe de la guardia de corps, el jefe de los «mil del campo de batalla», tanto un inferior como un personaje de alta categoría- aprehendedlos como Consejo que sois y devoradlos con vuestros dientes.

34. En Hattusha los grandes, los «padres de la casa», el jefe de los edecanes, el jefe de los coperos, el jefe de la guardia de corps, los conductores de carros de guerra, los gobernadores, las tropas y cuantos grandes haya en la casa del rey deben aceptarlo igual que los últimos.

BERNABÉ, A. y ÁLVAREZ-PEDROSA, J. A. (trad.): Historia y leyes de los hititas. Textos del Imperio Antiguo. El Código, Akal, Madrid, 2000.

Conquistas de Subbiluliuma:
(Tras consolidar el dominio hatti en Anatolia mediante la guerra -contra los gasga, Arzawa y Wilusa- y la diplomacia -Azzi y Kizzuwatna-, el rey Shuppiluliuma (1380 a.n.e. – 1346 a.n.e.) emprendió campañas militares contra Mitanni. En la segunda de ellas alcanzó su capital Ý-Washuganni- y en la tercera Karkemish y los territorios occidentales mitannios. Después prosiguió su expansión hacia Siria (1360 a.n.e.), sometió Ugarit y Amurru y alcanzó la frontera con Egipto).
“Yo, el Sol Shuppiluliuma, el gran rey, el rey del país de Hatti, el valiente, el favorito del Dios de la Tormenta, entré en guerra. A causa de la presunción del rey Tusratta crucé el Éufrates e invadí el país de Isuwa. Derroté al país de Isuwa por segunda vez y los hice de nuevo mis súbditos. Los países que en el tiempo de mi padre habían atravesado el país de Isuwa, gente de Gurtalissa, gente de Arawanna, el país de Zazzisa, el país de Kalasma, el país de Timmina, el distrito montañoso de Haliwa, el distrito montañoso de Karna, gente de Turmitta, el país de Alha, el país de Hurma, el distrito montañoso de Harana, la mitad del país de Tegarama, gente de Tepurziya, gente de Hazga, gente de Armatana, a estas gentes y a estos países vencí y los reconquisté para sus respectivos lugares; pero a toda la gente que liberé, volvieron a sus pueblos, y el país de Hatti se apoderó de sus lugares.

Yo, el Sol Shuppiluliuma, el gran rey, el rey del país de Hatti, el valiente, el favorito del Dios de la Tormenta, alcancé el país de Ase y me apoderé de la capital de Kutmar. La presenté como un regalo a Antar-atal del país de Alse. Me dirigí a la capital provincial de Suta y la saqueé. Llegué a Wassukani. A los habitantes de la capital provincial de Suta, junto con sus ganados, ovejas y caballos, con sus posesiones y sus deportados, traje al país de Hatti. Tusratta, el rey, había salido, no vino a encontrarme en el campo de batalla. Volví y crucé de nuevo el Éufrates. Vencí al país de Halba y al país de Mukis. Takuya, el rey de Neya, vino ante mí al país de Mukishi suplicando la paz. Pero, en ausencia de Takuwa, su hermano Akit-Tessub persuadió al país de Neya y a la ciudad de Neya para rebelarse. Akit-Tessub entró en una conspiración con los mariyannu, Hismiya, Asiri, Zulkiya, Utriya y Niruwa. Con sus conductores de carros y sus infantes entraron en conspiración con Akiya, el rey de Arahti, Ocuparon Arahti y se rebelaron; esto es lo que dijeron: «¡Combatamos con el gran rey, el rey del país de Hatti!». Yo, el gran rey, el rey del país de Hatti, los vencí en Arahti. Tomé prisioneros a Akiya, el rey de Arahti, a Akit-Tessub, el hermano de Akiya, y a sus mariyannu, con todo cuanto poseían, y los llevé prisioneros al país de Hatti. También traje a Qatna con sus posesiones y todo cuanto tenían al país de Hatti.
Cuando llegué a la tierra de Nuhassi, conquisté todos sus países. Sarrupsi había encontrado una muerte violenta; tomé prisioneros a su madre, hermanos e hijos y los llevé al país de Hatti. Puse como rey en Ukulzat a Takib-sar, su sirviente. Avancé hacia Apina, sin saber que tendría que combatir con el país de Kinza. Sin embargo, Sutatarra, con Aitakama, su hijo, y sus conductores de carros salieron para combatirme. Los derroté y se retiraron a Abzuya; sitié Abzuya. Tomé prisioneros a Sutatarra, con su hijo, sus mariyannu, sus hermanos y todo cuanto poseían y los llevé al país de Hatti. Luego me dirigí al país de Apina; Ariwanahi, el rey de Apina, Wambadura, Akparu y Artaya, sus grandes, salieron para combatirme. De todos ellos me apoderé, con sus países y todo cuanto tenían, y los llevó al país de Hatti. A causa de la presunción del rey Tusratta, ataqué a todos estos países en un solo año y los conquisté para la tierra de Hatti, A este lado fijé mi frontera en el monte Niblani, al otro en el Éufrates”.

MARCO, F. y SANTOS, N. (trad.): Textos para la Historia del Próximo Oriente Antiguo, vol. II, Oviedo, 1980 (a partir de la versión inglesa de PRITCHARD, J. B. (ed.): Ancient Near East Text Relating to the Old Testament, Princeton, 1955).

Batalla de Qadesh:
(Hacia el año 1299 a.n.e. Egipto y Hatti, las dos potencias más importantes del próximo Oriente, se enfrentaron en una batalla decisiva por el control de la zona sirio-palestina. Según la versión oficial egipcia, cuando al mando de sus tropas el propio Ramsés II acudía en ayuda del estado de Amurru, vasallo rebelde de Hatti, a la altura de la ciudad siria de Kadesh, en el valle del Orontes, el faraón estuvo a punto de ser vencido por el ejército hitita de Muwatalli al haberse adelantado con escasas tropas debido al engaño de los espías hititas capturados. El resultado final del encuentro fue indeciso, pero lo cierto es que Ramsés y su ejército volvieron a Egipto, que Amurru continuó dentro de la esfera de poder hitita y que las fronteras no sufrieron ninguna modificación. El texto seleccionado forma parte del extenso relato propagandístico que de la batalla fue inscrito por orden del faraón en el templo de Karnak).

“Su Majestad había puesto en pie de guerra a su infantería, a sus carros y a los shardanas capturados en sus victoriosas campañas. Disponían ya de todo el equipamiento y de las órdenes para el combate. Su Majestad se puso en marcha hacia el N con su infantería y sus carros y, tras una salida sin problemas, el noveno día del segundo mes del verano del año 5, Su Majestad, fuerte como Montu [dios egipcio de la guerra] cuando avanza, atraviesa la fortaleza de Silé. Todos los países tiemblan ante él y sus jefes le rinden tributo, los rebeldes inclinan el espinazo ante el temor al poder de Su Majestad. Sus tropas marchan por los caminos como si anduvieran por Egipto (...) El vil hitita llegó [a Kadesh] después de haber formado una coalición con todos los países hasta el mar. El país de Hatti acudió en pleno, así como los de Naharina, Arzawa y los Dárdanos, Keshkech, los de Masa, Pidasa, Iruna, Karkisa, Lukka, Kizzuwatna, Karkemish, Ugarit, Kedy, todo el país de Nugués, Mushanet y Kadesh (...) Cubrieron los montes y los valles como una plaga de saltamontes. Había gastado toda la plata de su país y se había despojado de todos sus bienes para dárselos a estos países a fin de que le acompañaran a la guerra. [El ejército hitita deja de intento pasar a la división Amón, en que va Ramsés, para atacar a la división Re mientras el resto estaba impedido por la travesía de los pantanos de Shabtuna]. Lanzaron entonces un ataque desde el sur de Kadesh, fustigando de pleno a la división de Re, que avanzaba confiada y desprevenida. La infantería y los carros de Su Majestad se replegaron ante ellos. Su Majestad estaba acampado al norte de la ciudad de Kadesh, en la orilla occidental del Orontes, y cuando se le dijo lo que sucedía, Su Majestad saltó como su padre Montu: tomó las armas de guerra y se puso la cota de malla: ¡Era el mismo Baal en acción! El gran caballo que montaba Su Majestad era La Victoria De Tebas, de la gran caballeriza de Usir-maat-re, el Elegido de Re, el Amado de Amón.

Su Majestad espoleó a sus caballos y se lanzó contra las huestes del vil hitita. Solo, sin ninguna compañía, Su Majestad avanzó y cuando miró en torno suyo se vio rodeado por 2.500 carros que confluían contra El y por todos los batidores del vil hitita y de los numerosos países que le acompañaban. [Al verse solo, Ramsés II invoca a Amón] Yo te invoco, Amón, Padre mío, en medio como estoy de una multitud desconocida. Todos los países extranjeros se han aliado en mi contra y me hallo solo, sin compañía. Mis numerosos ejércitos me han dejado, ninguno de mis carros me protege: he clamado por ellos, pero a ninguno llega mi llamada. Yo sé que Amón me será de más ayuda que millones de infantes, que cientos de miles de carros, que diez mil hermanos e hijos unidos en un solo ímpetu (...) Así oraba yo en el confín de los países extranjeros: y mi voz fue escuchada al Sur, en Heliópolis. Me percaté de que Amón respondía a mi clamor. Me tendió la mano y me reconfortó. Me habló al oído, como si estuviese a mi lado: "¡Ten valor, Yo estoy contigo! Yo soy tu Padre y te dotaré de mano fuerte. Yo valgo más que cien mil hombres. Yo soy el Señor de la Victoria y admiro el valor".

[Ramsés reacciona valientemente, en solitario, y triunfa. A la mañana siguiente, Muwatali pide la paz:] Tu humilde servidor proclama a gritos que Tú eres el Hijo de Re, su hijo biológico, a quien El ha entregado todos los países reunidos. Quienquiera que sea, del país de Egipto o del país de Hatti, todos son Tus servidores, se postran a Tus pies y ha sido Tu Padre, Re, quien Te los ha entregado. ¡No te excedas en Tu poder sobre nosotros! Cierto que es grande Tu poder y que Tu fuerza pesa sobremanera sobre el país de Hatti. Pero ¿es bueno que mates a quienes ya son tus siervos, que les muestres Tu aspecto más terrible y sin piedad? Atiende: ayer pasaste el día matando a cien mil hombres y hoy has regresado y no perdonas ni a sus herederos. ¡No apures demasiado Tu ventaja, Rey victorioso! La paz es mejor que la guerra. ¡Otórganos la vida!”

Versión de Guillermo Fatás Cabeza.

Tratado entre Ramsés II y Hattusil III:
(Este tratado pone fin una serie de enfrentamientos entre Egipto y Hatti por el control de la franja siro-palestina, que habían culminado en la batalla de Kadesh (1299 a.n.e.) y el freno a la expansión hitita hacia el Sur. En pie de igualdad, Ramsés II de Egipto y Hattusil III de Hatti suscriben en 1275 el presente tratado por el que se establece un pacto de no agresión, de alianza defensiva, de extradición de los refugiados y de respeto mutuo a las reglas de sucesión dinástica de cada estado. El tratado tenía carácter divino, considerado expresión de la voluntad de los dioses Amón-Ra y Teshub, y como tal era eterno. Fue respetado durante cincuenta años. La primera propuesta del texto fue redactada en acadio internacional en la cancillería de Hattusas y enviada a Egipto inscrita en una lámina de plata. Allí ésta fue depositada en el templo de Ra, se introdujeron algunas precisiones y se remitió una segunda versión -la definitiva- a Hattusas, que fue depositada en el templo de Teshub. Una traducción egipcia en jeroglífico fue grabada en los muros del templo de Ra y en los del templo de Amón, en Karnak).

“1.- Tratado que el gran príncipe de Hatti, Hattusil, el fuerte, hijo de Mursil, gran jefe de Hatti, el fuerte, ha hecho sobre una tableta de plata para Ousermera-Setenpera, gran regente de Egipto, el fuerte, hijo de Menmara (...): buen tratado de paz y de fraternidad dando la paz y la fraternidad entre nosotros por medio del tratado.

2.- Antaño, y después siempre, en lo que concierne a la política del gran regente de Egipto y del gran príncipe de Hatti, la divinidad no ha permitido que hubiera guerra entre ellos, gracias a un tratado. Pero en tiempos de Muwattalli, mi hermano, el gran príncipe de Hatti, éste combatía con Ramsés, el gran regente de Egipto. Sin embargo, a partir de este día, he aquí que Hattusil, el gran jefe de Hatti, ha hecho un tratado para rendir permanente la situación que Phra ha creado y que el dios de la tempestad ha creado para el país de Egipto con el país de Hatti, de manera que no se permita la existencia de hostilidades entre ellos jamás (...)

4.- El gran jefe del país de Hatti no penetrará nunca en el país de Egipto para tomar cosa alguna; y Ousermara-Setepenra no penetrará en el país de Hatti para tomar cosa alguna (...)

6.- Si algún otro enemigo entra en el país de Ousermara-Setepenra, el gran regente de Egipto y éste le dice al gran jefe de Hatti «Ven junto a mí, para ayudarme contra él», el gran jefe de Hatti vendrá con él; el gran jefe de Hatti matará a su enemigo. Pero si no es deseo del gran jefe de Hatti venir en persona, enviará a sus soldados y carros y matará a sus enemigos.

7.- O si Ramsés-mi-Amón, el gran regente de Egipto, debe irritarse contra sus propios súbditos, y si le hacen alguna ofensa, y si parte para matar a su enemigo, el gran jefe de Hatti estará con él para destruir a aquel contra el que se irrite.

8.- Si algún otro enemigo viene contra el gran jefe de Hatti. Ousermara-Setepenra, el gran regente de Egipto, vendrá a él con auxilios para matar a su enemigo (...)

11.- Si un Grande del país de Egipto viene al país del gran jefe de Hatti, o si una ciudad o un distrito perteneciente a los territorios de Ramsés-mi-Amón, el gran regente de Egipto, vienen al gran jefe de Hatti, el gran jefe de Hatti no los recibirá. El gran jefe de Hatti los hará conducir a Ousermara-Setepenra, el gran regente de Egipto (...)

13.- O si un Grande del país de Hatti viene al país de Ousermara-Setepenra, el gran regente de Egipto (...) no lo recibirá. Ramsés-mi-Amón, el gran regente de Egipto lo hará conducir al jefe de Hatti (...)

15.- Por todas estas palabras del tratado hecho por el jefe de Hatti con Ramsés-mi-Amón, el gran regente de Egipto, escritas en esta tableta de plata, por estas palabras, mil dioses, masculinos y femeninos del país de Hatti, con mil dioses, masculinos y femeninos, del país de Egipto, son conmigo testigos de estas palabras: el Sol, señor del cielo; el Sol de la ciudad de Arinna; el dios de la tempestad, señor del cielo (...)

16.- Todas estas palabras escritas en esta tableta de plata del país de Hatti y del país de Egipto, aquel que no las observara, los mil dioses del país de Hatti y los mil dioses del país de Egipto destruirán su casa, su país y sus servidores. Pero el que guarde estas palabras que están en esta tableta de plata, sea hitita o egipcio, que los mil dioses del país de Hatti y los mil dioses del país de Egipto hagan que goce de buena salud y vida, así como su casa, su país y sus servidores (...)”.

MARCO, F. y SANTOS, N. (trad.): Textos para la Historia del Próximo Oriente Antiguo, Oviedo, 1980.












BLOQUE D: EL PRÓXIMO ORIENTE EN LA SEGUNDA MITAD DEL II MILENIO

CAPÍTULO 11
EL PRÓXIMO ORIENTE ASIÁTICO DESDE MEDIADOS DEL II MILENIO. MESOPOTAMIA Y LAS DINASTÍAS CASSITAS


D.11.1.-La Época Mesobabilónica
En una fecha cercana al año 1595 a.n.e. tuvo lugar un ataque por parte de los hititas a la Babilonia amorrita. Durante el mismo los hatti robaron la estatua del dios Marduk, deidad principal de esta capital mesopotámica, para dejar así una clara constancia de su victoria. A partir de este momento, entre los siglos XVI a.n.e. y XV a.n.e., comenzará una nueva etapa en esta región al Sur de Mesopotamia, la Época Mesobabilónica.

A pesar de que la dinastía protagonista de este momento, la cassita, dejó abundante documentación, no se conocen bien sus primeros momentos ni hay constancia alguna de cómo llegó a Babilonia un linaje de reyes de esta procedencia. Lo cierto es que las fuentes de la época nos permiten constatar una presencia de reyes cassitas en Babilonia a partir de comienzos del siglo XVI a.n.e. Controlaron todo el Sur de Mesopotamia, desde el estrechamiento de los ríos, entre los años 1590 a.n.e. y 1157 a.n.e. aproximadamente. En este momento las listas de reyes nos dan una serie de nombres de monarcas que ya no son amoritas. Treinta y seis monarcas de dichas listas han sido identificados, atendiendo a cuestiones filológicas, como cassitas. No es posible precisar demasiado en este tema. A pesar de que a partir de este momento se considera a los cassitas como parte de las poblaciones de Mesopotamia, es difícil discriminar entre qué es cassita y qué no lo es. Desconocemos, por ejemplo, si los cassitas fueron una población numerosa, la mayor parte del sustrato poblacional durante esta época, o si fueron una escasa elite militar que ejerció el control sobre otras poblaciones.

Probablemente fueron poblaciones que bajaron de los Montes Zagros y que ya desde el siglo XVIII a.n.e. comenzaron a asentarse en Mesopotamia. La historiografía interpretó durante muchos años que la presencia cassita era fruto de una invasión, aunque hoy en día los expertos se inclinan más a pensar en movimientos de poblaciones pacíficas que se introdujeron en la región de forma progresiva. Si bien es verdad que hay documentados ciertos episodios de hostilidades, su llegada a la región fue en general paulatina y sin violencia. Es posible que ya hubiese un contacto previo entre estos dos pueblos o, al menos, un conocimiento mutuo. Seguramente acudiesen a Mesopotamia en busca de trabajo y de nuevas oportunidades, tal y como hicieron los amoritas unos siglos antes.

Existe una inclasificable lengua cassita. Sabemos positivamente que no pertenece a la familia semita y resulta difícil dilucidar si tiene un origen indoeuropeo, por lo que es difícil catalogarla. De esta lengua se conocen, sobre todo, nombres propios. Esta escasez de datos no nos permite, por lo tanto, ampliar lo que sabemos acerca de esta lengua y del pueblo que la hablaba. Antes habíamos comentado que hay mucha documentación disponible perteneciente a las dinastías cassitas. En ese caso, ¿cómo es posible que haya tan poca información sobre los cassitas y su lengua? La respuesta es muy sencilla: Los cassitas asimilaron muy rápidamente la cultura mesopotámica, fueron “babilonizados”, adoptando en fechas muy tempranas la escritura cuneiforme y la lengua acadia típicos de esta región, de forma que casi toda su producción documental está escrita en acadio.






D.11.2.-La civilización
Desconocemos el grado de infiltración que pudo llegar a tener la cultura cassita en los sustratos previamente existentes. Como ya sabemos, hay una gran diversidad cultural en el mundo mesopotámico que queda perfectamente plasmada, por ejemplo, en las titulaturas de los monarcas o en los distintos dioses que conforman su panteón. Así, capa sobre capa, en Mesopotamia se fueron superponiendo sumerios, acadios, amorreos, poblaciones indoeuropeas y cassitas.

D.11.3.-La forma de vida
A pesar de ser un período dilatado en el tiempo , de la riqueza de sus ciudades, de su esplendor y de los pactos internacionales que firmaron sus reyes, la época cassita es una de las peor conocidas de la Antigüedad en el Próximo Oriente. Las fuentes documentales de esta época nos permiten realizar una aproximación al conocimiento de su modo de vida, pudiendo adelantar que este pueblo recién incorporado a la región se “babilonizará” rápidamente, adoptando la forma de vida mesopotámica.

Parece ser que eran, mayoritariamente, pueblos agricultores, o al menos se incorporaron muy pronto a la práctica agrícola. Si atendemos a la fragmentada información disponible, puede que a su llegada a Mesopotamia careciesen de propiedad privada, aunque no tardarán en poner en práctica este concepto tal y como demuestran los textos de compra-venta un poco posteriores que se conocen. También hay mucha documentación en forma de kudurru, que son concesiones de tierras por parte del rey a templos y a ciudadanos particulares, a comunidades y a ciudades y, en algunos casos, a ciudadanos particulares como pago o recompensa por haber formado parte del ejército. Todo apunta a que en un momento determinado tuvo lugar una progresiva concentración de la propiedad de tierras a través de compra-ventas masivas

La actividad comercial del reino cassita se basaba en el control que ejercía sobre las vías de comercio, aunque leyendo los archivos de la época resulta evidente que esta región ha perdido peso internacional, por lo que sus contactos comerciales son menores que en otras épocas de mayor esplendor. Los cassitas realizarán una importante tarea diplomática a través de diversos pactos con otros estados, pero dentro de un contexto en el que Babilonia ya no ostenta un papel protagonista dentro del panorama político del Próximo Oriente.

D.11.4.-La religión cassita


D.11.5.-La Babilonia cassita y las relaciones internacionales
A partir del siglo XV a.n.e. los cassitas protagonizarán episodios de contactos y pactos con otros estados orientales. Con Egipto mantendrán un prolongado contacto diplomático ya desde la época de Tutmosis III, cuando los faraones empezaron a mostrar interés en las regiones situadas más allá de sus fronteras. Con sus vecinos asirios, sin embargo, las relaciones fueron siempre mucho más tensas. Excepto unos escasos y puntuales momentos de entendimiento, estas dos potencias orientales fueron grandes adversarios desde el siglo XV a.n.e., pero muy especialmente a partir del renacimiento asirio en los siglos XIV a.n.e. y XIII a.n.e.

Como ya hemos comentado antes, no es mucho lo que se conoce acerca de los primeros monarcas cassitas. Sabemos los nombres de algunos de ellos, pero ni siquiera podemos afirmar si gobernaron sobre todo el territorio. El primero de estos reyes fue Kara-indash, que hizo construir un templo dedicado a Inanna en la ciudad de Uruk en torno al año 1415 a.n.e. aproximadamente.

A lo largo del siglo XIV a.n.e. irá cambiando el panorama político del Próximo Oriente:
-En Anatolia tiene lugar la gran expansión territorial de Subbiluliuma, que alcanzará la parte oriental de Mitanni. El estado cassita firmará una alianza con el País de Hatti, la potencia más poderosa del momento, mediante un pacto matrimonial: el monarca hitita se casará con una princesa cassita.
-A finales del siglo XIV a.n.e. comenzará a reorganizarse el estado asirio en el Alto Tigris, alcanzando su pleno poder en el siglo XIII a.n.e. Frente a la amenaza que suponía para los cassitas el crecimiento de sus vecinos asirios, tratarán de reforzar sus alianzas frente a ellos y mantendrán en casi todo momento una postura hostil respecto al Imperio Asirio.

Hay una serie de cartas que explican la relación que mantuvieron los reyes cassitas con el resto de estados orientales, especialmente con Egipto. Por ejemplo, en una carta escrita por el cassita Burna-buriash a Amenofis III de Egipto le muestra su queja por la poca escolta que acompañó a su hija a lo largo de la peligrosa ruta que ésta debía recorrer para llegar al país del Nilo, donde celebraría su boda con el faraón. La situación entre ambos países atravesará momentos delicados, como demuestran la correspondencia de Tell el-Amarna. Una de estas cartas es una protesta ante la actitud del faraón, que había recibido y escuchado a los emisarios asirios, no respetando así una de las cláusulas del tratado entre ambos estados. Pero también es una queja del rey cassita ante el escaso valor de los regalos que le fueron enviados por su homólogo egipcio, Amenofis IV .

A finales del siglo XIV a.n.e. el Imperio Asirio ya era lo bastante poderoso como para imponer sus propias condiciones a sus vecinos, los cassitas. Así, el rey asirio Azur-uballit intervino en una disputa dinástica en el país vecino e impuso a un determinado monarca, que a cambio de su ayuda para acceder al poder prometió ser favorable a sus intereses. La llegada de Kurigalzu II al trono, que tuvo lugar aproximadamente entre los años 1332 a.n.e. y 1308 a.n.e., supuso una relajación de la política hostil que los cassitas mantenían contra los asirios y, por lo tanto, una época de paz y prosperidad .



En esta misma centuria los cassitas conquistaron el Elam y el llamado País del Mar, nombre que recibía la región del Golfo Pérsico.

Desde la segunda mitad del siglo XIII a.n.e. la decadencia del estado fue aumentando de forma progresiva. Una serie de importantes documentos de esta época, como las tablillas de Nippur , reflejan esta realidad. En el año 1235 a.n.e. el rey asirio Tukultininurta tomará Babilonia y se llevará como trofeo la estatua del dios Marduk, poniendo fin a la existencia de un reino cassita unificado. A pesar de que hasta el siglo XII a.n.e. seguirán habiendo monarcas cassitas, el poder de los mismos fue muy limitado.












NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Carta de Bumaburiash II de Babilonia a Amenofis IV:
“Dicho a Nibhurreya, el rey de Eg[ipto], mi [hermano]: Así (habla) Burra-Buriyash, rey de Karad[unJiyash, tu hermano: Todo va bien para mí. Para ti, para tu casa, tus mujeres, tus hijos, tu país, tus gr[a]ndes, tus caballos, tus carros, ¡que vaya todo muy bien!

Desde el tiempo (en el que) mis ancestros y tus ancestros hicieron una declaración recíproca de amistad, ellos se enviar[on] buenos regalos como homenaje, y no rehusaron jamás una petición de cosa alguna valiosa. Mi hermano me ha enviado entonces dos minas de oro como regalo de homenaje. Si el oro es abundante, envíame tanto como tus antepasados. Pero si es escaso, envíame la mitad de lo que tus antepasados enviaban. ¿Por qué me enviaste dos minas de oro? Mi trabajo para el templo es en este momento considerable, y estoy muy ocupado en su ejecución. Envíame mucho oro. Y por tu parte, todo lo que tú quieras de mi país, escríbeme para que se te pueda enviar. En la época de Kurigalzu, mi antepasado, todos los cananeos le escribían aquí, diciendo: "V[e]n a las fronteras del país para que podamos rebelamos y aliamos [co]ntigo". Mi antepasado les envió esta respuesta: "No penséis en una alianza conmigo. Si os convertís en los enemigos del rey de Egipto, y si os aliáis con cualquier otro, ¿no he de ir yo a saquear vuestros hogares?, ¿cómo puede haber una alianza conmigo?". Por miramiento hacia tu antepasado, mi antepasado no les escuchó. Ahora, en lo que concierne a mis vasallos asirios, no soy yo quien te los ha enviado. ¿Por qué han ido ellos a tu país por iniciativa propia? Si me eres leal no negociarás asunto alguno. Envíamelos con las manos vacías. Te mando como regalo de homenaje 3 minas de lapislázuli auténtico y cinco tiros de caballos para cinco carros de madera”.

SERRANO DELGADO, J. M. (trad.): Textos para la historia antigua de Egipto, Cátedra, Madrid, 1993 (a partir de las versiones editadas en Les Lettres de el Amarna, París, 1990).











































































CAPÍTULO 12
EL RENACIMIENTO POLÍTICO EN EL ALTO TIGRIS: EL IMPERIO MEDIO ASIRIO. LA FRANJA SIRIO-PALESTINA


D.12.1.-El Imperio Medio Asirio
D.12.1.1.-Introducción




Esta etapa del estado asirio se conoce mucho mejor que la anterior debido a la abundante información disponible en los textos que se generarán a partir de ahora. Las fuentes más importantes son sus listas de reyes, el limmu, el archivo de la ciudad de Assur, la correspondencia de Egipto y las crónicas asirio-babilónicas .

D.12.1.2.-La primera etapa del Imperio Medio Asirio
Este primer momento, que transcurre aproximadamente entre los años 1353 a.n.e. y 1244 a.n.e., será protagonizado por el rey Assur-uballit y sus sucesores. A mediados del siglo XIV a.n.e. las ciudades asirias estaban todavía sometidas al vasallaje de Mitanni, pero lograrán su independencia y dirigirán desde Assur un proyecto de reconquista. Tomarán las llanuras cerealísticas de Nínive, las ciudades del Tigris y el valle del río Habur, recuperando así una buena parte de sus antiguos territorios.

Mediante un proceso de colonización asentarán a poblaciones asirias en estas zonas. A partir de ahora podemos encontrar aquí un sustrato semita asirio unido a las poblaciones hurritas aquí afincadas, incrementando su complejidad y también, con toda seguridad, la dificultad a la hora de gobernar las mismas.

Conquistarán también el Norte del Éufrates, lo que les convirtió en vecinos de los hititas y les puso en conflicto con ellos. Respecto a la región Sur de Mesopotamia, lograron imponer un rey favorable a sus intereses en el trono de sus vecinos cassitas, de manera que ejercieron sobre el estado de Babilonia un cierto control o incluso una relación de vasallaje.

D.12.1.3.-La segunda etapa del Imperio Medio Asirio
Esta nueva etapa comienza en la segunda mitad del siglo XIII a.n.e. con el monarca Tukultininurta, que gobernó entre los años 1244 a.n.e. y 1208 a.n.e. Se caracteriza porque durante su reinado el Imperio Asirio estableció sus límites máximos: en el Norte alcanzó la zona de los grandes lagos, hacia el Este controlará los valles de acceso a los Montes Zagros y en el Sur logró una victoria militar sobre Babilonia, agregando estos territorios a los de su propio estado. En un texto épico llamado la Epopeya de Tukultininurta este rey narra sus grandes hazañas, realizando una efectiva política propagandística .

