1.-El resquebrajamiento de la sociedad de la conquista
La caída de la
demografía indígena, el aumento de los sectores mestizos, el descubrimiento de
minas de metales preciosos en México y Perú y la expansión de los núcleos
urbanos fue cambiando una economía de intercambio y trueque basada en el
tributo por otro tipo de economía basada ahora en el comercio exterior y en la
circulación de monedas. Aquellos centros que no contaban con explotación de
metales se especializaron en la producción de materias primas para las
metrópolis europeas (azúcar, tabaco, cueros, sal, madera, cacao…).
Ahora comienza a
tejerse una maquinaria fiscal que abogaba por gravar los productos, por lo que,
pasó a fomentarse la comercialización de productos. El principal enemigo del
nuevo sistema era el contrabando, que podía desestabilizar todo el sistema. En
definitiva se implantaba un sistema colonial de explotación en el que primaba
la explotación de metales preciosos controlada por la metrópoli.
Este nuevo sistema se
implantó por el derrumbe demográfico autóctono y el crecimiento de los sectores
mestizos, lo que supone una caída en la percepción de las rentas, teniendo que
abandonar el antiguo sistema tributario de corte feudal. Los sectores mestizos
ofrecieron su mano de obra para articular el proceso de comercialización de la
economía, así que la mano de obra esclava procedente de África fue cada vez
menos necesaria.
A pesar de las malas
estadísticas y su mala calidad los historiadores, en general, han llegado a
unos acuerdos a la hora de cuantificar la curva demográfica:
- Parece ser que la caída de la población indígena y el aumento de la mestiza no fueron tan agudos como muestran las cifras oficiales. Ambos procesos están conectados pues gran número de sectores indígenas intentaron convertirse en mestizos con el objetivo de evitar la tributación, a partir del s.XVI. Sánchez-Albornoz y Brooke Larson han estudiado esta circunstancia en el virreinato de Perú en el XVII y descubrieron que el número de forasteros-indígenas emigrados de sus comunidades para evitar la mita-aumentó en el Perú, cuando la población de las comunidades se reducía.
También hay que tener
en cuenta que un gran contingente indio se desplazó de núcleos con altas
densidades a zonas marginales, para evitar cualquier dominación, y que las
enfermedades contagiosas actuaron más activamente en la costa y asentamientos poblados.
- En cuanto a la emigración de peninsulares a América se conoce poca información. El autor Boyd-Bowman la ha cifrado en 2000/año durante el s.XVI. La mayoría de ellos eran jóvenes que procedían de la zona meridional peninsular que buscaban tierras en América y crear un nuevo linaje. Quedaron fuera de la ley los gitanos, protestantes, judíos y musulmanes a fin de evitar conflictos sociales y alcanzar “la pureza religiosa”.
- Una vez realizada la conquista comenzaron a llegar mujeres, burócratas, artesanos, curas…
México se convirtió
en el gran receptor de inmigrantes peninsulares pero a partir de la década de
60 del s.XVI, Perú comenzó a recibir la misma cantidad de inmigrantes. Muy
pocos eran los que volvían a la Península Ibérica.
Para seleccionar el
destino se usaba la cadena de el tío
americano hace venir al sobrino peninsular. Así se evitaba la dispersión
del grupo. Entre 1570 y 1620 la población criolla se triplicó hasta alcanzar
los 450.000 individuos.Pero lo cierto es que calcular el crecimiento de la
población europea es casi imposible ya que faltan datos sobre mortalidad,
fecundidad, natalidad….
- Hay que destacar que la inmigración fue sobre todo masculina desde la Península los que dio lugar a un fuete mestizaje. En un primer momento se consideraron “mestizos bilógicos” pero a partir de mitad del s.XVI se les conoció como “mestizos sociológicos”. Los conquistadores cerraron el sistema social a los ascensos, por equilibrio sexual.
Es bastante difícil
rastrear datos de mestizos, ya que son el resultado de uniones no legalizadas,
sin conocerse datos de su demografía. La Corona no se opuso a estos movimientos
porque reducía el poder de los encomenderos. Hay que destacar que el
crecimiento de los mestizos hizo que se fuese introduciendo la mano de obra
asalariada al mismo tiempo que se imponía economía mercantilista.