Con los botines de sus conquistas y aprovechando la nueva mano de obra esclava capturada hizo construir una nueva capital que llevase su nombre, Kur-Tukultininurta, emplazada frente a la ciudad de Assur, a tan sólo tres kilómetros de distancia y en la orilla opuesta del río .




En los años finales de su reinado el monarca tuvo ciertos problemas a la hora de mantenerlo a causa de problemas dinásticos y del asesinato de uno de sus hijos.

D.12.1.4.-La tercera etapa del Imperio Medio Asirio
En esta fase comenzará la decadencia del Imperio Medio Asirio, durante el reinado de Tiglat-piletser y sus sucesores, período que puede ser cronológicamente ubicado entre el año 1114 a.n.e. y el 1076 a.n.e. aproximadamente .

Los asirios serán incapaces de mantener durante más tiempo su control sobre Babilonia, de manera que el estado de la Baja Mesopotamia dejará de ser su vasallo. Al mismo tiempo tendrá lugar una serie de movimientos de poblaciones que, procedentes del Desierto de Siria, se irán asentando por toda la región. Son clanes patriarcales de pastores nómadas semitas, los arameos, que se sedentizarán en la zona de Mesopotamia, protagonizando en ocasiones episodios de hostilidad. Estas gentes no formaban una unidad política, sino que actuaban de forma individual o en pequeños grupos, desplazándose desde su territorio en un momento de necesidad para asegurarse el sustento. Los arameos van a suponer un elemento más de inestabilidad junto con las hambrunas y la desunión política que empieza a darse en las ciudades del Alto Tigris. El caos que generó esta situación y la destrucción de algunas de las ciudades asirias provocaron finalmente la desaparición del Imperio Medio Asirio como estado unificado.

D.12.2.-El funcionamiento del estado asirio
El asirio es un pueblo que siempre fue considerado como especialmente agresivo. En los momentos en los que sus ciudades lograban consolidar una unidad política estable se lanzaban a un proceso de expansión feroz a costa de sus vecinos, formando grandes estados. Así, entre los siglos XIV a.n.e. y XIII a.n.e. las ciudades asirias crearon un gran mercado común que benefició a la actividad comercial: el control del territorio proporciona la estabilidad y seguridad necesaria para que florezcan los intercambios, al mismo tiempo que la existencia de un único interlocutor comercial significaba la obtención de grandes beneficios por parte del mismo. Productos procedentes desde los más recónditos rincones de Oriente llegaban a las ciudades del Alto Tigris, que veían cómo gracias a esta riqueza se incrementaba su nivel de vida y podían afrontar ambiciosos proyectos de renovación urbanística, no únicamente mediante la construcción de ciudades de nueva planta, como Kur-Tukultininurta , sino también restaurando las ya existentes, como Nínive o Assur. Se realizarán grandes obras en las ciudades que sirvan para dejar constancia de sus conquistas y de su prosperidad.

Una de estas grandes obras que llevaron a cabo fueron las de canalización del agua , especialmente difíciles en la región del Alto Tigris por la orografía del terreno. Sin duda alguna, la construcción de estos canales supuso un duro trabajo de excavación en la roca, etc.

D.12.3.-La sociedad
Algunos de los elementos sociales asirios son similares a los de la región de Babilonia. Hay que recordar que tanto en el Norte como el Sur de Mesopotamia la población mayoritaria, a pesar de la heterogeneidad de sus sustratos, era de origen amorita.

Dentro de la sociedad asiria destaca el papel de la elite formada por funcionarios y militares. Uno de estos privilegiados sociales era el limmu, alto cargo del palacio que daba nombre a un año de reinado. La fuerza productiva estaba formada por un gran número de esclavos, procedentes de las conquistas asirias.

Respecto a los impuestos, Asiria era, sobre todo, un estado tributario. La administración se organizaba en torno al cobro de impuestos en las tierras que estaban bajo su control:
-Percibía impuestos en especie, es decir, en grano, ganado, etc., ya que tenía que mantener a un gran ejército.
-También cobraba impuestos en forma de trabajo personal, que se empleaba para la construcción de las grandes obras públicas.

D.12.4.-Las leyes
Conocemos bastante acerca de la legislación aisiria. Era un estado férreamente controlado, muy severo incluso en comparación con los demás de su época. Era especialmente duro con determinados grupos sociales, como por ejemplo con las mujeres , aunque también es cierto que contaba con algunas pautas que otorgaban un cierto alivio. Por ejemplo, el castigo podía quedar en suspenso si el ofendido perdonaba al ofensor

Los asirios formaban una sociedad patriarcal que mantenía un riguroso control de su propia estructura interna. No hay que olvidar que, a pesar de que no tardaron en convertirse en urbanitas, los amoritas eran nómadas del desierto y, en cierto modo, mantuvieron muchos elementos de su pasado tribal. Hay ciertas leyes que son muy parecidas a las del rey babilonio Hammurabi, debido al origen amorreo común.

Los castigos estipulados en las leyes eran muy crueles, lo cual no era una novedad en el Próximo Oriente. Sin embargo, los asirios se preocuparán en hacer alarde de ello, no únicamente entre su propia población sino también en los territorios que estaban bajo su dominio. Parece estar claro que su intención era asustar e impresionar mediante esta propaganda a todos aquellos a los que sometían, inspirándoles miedo y respeto al mismo tiempo que les mostraban los peligros de desafiar su autoridad. Este alarde de crueldad por parte de los asirios se observa tanto en sus leyes como en su iconografía.

D.12.5.-La franja sirio-palestina
La información disponible sobre la franja sirio-palestina para la segunda mitad del II milenio a.n.e. es abundante gracias a que varios de sus archivos más importantes han llegado a nuestros días, como el de Ugarit, el de Emar, el de Alalah y el de Ebla, que es el más antiguo de la región.



Los semitas occidentales o cananeos son la base poblacional principal, pero también hay una cierta presencia hurrita que puede ser rastreada a través de la aparición en las fuentes del II e incluso del I milenio a.n.e. de nombres de esta procedencia. A partir de finales del II milenio a.n.e. otro pueblo semita occidental, los arameos, se desplazarán por todo el Próximo Oriente:
-Una parte de estas tribus, que recibirán el nombre de sutu o trashumantes, se asentará en las zonas de interior cercanas a la costa sirio-palestina, el País de Aram.
-El resto se dirigirá a Mesopotamia. Se trata de los aclamu, a quienes los autores helenísticos posteriores llamarán caldeos.

En las fuentes, sobre todo en las egipcias, aparece un término empleado para referirse a estos grupos, hapiru o habiru, que ha sido identificado por algunos expertos con los hebreos. Los textos, sin embargo, sólo se refieren a ellos como extranjeros, sin aportar más información. Precisamente por este motivo, otros estudiosos consideran que debieron ser grupos marginados, no necesariamente hebreos, sin un hogar ni un medio de vida precisos que deambulaban tratando de sobrevivir, llegando a recurrir a los ataques en determinados momentos. Esta enrevesada situación poblacional se complicará aún más cuando una serie de nuevos pueblos se incorporen a la región a finales del II milenio a.n.e. y principios del I milenio a.n.e.

Entre el siglo XVI a.n.e. y el siglo XII a.n.e. los egipcios tendrán una cierta presencia en la franja sirio-palestina, pero su control de esta zona será muy intermitente y los avances y retrocesos de la frontera serán habituales. Desde la época del faraón de la dinastía XVIII Tutmosis III hasta el reinado de Ramsés III, monarca de la dinastía XX, los egipcios trataron de controlar esta franja tanto por garantizarse el acceso a los recursos propios del lugar como por el de aquellos que llegaban allí procedentes de las rutas comerciales.

Egipto siempre había tenido un claro interés por el dominio de esta región, pero no había tratado de lograrlo mediante la fuerza hasta la época de Tutmosis III. Egipto se impuso en la franja sirio-palestina gracias a su victoria en la batalla de Meggido. Tras tomar esta zona, a la los egipcios llamaron Retenu o Kinashi , crearon en ella un protectorado, como el de Byblos, pero al consolidar su poder en la franja establecieron una división del territorio en provincias controladas por funcionarios y con una fuerte presencia militar. La intervención egipcia en la zona produjo:
-La destrucción de ciudades cananeas, algunas de las cuales volverán a resurgir.
-Deportaciones y movimientos de población.
-Sometimiento a Egipto. En primer lugar el territorio será controlado en forma de protectorado, pero más tarde se dividirá en tres provincias, Canaán al Sur, Amurru al Norte y Upe en el interior. En ellas se instalaron administración y funcionarios egipcios, aunque sin hacer desaparecer las estructuras de los cananeos.

En su momento de máxima expansión en la zona alcanzó el valle del río Orontes, límite que nunca rebasaría. La batalla de Qadesh marcó el principio del retroceso de la presencia egipcia en la franja sirio-palestina.

D.12.6.-Ugarit
El reino de Ugarit estaba situado al Norte de la franja sirio-palestina, en la actual llanura de Ras Shamra. Tuvo una vida muy activa ya desde el III milenio a.n.e., aunque su etapa de mayor esplendor fue la parte del II milenio a.n.e. previa a las destrucciones en el Mediterráneo Oriental ocasionadas por los Pueblos del Mar.

A pesar de que la mayoría de su población es cananea, y por lo tanto semita, hay que recordar que su conquista por parte de hititas y mitannos añadió una mayor complejidad a su población. Además, al ser un puerto próspero se convirtió en un foco de atracción para poblaciones de todo el Próximo Oriente, que se desplazaban allí en busca de fortuna.





Ugarit es también un gran puerto, lugar de salida al mar de los productos propios, como la madera de cedro o los tejidos de alta calidad, y de aquellas mercancías que las rutas comerciales transportan a través de todo Oriente.



















































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Epopeya de Tukultininurta:
“Tukultininurta, rey del universo, rey de Asiria, rey de Summer y Akkad, rey de las cuatro regiones [del mundo], favorito de Assur y Shamash, yo soy. El honrado príncipe, el rey favorecido de Enlil, que gobierna su país en salvedad con su pacífico cetro; gran sacerdote, llamado por Anu, que por el poder de su fuerza ha subyugado príncipes y todos los reyes; justo gobernante que alegra el corazón de Ea, que ha establecido sus años en poder sobre las cuatro regiones del mundo…”

La fundación de Kar-Tukultininurta:
“Por aquel tiempo Assur, el señor, deseaba de mí una ciudad, al otro lado del río de mi ciudad, Bait-ilâni y ordenó la construcción de su morada, al mandato de Assur, el dios que me ama, en frente de mi ciudad de Assur, en la ribera del Tigris, en los yermos de los campos inundados, donde no existía ni casa ni vivienda, [donde] no se había echado tierra ni escombro, y donde no se habían puesto ladrillos, yo construí la ciudad de Assur, al otro lado del río, le di por nombre Kar-Tukulti-ninurta. Cortando en los lugares bajos, a cordel, y elevándola por las difíciles de las altas montañas mediante túneles, abrí un canal [míhírtu], llamado «Establecer la vida del País, producir abundancia», e hice que los campos de mi ciudad tuvieran riego abundante.

Por la abundancia del agua del canal, aseguré los suministros debidos a Assur y sus grandes dioses, mis dueños, para siempre. Por aquel tiempo, en mi ciudad de Kar-Tukulti-ninurta, ciudad que había edificado, erigí una casa santa una vivienda imponente, para morada de Assur, mi señor, Ekurmeshane le di por nombre. En ella terminé una poderosa torre del templo (zigurat), como vivienda para Assur, mi señor, y erigí unas estelas commemorativas. Que todo príncipe venidero, cuando la torre y el templo de Assur, mi señor, caigan en ruinas restaure sus restos, unte con aceite mis estelas conmemorativas, ofrezca sacrificios, y los vuelva a su lugar. Assur, Enlil y Shamash escucharán su plegaria. El que no restaure las ruinas de la torre templaría y el templo de Assur, mi señor, y borre mi nombre escrito, o destruya esa torre dejándola en un lugar malo o escondido, que maquine una fechoría o la lleve a cabo contra la torre, el templo de Assur, mi señor, que Assur, Enlin y Shamash, los dioses, mis protectores, le aflijan con pesares y mal de corazón. En la guerra y la batalla, que ellos le quiebren sus armas, le acarreen la derrota de su ejército, y le pongan en manos del rey que lo mortifique, y en el país de sus enemigos que le encadenen, que destruyan su reino, su nombre, su simiente que la borren de la tierra”.

LÓPEZ MELERO, R. et alii (trad.): Historia Antigua Universal. Edad Antigua. Grecia y Oriente Próximo, Ed. Vicens Vives, Barcelona, 1992 (sobre un texto de LUCKENBILL, D. D.: Ancient Records of Assyria and Babylonia. Historical Records of Assyria from the Earliest Times to Sargon, Chicago, 1927).































































CAPÍTULO 13
LA TRANSICIÓN DE LA EDAD DEL BRONCE A LA EDAD DEL HIERRO. LOS PUEBLOS DEL MAR: LA DOCUMENTACIÓN ESCRITA, ESTADO DE LA INVESTIGACIÓN. LAS CIUDADES DEL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y LA NUEVA SITUACIÓN POLÍTICA EN EL PRÓXIMO ORIENTE


D.13.1.-La situación internacional en la segunda mitad del II milenio a.n.e.
La segunda mitad del II milenio a.n.e. es una época muy confusa, especialmente durante el período situado entre el siglo XII a.n.e. hasta el cambio de milenio, momento que marcará el fin de la Edad de Bronce y el principio de la Edad del Hierro. Nada de lo que podamos decir sobre estos años es una verdad absoluta, aunque hay algunos datos que sí son aceptados como ciertos al menos por la mayor parte de los especialistas.

Los principales protagonistas de los acontecimientos que tienen lugar en estos convulsos años van a ir cambiando constantemente. Nos referimos a los llamados Pueblos del Mar, un conjunto de distintas poblaciones que son llamadas en las fuentes con nombres diferentes. No podemos considerar que su actuación en el Mediterráneo Oriental fue un episodio aislado, sino que hay que ubicarla en el contexto de una serie de estados en decadencia y de la ausencia de un interlocutor claro en muchas de las regiones involucradas, llegándose al estallido de conflictos armados a causa de la enorme inestabilidad.

Pero veamos primero cuál era la situación del Mediterráneo Oriental antes del año 1200 a.n.e.:
-Egipto gozaba en estos momentos de una cierta relevancia internacional gracias al control de la franja sirio-palestina.
-Nos encontramos con reyes de origen cassita gobernando la Baja y la Media Mesopotamia, mientras que al Norte, en torno al río Tigris, una población mayoritariamente amorita comienza a tener un papel creciente a nivel internacional.
-En la parte central de Anatolia tenemos un estado hitita unificado que alcanzó su máximo esplendor en el siglo XIV a.n.e., pero que desde el siglo XIII a.n.e. se sumió en un proceso de decadencia interna. A pesar de que este reino no es costero, se vio parcialmente involucrado y afectado por los ataques de los Pueblos del Mar, llegando a sufrir destrucciones en el mismo corazón de su estado.
-Los pequeños reinos de la costa de Anatolia eran vasallos del País de Hatti.
-A pesar de que Ugarit era un reino situado en la zona de crecimiento de dos grandes estados expansionistas como el País de Hatti y Egipto, llegó a controlar un amplio territorio. Esta ciudad cananea era el puerto de salida al mar más importante de esta época, ya que desde allí salían al Mediterráneo los productos procedentes de las más importantes rutas comerciales de Mesopotamia.
-En el interior de la franja sirio-palestina hay una serie de pastores nómadas y seminómadas semitas, mayoritariamente arameos.

En este período caracterizado por la inestabilidad los grandes estados tratarán de alcanzarla a través de la firma de tratados, tal y como hicieron hititas y egipcios en el siglo XIII a.n.e. para unirse ante la amenaza que significaba para ambos el resurgir asirio.

D.13.2.-Las destrucciones en el Próximo Oriente: el ataque de los Pueblos del Mar
A partir de finales del siglo XIII a.n.e. y principios del siglo XII a.n.e. tuvieron lugar una serie de destrucciones en el Mediterráneo Oriental. Estos episodios ocurrieron a lo largo del dilatado período de tiempo que transcurre entre estas fechas y el cambio de milenio. A la hora de buscar un responsable para las mismas nos encontramos con una serie de pueblos que aparecen mencionados en las fuentes de distintas regiones de las costas de Oriente y que llegaron a sus ciudades costeras en barcos, atacándolas por mar.
Es necesario abandonar por un momento el Próximo Oriente para dar con el epicentro originario de estas destrucciones. Los micénicos eran poblaciones indoeuropeas que controlaban el comercio en el Egeo y en el Mediterráneo Oriental ya desde el siglo XVI a.n.e. Las mercancías procedentes de las rutas caravaneras del Próximo Oriente llegaban por mar hasta sus puertos, encargándose los micénicos de redistribuirlas.



Obviamente, esta nueva situación afectó a otras regiones. En Anatolia se producirá la destrucción de sus principales núcleos costeros, entre los que se incluye la mítica ciudad de Troya, situada en la desembocadura del río Escamandro. Esta ciudad estaba emparentada con los griegos micénicos y su famosa destrucción está vinculada directamente a la caída de su mundo. La Guerra de Troya que Homero nos narró en su Ilíada tuvo lugar en el siglo XII a.n.e., aproximadamente entre los años 1184 a.n.e. y 1180 a.n.e., y finalizó con la destrucción de esta ciudad por parte de los micénicos o aqueos. Este episodio ha sido interpretado como una evidencia más de las dificultades que los micénicos estaban padeciendo en sus propios territorios. La crisis interna de las ciudades-fortaleza micénicas cambió la relación comercial entre éstas y Troya de tal manera que sus líderes decidieron aliarse para atacar esta próspera ciudad, enriquecida gracias a su estratégica ubicación en la salida de las rutas anatólicas al Egeo. Sabemos que fue atacada y destruída, aunque no desapareció. La arqueología indica la existencia de niveles de ocupación posteriores a este episodio que han sido identificados como claramente micénicos.



Mapa con las rutas de los ataques de los Pueblos del Mar y las destrucciones que ocasionaron.
En esta misma época otras ciudades importantes de Anatolia estaban siendo destruidas, como por ejemplo Mileto. Mientras tanto, en la región del interior la capital de los hititas, Hattusas, estaba sufriendo serias dificultades internas. Había perdido mucho poder político y las hambrunas azotaban su agonizante reino, que acabará desintegrándose. Los motivos fueron su propia decadencia y los movimientos de otros pueblos indoeuropeos no micénicos por el Próximo Oriente en busca de un lugar donde asentarse, que aceleraron el proceso de derrumbe del País de Hatti. Hay que añadir que los hititas no contaban en estos momentos con todo su ejército, ya que éste se encontraba socorriendo en la costa a sus estados vasallos, que estaban enfrentándose a los ataques de los Pueblos del Mar. La relación de ésos con la caída de Hatti es, por tanto, indirecta.

La isla de Chipre, llamada Alasiya en la Antigüedad, sufrió la destrucción de sus principales ciudades a manos de estos invasores del mar. La documentación nos dice que sus reyes pidieron auxilio a otros estados ante los ataques de los Pueblos del Mar, alertándolos de su presencia. Esta coalición de pueblos actuaba desplazándose de un lugar a otro con sus barcos y atacando ciudades costeras para saquearlas, ocasionando la mayoría de las veces un alto grado de destrucción en las mismas. Sin embargo, en Chipre las evidencias arqueológicas nos dicen que además de atacar y saquear sus ciudades decidieron instalarse y emplear esta isla como base y cabeza de puente para realizar desde allí sus saqueos por las costas del Próximo Oriente.

En Levante fueron destruidas algunas de las ciudades más importantes, como Ugarit y Byblos, los principales puertos de comercio del Próximo Oriente. Allí embarcaban los productos procedentes de las rutas caravaneras de toda Mesopotamia con rumbo a las ciudades micénicas, que a su vez los redistribuían. La caída de estas ciudades junto con la del mundo micénico provocará un vacío en el comercio Mediterráneo que será ocupado por la ciudad de Tiro.



Mapa del Mediterráneo Oriental en el que están indicados los principales hitos relacionados con los Pueblos del Mar.

En cuanto a Egipto, el primer faraón de la XX dinastía, Ramsés III, se enfrentó a una flota formada por la coalición de los Pueblos el Mar en la zona del delta. A pesar de que Egipto tenía serios problemas internos aún era un país poderoso y con gran capacidad militar. Derrotó a la flota de los Pueblos del Mar en una batalla naval, expulsándolos de su territorio. Las fuentes hablan de una gran victoria de Ramsés III, pero hay que tener en cuenta que nos aportan la visión del vencedor, así que puede haber sido manipulada para engrandecer el papel de su artífice.

D.13.3.-Causas de los ataques de los Pueblos del Mar
Se han propuesto diversas causas para explicar los episodios de ataques que protagonizaron estos Pueblos del Mar:
-Eran mercenarios que se quedaron sin trabajo a causa de la crisis del estado que le tenía contratados, de manera que deciden lanzarse al mar para ganarse la vida saqueando y destruyendo.
-Las dificultades económicas hicieron que distintos pueblos se dedicasen a la piratería para poder subsistir.
-Cambio climático. Una serie de sequías dificultaron la vida y provocaron que estos pueblos saliesen al mar para mejorar su situación.
-La caída de Troya dio lugar al estallido de un conflicto generalizado por todo el Mediterráneo, ya que Troya tenía aliados en Anatolia que intervendrían para ayudarla, iniciándose así una onda expansiva.
-Según otros expertos la destrucción de las grandes ciudades-fortaleza micénicas fue el elemento determinante . Tras la caída de sus ciudades los micénicos cruzaron el Mediterráneo para buscar un lugar donde instalarse, aunque esta teoría sólo explicaría la presencia de los aqueos, uno de los muchos pueblos que integran los Pueblos del Mar.

Parece probable que no se debiese a una causa única sino a una combinación de ellas. Es evidente que la desaparición del mundo micénico y la destrucción de Troya son probablemente la clave de todos estos acontecimientos, pero no sabemos hasta qué punto influyeron o tuvieron importancia. Fuese cual fuese el motivo, hay que tener también en cuenta que sus efectos fueron más devastadores de lo que hubiesen sido, por ejemplo, tan sólo doscientos años antes debido a la ausencia de un estado fuerte que pueda hacer frente a este agente invasor.

D.13.4.-¿Quiénes eran los Pueblos del Mar?
D.13.4.1.-Identificación de los Pueblos del Mar según las fuentes escritas
Los responsables de estas destrucciones, a los que nosotros unimos bajo el nombre común de los Pueblos del Mar, son llamados de diversas maneras en las fuentes, pero da la impresión de que en éstas se refieren a distintos pueblos que actúan de una forma más o menos conjunta y con unos intereses comunes. Sus actuaciones están constatadas tanto por los niveles de destrucción que la arqueología ha descubierto en las ciudades a las que atacaron como por las fuentes escritas. Estas últimas son muy variadas. Contamos entre ellas con las fuentes literarias hititas, con las fuentes literarias y epigráficas egipcias y con fuentes documentales parcialmente conservadas de Chipre, que evidencian que los estados orientales se avisaron unos a otros de la llegada de estos invasores. Sin embargo, en ellas no se menciona a todos los diferentes pueblos que forman parte de esta coalición, sino únicamente a aquellos que les están atacando en el momento en el que las escriben. Además, en cada lugar llaman de una manera diferente a pueblos que sabemos que son el mismo, lo cual aumenta la confusión.

Vamos a recurrir a las fuentes hititas y egipcias para tomar de ellas los nombres de estos pueblos, al menos los de aquellos pueblos más activos y que más problemas dieron a los estados orientales. Se desconoce qué lazo les une, pero no parece que tengan el mismo origen étnico ni que provengan de un mismo lugar. Probablemente la mayoría de ellos son indoeuropeos, parte de ellos micénicos, aunque también se han identificado pueblos semitas. Lamentablemente, el resto de sus componentes no son tan claramente identificables.

Las fuentes hititas de los años previos a la caída de Hattusas hablan de los ahhiyawa. Se trata de las noticias que reciben de sus vecinos y vasallos costeros informando al País de Hatti de que están siendo atacados por este pueblo. Después de muchas discusiones entre los expertos, se llegó a la conclusión de que ahhiyawa es el nombre que dan los hititas a los aqueos o micénicos. Las fuentes egipcias mencionan, a su vez, a los peleset, que han sido indentificados con un pueblo que recibe otro nombre distinto en otras fuentes, los filisteos. Se habla mucho de ellos, entre otros sitios, en el Antiguo Testamento. Llegaron a la franja sirio-palestina y se asentaron allí, entrando en conflicto con los hebreos y viéndose obligados a trasladarse definitivamente a la franja de Gaza . La cultura material hace que los investigadores identifiquen a este pueblo como micénicos.

Los expertos han tratado de estudiar la suerte que corrieron los distintos pueblos que integraban esta coalición y sobre cuál fue el destino final de cada uno de ellos. Se asentaron en distintos puntos, siendo uno de los escogidos en Sur y la parte Occidental de Anatolia, llegando a penetrar en el interior. También sabemos que estuvieron en Gaza y muy probablemente en otros territorios, como por ejemplo en Chipre. Tampoco hay que descartar que pequeños grupos pudieran asentarse a lo largo de prácticamente toda la costa del Mediterráneo Oriental. En la actualidad hay una hipótesis que plantea que se dirigieron al Mediterráneo Central, relacionando así a los Pueblos del Mar con los distintos pueblos que aparecerán en el I milenio a.n.e. de los que desconocemos su origen, como los etruscos o los sículos. De hecho, como desconocemos prácticamente todo el proceso de formación de los Pueblos del Mar incluso habría que considerar la posibilidad de que alguno de los pueblos que formaba parte de esta coalición fuese originario del Mediterráneo Central.

D.13.4.2.-Los Pueblos del Mar en la iconografía
Además de las fuentes escritas, hay una serie de elementos iconográficos que nos permiten identificar a los Pueblos del Mar. Los investigadores que se dedican a estudiar a los Pueblos del Mar han tratado de seguir su rastro a través de la iconografía en las regiones donde tuvieron presencia, buscando en ella referencias en forma de armas, vestimentas, etc. que les permita identificarlos o descubrir con qué pueblos podrían estar asociados. El hecho de que no siempre son representados de la misma forma corrobora que su formación es muy heterogénea.



Según la tradición de los pueblos semitas del valle del Jordán los filisteos eran un pueblo hostil y cruel que se asentó en la región por la fuerza. Esta impresión que causaron los filisteos en las poblaciones de la franja sirio-palestina encajan perfectamente con su naturaleza: se trata de micénicos y, por tanto, de indoeuropeos, para quienes la guerra es uno de los aspectos más importantes de su sociedad.

Para poder afirmar que los filisteos son en realidad micénicos fue necesaria una rigurosa inestigación, siguiendo el rasto de este pueblo tanto a partir de fuentes conográficas como de referencias lingüísticas.











Es cierto que había presencia de cerámica micénica en esta región antes de la llegada de los Pueblos del Mar, pero no debemos olvidar que la sociedad micénica había constituido una tarasocracia, es decir, controlaba de forma monopolística el comercio, por lo que su cerámica aparece en el Mediterráneo Oriental a partir de entre el siglo XVI a.n.e. y el siglo XV a.n.e. Sin embargo, a partir de la llegada de los Pueblos del Mar se incrementará el volumen de este tipo de cerámica en la región.

D.13.5.-Consecuencias de los ataques de los Pueblos del Mar. Situación internacional tras la crisis
Vamos a citar los efectos que produjo la intervención de estos pueblos en el Próximo Oriente:
-La destrucción de varias ciudades costeras importantes, lo que supondrá un cambio de la dinámica comercial y económica de todo el Mediterráneo Oriental.
-Al finalizar este período nos encontramos con nuevos pueblos asentados en las tierras orientales, como por ejemplo los lidios o los carios en Anatolia, con sus propias costumbres y forma de vida. Así ocurre también en Grecia. Las gentes que van a poblar Grecia en estos momentos van a ser radicalmente diferentes a los micénicos: se dedican básicamente a tareas agropecuarias, no escriben… Indica claramente un cambio de población que conlleva un retroceso cultural respecto al momento anterior.
-Estos nuevos pueblos incorporan, además de sus costumbres, el uso del hierro , dando lugar al inicio de la Edad del Hierro. Significará un cambio de los equilibrios de poder en la región, ya que aquellos que contaban con armas y utillaje de hierro contaban con una ventaja inicial sobre las poblaciones vecinas.
A comienzos del I milenio a.n.e., iniciada ya la Edad del Hierro, vamos a encontrarnos con esta situación en el Próximo Oriente:
-Grecia está sumida en la Edad Oscura o Época Preclásica debido a las poblaciones indoeuropeas procedentes de la actual Hungría que comenzaron a asentarse aquí.
-En Anatolia ya ha desaparecido el estado hitita unificado que conocimos en el II milenio a.n.e. Ahora vamos a encontrarnos allí con distintos reinos que, como Frigia y Lidia, estarán en contacto directo con los griegos años más tarde. En la zona Sureste hay una serie de pequeños reinos hititas independientes, los llamados Neohititas.
-Han sido destruidos varios puertos importantes en el Levante. Otras ciudades cananeas aprovecharán el vacío dejado por Byblos y Ugarit para tomar el relevo de la actividad comercial. Sidón asumirá este papel entre los años 1100 a.n.e. y 900 a.n.e. aproximadamente, aunque a partir del siglo IX a.n.e. será relegada a un segundo plano internacional a causa del auge de Tiro. Además, esta región experimentará el movimiento de pueblos, algunos en las regiones del interior y otros, como los filisteos, en la costa.
-A pesar de la victoria de Ramsés III sobre los Pueblos del Mar Egipto perderá su peso internacional. Aún realizará algún intento de recuperar la franja sirio-palestina, pero serán infructuosos.
-La nueva fuerza que se estaba formando en el Próximo Oriente alcanzará ahora su máxima expansión. Nos referimos al Imperio Nuevo Asirio, que controlará los valles de los ríos Tigris y Éufrates y empujará a otras poblaciones hacia la franja sirio-palestina.

















































































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Los Pueblos del Mar: invasores del Mediterráneo (fragmento):
“No hay soluciones claras para los problemas tratados en estos capítulos, no hay un Genghis Khan o un Atila que enrolle el mapa, tan sólo varias acciones e interacciones muy complicadas. En Grecia se produjo un desplome económico aparentemente inevitable debido a la reducción del comercio tanto en casa como allende el mar, la interrupción de las comunicaciones por desastres políticos o naturales, y una sobrepoblación en las regiones montañosas que provocaron presiones internas que se acrecentaron por la acción hostil de las tribus fronterizas que, a su vez, sufrían la infiltración y el desgaste provocado por tribus procedentes de regiones más septentrionales (véanse capítulos 1, 3, 4 y 8). El estilo de vida esencialmente artificial, fomentado desde los grandes centros políticos, no pudo sostenerse por más tiempo. El desmoronamiento fue gradual, prolongándose durante varias generaciones, y terminando con una importante, aunque no completa, despoblación de antiguos centros, como Mesenia y la Argólida. «En el Mediterráneo, el suelo muere a menos que se le proteja con cultivos». Esta afirmación típica de Braudel es cierta, y a partir de este punto comienza una reacción en cadena que conduce directamente a la llamada «Edad Oscura».

En Anatolia se desmorona el gobierno central, en parte debido a los ataques procedentes de más allá de sus fronteras (kashka y asirios), pero probablemente en mayor medida debido a las revueltas de las provincias más alejadas, que alcanzaron su propia independencia, a los grandes vasallos que se desembarazaron de su lealtad hacia un poder central en horas bajas y, muy posiblemente, debido también a una dependencia excesiva de un ejército profesional compuesto por tropas con carros. No se sabe qué precipitó la crisis final, pero la base feudal de la sociedad había estado mostrando signos de tensión durante algún tiempo (véanse capítulos 2, 6 y 7). Hay que contar también con la peligrosa carencia de un poder marítimo y su consiguiente dependencia de poderes marítimos ambivalentes -los lukka y Ugarit- combinada quizá, aunque es pura elucubración, con disputas familiares y debilidad en el centro del país.

En Egipto también hubo un agotamiento: el hundimiento económico y político fueron parejos y se reforzaron mutuamente. Aquí había una dependencia aún más fatal de las tropas extranjeras, de una aristocracia guerrera como los maryannu, y de antiguos enemigos convertidos en mercenarios y aliados como los shardana, que al final pudieron abrir la puerta a sus compatriotas. En el Levante, la situación era explosiva. La retirada de las grandes potencias dio rienda suelta a numerosos pequeños estados independientes o semiindependientes, cada uno con sus propias ambiciones. También aquí existía la misma dependencia de la lealtad de los grandes vasallos y de una clase de guerreros de carros que solían tener un origen extranjero. El debilitamiento general de la autoridad y la pérdida del antiguo equilibrio entre las grandes potencias dejó vía libre a las bandas seminómadas de pastores y bandidos -hapiru, shashu, israelitas y otros-, que se convirtieron en una constante fuente de inestabilidad entre el desierto y las tierras cultivadas, vagando de aquí para allá, capaces de imponerse a voluntad, pero, debido a su estilo de vida, muy difíciles de discernir por los arqueólogos.

Respecto a los «pueblos del mar» y su participación en la historia de la época, su patrón es muy fragmentario e infinitamente complicado. Lo que hemos encontrado es en parte, pero sólo en parte, una continuación de la piratería y de las guerras entre pequeños estados que fueron características endémicas del Mediterráneo oriental durante muchos siglos y, por tanto, un síntoma más que una causa de la Edad Oscura que se avecinaba. Hemos encontrado pruebas de una diáspora que posee un interés especial debido a su participación en la formación del moderno mapa del Mediterráneo, con sicilianos, sardos, etruscos, filisteos, grecochipriotas y tracios plantando sus nombres en los lugares donde todavía se encuentran hoy en día, o donde se iban a encontrar durante muchos siglos. Otros nombres han desaparecido, como los dan una, tjeker y weshesh.

El rasgo típico de esta época es el movimiento. Al menos a este respecto, los egipcios tenían razón; también fue el movimiento lo que mejor recordaron los antiguos griegos sobre estos siglos convulsos. Tucídides rememora la piratería generalizada que practicaban por igual griegos y bárbaros, ya los hombres siempre armados como medio para sobrevivir en una época sin ley, la «debilidad de los tiempos antiguos [u.] en los que, antes de la guerra de Troya, Hellas, al parecer, no tomaba parte en empresas conjuntas». La mayor parte de las bandas activas en el Mediterráneo oriental parecen haber realizado más de un movimiento, ataque o huida desde su tierra natal hasta su asentamiento «final», como los peleset, que llegaron a Palestina «desde Casluhim» (Egipto), o los shardana, que probablemente alcanzaron Cerdeña haciendo un alto en Chipre; fueron, en resumen, vagabundos sin hogar durante una generación, quizá durante más tiempo, quizá menos. Los invasores terrestres, especialmente los aliados que atravesaron toda la costa levantina aproximadamente en el 1186 a.C. con sus rebaños y sus familias, parecen haberse involucrado en una búsqueda mucho más deliberada de tierras y hogares en emplazamientos no demasiado alejados de sus lugares de origen. Esto mismo puede valer para los tracíos y los epirotas al norte del Pindo, pero, por desgracia, nuestros conocimientos sobre lo que ocurrió allí son extremadamente limitados.

Si ahora tomamos por un momento los contingentes conocidos por los egipcios, nuestros escasos resultados son, más o menos, los siguientes: los shardana fueron conocidos primero como atacantes que, posteriormente, se convirtieron en mercenarios y tropas de guarniciones egipcias para, a continuación, volver a sus antiguas costumbres. Eran magníficos guerreros, especialmente con espada y escudo. Libres y potencialmente peligrosos, hay razones para creer que procedían originariamente del Norte de Siria, y que, tras el ataque contra el Egipto de Ramsés III, permanecieron durante algún tiempo en Chipre, quizá llegando al mismo tiempo que los refugiados de Ugarit. Desde Chipre, los shardana, o parte de ellos, se trasladaron a la isla de Cerdeña, que lleva su nombre desde el siglo IX a.C., tal como sabemos por una inscripción de Nora que parece describir una expedición enviada desde Tiro para proteger los intereses fenicios en las minas de aquella isla. La presencia fenicia en Chipre en aquella época, así como las más antiguas relaciones entre fenicios y Ugarit, encajan bien en este cuadro. Lo que no sabemos es cómo tuvo lugar el traslado a Cerdeña poco después del 1186 a.C. Pudo tratarse de varias expediciones más o menos numerosas. Cerdeña ya era conocida
en el Mediterráneo Oriental como un lugar rico en cobre, y acabó involucrada en el comercio de lingotes de «pellejo de buey». Siempre existe la posibilidad de que hubiera asentamientos y relaciones comerciales desde tiempos más antiguos, igual que ha propuesto el Dr. Grosjean para Córcega. En cualquier caso, el parecido en vestimenta y armamento entre los atacantes representados en Medinet Habu en la batalla en el Nilo, y los dioses y guerreros de los bronces sardos del siglo VIII a.C. y épocas posteriores es demasiado grande para que lo ignoremos. Cascos, corazas, escudos redondos, espadas, arcos, la única diferencia es que los sardos llevan grebas de estilo «egeo», pero esa moda pudieron adoptarla en Chipre (véase capítulo 6).

Respecto a los shekelesh, encontramos una conexión histórica, a través de los griegos, con los sikels de Sicilia, y antes de esto quizá con el Sur de Italia. Al mismo tiempo, se produce una ruptura arqueológica entre los yacimientos costeros de Tapsos, en Sicilia Sudoriental, con su cerámica Heládica tardía, y los yacimientos de Pantálica del interior, que, al parecer, tuvieron una relación mínima con el Egeo, a diferencia del Sur de Italia, donde siguió existiendo un débil vínculo con la Grecia del LH IIIC y submicénica (véase capítulo 4). Teniendo en cuenta estos datos, parece poco lógico que el nuevo elemento en la población pantálica, probablemente de los sikels, procediese de la Grecia micénica. Si vino de algún lugar más lejano que el mar Jónico, es más plausible que fuese el resultado de las agitaciones de Anatolia y el Levante. Ya hemos llamado la atención sobre el curioso acabado anatolio de algunos recipientes de la cerámica pantálica de mejor calidad. En cualquier caso, Pantálica comienza en un momento en el que las vías marítimas se han vuelto inseguras a causa de la piratería y los ataques, pues repite el movimiento que tuvo lugar en Creta desde la costa hacia emplazamientos interiores más defendibles. Ésta era la situación del Mediterráneo después de los ataques terrestres y navales contra Ramsés III y también, aunque en menor medida, ya después de la guerra libia de Merneptah. Aproximadamente en la época de esta guerra, hacia el 1220 a.C., hay cierta evidencia de actividad en el mar Líbico, actividad en la que Sicilia y el Sur de Italia, puede que incluso Cerdeña, habrían estado inmersas, además, por supuesto, de Chipre y el Egeo.

Los teresh o tursha son todavía más escurridizos. Detectamos una vaga presencia en Anatolia Occidental relacionada bien con Lidia o con la Tróade y, según algunas opiniones, con los antepasados de los etruscos. Aparecen mencionados una vez (1186 a.C.) junto a los peleset como originarios «del medio del mar», lo que podría significar algún refugio temporal en una isla y no nos obligaría a negar su anterior procedencia anatolia. Es más probable que los lukka procediesen de Anatolia occidental, preferiblemente de la costa caria y Licia antes que de cualquier otro lugar más al Norte o al interior, aunque se han sugerido ambas posibilidades (véase capítulo 2). La dudosa reputación de los lukka en el segundo milenio a.C. la heredaron los carios en el milenio siguiente.

Entre los contingentes más interesantes mencionados por los egipcios se encuentran los ekwesh, quienes, al igual que los lukka, no aparecen después del reinado de Merneptah; de hecho, los ekwesh sólo aparecen entonces, y se destaca su especial relación con el mar (estela de Atribis). Todo depende en gran medida de si aceptamos su identificación con los ahhiyawa de los textos hititas o, al menos, con una parte de ellos, y con los aqueos. Si fuese así, habría que situados en la costa occidental de Anatolia o cerca de la misma, probablemente en una de sus islas, aunque a esta opción puede oponerse el hecho de que, en algunas épocas, los hititas se referían a la Grecia continental, y más concretamente a los reyes de Micenas, con este nombre. Su inclusión dentro de «los países del mar» haría de ellos unos isleños, pero no se pueden extraer demasiadas conclusiones de estas etiquetas egipcias (capítulos 5 y 6). Si bajo esta denominación se encuentran los micénicos, ¿cómo podemos explicar su extraña desaparición de todas las fuentes después del 1220 a. C.? Más extraña todavía resulta la desaparición de los lukka aproximadamente por la misma época, pero no debemos olvidar la posibilidad de que se produjeran cambios de nombre y título, o bien la fusión de un nombre dentro de otro, por lo que cobran un especial interés los nuevos nombres del 1186 a. C.

Los nuevos enemigos de tiempos de Ramsés III -los denyen o danuna, los tjeker, peleset y weshesh- atacaron por tierra y por mar, y su principal invasión terrestre siguió posiblemente dos rutas desde Anatolia, pasando por Siria-Palestina, hasta el Delta del Nilo. Su aspecto es el de agricultores desarraigados en busca de nuevas tierras, como los libios en sus guerras contra Egipto. Los denyen podrían proceder de Hatay, y su historia posterior, demos o no crédito a su prolongada existencia en Palestina como «danitas», los sitúa con firmes bases históricas en el extremo Norte de Siria, donde creo que en su día vivieron los shardana. Puede que los tjeker fuesen originarios de la Tróade, quizá a través de Chipre, y también ellos se establecieron en la costa norte de Palestina ocupada por los danitas a finales del siglo XII a. C. Respecto a los weshesh, carecemos casi por completo de información, excepción hecha de una intuida relación con «Ilion» (Troya). Ambos podrían tener conexiones con los teresh-tursha.

El grupo más controvertido de todos es el de los peleset, que dieron su nombre a Palestina, y que debieron llegar en barco desde el Egeo y Grecia continental, o bien desde el Cáucaso, pero que, de hecho, parecen ser más hombres de tierra firme que cualquier otro contingente. Las ciudades del Sur de Palestina no eran puertos, y no hay prácticamente nada en ellas que las relacione con el mar. Las escasas pruebas linguísticas apuntan hacia Anatolia más que a Grecia o a Creta (véase capítulo 7).

Así pues, ¿de dónde procedían todos aquellos refugiados y piratas egeos, aquellos vikingos primitivos con su armamento del Norte, que sembraron de fuego y desolación todo el Mediterráneo Oriental? ¿Cómo puede resultar tan confusa la imagen de conjunto y que la mayoría de las pruebas apunten hacia Anatolia más que a Grecia o los Balcanes? G. A. Wainwright creía que los invasores procedían, en efecto, de Anatolia, y que hubo otros grupos que los siguieron, pero, en mi opinión, la explicación no es tan sencilla.Si la mayoría de la actividad se produjo a una escala bastante reducida, entonces, lo que observamos en Egipto es el final de una reacción en cadena. Algo hizo que esas bandas se pusieran en marcha desde Anatolia, Chipre y el Norte de Siria, y algo presionó a otros grupos que partieron posiblemente desde puertos egeos, desde Mesenia y la Argólida, Eubea y Creta, hacia Mileto y Tarso, el Dodecaneso y Chipre. Otros pudieron venir desde mucho más lejos, desde la Tróade, el Sur de Italia o Sicilia. Sería un error conceder demasiado peso al puñado de nombres que parecen haber llegado a los monumentos egipcios. Señalan una cota muy alta, pero, detrás de esta ola que llegó al final del camino, debemos pensar en una gran confusión de nacionalidades y acciones, movimientos cruzados, contactos y repulsiones, entre los que podemos señalar el éxodo de Pilos y la caída de Troya. Las destrucciones de Micenas y Mileto, la continuidad en Cos, el cambio y renacimiento en Kition, no hay una única voz, sino que el «sonido de la historia al fluir» es un murmullo de pequeños arroyos. En algún lugar en las cumbres están los pueblos de las montañas: los epirotas y albaneses, tracios y danubianos, que nunca abandonan el centro del escenario. Pero bajo el flujo del agua hay algo más antiguo y extraño, una fuente duradera de estabilidad: el pequeño agricultor, los antepasados de Hesíodo, y la gente humilde de Grecia, Anatolia y el Levante. Se seguía arando la tierra y recogiendo las cosechas, pero con horizontes reducidos, y cada hombre trabajaba únicamente para sí mismo, sin preocuparse en demasía de lo que hubiera más allá de las montañas, salvo por el temor a los piratas y bandidos que probablemente eran descendientes de sus señores de unas generaciones atrás, y que aún podían irrumpir en su existencia, desbaratando su ritmo de vida y dejándolo en medio de la ruina de su hogar. Pero en unos pocos años, él, o su hermano, o su hijo, estaría de nuevo arando el mismo terruño, tan desprovisto de ambiciones como lo poco que ha cambiado su situación desde el siglo IX al XIX, sea a. C. o d.C., hasta que de nuevo aparecen los grandes crecimientos exóticos, las ciudades de mercaderes, los grandes santuarios, los centros de refinadas civilizaciones y sofisticadas transacciones comerciales. Comienzan a resonar nuevos nombres: atenienses, frigios, lidias, fenicios, israelitas, arameos, romanos. El proceso continúa hoy en día a pesar de un nuevo crescendo en el cambio: «los señores van y vienen, el resto permanece»”.

SANDARS, N. K.: Los Pueblos del Mar: invasores del Mediterráneo, Madrid, 2005.























BLOQUE E: EL PRÓXIMO ORIENTE EL EL I MILENIO

CAPÍTULO 14
LA SITUACIÓN POLÍTICA EN MESOPOTAMIA A COMIENZOS DEL I MILENIO. EL IMPERIO NUEVO ASIRIO: FORMACIÓN Y DESARROLLO, LA EXPANSIÓN TERRITORIAL. LOS NUEVOS CENTROS DE PODER Y LAS TRANSFOMACIONES SOCIALES Y ECONÓMICAS EN EL ALTO TIGRIS


E.14.1.-Introducción



Además de la importancia que este Imperio Nuevo Asirio tendrá por sí mismo, fue el causante de que las comunidades de la franja sirio-palestina se lanzasen al mar a causa de su presión política, militar y sobre todo tributaria, constituyendo por lo tanto un factor clave para el inicio de la colonización fenicia, cuyos efectos repercutieron en todo el Mediterráneo.

E.14.2.-Las fuentes literarias
Podemos situarlo cronológicamente entre los años 934 a.n.e. y el 612 a.n.e., momento en el que cae Nínive, la última capital que tuvo como estado unificado. Además de las importantes fuentes escritas de la que disponemos para esta época, el conocimiento arqueológico de este período es mejor para estas fechas de lo que lo era en otras anteriores, por lo que contamos con una muy buena documentación de diversos tipos que nos permite aproximarnos al Imperio Nuevo Asirio de una forma bastante exacta y contrastada.

Una de los documentos escritos más importantes son los anales asirios. El hecho de que apareciesen en distintas ciudades indica que en esta época habrá varios centros de poder distintos y que la capitalidad pasará de uno a otro en determinados momentos . Otro tipo de documento a destacar, aunque no es exclusivo de esta época, son las cartas al dios. En ellas se cuentan episodios importantes de hazañas y conquistas del monarca, diciendo que las realizó en nombre de una divinidad. Este tipo de textos seguramente no se quedaban archivados sino que se divulgaban a través de la lectura pública, constituyendo un valioso instrumento de propaganda política del monarca al mismo tiempo que éste justifica sus actos atribuyéndole la responsabilidad final de los mismos a un dios. El archivo de Assurbanipal en Nínive es una de las fuentes documentales más relevantes de la Historia Antigua del Próximo Oriente. La destrucción del palacio que lo albergaba en el año 612 a.n.e. y la damnatio memoriae a la que fue sometida la figura del último gran rey asirio no afectaron a las tablillas, que permanecieron en un relativo buen estado dentro del nivel de destrucción del compejo palatino.



El Imperio Nuevo Asirio.

Las fuentes exteriores que hablan de los asirios en el I milenio a.n.e., como por ejemplo el Antiguo Testamento, están condicionadas por una circunstancia especial: son especialmente tendenciosas, ya que en el momento en el que se escriben sus autores reflejan el estado de angustia y temor que sus pueblos sentían ante el crecimiento de los grandes estados mesopotámicos. El Antiguo Testamento nos proporciona, por lo tanto, el punto de vista del vencido .
E.14.3.-El Imperio Nuevo Asirio
El primer momento de expansión asiria consistió en iniciar su reconsrucción estatal, de manera que las primeras acciones de los monarcas asirios estuvieron orientadas a legitimar la recuperación de los territorios que les pertenecieron en el pasado y que les fueron arrebatados. Comenzando este proceso en las ciudades del Alto Tigris, muy pronto incorporaron el valle de Habur, que les fue arrebatado por Mitanni, y se expandieron hacia el Norte, llegando a la región de los grandes lagos, es decir, al próspero reino de Urartu, zona por la que circulaban las principales rutas de Anatolia, por lo que el Imperio Nuevo Asirio volvió a ejercer el control de las vías comerciales entre el Alto Tigris y Anatolia que tantas riquezas le proporcionaron en el siglo XVIII a.n.e. Controlará también las regiones que se extienden al Este, hacia los Montes Zagros, la Baja Mesopotamia, el Elam, la franja sirio-palestina y el Norte de Egipto, estado que a partir de esta época ya nunca más será completamente independiente.

E.14.3.1.-El reinado de Tukultininurta II (890 a.n.e. – 884 a.n.e.)
El reinado de este monarca se caracterizó porque en el transcurso del mismo se aseguró el control de los territorios del Norte. Hay un texto que relata los viajes de este monarca y sus conquistas que nos demuestra que efectivamente asumió el control de estos territorios. Allí nos dice que emprendió un viaje de mil ochocientos kilómetros: a través del Tigris y el Éufrates descendió a la ciudad de Sippar, sita en el estrechamiento de los ríos, y desde allí remontó hacia arriba el Éufrates, controlando los territorios del Norte por los que va pasando. Describe cómo los reinos que allí se encuentran se van convirtiendo en vasallos y comienzan a pagar tributos al Imperio Nuevo Asirio. Es, por tanto, el principio de la formación de un gran estado unificado que ejercerá el control sobre los recursos naturales del Próximo Oriente.

E.14.3.2.-Assurnasipal II (883 a.n.e. – 859 a.n.e.)
Todos los estados orientales que cuenten con capacidad militar y logística suficiente tratarán de hacerse con territorios que les garanticen una salida al Mediterráneo y el acceso a las rutas de Anatolia, uniendo así el Mediterráneo, el Golfo Pérsico y el paso del Cáucaso. El Imperio Nuevo Asirio fue el primer estado que logró ejercer el control combinado de estas estratégicas regiones, dando lugar a una gran prosperidad comercial que se reflejará en sus ciudades.

En estos momentos tuvieron luga una serie de importantes avances de la poliercética basados en dotar a las tropas de una mayor movilidad, pudiendo así atacar y dominar territorios cada vez más lejanos. Emplearon para ello carros de guerra cada vez más ligeros. Assurnasipal II amplió las conquistas de sus predecesores y llegó al Mediterráneo, donde según las fuentes el rey lavó sus armas en esta agua, acto simbólico con el que limpia sus armas de la suciedad de la guerra. A pesar de que alardea de haber tomado el control de la franja sirio-palestina, sabemos positivamente que la zona Sur aún no es suya ya que Jerusalén y otras ciudades pidieron ayuda para luchar contra los asirios y llegaron a resistir un cierto tiempo, por lo que tardó en ser tomada.




Las fuentes nos hablan de la inauguración de este palacio, que duró diez días. En ellos se hizo gala de un gran lujo y ostentación y se invitó a delegados de sus reinos vasallos para que lo contemplasen . En total, esta gran fiesta reunió a setenta mil invitados procedentes de otros lugares del Próximo Oriente y a diecisiete mil de la propia ciudad. En el banquete real se consumieron veintidós mil vacas, dieciséis mil ovejas, diez mil pellejos de vino, grandes cantidades de cerveza…



Las fuentes y las distintas tradiciones atribuyen a este rey fama de brutal y le acusan de haber sembrado el terror por todo el Próximo Oriente. Es cierto que en sus tiempos ya se cobraba tributos a todos los territorios conquistados y que los relieves de su palacio muestran los castigos que sufrían los vencidos. En el I milenio a.n.e. se realizarán deportaciones masivas de las poblaciones conquistadas para usarlas como personal servil y dificultar al mismo tiempo las posibles rebeliones en los territorios conquistados. También aplicaron estos métodos en la franja sirio-palestina, lo que explicaría en parte el odio hacia los asirios que rezuman las páginas del Antiguo Testamento. Por otra parte, los reyes asirios harán reproducir su propia versión de estos episodios en su iconografía, tal y como hizo Assurnasipal en las paredes de su palacio. Sería erróneo pensar que, tal y como nos dicen las fuentes externas, los asirios eran mucho más crueles que el resto de pueblos de la época. Lo cierto es que el tipo de prácticas que se les atribuye en los textos y en la iconografía fueron aplicadas por diferentes pueblos orientales, pero sin embargo los asirios sí destacan por encargarse de recordarle a sus enemigos este tipo de episodios, probablemente porque les resultaba útil como propaganda: era más fácil que fuesen respetados si las otras potencias sentían respeto y miedo hacia ellos, demanera que estas muestras de crueldad tenían una función disuasoria.

E.14.3.3.-El reinado de Salmanasar III (858 a.n.e. – 824 a.n.e.)
Este monarca es uno de los más conocidos gracias a que dejó diversos documentos importantes sobre su reinado. A los territorios heredados de sus predecesores añadió además el Sur de la franja sirio-palestina.

Construyó un palacio en la ciudad de Balawat, dejando en las puertas del mismo unas valiosísimas piezas iconográficas que revelan dos elementos importantes de sus conquistas:




E.14.3.4.-El reinado de Sargón II (722 a.n.e. -705 a.n.e.)






E.14.3.4.-El reinado de Senaquerib (704 a.n.e. -681 a.n.e.)



En este momento se perderá el control de la franja sirio-palestina, que siempre había creado muchas dificultades a los monarcas asirios. Senaquerib organizó un ataque contra los hebreos, lo que claramente muestra que la región no estaba completamente controlada. Esta acción bélica es recordada en la Biblia como una gran victoria gracias a la intervención de Yahvé, que mató en una sola noche a ciento ochenta mil soldados asirios, haciendo que este ejército se retirase. A pesar de que este triunfo militar por parte de los hebreos está constatado, sólo mantuvieron un control efectivo en la zona Sur, que volverá a ser recuperada posteriormente por los asirios.

En el Sur de Mesopotamia tienen lugar otros episodios destacados durante el reinado de Senaquerib. A pesar de que era una región completamente dominada se sucedieron varios levantamientos de ciudades y las tropas asirias tuvieron que intervenir, conquistando de nuevo Babilonia.

E.14.3.5.-El reinado de Assurbanipal (668 a.n.e. – 631 a.n.e.)
El reinado de este monarca es el que mejor se conoce gracias a las abundantes y variadas fuentes disponibles, entre las que destacan las más de veinte mil tablillas que fueron halladas en el archivo de su palacio y las noticias de autores griegos como Heródoto . El reinado de Assurbanipal, Sardanápalo según la traducción griega, ocupa los años centrales del siglo VII a.n.e., momento en el que culminan las conquistas asirias. Entrará en Egipto con sus tropas y obtendrá una gran victoria en Menfis, descendiendo luego a Tebas, donde seguramente también derrotó al ejército egipcio, y obtendrá el control de todo el Norte de Egipto, desde Menfis hasta la costa. En este mismo momento el resto de Egipto está gobernado por la dinastía XXVI, de origen saita, que a pesar de autoproclamarse monarcas de todo Egipto sabemos que sólo tuvieron poder efectivo en el Sur. Los faraones de esta dinastía protagonizarán una serie de episodios frustrados para reconquistar la franja sirio-palestina, pero sus pretensiones sobre este territorio no duraron mucho tiempo. Por estas fechas también tendrán lugar una serie de levantamientos contra los asirios en el Elam que no llegaron a cuajar. Assurbanipal también amplió los límites de su reino en Anatolia, pasando a controlar el Sureste, es decir, el territorio Neohitita además de la zona de los grandes lagos y de los valles situados entre el Tigris y los Montes Zagros.



La fuente más importante de su reinado y una de las más destacadas de la Antigüedad en el Próximo Oriente es el archivo de Assurbanipal, formado por más de veintidós mil tablillas entre las que abundan las dedicadas a asuntos burocráticos y administrativos pero percibiéndose también un claro interés literario, ya que aparecen numerosas copias de las grandes obras orientales, tanto contemporáneas como de otras épocas, con vocación de conservarlas, lo que se deduce del hecho de que muchas de estas tablillas estaban escritas en lenguas que estaban en desuso en esta época, como por ejemplo el acadio. Aquí se encontró la mejor versión del Poema de Gilgamesh, del Diluvio, etc. Es importante tener en cuenta que este tipo de obras no tienen un carácter exclusivamente literario para los asirios, sino que están imbuidas de sus creencias y tradiciones.

E.14.3.6.-La caída del Imperio Nuevo Asirio








E.14.4.-El reino de Urartu







Hay yacimientos en esta zona que indican una población de la región de los grandes lagos desde el II milenio a.n.e., aunque no se sabemos si todos ellos pertenecen o no a un mismo pueblo, ya que los conocimientos que se poseen en la actualidad sobre este período en Urartu son muy escasos y confusos. No ocurre lo mismo a partir del I milenio a.n.e., momento para el que disponemos de más y mejor información. Esta zona contará con ciudades de tamaño e importancia considerable, sobre todo en las inmediaciones de los lagos, que a partir del siglo IX a.n.e. comienzan a formar un estado unificado, Urartu, aunque sus reyes no siempre van a ser independientes. Al ser una importante zona de paso todos los grandes estados del momento querrán controlar directamente esta región. Fue conquistada desde un momento muy temprano por el Imperio Nuevo Asirio, que convirtió a sus reyes en vasallos y a su estado en tributario. Posteriormente los caldeos tomarán el relevo.

La lengua que se habla en Urartu es indoeuropea, aunque los expertos no se ponen de acuerdo a la hora de identificar a qué rama pertenece, aunque algunos defienden que es similar al hurrita. Hay diversas poblaciones allí, aunque no sabemos cuándo ni cómo se instalan :
-Armenios, instalados en estas tierras desde el siglo VIII a.n.e.
-Kurdos, de origen iranio y por lo tanto indoeuropeo, que empiezan a aparecer en la región en una fecha sin precisar a principios del I milenio a.n.e.
-También hay, aunque en menor medida que los otros dos grupos poblacionales, una presencia escita. Se trata de poblaciones guerreras procedentes de Asia que en ocasiones descienden a través de la franja situada entre el Mar Negro y el Mar Caspio para realizar incursiones en Oriente.



NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Campañas de Salmanasar III:
(Durante el reinado Salmanasar III (858-824 a.n.e.) y mediante campañas anuales los ejércitos asirios llegaron a controlar el valle del Éufrates hasta Babilonia, pero en los territorios occidentales no pudieron vencer a una coalición internacional formada por Damasco, Hamath e Israel, y apoyada por Egipto. La batalla de Qarqar (853 a.n.e.) supuso un freno a la expansión asiria ya que, a pesar de lo afirmado por la propaganda oficial -según recoge el texto seleccionado-, en los años posteriores los asirios continuaron en sus intentos por controlar esta región).