- Es difícil también cuantificar la evolución demográfica-su natalidad, mortalidad…- de la población esclava de origen africano, que llegó a Nuevo Mundo. Los comerciantes de esclavos siempre intentaron cortar la reproducción entre esclavos para continuar con la trata negrera, que se mantuvo como negocio a lo largo de los siglos coloniales. En los lugares de gran densidad indígena o de mestizos no se recurría a ellos debido a que conseguir mano de obra barata era fácil. El esclavo negro fue la base de las zonas tropicales que producían materias primas para las metrópolis (Antillas y zonas de oro).
En esencia no
se puede hablar de un contingente de esclavos negros controlados por una élite
europea en México y Perú.
- Se ha de tener en cuenta la conquista de las Filipinas, pues desde el viaje de Legazpi en 1566 se abre el mercado latinoamericano al asiático. Filipinos, japoneses y chinos comenzaron a llegar a Nuevo Mundo, insertándose en el mundo doméstico y de las manu- facturas de seda. Aunque esta emigración fue prohibida en 1597 nunca adquirió una gran importancia cuantitativa.
- Por último se tienen pocos datos sobre los mulatos-blancos con negros-y zambos –negros con indígenas-.No se veía con buenos ojos estas uniones pues se pensaba que los negros podían borrar “la inocencia indígena” y eran considerados “musulmanes infieles”. Se prohibió que éstos viviesen, por esos prejuicios sociales, en comunidades indígenas.
La falta de población
femenina negra-eran menos valoradas para el trabajo físico-hizo que se
fomentará los contactos entre esclavos e indias.
En resumen la
estructura social dualista-colonos e indios- no fue tan pronunciada como se
intentó trasladar en un primer momento, sino que fue diluyéndose y haciéndose
más compleja. En consecuencia hay que desechar la idea de un enfrentamiento
entre el sector urbano hispánico y el indígena etiquetado como rural. La
sociedad de castas no se corresponde con la realidad americana pues un indio o
un esclavo negro podía comprar la condición jurídica de un blanco o mestizo a
través del sistema de “sacar”. La administración colonial etiquetó a la
población indígena como indios para
diferenciar entre el grupo dominador o español
y el grupo dominado. El criterio racial sirvió para crear una fuerte
jerarquía en el Nuevo Mundo.
La composición de una
familia colonial era muy heterogénea pues estaba compuesta desde el hacendado
hasta los esclavos. El matrimonio era la herramienta para ampliar las parcelas
de poder del individuo y la tierra era la base para traspasar ese poder a
perpetuidad a través del Mayorazgo.
2.-La producción de metales preciosos.
Para explicar las
estructuras económicas de América Latina se han propuesto dos modelos
interpretativos:
1)
Modelo dentríco: Éste mantiene que la
economía de esta zona, al estar orientada hacia exterior, se estructuró de acuerdo
con las exigencias de los mercados internacionales. Así la evolución de las
regiones americanas estaba conectada con el mercado internacional.
Este modelo,
defendido por las posturas dependentistas, sugiere que la expansión de los
núcleos urbanos fue la causa de la modernización de los ámbitos rurales.
2)
Modelo solar. Éste defiende una
especialización geográfica de la producción fomenta- da por los propios centros
mineros, núcleos urbanos y puertos exportadores, que fueron conectando los
mercados internos y satisfaciendo las demandas internacionales. Desde este
punto de vista no es válida la imagen de un mundo indígena atrasado frente a
otro criollo de corte capitalista y moderno, ya que hubo muchas interconexiones
entre ellos.
La producción de
metales preciosos fue el elemento que conectó la economía de América Latina con
la mundial a mediados del s.XVI. En estos momentos se descubren las minas de
oro de Cauca y Magdalena (Colombia), de Chile…las de plata o las de mercurio en
la zona de Huancavelica(Perú,1563).Las relaciones cambiarán pues de una
economía de conquista y tributo se pasará a otra basada en la producción y
exportación de metales.
Las técnicas de extracción eran simples. Desde el principio el trabajador podía
extraer los metales de las vetas valiéndose de picos o barras de metales,
debido a que la mano de obra era muy barata. Con el paso del tiempo los pozos
se hicieron más profundos y la mano de obra se encareció por lo que se
introdujeron innovaciones tecnológicas como el malacate (torno), desagües y el
uso de la pólvora.
Los sistemas de refinamiento de la plata eran dos:
·
Sistema de fundición. Éste era de tradición indígena local y se basaba en
triturar y calentar el mineral en rudimentarios hornos para separar la plata de
la escoria. En el primer momento sobró con el aprovisionamiento de maderas de
los entornos cercanos pero con el paso del tiempo hubo que recurrir a fuentes
alternativas como el excremento de animales para evitar la deforestación. La
principal ventaja del sistema era que no hacía falta un gran capital para
articularlo pero por las deficiencias técnicas se perdía gran cantidad de plata
de los minerales.
·
Sistema de amalgamación. Era un sistema mucho
más técnico y complejo, descubierto por Bartolomé de Medina e introducido en
América hacia 1570.Éste se basaba en la capacidad que tenía el mercurio de
fusionarse con la plata. Se seguían estos pasos:
1º.
Trituración
del mineral en un molino movido por tracción animal.
2º.
La
“harina” resultante se trasladaba a un patio, donde se mezclaba con agua, sal y
azogue hasta conseguir una pasta uniforme o torta.
3º.
La
tierra y plata se separaban y la masa sólida o piña se calentaba para enfriar
el mercurio. La plata pura se fundía para crear bloques compactos.
Este sistema permitía
extraer mucha más cantidad pura de plata pero también tenía sus contras. Era un
proceso largo y caro, además de estar controlado por la Corona, con el objetivo
de dirigir indirectamente la producción de plata.
En definitiva el
proceso de amalgamación era el empleado por las grandes empresas minera con
gran capital, mientras que la fundición era utilizada por los particulares como
una actividad complementaria, que no estaba controlada por las autoridades coloniales
y se podía evadir fiscalmente. Para refinar el oro se utilizó un sistema
bateas y otro de lavado. En este último, como en la amalgamación, también se
usaban los molinos.
Sistema de tributación-fiscalidad y condiciones de vida
de los trabajadores de las minas.
1)
Toda producción, al menos en el plano teórico, debía
pasar por unos trámites fiscales. En 1504 se fijó el quinto (20%) para los particulares y para los mineros el diezmo. En 1548 ante la dificultad de
distinguir a los contribuyentes el diezmo se generalizó. Para demostrar que un
producto había pasado por estos trámite se llevaban a cabo los cuños reales y
la plata era enviada a la Casa de la Moneda para conocer su valor y hacerla
moneda. Si esos metales se destinaban a la exportación se debía contribuir con
el tributo del almoja- rifazjo(2-8%).
2)
La minería tuvo una base esencial en la mano de obra
indígena mientras que la mano de obra africana se destinó, parcialmente, a
la minería del oro. Cuando los indígenas sufrieron una alta tasa de mortalidad
se recurrió a mano de obra de las islas cercanas Caribeñas. Poco a poco con la
introducción de leyes protectoras de los sectores indígenas se introdujeron
sistemas como el cuatequitl (Nueva
España) o la mita (Perú), por los que
se obligó a las comunidades indígenas
a enviar a los centros mineros un número específico de trabajadores. Éstos para
no ser confundidos con esclavos se les asignó un salario, muy bajo.
Un
trabajador libre solía tener una jornada de unas 8-10 horas a cambios de un
salario, pero éste representaba una pequeña cantidad de sus ingresos. En las
horas regulares el obrero se ocupaba del acondicionamiento de la mina pero era
en las extraordinarias cuando llegaba a un acuerdo con el propietario conocido
como tercias (un 33% para él) o mitad. Además como se llevaba a cabo
esta extracción por medio de la fundación era más fácil la evasión fiscal del
quinto.
Con la
obligatoriedad del pago del tributo en moneda a partir de mediados del s.