“En el año de (el epónimo) Daian-Ashur, en el mes Aiaru, el día 14, partí de Nínive. Crucé el Tigris y me aproximé a las ciudades de Giammu, junto al río Balih. Quedaron despavoridos a causa del terror que emana mi posición de señor supremo, así como a causa del esplendor de mis violentas armas, y maté a su señor Giammu con sus propias armas. Entré en las ciudades de Sahlala y Til-sa-Turahi y llevé mis dioses/imágenes a sus palacios. Abrí (su) tesoro, inspeccioné lo que había ocultado; transporté como botín sus posesiones, trasladándo(las) a mi ciudad Ashur. De Sahlala me fui y me acerqué a Kar-Salmanasar. Crucé el Éufrates otra vez durante su crecida en almadías (que flotaban por medio) de pellejos de cabra. (hinchados). En Ina-Ashur-utir-asbat, que las gentes de Hattina llaman Pitru, al otro lado del Éufrates, en el río Sagur, recibí tributo de los reyes del otro lado del Éufrates, esto es, de Sanagara de Karkemish, Kundaspi de Commagene, de Arame, hombre de Gusi, de Lalli de Melitene, de Haiani, hijo de Gabari, de Kalparuda de Hattina (y) de Kalparuda de Gurgum (que consistió en): plata, oro, estaño cobre (o bronce), recipientes de cobre. Partí de las riberas del Éufrates y me acerqué a Alepo. Ellos (esto es, los habitantes de Alepo) temieron luchar y cogieron mis pies (en sumisión). Recibí plata y oro por tributo suyo y ofrecí sacrificios ante el Adad de Alepo. Partí de Alepo y me aproximé a las dos ciudades de Irhuleni de Hamat. Conquisté las ciudades Adennu, Barga (y) Argana, su residencia real. Transporté de ellas su botín (y) sus posesiones personales. Incendié sus palacios. Partí de Argana y me aproximé a Karkara. Destruí, derribé e incendié Karkara, su residencia real. Trajo para ayudarle 1200 carros de guerra, 1200 jinetes, 20.000 infantes de Adad-idri de Damasco, 700 carros, 700 jinetes, 10.000 infantes de Acab, el Israelita, 500 soldados de Que, 1000 soldados de Musri, 10 carros, 10.000 soldados de Irqanata, 200 soldados de Matinu-balu de Arwad, 200 soldados de Usanata, 30 carros, 1 [...]000 soldados de Basa, hijo de Ruhubi, de Ammón- (en conjunto) éstos fueron doce reyes. Se levantaron contra mí [en una] batalla decisiva. Luché con ellos con (el apoyo de) las poderosas fuerzas de Ashur, que Ashur, mi señor, me ha dado, y con las fuertes armas que Nergal, mi guía, me ha donado (y) les infligí una derrota entre las ciudades de Karkara y Gilzau. Maté 14.000 soldados suyos con la espada, al caer sobre ellos como Adad cuando envía un aguacero. Esparcí sus cadáveres (por doquier), llenando la llanura con sus diseminados soldados (fugitivos). Durante la batalla hice correr su sangre por el hur-pa-lu del distrito. El llano resultó demasiado pequeño para que (todas) sus almas descendieran (al mundo inferior), el vasto campo se agotó (cuando hubo que) enterrarlos. Con sus cadáveres llegué a uno y otro lado del Orontes antes de que hubiera un puente. Incluso durante la batalla les arrebaté sus carros, sus caballos habituados al yugo”.

Traducción de MARCO, F. y SANTOS, NARCISO de Textos para la Historia del Próximo Oriente Antiguo, Oviedo, 1980, a partir de la versión inglesa publicada por PRITCHARD, J. B. (ed.): Ancient Near East Text Relating to the Old Testament, Princeton, 1955 (2.ª edición).

Asedio de Jerusalén por Senaquerib:
(Instigados por Egipto, los territorios más occidentales del Imperio Asirio se rebelaron contra Senaquerib (705-681 a.n.e.). En esta sublevación participó Ezequías de Judá en contra de los consejos del profeta Isaías. A lo largo de varias campañas, los asirios pacificaron Fenicia y el país de los filisteos -destrucción de Ascalón-, derrotaron al ejército egipcio y, ya en 701, sometieron toda Judá a excepción de su capital, Jerusalén. Ezequías pidió la paz y los asirios levantaron el sitio. Sin embargo, la victoria de Senaquerib queda evidenciada por la destrucción de cuarenta y seis ciudades y la deportación de 200150 personas, tal como indica el Prisma de Senaquerib (II 37 III 49) -de donde procede el texto seleccionado-, que cuenta en las fuentes bíblicas con el paralelo de 2 Reyes, 18).

“En mi tercera campaña marché contra Hatti. Luli, rey de Sidón, a quien el aterrador hechizo de mi señorío había dominado, huyó a lo lejos, allende los mares, y pereció. El sobrecogedor esplendor del Arma de Ashur, mi señor, abrumó sus fuertes ciudades (tales como) Sidón Grande, Sidón Pequeña, Bit-Zitt, Zaribtu, Mahalliba, Usu, Akzib (y) Akko, (todas) sus ciudades fortificadas, amuralladas (y bien) provistas de alimentos y agua para sus guarniciones, y se inclinaron en señal de sumisión a mis pies. Puse a Etbáal en el trono para que fuese rey sobre ellos y le impuse tributo (debido) a mí (como) superior suyo, (para que se pagase) anualmente sin interrupción. En cuanto a todos los reyes de Amurru- Menashem de Samsimuruna, Tubalu de Sidón, Abdiliti de Arwad, Urumilki de Biblos, Mitinti de Asdod, Buduili de Bet-Ammón, Kammusunadbi de Moab (y) Aiarammu de Edom, trajeron suntuosos presentes (igisu) y, cuadruplicados, sus pesados presentes iamartu a mí y besaron mis pies (...)

En cuanto a Ezequías el Judío, no se sometió a mi yugo. Puse sitio a 46 ciudades fuertes, baluartes e innumerables aldehuelas de sus inmediaciones, y (las) conquisté mediante terraplenes bien construidos y arietes acercados, el ataque de infantes, y minas, brechas y trabajo de zapa. Saqué (de ellas) 200.150 personas, jóvenes y ancianos, varones y hembras, caballos, mulas, asnos, camellos, ganado mayor y menor sin cuento, y (los) consideré botín. A él mismo hice prisionero en Jerusalén, su residencia real, como a un pájaro en una jaula. La cerqué con terraplenes a fin de molestar a los que abandonaban la puerta de su ciudad. Las ciudades que había pasado a saco desgajé de su país y las entregué a Mitinti, rey de Asdod, a Padi, rey de Eqrón, y a Sillibel, rey de Gaza. Así reduje su país, pero aumenté aún el tributo y los presentes katru (debidos) a mí (como su) superior, que le impuse (después) además del tributo anterior para que se pagase anualmente. El propio Ezequías, al que el temible esplendor de mi señorío había abrumado, y cuyas tropas irregulares y escogidas, que entró en Jerusalén, su residencia real, para fortalecer(la), le habían desertado, me envió más tarde a Nínive, mi ciudad señorial, además de 30 talentos de oro, 800 talentos de plata, piedras preciosas, antimonio, grandes bloques de piedra roja, lechos (taraceados) con marfil, sillas nimedu (taraceadas) con marfil, cueros de elefante, madera de ébano, madera de boj (y) toda clase de valiosos tesoros, sus hijas, concubinas, músicos y músicas. Para entregar el tributo y rendir obediencia como un esclavo envió su mensajero (personal)”.

Traducción de MARCO, F. y SANTOS, NARCISO de Textos para la Historia del Próximo Oriente Antiguo, Oviedo, 1980, a partir de la versión inglesa publicada por PRITCHARD, J. B. (ed.): Ancient Near East Text Relating to the Old Testament, Princeton, 1955 (2.ª edición).

La caída de Nínive:
(Tras el sobresaliente reinado de Assurbanipal (ca. 669-627 a.C.), el Imperio Asirio se derrumbó con una rapidez sorprendente. Reinados extremadamente breves, usurpaciones, guerras civiles, secesiones como la de Babilonia e incursiones de pueblos invasores como los cimerios y, sobre todo, los medos, caracterizan los quince años que siguen a la muerte del último gran rey de Asiria. El saqueo de Assur por el medo Ciaxares en 614 a.C. provocó una enorme conmoción en la población, pero el golpe definitivo cayó sobre la capital Nínive en 612 después de tres meses de asedio por parte de la alianza entre los medos y Nabopolassar de Babilonia. Conocemos los hechos a través de una crónica del babilonio Nabopolasar correspondiente al decimocuarto año de su reinado).

“[Año catorce]: El rey de Akkad con[gregó] su ejército y [Ciaxar]es, el rey de las hordas manda (umman-manda) marchó contra el rey de Akkad, [en] (...) se encontraron. El rey de Akkad (...) y [Ciaxar]es (...) él cruzó en barca y avanzaron (río arriba) por el terraplén del Tigris y (...) [plantaron su campamento] contra Nínive (...) Desde el mes de Simanu hasta el mes de Abu, tres ba[tallas se riñeron; después], llevaron a cabo un gran ataque contra la ciudad. En el mes de Abu, [el (...) día, la ciudad fue capturada y una gran derrota] infligió [a la] totalidad de la [población]. En aquel día, Sinsharishkun, rey de Asi[ria] huyó al (...) muchos prisioneros de la ciudad, sin cuento, deportaron. La ciudad [convirtieron] en montes de ruinas y cúmu[los (de restos). El rey] y el ejército de Asiria escapó, (sin embargo), ante el rey (de Akkad) y [el ejército] del rey de Akkad. (...) En el mes de Ululu, el día 20, Cixares y su ejército regresaron a su país. Después, el rey de A[kkad] (...) marchó hasta Nisibe. Botín y ga-lu-tu de (...) y (de) el país de Rusapu llevaron al rey de Addad, a Nínive [En el mes] (...) Asuruballit (...) sentóse en Harrán en el trono para ser rey de Asiria. Hasta el mes (...) [el rey de Akkad permaneció] en Nínive (...) Desde el día 20 del mes [de Tasritu] el rey [de Akkad] (...) en el mismo mes de Tasritu en la ciudad (...)”.

Traducción de MARCO, F. y SANTOS, NARCISO de Textos para la Historia del Próximo Oriente Antiguo, Oviedo, 1980, a partir de la versión inglesa publicada por PRITCHARD, J. B. (ed.): Ancient Near East Text Relating to the Old Testament, Princeton, 1955 (2.ª edición).























































































CAPÍTULO 15
EL IMPERIO NEOBABILÓNICO: LA EXPULSIÓN DE LOS ASIRIOS, EL ESTADO CALDEO. BABILONIA EN EL MARCO DE RELACIONES DEL PRÓXIMO ORIENTE. LAS TRANSFORMACIONES EN LA REGIÓN: LA VIDA EN LAS CIUDADES CALDEAS, GUERRA Y DEPORTACIONES


E.15.1.-Babilonia a finales del II milenio a.n.e. y comienzos del I milenio a.n.e.
En determinado momento a partir de la segunda mitad del siglo VII a.n.e. los reyes asirios fueron perdiendo parte de sus territorios, demostrando así su incapacidad para mantener su otrora poderoso imperio unificado. La ciudad de Babilonia aprovechará esta situación para realizar una campaña militar y adueñarse de todos los dominios del ya extinto Imperio Nuevo Asirio.

En el tránsito entre finales del II milenio a.n.e. e inicios del I milenio a.n.e. la situación de la Baja Mesopotamia cambió completamente. Desde el siglo XII a.n.e. dejó de estar bajo el control de los reyes cassitas y las ciudades que integraban su estado iniciaron un proceso de separación, dándose distintas iniciativas que buscaban su propia autonomía y el dominio del territorio circundante. En las regiones en las que tuvieron lugar dichas iniciativas políticas surgieron una serie de dinastías:
-Dinastía del País del Mar, refiriéndose este término a la zona del Golfo Pérsico.
-Diversas dinastías en las viejas ciudades mesopotámicas que forman pequeñas monarquías independientes.

Dentro de estas ciudades habría que incluir a Babilonia. A pesar de que había sido un lugar floreciente y próspero, uno de los más claros referentes a todos los niveles en todo el Próximo Oriente, sufría en estos momentos un vacío de poder. En estos momentos nadie tenía suficiente fuerza o poder como para hacer frente al resto de ciudades y ejercer el control de todo el territorio. Pueblos pastores arameos procedentes del Desierto de Siria se introdujeron en la Baja Mesopotamia durante esta crisis y comenzaron a asentarse. Eran clanes patriarcales que se aprovechan de la ausencia de una autoridad clara en la región que impidiese la llegada de nuevos pueblos. Son llamados aklamu en las fuentes, pero nosotros los conocemos mayoritariamente por su nombre helenístico, los caldeos . A partir del I milenio a.n.e. comenzaron a sedentarizarse y a integrarse en la forma de vida de la región.

Los monarcas asirios se proclamaron reyes de Babilonia al expandir su estado a partir del siglo IX a.n.e., convirtiéndose estos antiguos reinos en tributarios del Imperio Nuevo Asirio. Pero a partir de la segunad mitad del siglo VII a.n.e. los caldeos ya estaban perfectamente integrados en la sociedad de la Baja Mesopotamia y habían adquirido un papel social suficiente como para alcanzar el trono en varias de sus ciudades. Estos líderes caldeos comenzarán a organizar una coalición contra los asirios para defender sus propios recursos. Decidieron buscar aliados para esta empresa en el exterior entre aquellos estados que mantuviesen una relación difícil con los asirios, encontrándolos al otro lado de los Montes Zagros. Allí, en el Norte de la Meseta Irania vivían los medos, indoeuropeos que ocupaban esta región al menos desde inicios del I milenio a.n.e. Su alianza con este pueblo permitió un asalto conjunto al corazón del Imperio Nuevo Asirio, el Alto Tigris, atacando diversas ciudades asirias y desintegrando su estado al destruir su capital.

E.15.2.-La Babilonia caldea
E.15.2.1.-El reinado de Nabopolasar (625 a.n.e. – 605 a.n.e.)
El primer rey de la dinastía caldea que gobierne Babilonia al margen de los asirios será Nabopolasar. Este monarca dirigió un proceso de unificación territorial desde Babilonia y bajo la protección de Marduk , la deidad suprema de la ciudad, expulsó a los asirios y atacó sus ciudades para asegurar la independencia de su territorio. En el año 612 a.n.e. destruye Nínive, la capital del Imperio Nuevo Asirio, y persigue a la corte asiria hasta el reino de Kharran, situado entre los ríos Tigris y Éufrates, donde se había refugiado. Lo invadirá en el año 610 a.n.e., logrando una victoria aplastante y obteniendo el control de Mesopotamia y de toda Asiria, de manera que los límites del nuevo estado caldeo serán muy similares a los del Imperio Nuevo Asirio. Nabopolasar iniciará la reconstrucción de Babilonia, que había sido dañada durante la guerra, con los beneficios de sus conquistas, aunque será una tarea que continuarán sus sucesores.

E.15.2.2.-El reinado de Nabucodonosor II (605 a.n.e. – 562 a.n.e.)
Nabukudurussur II o Nabukadnezar, como es llamado en el Antiguo Testamento, más conocido por el nombre que le dieron los griegos, Nabucodonosor, es el hijo y sucesor de Nabopolasar y el verdadero artífice de la configuración del estado caldeo.

Este rey es mencionado en muchas y diversas fuentes, algunas de ellas ajenas al mundo caldeo, como por ejemplo el Antiguo Testamento, que hablará mucho de él debido al control que ejerció sobre la franja sirio-palestina. Además de estos textos, su aparato propagandístico efectuó una magnífica proyección pública de su persona y de sus hazañas hasta el punto de que éstas deslumbraron a las generaciones posteriores. Sus conquistas son mencionadas tanto en los documentos babilónicos como en ls fuentes externas que ya hemos comentado, especialmente en los libros Leyes y Profetas del Antiguo Testamento, aunque la visión que ofrecen del mismo es diametralmente opuesta. También autores de época posterior, como Heródoto, e incluso de época helenística y romana, hablarán de él. Gracias a todas estas fuentes se trata de uno de los monarcas que más trascendencia social ha tenido a lo largo de la Historia. La imagen que tienen del mismo en el exterior es la de un gran conquistador, mientras que dentro de su país se le considera un gran gobernante, el salvador de Babilonia, restaurador de ciudades, constructor de canales y protector de los templos además de como un gran impulsor de la agricultura y del comercio. Efectivamente, su control de todo el Próximo Oriente hizo que las vías comerciales que anteriormente estaban en manos de los asirios pasasen a su poder, accediendo así a una gran parte de los recursos de Oriente y recibiendo pingües beneficios.

E.15.2.2.1.-Las conquistas en la franja sirio-palestina


los que llegaban desde el Mediterráneo y los que salían desde Egipto. Podía lograr todos estos objetivos a la vez si conquistaba la franja sirio-palestina.

Durante sus primeros años de reinado únicamente realizó campañas anuales de tipo disuasorio, que atacaban la región y luego regresaban a su territorio. No había entonces ningún deseo de conquista sino que sólo buscaba que aceptasen pagarle tributos. Sin embargo, a inicios del siglo VI a.n.e. Nabucodonosor II emprenderá una conquista sistemática de estas tierras, destruyendo varias ciudades importantes del Próximo Oriente durante esta etapa. Podemos destacar dos proyectos importantes:
-La conquista de Jerusalén en el año 587 a.n.e. Jerusalén se encontraba sumida de por sí en una complicada situación política. Hacía ya tiempo que existían dos reinos, Israel en la parte Norte y Judá en la parte Sur. Se trata de un territorio que a lo largo de todo el I milenio a.n.e. sufre distintos avatares relacionados con los proyectos de expansión de los grandes estados orientales, primero los asirios y luego los caldeos, pero cada uno de los reinos hebreos actuó de una forma distinta ante los invasores. Babilonia trató de imponer su autoridad en la zona, pero al no ser reconocida por Sedecías, el rey de los judíos, Nabucodonosor le capturó y torturó, arrasó su capital, Jerusalén, masacró a la población y saqueó su templo .
-El otro episodio destacado es el asedio de la ciudad de Tiro, que también se negó a reconocer la superioridad de Babilonia. Desde el siglo IX a.n.e. esta ciudad costera era la más importante de toda la franja sirio-palestina debido a su importante papel como puerto de salida de las mercancías orientales al Mediterráneo. Fue sitiada entre los años 585 a.n.e. y 572 a.n.e. por los caldeos. Según las fuentes fue completamente destruida y abandonada, pero la arqueología nos indica que siguió estando ocupada, aunque perdió su relevancia internacional.

Ambos casos tienen en común las grandes deportaciones de las poblaciones derrotadas que mandó Nabucodonosor II. Su intención era tanto dar estabilidad a la zona al despoblarla de elementos rebeldes como obtener mano de obra esclava que trabajase en Mesopotamia. En el siglo VI a.n.e. tuvieron lugar grandes movimientos demográficos en el Próximo Oriente directamente relacionados con estas deportaciones. Los contingentes heberos que fueron trasladados a Mesopotamia mantuvieron sus propias costumbres y religión, sin mezclarse ni ser asimilados por las poblaciones locales, de manera que son perfectamente identificables tanto en esta época como en las posteriores. En ocasiones estos grupos de hebreos deportados protagonizarán episodios de sublevaciones.

E.15.2.2.2.-La reconstrucción de Babilonia












E.15.2.3.-El reinado de Nabónido y la crisis del estado (556 a.n.e. – 542 a.n.e.)
El reinado de Nabónido, el último de los monarcas del Imperio Neobabilónico, está marcado por una serie de episodios de crisis interna mal conocidos que en las fuentes aparecen contaminados por versiones tendenciosas. Nabónido no parece pertenecer a la misma dinastía que su predecesor y, aunque no es posible saberlo con certeza, parece que procede del reino de Kharran. Una evidencia de su origen foráneo es la mala relación que mantuvo con el clero de Marduk, que en había alcanzado unas elevadas cotas de poder en estos años. Puede ser que al ser un extranjero nunca le diese al clero de Marduk la importancia que le hubiese dado cualquier babilonio. El rey trató de controlar las propiedades del clero, ya que el Templo de Marduk amasaba enormes riquezas, y los sacerdotes acusaron a Nabónido de impiedad y de abandonar a la ciudad a su suerte en un período de crisis. Parece que este último reproche por parte de los sacerdotes de Marduk sí que era cierto, ya que este rey pasó varios años en la ciudad de Teima. Sin embargo, este viaje está cargado de misterio y no se sabe la razón por la que se desplazó allí ni porqué retrasó tanto su regreso, aunque es probable que se debiese a que Babilonia ya no era un lugar seguro y que prefiriese trasladar la corte a un lugar alejado del clero de Marduk, eligiendo como destino la Península Arábiga, aprovechando también para buscar en esta zona otras nuevas fuentes de recursos cuando Babilonia comenzaba a perder las suyas.

Sin embargo, resulta más probable que toda esta situación se produjese a causa de la presión persa, que provocó que Babilonia no ofreciese garantías suficientes ante un posible ataque. Los persas no tardaron en intervenir en los dominios de Babilonia. Su forma de proceder antes de invadir los territorios que quieren conquistar siempre era la misma: realizaban pequeñas intromisiones en sus asuntos a base de iniciativas diplomáticas de poco peso pero que actuasen como elemento desestabilizador. Así lo hicieron con las ciudades griegas de Anatolia y muy probablemente practicaron este mismo método en Babilonia, fomentando las divisiones internas entre sus líderes.

Nabónido fue hecho prisionero por los persas, que finalmente entraron en Babilonia con el apoyo de algunos sectores de la ciudad, entre los que estaba el clero de Marduk, descontento con la gestión del monarca. Hay distintas fuentes para el conocimiento de estos últimos acontecimientos de la Babilonia caldea:
-La Crónica de Nabónido.
-Los cilindros de arcilla que el rey persa Ciro II mandó escribir narrando su conquista.
-Heródoto, que describió la Babilonia conquistada por los persas y que él visitó personalmente en el siglo V a.n.e.
-Historia de los judíos, la obra de Flavio Josefo, autor romano de origen judío que escribió en época Flavia. Muestra un interés particular por todo este tipo de asuntos debido a sus circunstancias personales y quiere conservar para las generaciones venideras la Historia de los hebreos. Hay que tener en cuenta que es una fuente tardía y tendenciosa, así que hay que ser cauto a la hora de trabajar con ella.




















































NOTAS Y MATERIAL ADICOINAL:

Descripción de la ciudad de Babilonia:
(Con sus ascensos y caídas, la Historia de la ciudad de Babilonia -literalmente «la Puerta del Dios», en lengua acadia- está jalonada por los acontecimientos más importantes de la historia del Próximo Oriente Antiguo. Su nombre aparece ya en los textos de Sargón de Akkad (ca. 2340-2284 a.C.) y alcanzó su mayor gloria primero con Hammurabi (1792-1750 a.C.) y, siglos más tarde, con el caldeo Nabucodonosor II (604-562 a.C.). Conquistada por el persa Ciro el Grande en 538 a.C., Heródoto la describe tal como era un siglo más tarde, mientras que, todavía quinientos años después, Plinio evoca la grandeza de una capital eclipsada en su época por las vecinas Seleucia y Ctesifonte. Denominado tradicionalmente el «padre de la Historia», Heródoto (ca. 485-425 a.C.) nació en Halicarnaso, en la costa suroccidental de Asia Menor, viajó a Egipto, Fenicia, Mesopotamia y Escitia, y residió en la Atenas de Pericles, donde formó parte en 444/443 a.C. de la expedición destinada a fundar la colonia panhelénica de Thurios en Magna Grecia. Dedicando cada uno de los nueve libros que la componen a una de las Musas redactó su Historia, una obra inacabada que alcanza desde la época mítica hasta la Segunda Guerra Médica (479 a.C.), centrada en el enfrentamiento entre Europa y Asia, y salpicada de excursos de carácter etnográfico referidos a las tierras por las que viajó su autor).

“Está situada en una gran llanura, forma un cuadrado y, en cada lado, tiene una extensión de ciento veinte estadios; así, el perímetro de la ciudad tiene en total cuatrocientos ochenta estadios [= algo más de 85 kilómetros]. Esta es, por consiguiente, la enorme extensión de la capital de Babilonia y, que nosotros sepamos, su trazado no era comparable al de ninguna otra ciudad. Primero la circunda un foso profundo y ancho, lleno de agua, y luego un muro que tiene una anchura de cincuenta codos reales y una altura de doscientos codos [= 24,99 * 88,80 metros]. Aparte de esto, debo además explicar en qué se empleó la tierra procedente del foso y cómo se construyó el muro. A medida que abrían el foso, iban convirtiendo en ladrillos la tierra extraída de la excavación y, cuando hubieron moldeado un número suficiente de ladrillos, los cocieron en hornos; posteriormente, utilizando asfalto caliente como argamasa e intercalando cada treinta hileras de ladrillos esteras de cañas, construyeron primero los paramentos del foso y después, y de la misma manera, el muro mismo. En lo alto del muro también levantaron, a lo largo de sus arcenes, unas casamatas de un solo piso, situadas las unas frente a las otras; y entre ellas dejaron espacio para el paso de una cuádriga. En el circuito del muro hay, además, cien puertas, todas ellas de bronce, lo mismo que sus quicios y dinteles. (...)

De esta manera, pues, estaba fortificada Babilonia. La ciudad, por otra parte, tiene dos sectores, pues por su mitad la divide un río, cuyo nombre es Éufrates, que procede del país de los armenios; es un río grande, profundo y de curso rápido que desemboca en el mar Eritreo. Pues bien, por uno y otro lado de la ciudad, la muralla se ve prolongada en ángulo hasta el río, y, a partir de su confluencia, se extienden, a lo largo de las dos orillas del mismo, los contramuros interiores en forma de un vallado de ladrillos cocidos. La ciudad propiamente dicha, que se halla plagada de casas de tres y cuatro pisos, está dividida en calles rectas, tanto las paralelas al río como las transversales que a él conducen. Precisamente frente a cada calle transversal, en el vallado que bordea el río, había unas poternas en número igual al de las callejas. Esas poternas eran, asimismo, de bronce y daban acceso a la orilla misma del río. Ese muro es, en suma, como una coraza, y por la parte interior corre, paralelo a él, otro muro no menos resistente que el primero pero sí más estrecho. Asimismo, en el centro de cada uno de los dos sectores de la ciudad se alzaba un edificio fortificado; en un sector, el palacio real, dotado de un recinto grande y sólido; y, en el otro, un santuario de puertas de bronce -que todavía existía en mis días- consagrado a Zeus Belo, formando un cuadrado de dos estadios de lado [= unos 355 m]. En la parte central del santuario hay edificada una torre maciza de un estadio de altura y otro de anchura; sobre esta torre hay superpuesta otra torre, y otra más sobre esta última, hasta un total de ocho torres. La rampa de acceso a ellas está construida por la parte exterior, dispuesta en espiral alrededor de todas las torres. Y hacia la mitad de la rampa hay un rellano y unos asientos para descansar, donde se sientan a reponer fuerzas los que suben. En la última torre se levanta un gran templo. (...) El santuario de Babilonia cuenta, asimismo, con otro templo abajo en el que hay una gran estatua sedente de Zeus, en oro, y a su lado una gran mesa de oro, siendo el pedestal de la estatua y el trono, asimismo, de oro. Estas piezas, al decir de los caldeos, están hechas con ochocientos talentos de oro. Fuera del templo hay un altar de oro y hay, además, otro altar de gran tamaño sobre el que se inmolan las reses adultas, ya que sobre el altar de oro sólo se pueden inmolar lechales. (...)

Por cierto que, entre los numerosos reyes de la ciudad de Babilonia que sin duda ha habido -a ellos aludiré en mi historia sobre Asiria- y que adornaron sus murallas y santuarios, se cuentan, en concreto, dos mujeres. La que reinó en primer lugar, que vivió cinco generaciones antes que la segunda y cuyo nombre era Semíramis, mandó construir a lo largo de la llanura unos diques que merecen contemplarse, mientras que antes el río solía desbordarse por toda la llanura. Por su parte, la reina que vivió con posterioridad a la susodicha, cuyo nombre era Nitocris y que fue más perspicaz que la que le había precedido en el trono, dejó unos monumentos que yo pasaré a describir con detalle, y, de paso, viendo que el imperio de los medos era pujante y que no permanecía inactivo, antes al contrario, que, entre otras ciudades, se habían apoderado, incluso, de Nínive, adoptó contra ellos todas las precauciones que pudo ... Como la ciudad tenía dos sectores y el río pasaba por en medio, en tiempos de los reyes que la precedieron, cuando se quería pasar de un sector a otro, había que hacerlo en barca, cosa que, a mi juicio, resultaba molesta. Pues bien, ella subsanó también esta contingencia, ya que, tras excavar el depósito del lago, merced a esta obra pudo dejar este otro monumento. Mandó co rtar unos enormes bloques de piedra y, cuando tuvo listos esos bloques y excavado el emplazamiento del lago, desvió todo el caudal del río hacia el lugar que había hecho excavar; y mientras el depósito se iba llenando, entretanto, cuando el antiguo cauce se quedó seco, primero canalizó con ladrillos cocidos, con arreglo a la misma disposición que en la muralla, las márgenes del río a su paso por la ciudad y las bajadas que llevaban de las poternas al río; luego aproximadamente en el centro de la ciudad construyó un puente con los bloques de piedra que había hecho extraer, ensamblándolos con hierro y plomo. Y sobre el puente, al rayar el día, hacía colocar unos maderos cuadrangulares, por los que los babilonios pasaban al otro lado; pero, durante las noches, por lo general quitaban los maderos en cuestión con objeto de evitar que, merodeando a favor de la noche, se robasen unos a otros. Y, cuando el depósito que había sido excavado se transformó, merced al río, en un lago lleno de agua y estuvo concluida la construcción del puente, volvió a desviar el río Éufrates desde el lago a su antiguo cauce. Así la transformación de la excavación en una zona pantanosa pareció una obra oportuna y los ciudadanos tuvieron un puente a su disposición.

HERÓDOTO: Historia, I 178-186, Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1977.

Destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor II:
(Durante la campaña emprendida en 598 a.C. contra los territorios occidentales, Nabucodonosor II (606-562 a.C.) arrasó Judea y conquistó Jerusalén (597 a.C.). El templo fue saqueado, el rey Joaquim y parte de la población deportados a Babilonia, y Sedecías instalado en el trono por el vencedor. Sin embargo, nueve años después, instigado por Egipto y desoyendo los consejos del profeta Jeremías, Sedecías se levantó contra Babilonia. La respuesta de Nabucodonosor no se hizo esperar: puso sitio a Jerusalén en enero de 588, y en julio del año siguiente entró en la ciudad, arrasó el templo y deportó a Babilonia a la mayor parte de la población).

“El año noveno del reinado de Sedecías, el día diez del mes décimo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con todo su ejército contra Jerusalén, acampó ante ella, y levantaron contra ella ingenios en derredor. La ciudad estuvo cercada hasta el año undécimo del reinado de Sedecías. El día nueve del cuarto mes del año undécimo de Sedecías era grande el hambre en la ciudad, y no había ya pan para la gente del pueblo. Entonces abrieron brecha en la ciudad, y toda la gente de guerra huyó de noche por el camino de la puerta entre los muros, cerca del jardín del rey, mientras los caldeos tenían cercada la ciudad. Los huídos tomaron el camino del Arabá; pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y le dio alcance en los llanos de Jericó, y todo su ejército se dispersó, dejándole. Apresaron al rey y le llevaron al rey de Babilonia, a Ribla, y le sentenciaron. Los hijos de Sedecías fueron degollados en su presencia; a Sedecías le sacaron los ojos, y cargado de cadenas de bronce, le llevaron a Babilonia. El día séptimo del quinto mes -era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor en Babilonia- Nebuzardán, jefe de la guardia, servidor del rey de Babilonia, entró en Jerusalén, quemó el templo de Yavé, el palacio real y todas las casas de Jerusalén. Todo el ejército de los caldeos, que estaba con el jefe de la guardia, demolió las murallas que rodeaban a Jerusalén. Nebuzardán, jefe de la guardia, llevó cautivos a los que habían quedado en la ciudad, de los que se rindieron al rey de Babilonia, y al resto de la gente, fuera de algunos pobres que dejó como viñadores y labradores.

Los caldeos rompieron las columnas de bronce que había en la casa de Yavé, las basas, el mar de bronce que había en la casa de Yavé, y se llevaron el bronce a Babilonia. Se apoderaron de los ceniceros, las tenazas, las palas, los cuchillos, las tazas y todos los utensilios de bronce con que se hacía el servicio.
El jefe de la guardia se apoderó también de los braseros, las copas y todo cuanto era de oro y de plata. Las dos columnas, el mar, las basas que Salomón había hecho para la casa de Yavé; todos los utensilios de bronce tenían un peso incalculable. La altura de una columna era de dieciocho codos, y tenía encima un capitel de bronce de tres codos de altura, y en derredor del capitel había trenzados y granadas, todo de bronce; y lo mismo la otra columna. El jefe de la guardia prendió a Serayas, sumo sacerdote; a Sofonías, el segundo sacerdote, y a los tres guardias del atrio; y de la ciudad, a un eunuco que tenía a sus órdenes la gente de guerra, a cinco hombres de los consejeros del rey que fueron encontrados en la ciudad, al secretario del jefe del ejército encargado del alistamiento y a sesenta más del pueblo que se hallaban en la ciudad. Nebuzardán, jefe de la guardia, los apresó y los llevó a Ribla, al rey de Babilonia. El rey de Babilonia les dio muerte en Ribla, en tierra de Jamat. Así fue llevado cautivo Judá lejos de su tierra.

2 Reyes 25, 1-21, Sagrada Biblia, Madrid, 1977.










































































CAPÍTULO 16
LOS FENICIOS: LAS RELACIONES POLÍTICAS Y ECONÓMICAS CON LOS GRANDES IMPERIOS ORIENTALES. TIRO Y LA COLONIZACIÓN FENICIA DEL MEDITERRÁNEO. LA NAVEGACIÓN HACIA EL EXTREMO OCCIDENTE Y SU REPERCUSIÓN EN ORIENTE


E.16.1.-Situación de Fenicia tras los ataques de los Pueblos del Mar. Las fuentes



Hay fuentes que hablan de Tiro, de sus riquezas y de los contactos que establecieron con otros territorios. Las más destacadas son:
-Los anales de Tiro, en los que la propia ciudad hace referencias a los acontecimientos más importantes de cada año.
-El Antiguo Testamento, que menciona también los avatares de sus vecinos del Norte.
-Los anales asirios, ya que los asirios ya tenían una presencia en la franja sirio-palestina cuando los tirios comenzaron su aventura colonial.
-Las fuentes egipcias, ya que el país del Nilo trató de implicarse en esta zona.
-Heródoto, que habla de Fenicia al igual que de todo el Próximo Oriente como parte del Imperio Persa que eran en el momento en el que escribe su obra.

E.16.2.-La ciudad de Tiro
Según Justino la ciudad de Tiro o Sour fue fundada por habitantes de Sidón, aunque lo cierto es que a día de hoy no podemos corroborar o desmentir esta información. Está construida en un islote unido al continente por una pequeña lengua de tierra. Esta configuración geográfica marcaba claramente la vocación marina de esta ciudad, pero condicionaba otros aspectos igual de importantes: carecía en su entorno cercano de recursos suficientes como para ser autosuficiente. Desde sus mismos orígenes desarrolló una intensa actividad comercial, ya que no tenía otra vía de acceder a los productos de primera necesidad que no podía lograr por sus propios medios. Podríamos decir lo mismo de su actividad naval, ya que los tirios se lanzaron a la mar en una fecha muy temprana y sus barcos se hicieron famosos en todo el Mediterráneo Oriental, abriéndose posteriormente a otras regiones el Mediterráneo.

A nivel político, era una de las muchas ciudades cananeas que constituían una monarquía independiente. Nunca trató de extender mucho su control por las tierras circundantes, ya que tenía las vistas puestas en el mar. Su monarca más famoso fue Hiram, que reinó entre los años 969 a.n.e. y 936 a.n.e. Estaba emparentado con otros monarcas cananeos y sale mencionado en las fuentes de otros territorios, por lo que sabemos por ejemplo que mantuvo buenas relaciones con los reyes hebreos. A él se le atribuye el predominio económico de Tiro sobre el resto de ciudades del territorio.

A partir del siglo IX a.n.e. la ciudad de Tiro comenzó a padecer la presión de un estado asirio muy expansionista, que pretendía obtener una salida al Mediterráneo y controlar al mismo tiempo todas las rutas caravaneras. Tiro iniciará pronto su expansión colonial por el Mediterráneo Oriental, fundando una serie de puntos de comercio, algunos de los cuales llegarán a ser auténticas ciudades con el paso de los años. Las razones por las que los tirios se lanzaron a la aventura colonial son:
-La presión fiscal de los asirios, que obligaba a Tiro y a otras muchas ciudades de la franja sirio-palestina a pagarle tributos.
-Porque los habitantes de esta ciudad costera viven de cara al mar, con una forma de vida orientada de forma casi absoluta al mismo, así que simplemente hará lo más lógico.

La primera colonia que fundaron los fenicios fue Kition, en Chipre. Este lugar era una cabeza de puente perfecta para hacer que los productos con los que comerciaban llegasen desde allí a otros destinos. Su siguiente paso consistió en fundar puntos de comercio en las costas de otros territorios, siendo Cartago, que fue fundada aproximadamente en el año 814 a.n.e., el más importante de los mismos.

A partir del siglo VIII a.n.e. la presión a la que les sometían los asirios se transformó en una exigencia formal de pago de tributos y en una conquista de sus territorios, que impulsaron aún más la actividad comercial de la ciudad fenicia. A partir de cierto momento navegarán por todo el Mediterráneo y llegarán incluso a los límites del Extremo Occidente, fundando allí Gadir.

Durante al menos dos siglos fueron la principal potencia del Mediterráneo y controlarán el monopolio comercial en esta agua. En Tiro estas actividades se consideraban una empresa de estado, de manera que contaban con la máxima prioridad y estaban impulsadas por la administración. En el siglo VII a.n.e. y principios del siglo VI a.n.e. la monarquía de Tiro surirá una crisis y la ciudad acabará siendo gobernada por sus dos altos magistrados, los suffetes. Ostentarán el poder a partir del siglo VI a.n.e., pero en estas fechas Tiro ya no es independiente, sino que rinde cuentas ante la Babilonia caldea. Finalmente será conquistada y destruida por Nabucodonosor II. Este episodio creó una gran conmoción en esta época, de tal manera que hasta los griegos se hicieron eco de este terrible acontecimiento. Tiro seguirá existiendo pero perdiendo su papel en el Mediterráneo. La más importante de sus colonias, Cartago, tomará el relevo.

E.16.3.-Las colonias fenicias

E.16.4.-El comercio fenicio
Las fuentes nos hablan, sobre todo, de los materiales con los que comerciaban los cuales, además, pueden ser constatados a través de los objetos que aparecen en los asentamientos indígenas como consecuencia del comercio con los tirios. Estos productos son, sobre todo, textiles, púrpura, madera, sobre todo la de cedro, marfiles … Los fenicios se levarán a cambio metales, especialmente plata, trigo y aceites vegetales.



Arqueta hallada en la necrópolis fenicia de La Joya, Huelva, en la que se puede apreciar la calidad del trabajo del marfil.

Recordemos que el comercio es una empresa estatal, realizada por las grandes familias de comerciantes tirios pero contando también con el impulso de la administración.

E.16.5.-Tiro en las fuentes
Hay diversos textos que nos aportan interesantes noticias sobre Tiro y su hábitat:
-Heródoto habla de la ciudad de Tiro en diversos fragmentos de su libro II, pero también en el I y en el IV. Lo que allí comenta es, en resumen:
-Visitó Tiro personalmente, así que sus noticias son de primera mano.
-Hablan también del comercio de los habitantes de Tiro y de la llegada y salida de sus naves con sus productos, mencionando sus rutas como, por ejemplo, la circunavegación alrededor de África, por ejemplo.
-Describe los cultos fenicios, destacando varios que según el griego están dirigidos a Herakles aunque en verdad se refieren a un dios cananeo, Melqart. Estos dos dioses, Herakles y Melqart, a pesar de ser distintos comparten un carácter semidivino que hacía que con mucha frecuencia se asociasen el uno al otro. Por ejemplo, en Gadir había un templo que era conocido en todo el Mediterráneo y que estaba dedicado a Herakles-Melqart.
-Ezequiel hace varias referencias a la ciudad de Tiro en el Antiguo Testamento:
-En el capítulo 26 habla de cómo Yahvé mandó a Nabucodonosor y a los caldeos sobre Tiro como castigo por su impiedad.
-En el capítulo 27 menciona el emplazamiento de Tiro y nos dice que “estaba metida en el mar” y nos habla de las relaciones comerciales que este puerto mantenía con sus vecinos orientales y también en otros puntos del Mediterráneo. Es en este contexto donde se sitúa la célebre cita sobre las naves de Tarshis, que ha sido interpretado por la mayoría de expertos como que son barcos que traían mercancías de Tartessos.
-Por último tenemos a Diodoro Sículo, que describe los diferentes asedios que sufrió Tiro y el armamento empleado en los mismos.

E.16.6.-La expansión colonial






Dicen que crean Gadir ochenta años después de la Guerra de Troya, lo que nos da una fecha en torno al 1100 a.n.e. Sin embargo, la arqueología no ha podido constatar hasta el momento una presencia que vaya más allá del siglo VIII a.n.e., aunque esta fecha se va remontando en el tiempo según se van haciendo nuevos descubrimientos en los yacimientos, de manera que en algunos casos podemos certificar la presencia fenicia ya desde el siglo IX a.n.e.

La primera presencia fenicia tras el episodio de la destrucción de Byblos a manos de los Pueblos del Mar, entre los siglos X a.n.e. y IX a.n.e. consiste en lo que conocemos como el comercio silencioso. Tiro no estableció en estos primeros momentos fundación propia alguna, sino que simplemente comerciaba con los indígenas. Esta navegación precolonial está constatada por la presencia de materiales fenicios en estas fechas y la ausencia de estructuras de asentamiento.

Los tirios no tardarán en comprobar que les resultaba más rentable establecer a sus comerciantes en aquellos focos en los que tenían un mayor volumen de intercambios con los indígenas. Así, sus primeras colonias fueron:
-En el siglo IX fundan Kition en la isla de Chipre, que será una cabeza de puente para acceder a otros puntos del Mediterráneo.
-Si hacemos caso a la tradición literaria, Cartago fue fundada en el año 814 a.n.e., pero los primeros momentos de esta colonia están muy ligados a la mitología. Dido , la hermana de Pigmalión, rey de Tiro, se enfada con él por su empeño en que se casase con el pretendiente que había dispuesto para ella y decide marcharse de su patria. Llega al Norte de África y funda allí la ciudad de Cartago, referenciando en este relato la elección de un lugar con forma de piel de toro para levantar allí su ciudad. Cartago fue siempre una gran fuente de ingresos para Tiro. Mantenía una fuerte relación con su metrópoli y mandaba a la misma una décima parte de sus ingresos en forma de ofrendas a Melqart. El problema con el que se encuentra la arqueología a la hora de excavar esta ciudad es que casi toda la información de la que se dispone corresponde al asentamiento romano posterior. Sí sabemos al menos que su emplazamiento se corresponde con el que viene siendo habitual para las colonias fenicias: sobre un promontorio costero, con instalaciones portuarias…




Algunos de estos asentamientos fueron creados originariamente para asegurar la actividad comercial y garantizar el poder pagar sus tributos a los asirios y aún así seguir obteniendo beneficios.

E.16.7.-La expansión de los dioses cananeos
Para hablar de estos dioses podemos recurrir, entre otras fuentes, al Antiguo Testamento, que los considera impíos, pero da noticias sobre su culto. Además, disponemos también de iconografía y de las propias fuentes fenicias.



Los hebreos lo mencionan al hablar de Moisés. Cuando este patriarca hebreo abandonó Egipto con su pueblo y atravesó el Sinaí fue requerido por Yahvé, de modo que dejó a los hebreos con su hermano Aarón y subió al monte tal y como le ordenó la divinidad, que le dio allí las Tablas de la Ley. Cuando descendió y regresó de nuevo con su pueblo descubrió horrorizado que éste había profanado las tradiciones hebreas y estaban adorando a un becerro de oro, que asociamos al dios Baal. Este episodio lo que está haciendo en realidad es recordar el culto que recibían otros dioses que también fueron adorados en la franja sirio-palestina.

La gran diosa madre, ligada a la fertilidad y a la fecundidad, es llamada Astarté por los fenicios. Puede ser representada simplemente como un símbolo o en forma de diosa alada o como una figura con unas alas a su lado, que indicarían su carácter divino.





Estas deidades aparecen representadas en estelas de piedra de carácter votivo, halladas en ocasiones en contextos funerarios, en forma de figuras humanas o de símbolos asociados a ellas.







Sin embargo, hoy en día se tiende a pensar que lo único seguro es que los niños fueron enterrados allí, pero nada más, de manera que es probable que ni siquiera fuesen sacrificados sino que simplemente hubiese una intención de enterrarlos en un recinto religoso.

E.16.8.-La expansión del alfabeto
A finales del II milenio a.n.e., en una fecha cercana al 1200 a.n.e., nace la primera escritura alfabética. Su lugar de origen es la franja sirio-palestina, pero desde allí se extenderá rápidamente por todo el Próximo Oriente. Este tipo de escrituras, más rápidas que las silábicas, abandonarán las tablillas de arcilla como soporte principal y empezarán a emplearse los papiros.

El primer testimonio que tenemos es el alfabeto de Ugarit pero pronto otras ciudades seguirán su estela. Por ejemplo, en el año 1100 la ciudad de Byblos ya contaba con su propia escritura alfabética. Se caracterizan por ser consonánticas, es decir, que no escriben las vocales. A medida que los fenicios vayan comerciando y colonizando, llevarán con ellos su escritura. Así llegará a los griegos, que modificarán el alfabeto y lo adaptarán para poder plasmar con él su propia lengua, expandiendo a su vez su propia escritura por el Mediterráneo.

Los fenicios tuvieron un gran gusto por practicar la escritura, haciéndolo incluso en superficies perecederas. El documento más importante que tenemos en escritura fenicia son las láminas de oro de Pyrgi, de las cuales algunas están escritas en lengua etrusca y otras en fenicio. Aparecieron en la costa de Etruria y tienen un carácter votivo, con orificios para ser colgadas. Durante mucho tiempo se trató de descifrar la escritura etrusca a partir de estos documentos pensando que el contenido de ambos textos, el fenicio y el etrusco, era el mismo, pero resultó no ser así.













































































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:



































































































CAPÍTULO 17
PALESTINA E ISRAEL. LAS FUENTES LITERARIAS Y SUS PROBLEMAS DE INTERPRETACIÓN. LOS MOVIMIENTOS DE POBLACIÓN: LAS POBLACIONES CANANEAS, LOS HEBREOS, LA PRESENCIA FILISTEA. LOS REINOS DE ISRAEL Y JUDÁ. LA VIDA EN LAS CIUDADES. LA ECONOMÍA DE LA REGIÓN. RELIGIÓN Y TRADICIONES


E.17.1.-Introducción. Los pueblos de la zona Sur de la franja sirio-palestina
Debido a la delicada situación política en la que se encuentran sumidos en la actualidad los estados que ocupan la franja sirio-palestina las interpretaciones de la Historia de esta región, incluso las que se remontan a la Antigüedad, y el debate historiográfico resulta mucho más encarnizado que en cualquier otra parte del mundo, ya que tanto los palestinos como los israelíes tratan de legitimar su ocupación del territorio y su identidad nacional a través de miradas tendenciosas al pasado que dificultan que se pueda realizar una interpretación histórica correcta.

A comienzos del II milenio a.n.e. las tribus semitas que conocemos como cananeos se fueron asentando en la costa del Mar Muerto y en el valle del río Jordán y se incorporaron al fenómeno urbano, destacando ciudades como Jerusalén, Gaza, Gezer o Meggido. Estos lugares adquirirán un carácter sagrado para las distintas poblaciones que las ocupen. Entre el siglo XX a.n.e. y el siglo XIX a.n.e. tuvieron lugar una serie de movimientos sísmicos que provocaron la destrucción total o parcial de varios de estos asentamientos, sobre todo los más cercanos al Mar Muerto. La tradición oral recoge estos hechos como un episodio traumático que adquirirá con el tiempo un cierto carácter mítico, como así queda reflejado al trasladarse en el I milenio a.n.e., mil años más tarde de que estos hechos tuviesen lugar, al medio escrito.



Otra de las poblaciones de la región son los hebreos, semitas que se asientan en esta zona en un proceso que no conocemos del todo bien. La tradición hebrea fecha su primera presencia allí alrededor del 1900 a.n.e., aunque otras fuentes se remontan incluso al III milenio a.n.e. Su llegada entronca con la legendaria figura de Abraham, el patriarca de una tribu de pastores que según nos dicen las fuentes procedía de la ciudad de Ur y que se incorpora a la vida de los territorios de la franja sirio-palestina a principios del II milenio a.n.e. No sabemos si realmente ocurrió así ni podemos constatar que estas fechas sean ciertas. Ni tan siquiera podemos identificar con exactitud al pueblo del que se trata más allá de su origen semita, pero si la información que nos proporciona la tradición fuese auténtica los hebreos serían amoritas. Se asentaron en lo que ellos llamaron la Tierra Prometida, en la Canaán del Sur, en la parte occidental del valle del Jordán y del Mar Muerto, aunque con el tiempo ocuparán también la parte oriental.
El último pueblo al que vamos a referirnos en esta zona son los filisteos. Estas gentes pertenecen a aquellos a los que los egipcios llaman en sus fuentes los peleset y que formaban parte de los Pueblos del Mar. De origen micénico, la destrucción de su mundo en el 1200 a.n.e. aproximadamente provocó su salida al mar y sus acciones de saqueo y conquista en el Mediterráneo Oriental. Ocuparon el valle del Jordán, pero pronto fueron expulsados y se acomodaron finalmente el la franja costera de Gaza. Con este pueblo, que protagonizará enfrentamientos contra sus vecinos cananeos y hebreos, llegará la metalurgia del hierro a la región y comenzará una nueva era, la Edad del Hierro.

E.17.2.-La llegada de los hebreos
E.17.2.1.-Interpretación arqueológica del Éxodo
Hay una serie de episodios de la Biblia que deben ser interpretados a través de la arqueología si queremos tratar de explicar el asentamiento del pueblo hebreo en esta región. El primero de ellos es el Éxodo o salida de Egipto. El libro sagrado de los hebreos relata su partida de Egipto, lo que hace que nos planteemos una pregunta: ¿desde cuándo estaban allí? Hay que tener en cuenta que la población egipcia era muy heterogénea, sobre todo en el delta y en el Sinaí. Allí residían distintas poblaciones orientales que se dedicaban a actividades comerciales desde tiempos remotos, de manera que es difícil dar una fecha concreta para su estancia en Egipto. Lo que sí parece seguro es que entre ellos había hebreos. Son un pueblo que tiene tendencia a no integrarse en el mundo local y a mantener sus tradiciones e identidad, por lo que no resulta muy complicado encontrar evidencias de su presencia allí.

La vida de estos hebreos en Egipto no tuvo que ser tan dura como ellos mismos relataron siglos más tarde en sus escritos, al menos no durante todo el tiempo que duró su permanencia allí, aunque resulta innegable que a partir de un determinado momento comenzó a complicarse su situación, lo que explica que lo recuerden como algo traumático de lo que huyen. La tradición hebrea nos habla de una salida masiva en una época que ha sido muy discutida por los expertos, aunque mayoritariamente se acepta que fue en tiempos del faraón Ramsés II, aproximadamente en el año 1250 a.n.e.

El relato dice que las tribus hebreas abandonan Egipto y van en busca de su Tierra Prometida, lo que sin duda alguna es una reelaboración posterior para justificar su irrupción en la zona: están allí porque es la tierra que les prometió su dios. Una vez allí conquistaron las principales ciudades y se hicieron con el control de la región.

Sin embargo, al contrastar esta versión con la que nos aportan otras fuentes vemos que hay muchas diferencias notables. Si buscamos alusiones a estos hechos en fuentes literarias no hebreas vemos que están sujetos a una muy complicada interpretación. Los hebreos incorporaron desde fechas muy tempranas elementos de la tradición oriental a su propia elaboración histórica posterior, omitiendo datos de forma deliberada debido a que su prioridad era la creación de una identidad nacional. Respecto al Éxodo y a los vestigios de asentamientos en la franja sirio-palestina, para fechas en torno al año 1200 a.n.e. nos encontramos allí con ciudades-estado, pequeñas monarquías cananeas que en determinados momentos concretos serán vasallas de los faraones egipcios.

Sin embargo, esta situación cambiará hacia el año 1000 a.n.e. A partir de este momento ya podemos constatar claramente una presencia filistea en la costa. En estas mismas fechas surge el estado de Israel, que al menos en parte está formado por gente que antes no vivía en esta zona. En el libro de Reyes del Antiguo Testamento habla del establecimiento de las tribus de Israel. Éstas son únicamente una parte de las tribus hebreas. Jacob, posteriormente llamado Israel, tuvo doce hijos, cada uno de los cuales dio nombre a una tribu. Estas doce tribus se asientan por la fuerza en los territoros de Canaán, cada una en un lugar distinto, protagonizando episodios de violencia. Tanto las fuentes egipcias como las hebreas fechan estos hechos en torno al año 1250 a.n.e.



E.17.2.2.-La forma de asentamiento
Según la tradición, por lo tanto, son las doce tribus de los hijos de Jacob la que se repartieron entre ellas el territorio de Canaán. Lo cierto es que esta parte del relato es también una recreación posterior cuyo fin es dotarse de un origen común de tal manera que legitimen su propiedad de estas tierras. Sin embargo, actualmente sabemos que allí había otras muchas tribus además de las doce mencionadas en la Biblia.

Retomando la principal fuente escrita que relata estos hechos, el Antiguo Testamento, la llegada de estas tribus a Canaán implica un mandato divino que ordena al pueblo hebreo abandonar Egipto. Realizaron una salida masiva que fue dirigida por un líder político, un patriarca llamado Moisés, que duró cuarenta años. Una vez que alcanzaron finalmente la Tierra Prometida, los hebreos se vieron envueltos en una serie de grandes batallas que les convertirán en los dueños del territorio que Yahvé les había prometido. El Antiguo Testamento habla de un único movimiento de tribus unidas que se reparten el territorio, pero seguramente lo que está haciendo es recoger relatos de diferentes épocas y procedencia y reunificarlos en una única tradición común que sirva para dotar de sentido a su identidad nacional, tal y como queda patente en el hecho de que Israel alcance la victoria porque tiene una alianza con Yahvé.

La tradición oral recogía diversos episodios sobre la conquista de estos territorios que tuvieron lugar en distintos momentos, pero parece que todos ellos fueron unificados e incorporados en la Biblia. Lo que resulta innegable es que a partir del año 1200 a.n.e. algo cambia en Canaán, ya que hay nuevos lugares ocupados, se reutilizan asentamientos que estaban abandonados y aparecen nuevas gentes, aunque seguramente no llegaron de forma masiva como nos dice la Biblia. El Antiguo Testamento nos da el nombre de varias ciudades que permiten a los hebreos ejercer el control de la zona a costa de la población autóctona, pero al ser excavadas cada una de ellas muestra una realidad distinta que a veces no coincide con la versión bíblica de los hechos. Por poner un ejemplo, en el Antiguo Testamento se habla de la destrucción y conquista por parte de los hebreos de la ciudad de Hai, actualmente Tell Hai, en Galilea. Sin embargo, la arqueología nos demuestra que esta ciudad ya llevaba cien años abandonada en la fecha en la que los hebreos llegaron a estas tierras. A pesar de que entre los expertos hay quienes dudan que la ciudad que fue excavada sea la Hai que mencionan las escrituras, la mayoría lo corrobora.

Uno de los episodios más famosos de esta conquista de Canaán es el de la ciudad de Jericó. En el libro de Josué se habla de la destrucción de esta ciudad y de sus imponentes murallas, que se consideraban inexpugnables en esta época, y que se produjo a base de hacer mucho ruido. Pero las excavaciones realizadas en esta antiquísima ciudad del Mar Muerto, cerca de Jerusalén, han revelado la existencia de varios niveles de destrucción. Uno de ellos fue interpretado como el correspondiente al momento de la


Otro ejemplo más es el de la ciudad de Gezer, en el valle del Jordán. Según el libro de Josué también fue conquistada, pero no se han detectado en ella niveles de destrucción que lo corroboren, por lo que parece que la versión dada en el Antiguo Testamento no es del todo cierta. Sería con casi toda seguridad, al igual que el resto de ejemplos de los que hemos hablado, una recreación posterior en aras de buscar la ceación de una identidad nacional.

E.17.2.3.-Diferentes hipótesis sobre la salida hebrea de Egipto
Hay varias hipótesis interpretativas distintas que tratan de explicar la salida hebrea de Egipto. Las tres que vamos a ver a continuación no recogen, ni mucho menos, todas las posibilidades que se barajan dentro de la comunidad científica, ya que es un tema sobre el que se ha escrito y debatido muchísimo.

Vamos a hablar en primer lugar de una escuela formada por grupos de investigadores de la arqueología bíblica, que tratan de armonizar los hallazgos arqueológicos con el Antiguo Testamento. Su procedimiento consiste en buscar vestigios de aquello que describe la Biblia para corroborar que efectivamente todo ocurrió tal y como es narrado en las escrituras. Sin embargo, hay una cierta tendencia entre estos investigadores a obviar los elementos que contradicen su iterpretación, como así ocurre por ejemplo con los evidentes siglos de diferencia que hay a veces entre unos hallazgos arqueológicos y el episodio bíblico en cuestión al que los asocian.

Respecto al Éxodo, defienden la versión de la Biblia y creen que tuvo lugar una marcha masiva y unifcada desde Egipto y una llegada conjunta de las tribus hebreas a Canaán. Allí se encontrarán con una serie de ciudades caravaneras debilitadas y en decadencia con las que se enfrentarán, conquistándolas y asentándose en su territorio. Apoyan esta teoría en los cambios de la cultura material que se da en estas fechas en la región del Jordán y del Mar Muerto, aunque está claro que es una interpretación tendenciosa que busca defender la legitimidad de los judíos en el estado de Israel y de fomentar la identidad nacional. Hoy en día los arqueólogos hebreos matizan y suavizan estas teorías en base a criterios más modernos, de manera que en la actualidad son pocos los que defienden las propuestas originales de la arqueología bíblica.

Veamos los problemas que ofrece la arqueología bíblica a la hora de interpretar el Éxodo:
-Su interpretación de los hechos no es válida para explicar el asentamiento en todas las ciudades de la región, ya que hay algunas como Jericó, Hai o Gezer en las que la arqueología demuestra que no hubo ni una llegada masiva ni episodos de conquista.
-Olvida la presencia de otros protagonistas en la región distintos de los hebreos. Los Pueblos del Mar, además de atacar la costa, intervinieron en cuestiones sociales, políticas y estratégicas de la zona. Lo mismo podríamos decir de los pueblos semitas que se habían ido asentando en estas tierras, especialmente en las regiones del interior.
-No tiene en cuenta los movimientos sísmicos que pudieron destruir algunas de las ciudades.
-Del mismo modo, ignora las dificultades que entraña el modelo de supervivencia de ciertas ciudades, que padecieron hambrunas y diversas crisis de subsistencia.

Albretch planteó otra hipótesis a principios del siglo XX. Propuso que los hebreos asentados en la franja sirio-palestina eran pueblos que ya vivían allí, tribus de pastores que fueron cambiando progresivamente su modo de vida y bajaron a las tierras más llanas, donde se instalaron por medio de la conquista y se impusieron a los cananeos. A partir de este momento empezaron a sedentarizarse y se convirtieron en agricultores. Para este autor la huída de Egipto y la posterior travesía de las tribus a través del desierto en pos de su Tierra Prometida no son más que una reelaboración histórica posterior creada a partir del pasado nómada de estos pueblos.

A partir de los años sesenta surgió la necesidad de un término que se encontró en las fuentes, especialmente en las egipcias, hapiru. Una parte de los expertos lo identifican como bandidos, un bandolerismo que parece tener su origen en territorios vecinos. Otros, entre los que destaca Mendenhalt, afirman que los hapiru son en realidad hebreos, y que éstos eran individuos con problemas sociales, marginados dentro de la sociedad egipcia que se dedicaban a saquear a sus enemigos. Lo cierto es que se ha creado una cierta confusión en torno a la interpretación de este término, de manera que se acepta tanto la acepción de bandido como la de extranjeros asentados en Egipto e incluso como una referencia a los jefes de los países extranjeros. En ocasiones se interpreta como unas bolsas de marginalidad que se encuentra fuera de su tierra, asociadas a revueltas sociales y que huyen de las ciudades, sin un modo de vida concreto y que acaban recurriendo al bandolerismo para subsistir. Estas gentes provocaron una serie de transformaciones sociales en las poblacione cananeas cuando entren en contacto con ellas en el 1200 a.n.e., momento a partir del cual hay constatado un cambio en sus ciudades.

Como conclusión final podemos decir que se trata de un proceso mucho más complejo de lo que pueden abarcar estos tres intentos de interpretación, ya que había más poblaciones además de las hebreas, existe la posibilidad de que ya hubiese una presencia previa de hebreos en la región, todo parece apuntar a que su llegada no se produjo de manera masiva… A partir de entre el siglo VII a.n.e. y el VI a.n.e. tendrá lugar la reelaboración de la Historia de esta zona, recogiendo toda la tradición de época anterior, la cual incluía leyendas y hechos reales más antiguos, poniéndola por escrito.

Sabemos que las ciudades de esta zona están en manos cananeas durante el Bronce Final, sufriendo una serie de transformaciones a partir del año 1200 a.n.e., de manera que en el año 1000 a.n.e. muchas de ellas ya forman parte de un nuevo estado, Israel. Los mismos hebreos creían que ellos habían conquistado Canaán de forma masiva tal y como lo describe la Biblia, ya que así justificaban el origen de su presencia en la región y al mismo tiempo servía para reforzar su idea de estado. El resto de pueblos, como los filisteos, los cananeos y los amoritas, tendrán que adaptarse a la presencia de sus nuevos vecinos. En la parte oriental del valle del Jordán y del Mar Muerto se formarán con el tiempo pequeños reinos en contacto con Israel, en los cuales también habrá un sustrato hebreo.

Todo este territorio va a recibir de forma genérica el nombre de Palestina , sobre todo si nos referimos al mismo en un sentido cultural y geográfico, aunque en realidad se refiere únicamente al Sur de la franja sirio-palestina. En esta región hay una franja al Sur con población filistea, que no se integrará en Israel y que a pesar del contacto directo con el estado hebreo no mantendrán siempre unas relaciones amistosas.

E.17.2.4.-Conclusiones: los hebreos en Canaán
Las evidencias parecen indicar que ya había población hebrea en Canaán antes del Éxodo, en una fecha que la tradición sitúa aproximadamente en el 1900 a.n.e., aunque no es posible confirmarlo. Siglos más tarde llegará un segundo aporte de población hebrea procedente de Egipto, aunque es más que probable que su asentamiento en la región, en vez de ser masivo tal y como dicen las fuentes, fuese progresivo y se realizase en distintas épocas.

A partir de este momento los hebreos elaborarán una explicación propia de sus orígenes basada en la defensa de sus principios religiosos: gracias a su alianza con Yahvé logran que les sea concedida la Tierra Prometida. Se consideran a sí mismos como el pueblo elegido por Yahvé, y debido a que Yahvé está de su lado tienen derecho a luchar por conseguir la tierra que él les prometió.



En el episodio de la adoración al becerro de oro queda perfectamente reflejada la hostilidad entre las distintas poblaciones que compartían un mismo territorio. Con el tiempo las dos religiones se irán distanciando y la hebrea se convertirá en la oficial del estado de Israel.

E.17.3.-Canaán en el I milenio a.n.e.
A partir del año 1000 a.n.e. las ciudades de esta región ya cuentan mayoritariamente con población hebrea asentada en ellas y están organizadas políticamente, abandonando la estructura tribal que había caracterizado a este pueblo hasta el momento y adoptan la monarquía como sistema, tomándolo de las poblaciones cananeas. Estos reyes son los monarcas que menciona el Antiguo Testamento que, a pesar del halo de leyenda que los envuelve, tienen una base histórica. El primero de estos gobernantes de las doce tribus de Israel del que hay constancia es Saúl, que al igual que ocurría en todas las monarquías orientales fue ungido por la divinidad.

Durante el reinado de Saúl tuvo lugar el progresivo asentamiento de los hebreos en Canaán. Este monarca no permitirá que tenga lugar un enfrentamiento contra los filisteos, mejor preparados para la guerra que su propio pueblo, por lo que habrá una convivencia entre ambos. Su sucesor, el rey David, se convertirá en una figura legendaria para el mundo hebreo debido al impulso como potencia política que experimentará su estado durante sus años de gobierno. Derrotará a los filisteos y los hará retroceder hasta la costa de Gaza, episodio que fue reelaborado posteriormente dando lugar al enfrentamiento entre David y Goliat. Bajo el reinado de estos dos primeros monarcas todas las tribus estuvieron aglutinadas bajo su autoridad, lo cual no resultaba sencillo. Cada tribu tenía sus propios intereses y necesidades. Las asentadas en la zona Norte eran distintas a las del Sur, siendo habituales las hostilidades entre ambas. Durante todo este tiempo el estado hebreo ocupaba las tierras situadas entre el vale del Jordán y el Mar Muerto, mientras que en la parte oriental había pequeños reinos con los que mantendrán relaciones, aunque éstas serán muy cambiantes.

El gran momento de la monarquía hebrea fue, sin duda alguna, el reinado del rey Salomón, que tuvo lugar aproximadamente en el siglo X a.n.e. Es la figura del gran monarca por excelencia, largamente admirado y respetado tanto por sus contemporáneos y por las generaciones venideras. Era hijo de David y ascendió al trono tras un problema dinástico dentro de la familia real. Administró su estado sin involucrarlo en ninguna guerra, lo cual no era una tarea fácil si tenemos en cuenta las difíciles relaciones que mantenían los hebreos con sus vecinos y los problemas internos de las tribus. Salomón pasó a la Historia como un gran monarca que impulsó la economía y que firmó alianzas con los reinos vecinos que beneficiaron al comercio. Trascendió su labor como juez y fue el artífice de la construcción del Templo de Jerusalén, el gran referente de los hebreos.





E.17.4.-Las invasiones exteriores
A partir del siglo VIII a.n.e. tendrá lugar el sometimiento al poder asirio, sobre todo durante el reinado de Sargón II, que conquistó Samaría y desintegró el estado de Israel. Judá sobrevivirá en el Sur, aunque se convertirá en un reino tributario del Imperio Asirio.

Entre los siglos VII a.n.e. y VI a.n.e. tanto las tierras de Israel como las de Judá caerán bajo control babilónico. Nabucodonosor saqueará diversas ciudades de la franja sirio-palestina, entre las que incluimos a Jerusalén. Las fuentes hebreas recuerdan este hecho como un gran sacrilegio: el templo se destruyo parcialmente y fue saqueado, los objetos sagrados fueron llevados a Babilonia… También se realizaron deportaciones, trasladándose gran parte de la población hebrea a la capital caldea. A pesar de permanecer allí de forma obligatoria y de convertirse en población servil permanecieron sin integrarse en la sociedad babilónica y aferrándose con firmeza a sus propias tradiciones. Las fuentes mencionan que los reyes de Babilonia tuvieron en ocasiones dificultades con los hebreos, que se aliaban con grupos hebreos de otras procedencias, como Chipre o Egipto, para sublevarse. En el año 539 a.n.e. el persa Ciro II entró en los territorios del Imperio Neobabilónico como libertador, aunque lo que hizo en realidad fue conquistar estos dominios e integrarlos al Imperio Persa, donde la franja sirio-paletina se convertirá en una más de sus provincias o satrapías.

































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

La arqueología israelita y la historicidad de los libros del Antiguo Testamento:





















































BLÁZQUEZ, J. M. y CABRERO, J.



















































CAPÍTULO 18
EL IMPERIO PERSA: FORMACIÓN Y DESARROLLO. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA, LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA DEL ESTADO, EL DESARROLLO ECONÓMICO, LA SOCIEDAD Y LA VIDA URBANA. LA RELIGIÓN


E.18.1.-El territorio del Imperio Persa y la llegada de los pueblos indoeuropeos



El corazón primitivo del Imperio Persa es el Elam, territorio también conocido como la llanura de la Susiana debido a que allí está ubicada la ciudad de Susa, que será el primer germen de este gran imperio territorial. La región del Elam cuenta con una configuración especial respeco a la Meseta Irania, ya que está más próxima a Mesopotamia y no cuenta con grandes barreras geográficas que la separen de ella. Tenemos constatado que a partir del IV milenio a.n.e. ambas zonas establecieron contacto, dándose un intercambio comercial pero también cultural entre ellas. La influencia de la Baja Mesopotamia fue tan intensa en el Elam que la escritura cuneiforme llegó a sustituir a los ideogramas que los elamitas habían desarrollado por cuenta propia. Parece ser que en torno al año 3000 a.n.e. en el Elam estaba naciendo la escritura, pero la irrupción de un sistema más desarrollado como era el cuneiforme hizo que lo abandonases y tomasen la escritura que les llegaba de Mesopotamia, ocurriendo exactamente lo mismo con la lengua acadia cuando el Imperio Acadio comenzó su expansión.

Como ya sabemos, en el II milenio a.n.e. hay una serie de clanes de pastores y agricultores indoeuropeos que comenzarán a asentarse y a sedentarizarse tanto en el Próximo Oriente como en la Meseta Irania. Todos estos grupos tienen en común un uso precoz del metal, el empleo de caballos y carros y un papel prioritario de la guerra dentro de su sociedad, todos ellos elementos que romperán en un primer momento el equilibrio de fuerzas de las regiones donde se asienten, proporcionándoles una clara ventaja inicial sobre sus vecinos.
La arqueología nos indica que tuvieron lugar dos grandes oleadas:
-En el II milenio a.n.e. llega una primera oleada de pueblos indoeuropeos, que cruza la Meseta Irania y atraviesa los Montes Zagros, instalándose en el Próximo Oriente tal y como hicieron los hurritas, de los que ya hemos hablado en temas previos.
-Una segunda oleada se instalará en el I milenio a.n.e. al Este de los Montes Zagros, es decir, en la Meseta Irania.

E.18.2.-El Imperio Persa
E.18.2.1.-La formación del Imperio Persa
Es esta última oleada de clanes indoeuropeos la que nos interesa ahora, pudiendo distinguirse dos pueblos distintos dentro de ellos:
-Los medos. Hay constancia arqueológica de que están instalados en la zona Noroeste de la Meseta Irania al menos desde el siglo IX a.n.e. Su ciudad más importante es su capital, Ecbatana. Sabemos que mantuvieron una cierta relación con los asirios a través del paso natural del río Diyala y de otros desfiladeros que cruzaban los Montes Zagros, que se caracterizó por una alta conflictividad entre ambos pueblos. A mediados del siglo VII a.n.e. firmarán una alianza con los reyes caldeos de Babilonia y planearán un ataque conjunto a Nínive, la capital de su enemigo común. Esta coalición antiasiria logró destruir la ciudad de Assurbanipal en el 612 a.n.e., dando fin al Imperio Asirio.
-Los persas. Este pueblo indoeuropeo se instaló en el Suroeste de la Meseta Irania. Su origen, debido a las reelaboraciones posteriores, es un poco oscuro y está rodeado de un halo de leyenda que no permite discernir con claridad los elementos verídicos. Parece que hacia el año 700 a.n.e. aparece la figura del rey Aquemenes, que probablemente fue un personaje histórico y que dio nombre a la dinastía aqueménida. Gobernó esta región de la Meseta Irania bajo el control de los reyes elamitas. Durante el siglo VII a.n.e. da la impresión de que los persas estuvieron sometidos a sus vecinos del Norte, los medos, más fuertes tanto a nivel político como militar. En el siglo VI a.n.e. medos y persas firmarán un pacto a través de un enlace matrimonial, lo cual indica claramente que los persas estaban cobrando protagonismo, ya que este tipo de alianzas se realizan siempre entre iguales. El resultado de esta unión, Ciro II, gobernará a los dos pueblos de forma conjunta, por lo que nos encontramos con el nacimiento del Imperio Persa.



El Imperio Persa entre los años 550 a.n.e. y 486 a.n.e.
E.18.2.2.-Ciro II (569 a.n.e. – 530 a.n.e.)
Su reinado se desarrolló a lo largo del siglo VI a.n.e. y en él se produjo, como ya hemos adelantado, la unificación de medos y persas. Ésta tuvo lugar en todos los ámbitos, incluyendo los políticos y administrativos, aunque a pesar de las apariencias la realidad es que los medos fueron sometidos a los persas.

En estos años se realizó una conquista territorial espectacular, formándose un gran imperio que controlaba la Meseta Irania, Mesopotamia y la costa mediterránea del Próximo Oriente y que estaba dividido en provincias o satrapías. Ciro II “el Grande” tomará títulos que nos remiten a la época sumeria y acadia, como rey del mundo, rey legítimo, rey de Summer y Akkad o rey de las cuatro partes del mundo.

E.18.2.3.-Cambises II (530 a.n.e. – 521 a.n.e.)
El sucesor de Ciro “el Grande” añadirá a las conquistas de su padre el Norte del país de Egipto y parte del Desierto de Libia.

E.18.2.4.-Darío I (521 a.n.e. – 485 a.n.e.)
Este rey aqueménida reorganizó las satrapías, creando una efectiva red que a través de sus gobernadores provinciales, los sátrapas, controlaba el cobro de impuestos y de control de las rutas comerciales que aseguraban el abastecimiento de todo el territorio imperial. Los centros de poder principales serán Susa, Pasargada, principal centro religioso de los persas, y Persépolis, la nueva capital del Imperio Persa. También ampliará las fronteras de este ya extensísimo territorio, dominando a los guerreros escitas en el Asia Central y haciendo del río Indo su nueva frontera oriental mientras que en las regiones más occidentales inició los ataques a Grecia a través de una serie de alianzas con las polis de la costa de Anatolia.







E.18.2.5.-Jerjes (485 a.n.e. – 465 a.n.e.)
Este monarca continuó las hostilidades contra Grecia que había iniciado su padre, estallando así las llamadas Guerras Médicas, que se resolvieron con la victoria de las ciudades griegas. Tras finalizar este conflicto los reyes persas se van a encontrar con dificultades a la hora de mantener el control de las satrapías más alejadas del centro de poder del Imperio Persa, dándose algunos intentos de alcanzar la independencia por parte de las mismas. La crisis irá empeorando la situación interna hasta que en el siglo IV a.n.e. llega Alejandro Magno a estos territorios y los conquista, incorporándolos a su propio imperio.

E.18.3.-Administración: capitales imperiales y las satrapías. La economía
Hay una serie de ciudades que ostentaron la capitalidad del Imperio Persa. Son, por orden cronológico, Ecbatana, Susa, Pasargada y Persépolis.









Estos sátrapas son elegidos entre los hombres de confianza del rey, prefiriéndose para ejercer este cargo a parientes o a nobles locales, dependiendo de cada caso concreto. Se encargaban de controlar el pago de impuetos, la justicia y el reclutamiento. El ejército tenía una gran importancia para el Imperio Persa, ya que era el gran medio de coerción con el que contaba. Un funcionario del rey se encargaba a su vez de controlar que la gestión del sátrapa fuese la adecuada. En la imagen superior vemos un mapa del Imperio Persa en el que están marcadas las satrapías en época de Darío I “el Grande”. Destacan Libia y Egipto, Babilonia, Asiria, Carmania, Sagartia, Hircania, Aria, Partia. Margiana, Gedrosia…



Tenemos una clarísima muestra del funcionamiento de estas redes y del control que ejercieron los persas sobre los recursos de sus territorios en la construcción por parte de Darío I de un deslumbrante palacio en la ciudad de Susa, en una época en la que la capital ya se había trasladado a Persépolis. Hizo traer artesanos y materiales de todos los rincones del mundo conocido. La gran concentración de artesanos especializados y de artículos de lujo de distintas procedencias es un indicador de hasta qué punto controlaron estas redes .


Procedencia de materiales y artesanos para la construcción del palacio de Susa.





No tardará en extenderse su uso a lo largo y ancho del vasto Imperio Persa. La introducción de la moneda fue un gran impulso para la economía de este estado, ya que supuso que a partir de este momento existiese un único patrón de cambio en todos sus territorios. Sin embargo, cuando estas primeras monedas persas comenzaron a circular ya hacía años que este innovador sistema estaba funcionando en diversos puntos del Egeo y del Mediterráneo Oriental.

Uno de los cambios más importantes que tuvieron lugar en la Antigüedad, la aparición de la moneda, se debe a un invento griego. Estas piezas de metal no van a contar únicamente con su valor intrínseco, sino que a través de su cuño la autoridad estatal se responsabiliza directamente de su valor y responde del mismo.


Muy pronto esta iniciativa particular y carente de proyección fue tomada y adaptada por los griegos para crear sus propios sistemas monetarios. Las ciudades griegas de la costa de Anatolia comenzarán a acuñar sus propias monedas, los stateros, siguiendo cada una su propio patrón de pesos y medidas. Se realizan en metales nobles, es decir, oro y plata, y en ellas se acuña generalmente un motivo que sirve para identificar a la ciudad que certifica su valor. Sin embargo, los problemas que genera este sistema de varias monedas con distintos pesos y medidas serán enormes. Todo el Egeo irá tomando poco a poco el modelo ateniense, cuya base es el dracma, fijándolo como patrón y estableciendo un sistema de múltiplos y divisores que hagan a esta moneda más operativa a la hora de realizar con ella intercambios de todo tipo. Este sistema se extenderá rápidamente por todo el mundo griego, pasando de sus polis a sus colonias, pero también será tomado por los pueblos vecinos.



El dárico persa convivirá con este sistema griego, hasta tal punto que en algunas regiones se emplearán ambas indistintamente, como por ejemplo en Anatolia.

E.18.4.-El mundo funerario y la religión persa






En cuanto a la religión persa, en Occidente hay un cierto grado de aceptación de la misma debido al gran interés que se despertó hacia ella gracias a su figura más destacada, el teólogo llamado Zoroastro o Zaratustra, sobre el que los autores griegos escribieron mucho y que posteriormente pasó a la cultura occidental.



Zoroastro vivió entre los siglos VII a.n.e. y VI a.n.e. Han llegado hasta nuestros días algunos de sus escritos, conocidos como Ghata, que no son más que una parte del libro sagrado de los persas, el Avestra, que es una recopilación de textos escritos en distintas épocas y en distintos dialectos de la lengua persa.

Este teólogo estableció una serie de bases sobre las que la religión persa evolucionó en varios sentidos. Se observa en él una cierta tendencia hacia el monoteísmo. A pesar de que destaca a Ahura Mazda como único dios no niega la existencia del resto de divinidades, sino que refuerza al principal y se “olvida” en cierto modo del resto, al menos a nivel oficial. A partir de este momento se identifica al resto de naturalezas divinas como espíritus, cada uno de ellos con una función social asociada. En general, su papel será el de proteger a los hombres y a sus distintas funciones, como el sacerdocio, los productores o los guerreros, en una especie de patronazgo. Estos planteamientos de Zoroastro se convertirán en oficiales al ser tomados como suyos por los monarcas aqueménidas. A partir de este momento no habrán, excepto en contadas excepciones, templos o estatuas de ningún tipo. A pesar de esta forma de entender la religión tan diferente de la del resto de pueblos orientales, los persas se caracterizarán por tolerar y respetar a los dioses de los pueblos conquistados.

Paradójicamente, a pesar de la gran importancia que tuvo Zoroastro para la religión persa sus seguidores aparecen en los escritos como marginados que no se integraron nunca en el modo de vida persa ni en actividad productiva alguna.





















































































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Inscripción de Darío I en Behistum:
(La denominada inscripción de Behistum se halla próxima a la aldea iraní del mismo nombre, cerca de Kermanshah y en la vía natural que tradicionalmente comunicaba Hamadán con Babilonia. Se trata de un monumento de 50 metros de largo y 30 de ancho, esculpido sobre la ladera de un acantilado y a más de 50 metros de altura sobre el fondo del valle, lo que lo hace casi inaccesible. En él Darío I aparece representado en un bajorrelieve con el pie derecho sobre el mago Gaumata, y ante el soberano figuran atados quienes se rebelaron contra él. A los lados y debajo de la escena se hallan inscritas catorce columnas de texto redactado en escritura cuneiforme que en tres lenguas -persa antiguo, acadio y elamita- que explica el ascenso de Darío al trono persa y celebra las victorias y la pacificación conseguida finalmente por el rey tal como él mismo ordenó registrarlas y grabarlas en septiembre del año 520 a.n.e. La narración coincide básicamente con el relato de Heródoto, pero la historiografía actual considera que la rebelión contra Cambises fue dirigida por el propio Bardiya, y que Darío inventó la historia del mago Gaumata y, por ello, la versión oficial de los hechos tal como figura en Behistum y en el autor de Halicarnaso, para justificar su ascensión al trono tras eliminar a Bardiya. El texto fue transcrito a partir de 1837 por Henry Creswicke Rawlinson con enormes dificultades dada su ubicación, y este oficial inglés presentó nueve años más tarde ante la Royal Asiatic Society de Londres no sólo la primera copia exacta del texto sino también su traducción completa a partir del desciframiento del cuneiforme persa, al que había llegado independientemente de los trabajos del alemán Georg Friedrich Grotefend).

“Yo soy Darío, el Gran Rey, Rey de Reyes, Rey de Persia, Rey de los países, hijo de Vishtaspa, nieto de Arshama, un Aqueménida. Habla Darío el Rey: mi padre era Histaspes (Vishtaspa); el padre de Histaspes fue Arsames (Arshama), el padre de Arsames fue Ariaramnes (Ariyaramna), el padre de Ariaramnes fue Teíspes (Cispis), el padre de Teíspes fue Aquémenes (Haxamanais). Habla Darío el Rey: por esta razón somos llamados Aqueménidas. Desde hace mucho tiempo hemos sido nobles. Desde hace mucho tiempo nuestra familia ha ostentado la realeza. Habla Darío el Rey: ocho de nuestra familia fueron reyes con anterioridad. Yo soy el noveno. Nueve reyes hemos gobernado sucesivamente. Habla Darío el Rey: por voluntad de Ahuramazda soy rey. Ahuramazda me entregó la realeza. Habla Darío el Rey: estas son las regiones que se sometieron a mí. Yo me convertí en su rey por voluntad de Ahuramazda: Persia, Elam, Babilonia, Asiria, Arabia, Egipto, las que están junto al mar, Sardes, Jonia, Media, Urartu, Capadocia, Partia, Drangiana, Aria, Jorasmia, Bactriana, Sogdiana, Gandhara, Escitia, Sattagidia, Aracosia, Maka, un total de veintitrés regiones. Habla Darío el Rey: éstas son las regiones que se sometieron a mí. Por voluntad de Ahuramazda se convirtieron en mis dominios. Me entregan un tributo. Lo que ordeno para ellas, de noche o de día, lo hacen. Habla Darío el Rey: en estas regiones al hombre que era leal lo apoyé: a quienquiera que fuese malvado lo castigué. Por voluntad de Ahuramazda estos países respetan mis leyes. Lo que ordeno para ellas, lo hacen. Habla Darío el Rey: Ahuramazda me entregó la realeza. Ahuramazda me ayudó y así pude sostener la realeza. Por voluntad de Ahuramanzda yo ostento la realeza.
Habla Darío el Rey: esto es lo que hice, por voluntad de Ahuramazda, tras convertirme en rey. Un cierto Cambises, hijo de Ciro, Rey de Persia, Rey de las Tierras, de nuestra familia, reinó aquí. Este Cambises tenía un hermano llamado Bardiya, de la misma madre y del mismo padre. Entonces Cambises asesinó a este Bardiya. Después de que Cambises asesinase a Bardiya, el pueblo no supo que Bardiya había sido asesinado. Este Cambises marchó a Egipto con un ejército. Cuando Cambises llegó a Egipto el pueblo se dio a la maldad. Después las mentiras crecieron grandemente sobre la tierra en Persia, Media y otras regiones.

Habla Darío el Rey: entonces hubo un hombre, un Mago, un medo, de nombre Gaumata. Procedía de Paishiyauvada, de una montaña llamada Arakadri, cartorce días del mes Viyakna habían pasado cuando se levantó. Mintió al pueblo del siguiente modo: "Yo soy Bardiya, hjijo de Ciro, hermano menor de Cambises". Después todos los pueblos se rebelaron contra Cambises y se volvieron contra él, Persia, Media, Babilonia, Elam y otras regiones. Se hizo con la realeza; habían pasado nueve días del mes de Garmapada cuando se hizo con la realeza. Entonces Cambises murió por su propia mano.
Habla Darío el Rey: la realeza que este Gaumata arrebató a Cambises, esta realeza había pertenecido a nuestra familia desde hacía mucho tiempo. Entonces Gaumata el Mago arrebató la realeza a Cambises. Hizo suyas Persia, Media, Babilonia y otras regiones. Se convirtió en rey. Habla Darío el Rey: no hubo hombre, ni persa, ni medo, ni babilonio ni cualquier otro, ni ninguno de nuestra familia, que pudiera arrebatar la realeza a Gaumata el Mago. El pueblo le temía enormemente, de modo que él podría matar en gran número a quienes con anterioridad habían conocido a Bardiya. Por esta razón quiso matar a la gente, "no fuese que ellos me conociesen, que yo no soy Bardiya, hijo de Ciro". Nadie osó decir nada sobre Gaumata el Mago hasta que llegué yo. Entonces yo rogué a Ahuramazda: Ahuramazda me proporcionó ayuda. Pasaron diez días del mes de Bagayadi; entonces, con unos pocos hombres nobles yo maté a ese Gautama el Mago. En una fortaleza denominada Sikayauvati, en el distrito de nombre Nisaya, en Media, allí lo maté. Le arrebaté la realeza. Por voluntad de Ahuramazda me convertí en rey. Ahuramazda me entregó la realeza. Habla Darío el Rey: restauré la realeza que él arrebató a nuestra familia y la devolví a su anterior ubicación. Restauré como antes los templos de los dioses que Gaumata el Mago había destruido. Devolví al pueblo los bienes, los rebaños, los sirvientes y las haciendas que Gaumata el Mago les había arrebatado. Devolví al populacho a su lugar. Restablecí la situación anterior en Persia, Media y otras regiones que habían sido arrebatadas. Lo hice por voluntad de Ahuramazda. Me esforcé hasta que devolví a nuestra casa real su anterior posición. Me esforcé por voluntad de Ahuramazda, de manera que Gaumata el Mago no se apoderase de nuestra casa real.

Habla Darío el Rey: esto es lo que hice tras convertirme en rey (...) (sigue el relato pormenorizado de las sucesivas victorias de Darío sobre los rebeldes hasta alcanzar la pacificación definitiva de los dominios persas) Habla Darío el Rey: esto es lo que hice. Por voluntad de Ahuramazda lo hice en un año. Tú que en el futuro leas esta inscripción, deja que lo que afirmo te convenza. No lo consideres una mentira.
Habla Darío el Rey: juro por Ahuramazda que esto de lo que he hablado es cierto y no falso (...)
Habla Darío el Rey: por voluntad de Ahuramazda, muchos más hechos llevé a cabo que no han sido recogidos en esta inscripción. No figuran por esta razón, no sea que a quienes en el futuro lean la inscripción de mis hechos éstos les parezcan excesivos, no les convenzan y los juzguen falsos (...)
Habla Darío el Rey: éstos son los hombres que estaban conmigo cuando maté a Gaumata el Mago que se llamaba a sí mismo Bardiya. En esa época estos hombres cooperaron como seguidores míos: Vindafarna, hijo de Vayaspara, un persa; Utana, hijo de Thukhra, un persa; Gaubaruva, hijo de Marduniya, un persa; Vidarna, hijo de Bagabigna, un persa; Bagabukhsha, hijo de Datuvahya, un persa; Ardimanish (?), hijo de Vahauka, un persa. Habla Darío el Rey: tú que serás rey en adelante, protege bien a estos hombres y a los descendientes de estos hombres. Habla Darío el Rey: ésta es la inscripción que yo he hecho por voluntad de Ahuramazda. Además figura en ario y ha sido redactada en tablillas de arcilla y en pergamino. Además hice una figura esculpida de mí mismo. Además hice figurar mi linaje. Y fue inscrita y leída ante mí. Después envié este texto a todos los lugares entre las regiones (...)”.

Traducción a partir de la versión inglesa publicada en FRYE, RICHARD NELSON: The History of Ancient Iran, Beck, Munich, 1984.

Placa fundacional del palacio de Susa construido por Darío I:
“Este palacio que construí en Susa, desde lejos sus ornamentos traje. Se cavó la tierra hAsta que llegué a la roca del suelo. Una vez realizada la excavación, fueron acumulados los escmbros, a unos doce codos de profundidad, (y) otros a veinte codos de profundidad. Sobre estos escombros se levantó el palacio.

Y para que se cavara el suelo, y para que los escombros fueran acumulados, y para que los adobes fueran fabricados, el pueblo babilonio se encargó (de realizar estas tareas).

La madera de cedro, ésta –una montaña llamada Líbano- desde allí fue traída. El pueblo asirio la trajo a Babilonia; desde Babilonia los carios y los jonios la trajeron a Susa. La madera de yaka fue traída de Gandara y de Carmania. El oro fue traído de Sardes y de Bactria, que fue labrado aquí. El preciado lapislázuli y la cornalina, que fueron labrados aquí, esto fue traído de Sogdiana. La preciada turquesa, ésta fue traída de Corasmia, que fue labrada aquí. La plata y el ébano fueron traídos de Egipto. La ornamentación con que fue decorada la muralla, ésa fue traída de Jonia. El marfil que fue labrado aquí fue traído de Kush, y de la India y de Aracosia.

Las columnas de piedra que fueron labradas aquí, una aldea llamada Abiradu, de allí fueron traídas. Los tallistas que labraron la piedra, éstos eran jonios y lidios de Sardes. Los orfebres que labraron el oro, ésos eran medos y egipcios. Los hombres que labraron la madera, ésos fueron lidios de Sardes y egipcios. Los hombres que fabricaron los ladrillos, ésos eran babilonios. Los hombres que adornaron la muralla, ésos eran medos y egipcios.

Dice Darío el rey: en Susa una (obra) excelente se ordenó realizar, una (obra) excelente se (llevó a cabo). A mí que me proteja Ahuramazda, y a Histaspes mi padre y a mi país”.

KENT, 1953.


















































































BLOQUE F: EL PRÓXIMO ORIENTE HELENÍSTICO Y ROMANO

CAPÍTULO 19
ALEJANDRO MAGNO Y LA CONQUISTA DE ORIENTE


F.19.1.-Las fuentes literarias
En este tema vamos a estudiar el momento en el que la Historia de Oriente va a entroncar directamente con la de Grecia. Alejandro de Macedonia irá desde Europa a Oriente, conquistando estas tierras y haciendo llegar a ellas el helenismo al mismo tiempo que expande la monarquía macedónica. Pero esta influencia será bidireccional, ya que las ancestrales costumbres orientales calarán en la cultura griega, dejando en ella una marca imperecedera.

Una buena parte de la abundante bibliografía de la que disponemos sobre la conquista de Oriente es de época romana, lo que indica el fuerte impacto que causó en esta cultura la figura de Alejandro de Macedonia. Contamos con varios autores que nos relatan la vida del intrépido rey macedonio. Uno de ellos es Diodoro Sículo, que escribió su obra el el siglo I a.n.e. En el libro diecisiete de su Bibliotheca Historica nos habla sobre Alejandro Magno y su obra. Da una visión idealizada, algo común a todas las fuentes en general, pero quizás Diodoro exagera aún más este aspecto. Es la más benévola de las biografías de Alejandro y la que más exalta sus virtudes, como por ejemplo su clemencia hacia sus enemigos.

Hay una obra del siglo II llamada Vidas paralelas, escrita por Plutarco, en la que se comparan distintas biografías de dos en dos. El caso que nos interesa es la comparación que realiza entre Alejandro de Macedonia y Julio César. Demuestra que la figura de Alejandro seguía viva en la memoria colectiva varios siglos después de su muerte y que seguía siendo el paradigma de líder y conquistador, rasgos que también percibe en César. Lo más peculiar de Plutarco es el tratamiento moral que plasma en todos sus textos y su intento de defender siempre una serie de valores que considera importantes. Su visión de Alejandro es, por tanto muy interesante. Critica su carácter voluble y los episodios en los que se comporta de forma injusta y caprichosa, aunque alaba sus logros.

Arriano escribió en la misma centuria que Plutarco. Es el autor de Anábasis , un elogio político y militar de Alejandro Magno. Es importante recordar que en este momento la imagen del joven héroe macedonio ya está perfectamente formada, pero también alimentada y contaminada por el mito. A pesar de que Arriano es crítico con Alejandro al analizar cuestiones personales del rey macedonio, también esta crítica se debe a la elaboración posterior de la figura de Alejandro. Ésta sufrió un claro deterioro entre ciertos sectores de los macedonios, que no terminaron de entender que su rey adoptase algunas de las costumbres típicas de las monarquías orientales. El último de los autores que vamos a citar es Quinto Curcio Rufo, que por las referencias que da en sus textos parece ser que escribió entre los siglos I y II. Elabora una amplia bografía de Alejandro, en la que es muy crítico con él.

En general todos los autores se centran especialmente en los aspectos militares y los destacan para hacer a partir de ellos el retrato del príncipe ideal, encarnado en Alejandro. Esta imagen trascenderá más allá de su época y servirá de ejemplo para gobernantes posteriores, como modelo de la imagen pública a nivel político, militar y moral que cualquier rey desearía transmitir, tal y como ocurrió en época romana . Otro aspecto en el que coinciden todas las fuentes es en la manera de recoger la muerte de Alejandro. La presentan como un episodio cargado de misterio, envuelto de rumores de asesinato por parte de alguno de sus allegados. Falleció prematuramente en la ciudad de Babilonia, sin aclararse si fue a causa de una enfermedad o de un envenenamiento. Por último diremos que todas estas fuentes se caracterizan por desfigurar la realidad, ya que se basan en relatos y tradiciones cercanas al príncipe y, por lo tanto, interesadas y tendenciosas. Esta elaboración deliberada de la imagen de Alejandro influyó a otros autores que, a pesar de no hablar directamente de él, muetran claras evidencias de estar imbuidos por esta visión idealizada. Citemos como ejemplo a Dión de Prusa, ciudad sita en Bithynia. Este autor de ámbito griego escribió discursos sobre la realeza y sobre qué característics debía reunir el príncipe ideal. Sin pretenderlo, realiza un retrato a imagen y semejanza de Alejandro.

F.19.2.-El reinado de Filipo II



Filipo II organizó un poderoso ejército e hizo de su reino una gran potencia militar. Comenzó su expansión por Europa, tomando Tracia y aliándose con Epiro, lugar de procedencia de su esposa. Aprovechando la baza que suponía el control de un recurso económico tan importante como eran las minas de oro de Pangeo creó también una gran flota. A pesar de que sabía que la guerra para la que se estaba preparando no iba a ser marítima, garantizaba así el abastecimiento de sus tropas.

No tardó mucho en lanzarse a la conquista de Grecia. Las ciudades griegas tenían alianzas entre ellas, y a veces incluso con Macedonia, pero éstas eran muy inestables. En el año 339 a.n.e. el ejército de Filipo II se impuso a la alianza formada por las distintas ciudades griegas, las cuales se vieron obligadas a admitir la superioridad de Macedonia y a convertirse en sus vasallos. La Anfictionía de Delfos, es decir, la asamblea que reúne a los representantes de todas las polis griegas, reconoce a Filipo II de Macedonia como autoridad política suprema de toda Grecia. A pesar de su derecho de conquista, Filipo II quiso mantener la ficción de la autonomía de las ciudades griegas, aunque fuese de forma nominal, a través de una especie de federación panhelénica, eso sí, a cambio de que apoyasen sus exigencias, que consistían básicamente en tributos, hombres para el ejército…

Amparándose en esta nueva situación organizan una symmaquia, una alianza militar de duración ilimitada por la que todas las ciudades contribuyen con sus hombes cada vez que el rey así lo solicite, con la intención de atacar al gran enemigo de los griegos, los persas. El Imperio Persa había intentado la conquista de Grecia en el pasado, pero en la segunda mitad del siglo IV a.n.e. no era más que un territoro decadente incapaz de afrontar una empresa de tal calibre. Sin embargo, sí seguían interfiriendo en las ciudades griegas de la costa de Anatolia, firmando alianzas con ellas y tratando de atraerlas a su bando. Parece ser que la intención de Filipo II era desembarcar en Anatolia y dar fin a esta intromisión persa en los asuntos griegos, sin que sepamos hasta qué punto se planteó realmente y a priori la posibilidad de conquistar todos los territorios del Imperio Persa, como acabó haciendo Alejandro. Sin embargo, Filipo no pudo llevar a cabo esta campaña, ya que falleció en el año 336 a.n.e.

F.19.3.-El reinado de Alejandro de Macedonia
F.19.3.1.-El ascenso al trono
El joven Alejandro se encontrará con dificultades para heredar el trono que su padre acababa de dejar vacante. La monarquía macedónica contemplaba la herencia dinástica, pero el futuro rey tenía que contar con el apoyo de los principales nobles del estado, que eran quienes finalmente aceptaban al sucesor. Entre los nobles no había unanimidad, ya que mientras unos apoyaban la elección de Alejandro como rey otra facción estaba en contra. Seguramente una de las causas esgrimidas contra Alejandro era su juventud, ya que en aquel momento sólo tenía veinte años. Además, es probable que los nobles y generales cercanos a Filipo II, los responsables junto al difunto rey del proyecto político de Macedonia, quisiesen seguir llevándolo adelante y pensaron que Alejandro podía ser una traba más que un acicate.

Alejandro había disfrutado gracias a su calidad de príncipe de una educación exquisita. Se formó, entre otros, con Aristóteles . El primer problema con el que tuvo que enfrentarse el joven príncipe fue con los ataques por parte de los territorios que su padre se había anexionado al Este y al Oeste de Macedonia, es decir, de tracios e ilirios. Además, tendrá que continuar con la obra que había iniciado Filipo , ejerciendo el control del panhelenismo y de las instituciones que las ciudades griegas reconocían como propias. La Anfictionía de Delfos finalmente le reconocerá como sucesor de su padre.

F.19.3.2.-La expansión de la monarquía macedónica
Dos años después de haber tomado el poder, en el año 334 a.n.e., Alejandro iniciará su proceso de expansión. El ejército griego, integrado mayoritariamente por soldados macedonios , atravesó el Estrecho de Dardanelos y llegó a las costas de Anatolia, iniciando así la conquista. Tras una gran victoria sobre los persas cerca de Dardanelos, en Gránico, sus tropas cruzarán sin problemas las tierras de Lidia y llegará triunfalmente a Gordio, una de las principales ciudades frigias.



Parte de los grupos sociales de las ciudades que se encontraban bajo control persa apoyaron la entrada de Alejandro, viéndolo como un libertador frente a la dura tributación que les imponían desde Persépolis.

Tras pasar por Gordio el ejército macedónico continúa su avance hacia el interior. Cruza las Puertas Cilicias, un paso de los Montes Tauros que permitía el acceso a la franja sirio-palestina.



Tras asediar la ciudad de Tiro, lo cual demuestra que esta ciudad no había sido completamente destruida por Nabucodonosor como decían las fuentes, llega a Gaza y desde allí accede a Mesopotamia. Conquista la ciudad de Babilonia, que se convierte en cabeza de puente para el resto de las conquistas macedónicas en territorio oriental y en el núcleo central de su actividad política. Desde allí cruzará el Sinaí y penetrará en Egipto, conquistando el país del Nilo y parte del Desierto de Libia en el 332 a.n.e. El clero egipcio facilitará la entrada de los macedonios, ya que buscaban una solución frente al dominio persa y reciben a las tropas de Alejandro como libertadores.

Pero el caso de Egipto será una excepción dentro del patrón de actuación que seguían los macedonios tras tomar un territorio. Las características sociales y culturales de este país milenario hacían que fuese más fácil gobernarlo otorgándole más autonomía, lo que dará lugar a la convivencia de dos mundos, el egipcio, que sigue manteniendo todos sus elementos culturales, y el helenístico. Alejandro entra en Egipto como un líder político y militar, pero se verá obligado a incorporarse a las tradiciones egipcias, aceptar las titulaturas y convertirse en faraón de estas tierras previo paso de una serie de ceremonias que incluyen su visita al oasis de Siwa, en la orilla occidental del Nilo, donde recibirá el oráculo de Amón, que le legitima como faraón de Egipto, todo esto para poder ser aceptado por el pueblo egipcio como su nuevo dirigente. La administración macedónica permitirá que la egipcia siga ejerciendo todas sus funciones, pero bajo supervisión griega. El único elemento que srá controlado directamente por griegos será el cobro de impuestos.

Durante su estancia en Egipto, Alejandro fundó en el año 331 a.n.e. sobre el poblado de Rakatis, en la zona del delta y frente a la Isla de Faro una de las numerosas ciudades que llevan su nombre. Poco después Alejandro regresó a Babilonia, conquistando toda Mesopotamia tras su victoria en la batalla de Gaugamela, que tuvo lugar cerca de la ciudad de Nínive. Su siguiente paso será avanzar hacia el corazón del Imperio Persa, llegando a Susa e internándose desde allí en la Meseta Irania. En el año 330 a.n.e. fallece Darío III, el rey persa. Este hecho es muy mencionado en las fuentes ya que a los griegos les gusta recalcar su trato respetuoso hacia el vencido, la justicia con el derrotado. Permitirán que Darío reciba sepultura según los ritos persas y retendrá a su mujer e hijos, pero como invitados de lujo más que como cautivos.

A continuación se dirigirá a las satrapías orientales, que ya desde el siglo IV a.n.e. funcionaban a espaldas del rey persa, de forma casi independiente. Organizarán una coalición antimacedónica, pero Alejandro logrará derrotarlas y alcanzar el río Indo en el año 326 a.n.e. Las fuentes dicen que el intrépido monarca tenía intención de cruzarlo y continuar sus conquistas más allá de sus aguas, pero sus generales sabían que un imperio que estuviese formado por más territorios de los que ya controlaban sería ingobernable. Los hombres de Alejandro se negarán a seguirle, así que finalmente emprenderán el camino de vuelta hacia Babilonia.



Mapa con las conquistas de la monarquía macedónica y la ruta recorrida por Alejandro Magno.

F.19.3.3.-La administración de los territorios
A partir de este momento, el monarca macedónico va a representar algo distinto en cada uno de los territorios que controla, ya que toma diferentes títulos para poder legitimar su ejercicio del poder en cada lugar. Así, Alejandro fue rey de Macedonia, hegemon de la Liga de Corinto, faraón de Egipto, rey de Babilonia y Asiria y rey de Persia, este último en calidad de heredero de Darío. Asumirá todos estos títulos en su persona, pero sus sucesores actuarán de una manera diferente. Al fragmentarse el imperio de Alejandro cada uno de sus generales se convirtió en monarca de uno de los territorios que lo integraban, perdiendo rápidamente el referente macedónico.

En cuanto a la administración de sus dominios, aplicará diferentes fórmulas dependiendo de cada región en particular. A pesar de este heterogéneo mosaico, durante sus años de reinado existió un único interlocutor político. Las ciudades griegas, por ejemplo, continuaron siendo independientes siempre que reconociesen la superioridad de Macedonia, mientras que en el resto de territorios se mantuvo la organización administrativa anterior. Las provincias o satrapías persas siguieron existiendo, pero subordinadas a Alejandro. Mientras que en algunas de ellas continuará a su frente el sátrapa local, que antes reconocía a Darío como autoridad suprema y ahora a Alejandro, en otras coloca a la cabeza a alguien de la confianza del rey macedonio. Seguramente esta decisión estaba relacionada con lo problemático o no que fuese un territorio en concreto. En caso de ser Alejandro quien impusiese a un gobernador, éste solía ser alguien del círculo cercano del monarca, uno de sus generales o un miembro de la elite macedónica. El caso de Egipto, como ya sabemos, fue una excepción, ya que gozó de una cierta autonomía. También las ciudades griegas de la costa de Anatolia se encontraban en una situación particular. A pesar de que algunas de ellas llegaron a ser filopersas eran griegas, por lo que no fueron conquistadas. En el marco de la toma de Oriente Macedonia ayudará a estas polis para demostrarles que la intervención macedónica en este territorio no iba a implicar la pérdida de los beneficios que obtenían con los persas. Se mantendrá también la estructura política existente antes de la llegada de Alejandro, permitiendo la coexistencia de distintos modelos. En cuanto al pago de tributos, algunos territorios quedarán liberados de esta obligación por la fidelidad antipersa que demostraron en el momento de la conquista. Este esquema dará fin tras la repentina muerte de Alejandro, que no había dejado herederos. Comenzará una época de caos y luchas en la que todas estas estructuras políticas, administrativas y financieras se derrumbarán.

Otra de las medidas administrativas que llevó a cabo Alejandro de Macedonia fue la fundación de numerosas ciudades, todas ellas llamadas Alejandría en su honor. Supuso la creación de nuevos núcleos que seguían la estructura urbana griega, la cual se extendió por todo Oriente. A pesar de que esta región contaba con ciudades milenarias, las que se van a construir ahora corresponden al modelo helenístico y, por lo tanto, son más habitables para los griegos . Los motivos principales por los que extendió esta red urbana por su territorio fueron:
-Estratégicos. Según van avanzando las conquistas, Alejandro necesita consolidar el control de los nuevos territorios. Estas ciudades serán una útil herramienta para alcanzar este fin, aunque debido a su excesiva extensión no lo logrará más que parcialmente.
-Motivos comerciales. Construye estas ciudades en el paso de las granes rutas caravaneras, de manera que ayudaban a garantizar la libre circulación de productos.
-El proceso de urbanización sirve a los macedonios para ir estableciendo colonos y ciudadanos a los que dota de tierras en Oriente. De esta manera podía articular el asentamiento de esta población civil tras la conquista, ya que su ejército seguramente iba acompañado por grandes contingentes de civiles tanto griegos como orientales.

Las principales de estas Alejandrías son la de Egipto, la de la Susiana, la de Margiana, la de Aria, la de Aracosia, la de Gandhara y la de Sogdiana, aunque había más. La más importante de todas ellas fue la Alejandría de Egipto. Se trata de una ciudad de nueva planta. Su trazado urbanístico corrió a cargo de Dinocrates de Rodas y sirve como ejemplo de cómo los grandes imperios recurren a artistas de todas las partes del mundo para realizar obras en los territorios conquistados. Esta ciudad, Alejandría, se convertirá en uno de los principales focos de eruditos, sabios y artistas de todo el Mediterráneo y en un referente cultural ya durante el gobierno de los descendientes de Lagos, uno de los generales de Alejandro, que además de engrandecer y embellecer la ciudad con espacios públicos harán construir un palacio, un museo y una impresionante biblioteca. Ésta fue fundada seguramente por Ptolomeo I y llegó a tener en su momento de mayor esplendor en torno al millón de obras, por lo que fue la más grande de las bibliotecas de su época. Allí se agrupaban obras egipcias y griegas, pero también de otras procedencias. El primer bibliotecario del que hay constancia, Demetrio de Falero, que ocupó este cargo en el siglo III a.n.e., pidió diversas obras a otros pueblos. Su interés, por tanto, estaba orientado en proyectarse como un centro de saber universal.

F.19.3.4.-Características de la monarquía macedónica de Alejandro
Hay una serie de características propias de la monarquía macedónica que Alejandro llevará a Oriente y que extenderá según vayan progresando sus conquistas. Hay que tener en cuenta que Macedonia, a pesar de ser un estado griego, llevó una trayectoria política distinta a la de las polis. Su situación geográfica fue determinante: Tracia e Ilirica, estados vecinos de Macedonia al Este y al Oeste respectivamente, ejercieron una gran influencia sobre este país griego, que prácticamente siempre se relacionó más con ellos, especialmente con Tracia, que con las polis. A causa de estas influencias Macedonia desarrollará como sistema político una monarquía.

A pesar de que el hecho de que macedonios y orientales compartiesen sistema político debería de haber facilitado la transición del dominio persa al macedónico, la monarquía macedónica era muy diferente de las que va a encontrarse en Oriente. Allí había una serie de pequeños reinos sometidos a los persas, caracterizadas por un gobierno despótico y de gran poder que los griegos nunca alcanzaron a entender y que consideraron indeseable desde el primer momento.

Durante la conquistas de Alejandro la corte macedónica siguió a su rey, que comenzó a recibir influencias de las monarquías de derecho divino orientales y a hacer suyas algunas de sus costumbres y protocolos como, por ejemplo, la proskynesis, es decir, arrodillarse en presencia del rey. A pesar de que era algo impensable para los griegos esta práctica fue adoptada por Alejandro, entre otras razones porque si no lo hacía los orientales no le respetarían como rey. Sin embargo, los griegos no lo entendieron y criticaron a Alejandro, acusándolo en las fuentes de megalómano.

El joven rey macedonio también cambiará su vestimenta y se adaptará a las modas orientales como parte de una estrategia política que tenía como objeto no parecer un extraño a los ojos de las gentes a las que quiere gobernar. Pero los griegos no comprenderán estas medidas y desfigurarán en las fuentes las intenciones reales de Alejandro, acusándolo de locura y de ansias de poder, ya que interpretan que quería convertirse en un déspota oriental. Tampoco los más cercanos al monarca supieron interpretar sus actos, considerando que sus deseos de gloria le han llevado a hacer suya la crueldad oriental . Estos cambios ocasionarán al monarca problemas con sus hombres, que no aceptarán su orientalización, y que marcan el principio de la batalla política y militar que tendrá lugar años más tarde.

Alejandro fundó un estado universal mucho más grande de lo que lo había sido el Imperio Persa. Esta unidad, además de política, también lo fue a nivel económico y monetario. A pesar de que la moneda persa siguió circulando también se incorporó la griega, que se aceptó rápidamente en parte debido a que estas monedas, como todas las de la época, contaban con un valor intrínseco. Con los griegos llegó también el helenismo, es decir, la cultura griega de época de Alejandro, que penetrará en Oriente y dará lugar a la formación de una especie de koineé cultural en estos territorios, por lo que podemos hablar también de una cierta unidad a nivel cultural. Esto no quiere decir, ni mucho menos, que desapareciesen las costumbres orientales, sino que ahora éstas convivirán con las griegas. La lengua griega se expandió más a causa de la necesidad de tratar con los griegos que a consecuencia de una imposición de los conquistadores. Uno de los factores determinantes para su difusión fue el hábito epigráfico, que al ir extendiéndose ayudará a que la lengua griega llegue a más lugares. Las poblaciones orientales tomarán de los conquistadores, además de la lengua griega, la costumbre de escribir sobre superficies perdurables. Desde el punto de vista religioso podemos hablar de un proceso de sincretismo o de identificación entre divinidades, ya que algunos nativos asociarán pronto sus propios dioses a los griegos.

F.19.3.5.-La muerte de Alejandro
Alejandro murió inesperadamente en el año 323 a.n.e. Las fuentes no dejan claro si su fallecimiento se debió a una enfermedad o a un envenenamiento, pero cuentan que cayó enfermo, perdió el habla y luego murió. Como todo lo que rodea a la figura de Alejandro, también este trágico momento sufrió una reelaboración posterior y fue engrandecido, rodeándolo de la predicción de unos presagios de muerte que interpretan los astrólogos caldeos.

No dejó ningún heredero claro, lo que unido al carácter mixto que tenía el derecho de sucesión en la monarquía macedónica, dinástico pero con apoyo de los notables del reino, dificultará el proceso de elección de un nuevo rey. Estallarán las disputas entre los más cercanos a Alejandro, pretendiendo heredar sus vastos dominios. Este conflicto se prolongará durante el final del siglo IV a.n.e., siendo mencionado en las fuentes, y finalizará con la formación de una serie de estados independientes entre sí que nacen de la fragmentación de las conquistas del difunto rey. Diodoro Sículo nos dice en su obra que Alejandro había nombrado como sucesor “al mejor y más capaz”, pero este tipo de fórmula es la típica justificación fruto de la reelaboración que enarbolan todos aquellos monarcas que a lo largo de la Historia han ascendido al trono de forma ilegítima.









































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Fragmento de la Anábasis de Arriano:
(Utilizando fuentes contemporáneas de los hechos que narra redactadas, además, por protagonistas de los mismos como Ptolomeo y Aristóbulo, Arriano relata en su Anábasis la conquista de Asia por Alejandro comenzando con la muerte de su padre Filipo hasta la del propio conquistador macedonio en Babilonia. La narración se cierra precisamente con el pasaje aquí seleccionado -aun cuando a ella se suma el tratado Sobre la India-, un auténtico panegírico de Alejandro en el que Arriano no oculta su admiración por aquél a quien llega a situar por encima de los demás hombres e incluso al lado de los dioses. Nacido en Nicomedia de Bithynia, Flavio Arriano (95 -175) fue discípulo del filósofo estoico Epicteto, sirvió al estado romano como oficial y alto funcionario, alcanzó la dignidad de senador bajo el reinado de Adriano y entre 131 y 137 actuó como legado imperial en Capadocia. De sus escritos se han perdido los Sucesos después de Alejandro -una historia de los diadocos entre 323 a.n.e. y 321 a.n.e.- las Bitiníacas -en donde narra la Historia de su patria hasta el 74 a.n.e.- y las Párticas -relato de las campañas orientales de Trajano en diecisiete libros-, pero conservamos, entre otras, su Anábasis de Alejandro Magno -en la que se integra el tratado Sobre la India a modo de libro VIII y último-, el Periplo del Ponto Euxino -una descripción del Mar Negro dedicada a Adriano- y una recopilación de las enseñanzas de Epicteto conocida como Disertaciones).

“Murió, pues, Alejandro en la 114 Olimpíada, siendo arconte en Atenas Hegesias. Vivió treinta y dos años y ocho meses, según dice Aristóbulo. Su reinado duró doce años y ocho meses. Fue el hombre de más bello cuerpo, más amante del esfuerzo y de mente más aguda, el más valeroso y amante de la gloria y de los peligros, así como el más piadoso con los dioses. El de mayor templanza con los placeres del cuerpo y, respecto a los placeres del espíritu, jamás se saciaba su afán de gloria. El más capaz de comprender lo necesario en medio de la mayor oscuridad y el más feliz en conjeturar lo verosímil cuando todo era meridianamente claro. Era también el más experto en organizar, equipar y ordenar un ejército. Como nadie sabía levantar el ánimo de sus soldados y colmarlos de buenas esperanzas, así como eliminar la sensación de miedo en los peligros por su propio desconocimiento de lo que es el miedo; el más noble hombre en todos los asuntos Cualquier cosa que hubiera que hacer en situaciones difíciles, él lo realizaba con el mayor arrojo; y cuando había que arrebatar algo, adelantándose al enemigo, era el más capaz en anticiparse, antes de que nadie temiera que esto fuera a ocurrirle. De total fiabilidad en guardar lo pactado y convenido, el más astuto en no caer en las trampas de los embaucadores; económico al máximo con el dinero invertido en su propio placer, y muy generoso en beneficiar a los demás. Que en algo errara Alejandro a causa de la precipitación o por imitación, o incluso si llegó a caer en ciertos hábitos bárbaros por un exceso de orgullo, no lo considero grave, si se tiene en consideración, no sin indulgencia, su juventud, sus ininterrumpidos éxitos y el séquito que acompaña a los reyes por adulación, no para aconsejarles en lo mejor y que siempre colaborarán con ellos para su perdición. Sé, por contra, que Alejandro fue el único rey de la antigüedad que sintió arrepentimiento por sus yerros, debido a su noble manera de ser. Los más de los hombres si advierten que han errado en algo creen que acudiendo en defensa de su yerro, como si de algo positivo se tratara, van a lograr ocultar su yerro, cuando la verdad es que se equivocan con ese comportamiento. En efecto, a mí me parece que el único remedio cuando uno se equivoca es reconocer el propio error, y el manifiesto propósito de rectificar a la vista de ello, porque a quien le toca sufrir las consecuencias del error no le parecen tan graves estas consecuencias si el que ha errado reconoce que no ha obrado rectamente. Quedan además para el autor del yerro, con vistas al futuro, el sano propósito de no cometer semejante error en lo sucesivo, si de verdad se lamenta por sus yerros anteriores.

Ni siquiera me parece un grave error de Alejandro el hecho de que retrotrajera su ascendencia al linaje divino, si se trataba de no otra cosa que de una añagaza de cara a sus súbditos, y por darse mayor dignidad. Es más, a mi parecer, no fue un rey menos famoso que Minos, Eaco o Radamante, quienes habían hecho remontar su origen hasta Zeus, sin que por ello los hombres de antes lo considerasen un acto de arrogancia. Lo mismo ocurrió con Teseo, que se hizo pasar por hijo de Poseidón, o con Ión, hijo de Apolo.

La indumentaria persa, a mi parecer, fue igualmente una añagaza cara a los bárbaros, para que su rey no les resultara por completo un extraño; también tenía ello un valor para los macedonios, a saber, marcar un distanciamiento de la arrogancia e insolencia propias de los macedonios. Por esta misma razón me parece a mí que entremezcló a los persas melóforos con los batallones macedonios, y los nobles persas con los componentes de cada ágema. Incluso los festines los prolongaba Alejandro, según dice Aristóbulo, no por beber, ya que Alejandro no fue gran bebedor, sino por su espíritu de camaradería con los Compañeros.
Cualquiera que hable mal de Alejandro, que lo haga contando no sólo las cosas censurables que Alejandro hizo, sino que junte todo lo que Alejandro llevó a cabo, y vea así el conjunto. Que considere ese tal quién es él mismo y cuál es su suerte, y frente a eso, que calcule quién llegó a ser Alejandro y hasta qué grado de humana felicidad llegó, convertido en soberano indiscutible de ambos continentes y que alcanzó a expandir su fama a todas partes. Que hable mal ese tal de Alejandro, él que será un personajillo insignificante que se ocupa en pequeñeces y es incapaz incluso de poner orden en ellas.
A mi parecer no hay pueblo, ni ciudad actual, ni un solo hombre a quien no haya alcanzado la fama de Alejandro. Es más, creo que un hombre así, sin par en el humano linaje, no ha podido nacer sin alguna intervención divina. Aún dicen que algunos presagios vaticinaron la muerte de Alejandro; a algunas personas se les aparecieron visiones, así como a otros ensueños de distintas clases; a esta vinculación con la divinidad apuntaba también la alta estima de que Alejandro gozaba entre los hombres, así como su recuerdo, impropio de un mortal. Es más, aun hoy en día, después de tantos años, circulan entre el pueblo macedonio algunos oráculos alusivos a su alta gloria. Esta es mi historia de Alejandro, en la que he reprobado algunas de sus acciones, aunque no me avergüenzo de confesar mi admiración por él, ya que si afeé algunas acciones suyas fue en honor a mi verdad y por servir de alguna utilidad a la humanidad. Fue por ello por lo que yo mismo me decidí a escribir esta historia, no sin el concurso de la divinidad”.

ARRIANO: Anábasis de Alejandro Magno, VII, Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1982.






















CAPÍTULO 20
LA HERENCIA DE ALEJANDRO: LA FORMACIÓN DE LOS ESTADOS HELENÍSTICOS. EL HELENISMO EN ORIENTE: CONTACTO E INTERACCIÓN CULTURAL


F.20.1.-Los reinos helenísticos
Resulta difícil realizar un seguimiento de la trayectoria política de cada uno de los reinos helenísticos por separado, ya que la herencia del reino de Alejandro se repartió entre varios monarcas, algunos de los cuales fueron rápidamente substituidos por otros, los cuales repiten sus mismos nombres y están entrelazados entre sí por vínculos familiares, dando lugar a un panorama bastante complejo.

F.20.1.1.-La herencia de Alejandro de Macedonia. Los diadocos
Tra la misteriosa e imprevista muerte de Alejandro Magno antes de que pudiese dejar heredero alguno hará estallar una lucha política por el control de su reino entre los más cercanos al trono que se prolongará durante el resto del siglo IV a.n.e. Sus generales, los herederos o diadocos, se enfrentarán entre sí para obtener el control de este vasto imperio, demostrándose muy pronto que era un territorio demasiado extenso y que los pretendientes eran demasiado como para que se mantuviese unido durante mucho tiempo.



A partir de este momento Macedonia sufrirá varios avatares. Allí quedó como gobernador, al menos de forma provisional, Antígono, pero éste murió muy pronto y el control del estado macedónico pasó a Casandro, que también fallece al poco tiempo, en el año 297 a.n.e. Será substituido por uno de los Demetrios, el llamado Poliorcetes. Llegará a ceñirse la corona y firma un acuerdo con Pirro, rey de Epiro, para reorganizar entre los dos y de forma pactada los territorios del Norte de Grecia. Pero poco después, en el año 288 a.n.e., Lisímaco, que ya gobernaba Anatolia, conquista toda Grecia. Vemos, por lo tanto, que la lucha entre los diadocos por el poder hace que los territorios fragmentados del gran imperio de Alejandro pasen de mano en mano constantemente, siendo Macedonia el más inestable de todos ellos.

F.20.1.2.-los reinos helenísticos en el siglo III a.n.e.
En el año 277 a.n.e. y espués de varios cambios más de gobierno, Antígono Gonatas toma Macedonia. A partir de entonces, es decir, del primer cuarto del siglo III a.n.e., los territorios occidentales alcanzarán de nuevo la estabilidad. Mientras tanto, las satrapías más orientales recuperan pronto su independencia. La división territorial con la que vamos a encontrarnos a partir de estas fechas es:
-Antígono en Macedonia, que inaugura la dinastía de los antigónidas.
-En Egipto queda al frente la dinastía de los lágidas con Ptolomeo II como faraón.
-Antíoco, miembro de la dinastía seleúcida, en Asia.

Algunos de estos territorios padecerán procesos políticos separatista, con pequeños monarcas que reivindicarán la autonomía de sus territorios y que darán lugar a movimientos independentistas. Hay que tener en cuenta que, a pesar de la fragmentación del territorio a manos de los diadocos, los estados que controlan siguen siendo muy grandes y difícilmente controlables. Además, en ellos hay infinidad de pequeñas monarquías de tradición milenaria que van a tratar de obtener su libertad.

El caso de Mitríades sería un claro ejemplo. Este monarca fundó un reino en la región del Mar Negro, el Porto. También se escindirá Bithynia, el territorio interior de Galatia e incluso una pequeña pero próspera ciudad de la Jonia como es Pérgamo, que alcanzará la independencia de manos de Atalo, su rey.

Palestina y la región Sur de Siria, la llamada Celesiria, fue una zona de conflicto entre los monarcas Seleúcidas y los Lágidas, ya que estos últimos tenían pretensiones de conquistar los territorios que antiguamente habían pertenecido a Egipto. Estallarán entre ambos las Guerras Sirias, que consistirán en una serie de intentos por parte de Egipto de hacerse con estas tierras, pero el país del Nilo carecía ya de capacidad para competir por ellas.

Mapa de los reinos helenísticos durante el siglo III a.n.e.

Durante esta sucesión constante de episodios de prosperidad y de guerra los reinos helenísticos alcanzarán un considerable nivel de estabilidad. A pesar de que son estados con un alto poder económico, los conflictos bélicos en los que se ven inmersos harán mella en ellos y perderán su proyección internacional. Además, a finales del siglo III a.n.e. y principios del siglo II a.n.e. Roma comenzó a introducirse en las regiones el Medio Oriente y del Próximo Oriente.

F.20.2.-El helenismo en Oriente
F.20.2.1.-La difusión de la cultura griega
La llegada de los griegos a Oriente produjo el contacto de ambas culturas, la helena y la oriental, y que éstas actuasen una sobre la otra, influyéndose mutuamente. A pesar de la impresión que pudieran tener al respecto los autores de la época , lo cierto es que no se produjo una orientalización de Grecia a causa de dicho contacto. Los griegos tenían un fuerte prejuicio frente a las culturas orientales, combinándose una cierta hostilidad hacia las mismas con una admiración por el lujo y el exceso oriental. Sí podemos hablar, sin embargo, de una clara intromisión de elementos culturales griegos en Oriente.

Los griegos se preocuparon por traducir a su lengua textos orientales de origen babilónico, egipcio, hebreo… Surgen instituciones que se encargan de traducir estas obras para hacerlas accesibles a los griegos que viven en estas regiones, lo que facilitó una mayor penetración de la cultura griega en Oriente: el hecho de que los griegos conociesen mejor la forma de pensar de los orientales y su cultura gracias a la lectura de sus textos hace que los orientales, a su vez, acepten mejor la cultura griega.

Podemos hablar de dos corrientes dentro del mundo oriental, una favorable a la entrada de lo griego y otra contraria a la misma. Mientras que Egipto sería el paradigma de la primera, Babilonia es un claro ejemplo de la segunda. Allí lo griego tiene muchas dificultades para ser aceptado, ya que los sectores religiosos no vieron con buenos ojos esta intromisión. Uno de los elementos culturales más importantes del mundo caldeo era sus estudios astronómicos y astrológicos, muy ligados a la religión ya que eran los sacerdotes quienes hacían de garantes y custodios de estos ancestrales conocimientos. Consideraron una afrenta que los griegos pudiesen acceder a estos secretos tal y como ocurrió cuando éstos fueron traduciendo los tratados de astronomía caldeos. Pero también hubo un sector de caldeos que sí aceptó esta intromisión griega, como el sacerdote de Marduk llamado Beroso y cuya obra conocemos a través de la de otros autores. Escribió en el siglo III a.n.e., en plena época helenística. Se incorporó a las nuevas modas que llegaban desde fuera de sus fronteras y escribió al menos una parte de sus obras en griego. Él fue el autor de Historia de Babilonia, obra que se remonta hasta la realeza antediluviana.





Ademas de las traducciones de obras orientales al griego, hay otros muchos elementos que colaboraron a a hora de introducir la cultura y la lengua griega en Oriente:
-Los focos de cultura. Habrá una serie de ciudades, como Alejandría o Pérgamo, que tratarán de acaparar tanto textos originales griegos como traducciones y que se convertirán en centros de investigación y de intercambios de conocimientos. Los grandes sabios de la época acudirán a estos lugares a formarse y a inestigar, ayudando así al regresar a sus tierras a transmitir la cultura y la lengua griega. El Oriente helenístico puede ser interpretado, por lo tanto, como un gran lugar de encuentro para los eruditos independientemente de cúal fuese su lugar de origen.
-Las familias griegas instaladas en Oriente darán a sus hijos una educación refinada, especialmente los miembros de las elites. Junto a ellos se formarán también los hijos de los oligarcas locales, produciéndose una transmisión de la cultura griega a sus comunidades a través de ellos.
-Otro instrumento fue el gimnasio, lugar donde se realizaban múltiples y muy diversas actividades. Tenía un important papel como foco de encuentro social, sobre todo para los jóvenes que integraban los ejércitos griegos, que hicieron de los gimnasios una especie de cofradías de guerreros. Allí se podía hacer deporte o estudiar en su biblioteca, de manera que sirvieron para difundir la cultura griega.

F.20.2.2.-La lengua griega en Oriente
La lengua griega que va a llegar a los territorios orientales es el ático, el más extendido de los dialectos griegos. La costumbre que tenían los griegos de tratar de mantener sus costumbres y su estilo de vida viviesen donde viviesen fue un importante factor a la hora de lograr que se extendiese el uso de su lengua, ya que la mantuvieron y, por lo tanto, será importante para los nativos el aprender a hablarla.

La lengua griega llegó a tener una gran vitalidad en Oriente. El elevado uso de la misma queda constatado a través de la epigrafía, que los griegos cultivaron con profusión y cuyo uso extendieron por todo Oriente. En Egipto, por ejemplo, la escritura griega se convertirá en la principal junto a la demótica, lo que nos indica de nuevo que hay una serie de griegos viviendo en Egipto que mantienen su lengua y que además son permisivos con las antiguas costumbres y con lengua egipcia, que siguen manteniéndose. A pesar de que la lengua de los reyes de Egipto fuese el griego, emplearon la lengua y la escritura egipcia cuando así lo requería el protocolo.

Frente a este panorama de expansión del helenismo y de la lengua griega por el Próximo Oriente, hay que destacar que todo el I mileio a.n.e. fue la época de mayor esplendor y expansión de la lengua aramea , cuyo uso se mantendrá independientemente de quién conquiste estos territorios. Tenía su origen en poblaciones nómadas del Desierto de Siria que a finales el II milenio a.n.e. ya se habían asentado en distintas regiones.


En aquellos lugares donde convivían varias lenguas, a la hora de dejar por escrito algún documento oficial éste tenía que escribirse en varias lenguas, de manera que toda la población pudiese leerlo. Una de las lenguas escogidas en estos casos siempre era el arameo. Podemos poner como ejemplo los edictos de Asoka, una región cercana al Indo y de cultura india. Estos textos fueron escritos en tres lenguas, pácrito, griego y arameo.

F.20.3.-Relación entre los griegos y el pueblo judío
Dentro del contexto de los reinos helenísticos y del contacto de los griegos con los distintos pueblos orientales, merece una mención aparte la relación que establecieron con los judíos.

Flavio Josefo, romano de origen hebreo, escribió en época Flavia aportando diferentes datos sobre el Oriente helenístico a partir de las fuentes hebreas, por lo que nos proporciona el punto de vista de este pueblo sobre los hechos relacionados con la presencia griega en estos territorios. Los griegos tuvieron pronto interés por las obras escritas por los hebreos, especialmente por sus libros sagrados, traduciéndolos para poder acceder a ellos. Sin embargo, la mirada griega simplificó enormemente diversos aspectos de la cultura judía que no llegaron a entender y que incluso generaron una aversión dentro de diversos sectores griegos contra los judíos.

Uno de estos elementos que los griegos no supieron interpretar fue la exigencia por parte del estado de cumplir los preceptos religiosos y el hecho de que la religión fuese considerada por los judíos como un asunto de estado. Entre los hebreos siempre se dio una reivindicación de la identidad nacional y religiosa viviesen donde viviesen, manteniendo sus costumbres y tradiciones y, en cierto modo, apartándose del resto de poblaciones , razón por la que destacaban especialmente dentro del mosaico cultural de Oriente. Además, dentro de la población judía había varios grupos enfrentados entre sí, de manera que los conflictos internos eran una razón más para que no se abriesen al influjo de otros pueblos.

F.20.4.-Las ciudades griegas en Oriente
Hay diversas ciudades que alcanzaron su momento de mayor esplendor en la época helenística, como por ejemplo Antioquía. Conocemos varios núcleos urbanos con este mismo nombre debido a que hubieron varios reyes helenísticos llamados Antíoco que fundaron ciudades, así que éstas suelen ir acompañadas de epítetos para identificarlas entre sí. Sin embargo, cuando se habla de Antioquía sin más normalmente nos estamos refiriendo a la más importante de todas ellas, la Antioquía de Siria o del Orontes. Otras ciudades de gran prosperidad fueron Apamea , situada también cerca del río Orontes y fundada en el año 300 a.n.e. por Seleúco Nicator, o Palmira, ubicada en el oasis de Tadmor, en el paso de las rutas caravaneras.

Pero el paradigma de ciudad helenística póspera y rica es Pérgamo, en Jonia. Gran parte de la información de la que disponemos sobre esta ciudad es de época romana, aunque nació en época helenística. Su sistema de gobierno era una monarquía de tipo helenístico y se convirtió en un estado independiente desde que en el siglo III a.n.e. Atalo obtuvo la libertad para su ciudad. Ésta llegó a controlar un cierto territorio hacia el interior de Anatolia. A pesar de su pequeño tamaño, era un reino a taner en cuenta debido a su excelente localización estratégica, desde donde controlaba los contactos entre Asia Menor y el Egeo, que hizo de este pequeño reino un lugar muy floreciente y cosmopolita, un lugar de encuentro para gentes de todos los pueblos de Oriente. Gracias a una descripción de Flavio Josefo sobre esta ciudad sabemos que estaba elevada y aterrazada, con los edificios públicos, la acrópolis, en la parte alta. Contaba con los típicos espacios de cualquier ciudad griega: ágora; palacio; teatro; gimnasio; santuarios o templos, como los dedicados a Atenea, Dionisos y a Asclepios; una biblioteca, que fue la más importante después de la de Alejandría…



Reconstrucción de Pérgamo a partir de la descripción de Flavio Josefo.

En el año 133 a.n.e. su rey, Atalo III, deja estipulado en su testamento que su heredero es Roma, que incorpora esta ciudad a la provincia de Asia. La razón de esta cesión voluntaria del poder a la gran potencia imperialista del momento se encuentra en que era la única manera de asegurar la prosperidad a Pérgamo y de asegurarse que no sería destruida o conquistada.

F.20.5.-La moneda griega
Antes de la aparición de las monedas el patrón de intercambio del Próximo Oriente era el talento, una pieza de metal que únicamente tenía un valor intrínseco. Tal y como ya sabemos, las primeras monedas que aparecieron, los stateros, no tenían un valor fijo sino que cada ciudad acuñaba la suya propia, con distintos sistemas de pesos y medidas. Llegará un momento en el que se impondrá el sistema ateniense y el dracma será tomado como base de intercambio única, creándose una serie de múltiplos y divisores que permiten su empleo para realizar todo tipo de adquisiciones comerciales. El nombre de dracma viene de drax, varillas de metal que cabían en una mano y cuyo valor era el de su peso.



Hay una gran cantidad de cecas, casi todas ellas en ciudades helenísticas, pero también en otros lugares emblemáticos. Destacamos Babilonia, Ecbatana, Sardes, Mileto, Byblos, Beritos, Antioquía de Siria, o Alejandría entre otras.
NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:

Historia romana (fragmento):
(A la muerte de Alejandro los macedonios eligieron para sucederle a su hermano Arrideo, cuya incapacidad mental hizo necesaria la tutela del general Pérdicas como regente, y los generales macedonios se repartieron las provincias del imperio para actuar sobre ellas como gobernadores. Las disputas surgidas al poco entre los sucesivos regentes y los sátrapas macedonios condujeron a una serie de alianzas y enfrentamientos entre todos ellos que, una vez desaparecidos Arrideo y el hijo de Alejandro, desembocaron en la transformación de las diferentes satrapías en auténticos reinos gobernados por los diadocos o «sucesores» de Alejandro. Apiano de Alejandría (95 - 169) fue un historiador griego que ejerció como abogado, primero en su ciudad natal y luego en Roma, y llegó a ocupar el cargo de administrador imperial. Entre su producción literaria destaca una extensa Historia romana redactada en griego hacia el año 160 que recopila historias diversas concernientes a las guerras romanas de conquista y por la que desfilan los diversos pueblos y países en el orden en el que fueron incorporados al dominio romano, desde los tiempos más antiguos hasta el reinado de Trajano. Compuesta por 24 libros, de ellos nos han llegado 10 completos y fragmentos de algunos otros).

“Después de los persas, fue rey de Siria Alejandro, quien reinó, además, sobre todos los países que vio. A su muerte, como uno de sus hijos era todavía una criatura muy pequeña y el otro se hallaba en el vientre materno, los macedonios, por amor al linaje de Filipo, eligieron como rey, mientras eran criados los hijos de Alejandro, pues cuidaban también de la viuda encinta, a Arrideo, el hermano de Alejandro, aunque se pensaba que no estaba en sus cabales y le cambiaron el nombre de Arrideo por el de Filipo. Sin embargo, los amigos de Alejandro dividieron en satrapías a los pueblos sometidos y Pérdicas las repartió entre ellos bajo la autoridad del rey Filipo. Y no mucho después, cuando murieron los auténticos reyes, los sátrapas se convirtieron en reyes. El primer sátrapa de Siria fue Laomedonte de Mitilene, gracias al favor de Pérdicas y de Antípatro, que fue quien asumió la tutela de los reyes después de Pérdicas. Tolomeo, el sátrapa de Egipto, fue al encuentro de Laomedonte con una flota y trató de convencerlo para que, a cambio de una fuerte suma de dinero, le entregara Siria en razón a que constituía una buena defensa para Egipto y una excelente base de operaciones contra Chipre. Y, como no pudo convencerlo, lo hizo prisionero, pero él sobornó a los guardianes y huyó a Caria junto a Alcetas. Tolomeo reinó en Siria durante un cierto tiempo y, después de dejar guarniciones en las ciudades, navegó de regreso a Egipto.
Antígono era sátrapa de Frigia, Licia y Panfilia y, habiendo sido dejado por Antípatro como inspector de toda Asia, al pasar éste a Europa, sitió a Eumenes, sátrapa de Capadocia, a quien los macedonios habían declarado enemigo público. Pero Eumenes logró escapar y se apoderó de Media. Sin embargo, Antígono lo capturó y le dio muerte y, a su regreso, obtuvo un magnífico recibimiento por parte de Seleúco el sátrapa de Babilonia. Como quiera que Seleúco castigó a uno de los gobernadores sin consultar con Antígono, que todavía se encontraba presente, este último montó en cólera y le pidió cuenta de su dinero y posesiones. Y aquél, por ser más débil que Antígono, huyó al lado de Tolomeo en Egipto. Antígono, tras la huida de Seleuco, relevó, de inmediato, de su cargo a Blítor, el gobernador de Mesopotamia, por haber dejado escapar a Seleúco y, muerto ya Antípatro, se apoderó de Babilonia, Mesopotamia y de cuantos territorios hay entre Media y el Helesponto. A causa de ello, despertó, al punto, la envidia de los restantes sátrapas, por detentar el mando de una extensión tan grande de tierra. Por lo cual, sobre todo Tolomeo, Lisímaco, el sátrapa de Tracia, y Casandro, el hijo de Antípatro, que estaba al frente de los macedonios desde la muerte de su padre, se coaligaron con Seleúco a requerimiento de este último. Y enviaron una embajada conjunta a Antígono pidiéndole que repartiera, con ellos y con los otros macedonios que habían sido despojados de sus satrapías, las tierras que había adquirido, así como su dinero. Pero Antígono se burló de ellos y éstos, a su vez, le declararon en bloque la guerra. Él, por su parte, se preparó también para la misma y expulsó a todas las guarniciones de Tolomeo que había aún en Siria, al tiempo que le quitaba todas las posesiones que aquél conservaba todavía en Fenicia y la llamada Celesiria.
Avanzando más allá de las Puertas Cilicias, dejó a su hijo Demetrio, de unos veintidós años de edad, en Gaza con un ejército para que contuviera el ataque de Tolomeo que venía desde Egipto. Tolomeo lo venció en una magnífica batalla en torno a Gaza y el muchacho huyó junto a su padre. Tolomeo envió de inmediato a Seleúco a Babilonia para que recuperara el poder, le dio, para tal fin, mil soldados de infantería y trescientos jinetes. Con un número tan exiguo de tropas, Seleúco obtuvo de nuevo Babilonia, tras recibir una calurosa acogida de sus habitantes y, después de poco tiempo, aumentó grandemente su poder. Antígono, en cambio, rechazó a Tolomeo y lo venció cerca de Chipre en un espléndido combate naval en el que su hijo Demetrio fue el comandante. Por esta hazaña notabilísima, el ejército los proclamó reyes a ambos, a Antígono y a Demetrio, pues ya habían muerto sus reyes: Arrideo, el hijo de Filipo y Olimpíade, y los hijos de Alejandro. También proclamó rey a Tolomeo su propio ejército, por temor a que fuera tenido por inferior a los vencedores a causa de su derrota. Ocurrió, precisamente, que estos hombres obtuvieron resultados idénticos como consecuencia de hechos opuestos. Los demás siguieron, al punto, su ejemplo y todos los sátrapas se convirtieron en reyes.

Y así fue como Seléuco llegó a ser rey de Babilonia. Obtuvo, además, el reino de Media, después de matar personalmente en combate a Nicanor, a quien Antígono había dejado como sátrapa de este país. Llevó a cabo muchas guerras contra los macedonios y los bárbaros. Las dos más importantes fueron con los macedonios; la segunda, con Lisímaco, el rey de Tracia, y la primera, con Antígono en las cercanías de Ipso, en Frigia, en la que tuvo el mando de las tropas, y tomó parte en la lucha el propio Antígono, a pesar de que tenía ya más de ochenta años de edad. Puesto que Antígono murió en la batalla, todos los reyes que se habían coaligado con Seleúco contra aquél se repartieron sus posesiones. A Seleúco le tocó en suerte, en este reparto, la parte de Siria que se extiende desde el Éufrates hasta el mar y la Frigia interior. Acechando siempre a los pueblos vecinos y dotado de poder para someterlos por la fuerza y de persuasión para atraérselos, llegó a reinar sobre Mesopotamia, Armenia, la Capadocia llamada Seléucida, persas, partos, bactrianos, árabes, tapiros, la Sogdiana, Aracosia, Hircania y sobre todos los demás pueblos limítrofes, que se extienden hasta el río Indo, que habían sido conquistados por Alejandro. Así que fue quien tuvo unos límites más vastos en Asia después de Alejandro, pues desde Frigia hasta el río Indo todos eran súbditos de Seleúco. Cruzó el Indo e hizo la guerra a Androcoto, rey de los indios que habitaban en las márgenes del río, hasta que firmó con él un pacto de amistad sellado por vía de matrimonio. Algunos de estos hechos los hizo antes de la muerte de Antígono, y otros, después de ella”.

APIANO: Historia romana. Sobre Siria, Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1980.



















CAPÍTULO 21
EL DOMINIO ROMANO DE ORIENTE: LA CONQUISTA Y LA INTEGRACIÓN EN EL ESTADO TERRITORIAL. LA VISIÓN ROMANA DEL ORIENTE HELENÍSTICO


F.21.1.-El principio de la conquista



Sus primeras acciones en esta dirección comienzan en la parte occidental de Anatolia, tomándola e incorporándola a sus dominios como la provincia de Asia, y en la franja sirio-palestina, a la que integrará como la provincia de Siria y que será una cabeza de puente para el resto de movimientos que realicen los romanos en Oriente.

F.21.2.-El siglo I a.n.e.

F.21.3.-El Imperio Romano. Los Julio-Claudios
Augusto inició una nueva organización provincial del territorio que afectó también a Oriente. Allí entró en contacto con las antiguas clientelas de Antonio y las heredó, haciéndolas suyas, de manera que en el Próximo Oriente vamos a encontrarnos a partir de ahora con provincias romanas, con una serie de reinos clientes, algunos de los cuales con el tiempo pasarán también a ser provincias, y con ciudades independientes que mantienen esta situación privilegiada como un pago por parte de Roma de los favores prestados a Augusto durante el conflicto civil. La situación de las provincias cambiará mucho a lo largo de la Historia de Roma, siendo administradas a veces directamente por el emperador y en otras ocasiones por el Senado.

Judea se convirtió en provincia romana ya en época de Augusto, pero se perdió para ser reconquistada posteriormente. En cuanto a la región conocida como la Arabia Pétrea o Nabatea, que era independiente en época helenística, pasará a ser ahora otro más de los estados clientes de Roma. También el Norte de África pasará a estar bajo control romano en estos momentos.

La relación romana con estos territorios orientales variará, ya que Roma fue improvisando su política exterior y actuará en cada región como pueda y como deba atendiendo a las circunstancias concretas de cada momento. En Roma existía la costumbre de mandar a los hijos de los monarcas orientales a la capital imperial para que fuesen educados junto al príncipe y a su familia. Los reyes orientales tenían así la garantía de que sus hijos iban a estar a salvo y recibiendo la mejor formación posible mientras que Roma se aseguraba que los futuros herederos de dichos reinos le serían fieles cuando ocupasen el trono. Calígula, por ejemplo, se educó junto a Agripa, nieto de Herodes. El “hermanamiento” de ambos príncipes pudo ser la causa de que años más tarde, cuando Calígula se convirtió en emperador, concediese la independencia a algunas provincias orientales, de manera que éstas pasaron a ser estados vasallos. Así ocurrió con Commagene, Armenia Minor, Porto y Judea, pero esta medida fue muy criticada en Roma y sólo duró el corto reinado de este emperador. Es probable que Calígula tomase esta decisión por motivos políticos, ya que Judea era muy inestable y consideró que era más cómodo para Roma no controlarla directamente, sino a través de un rey que le fuese fiel. Las fuentes de la época también mencionan que este denostado emperador adoptó algunas de las costumbres orientales, lo que sin duda se debió a la influencia que recibió por parte de Agripa.

F.21.4.-La época Flavia
Judea comenzó siendo un estado cliente para pasar a ser una provincia en tiempos de Augusto. Calígula, como ya sabemos, cambió esta situación, pero estos territorios volvieron a ser conquistados por Roma. Sin embargo, tuvieron lugar contínuos levantamientos que cristalizarán en la época Flavia, que comenzó en el año 69, dando lugar a un gran enfrentamiento entre hebreos y romanos. Los emperadores Flavios mandaron a un gran ejército a Oriente para derrotar de una vez por todas a lo hebreos. Sometieron la provincia tras varios episodios de masacres, pero aún así los hebreos siguieron protagonizando alzamientos contra Roma hasta el siglo II.




F.21.5.-Comienzos del siglo II
En el año 106 la Arabia Nabatea se convirtió finalmente en provincia romana. Fue una importane adquisición para Roma, ya que desde allí se controlaba el acceso a Egipto. Esta región decidió integrarse en el Imperio Romano de forma voluntaria, sin que mediase batalla o tratado previo alguno, probablemente para garantizar su seguridad en Oriente.

El Éufrates era la frontera que tenía Roma con los partos. Ambos estados, Roma y Partia, tenían un objetivo común en esta región: sentar en el trono de Armenia a un monarca que favoreciese sus intereses. Tuvieron lugar diversos enfrentamientos armados y pactos que se rompieron hasta que en el año 114 el emperador Trajano inició una guerra contra este reino oriental, conquistándolo tres años más tarde. Sin embargo, en su regreso triunfal pasó por Cilicia, donde cayó enfermo y murió en extrañas circunstancias, episodio que una vez relatado en las fuentes recuerda profundamente al fallecimiento de Alejandro de Macedonia. Probablemente no fuese más que una reelaboración de los hechos para mostrar la grandeza de este emperador al asociar su destino al del gran Alejandro. Este relato además nos cuenta que sus últimas palabras fueron para su esposa y para su prefecto de pretorio, diciéndoles que deseaba que le sucediese Adriano. Se trata, por tanto, de una forma de legitimar su acceso al poder. A su muerte todo Oriente estaba plagado de sublevaciones. Las poblaciones hebreas de Judea, Babilonia y Egipto eran un fuerte elemento de inestabilidad y los territorios conquistados por Trajano no tardaron en perderse.






































































NOTAS Y MATERIAL ADICIONAL:



































































































PREGUNTAS DE EXAMEN:

1) Seis preguntas breves de un punto cada una:
-Sargón de Akkad.
-Nabucodonosor II.
-Tukultininurta I.
-Tiro.
-Arameos.
-Amoritas.

2) Una pregunta de desarrollo de tres puntos a elegir entre las siguientes:
-Aspectos de la civilización mesopotámica: la ciudad y la escritura.
-El Imperio Antiguo Asirio.
-El final de la Edad del Bronce y los Pueblos del Mar.

3) Situar en un mapa mudo las siguientes ciudades (un punto): Larsa, Babilonia, Nuz, Ugarit, Byblos, Nínive, Mari, Tiro, Assur y Jerusalén.



















































































BIBLIOGRAFÍA:

General:
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