XVI se impulsó un sistema monetización
de la economía en América y se creó una bolsa de trabajadores asalariados. Al
existir una gran oferta de trabajadores la Corona a través del sistema de la
mita consiguió mantener los salarios bajos y garantizar el cobro de impuestos.
Producción.
Ésta es muy difícil de
calcular debido a la fragmentación de las fuentes. Las cifras fiscales, las
cuentas de amonedación y los registros comerciales muestran datos oficiales
pero no contempla los metales que se exportaban de manera fraudulenta. Esto
intentaba ser corregido por registros de llegada a Europa.
Bakewall y Brading
estudiando estas fuentes han llegado a la conclusión de que durante el período
de 1580 y 1630 se da el máximo auge de la producción y en 1650 se alcanza el
mínimo volumen de producción. Estos datos concuerdan con las curvas de
exportación realizadas para el Atlántico por Chaunu.
En líneas generales
se ha identificado una relación, que parecía indisoluble, entre la producción
de los metales preciosos y la evolución de la población indígena, pues se
consideraba que la mano de obra era el factor más importante y, por tanto, el
descenso de población indígena traería el descenso de la producción .Estas
tesis muestran dos fallos:
a)
El incremento de la producción de plata tuvo lugar cuando
la depresión demográfica era más intensa. Las oscilaciones poblacionales no
debieron afectar drásticamente. Las
necesidades laborales no eran tan amplias como para que el sistema se viese
afectado por el descenso del total de la población.
b)
Los ingresos más importantes de los trabajadores
procedían de las tercias o partidos.
A
comienzos del XVII empezó a circular
gran cantidad de metales preciosos sin quintar o amonedar, que eran aceptados
sin problemas por la población. Ni siquiera importaba si llevaban el cuño real.
Hay que tener en
cuenta a la hora de estudiar la dinámica de la producción de metales preciosos
en este período que éstos no siempre tuvieron el mismo valor, abriéndose
procesos de inflación. La capacidad real de compra descendió y para conocer el
valor real de la plata se debe estudiar su situación en el mercado
internacional del momento y lo cierto es que el margen de los beneficios
descendió mientras que los costos de producción fueron constantes.
3.-El comercio externo.
Para
controlar el complejo entramado del comercio exterior y toda la información
sobre él se impuso un sistema centralizado. El puerto de Sevilla se
convirtió en el epicentro de las relaciones metrópoli-colonias hasta 1717,
cuando fue sustituido por Cádiz. Comerciantes y banqueros de diversos puntos de
Europa trabajaban en torno a la Casa de Contratación. La Corona aprovechó para
ampliar su capacidad prestamista a los países europeos.
De esta
manera las expediciones comerciales aprovechaban el otoño y los vientos
alisios para zarpar al Nuevo Mundo. Tras descender por el Guadalquivir hasta
Sanlúcar de Barrameda se hacía escala en las Canarias para embarcar los últimos
pertrechos. La siguiente parada eran los puertos de las pequeñas Antillas y
posteriormente el de La Habana, que se convirtió en la “llave” del Nuevo Mundo. Las naves se
dividían entre la flota de Nueva España, dirigida a Veracruz, y los galeones de Tierra Firme, que llegaban a
Panamá y al virreinato de Perú.
La mayoría de
expediciones vivían con el temor de ser asaltadas por piratas o corsarios por
lo que, a mediados del S.XVI, se impuso un sistema de viaje de naves juntas o
en convoy, que eran escoltadas por
buques de guerra. Esto encarecía los costes.
Con el objetivo de
abaratarlas exportaciones y agilizar los trámites fiscales todo este comercio
se organizó e unos pocos puertos principales. Así hay que destacar en el
Perú el de Callao-Lima, el puerto atlántico de Veracruz y el pacífico de
Acapulco en el México. El viaje de vuelta normalmente era en primavera para
aprovechar los contralisios.
El
comercio entre el Atlántico y el Pacífico no fue abierto hasta la
expedición del año 1565 de Legazpi-Urdaneta. Se implantó un sistema parecido a
la Carrera de Indias. El Galeón de Acapulco zarpaba de esta ciudad hacia la
capital Manila, en febrero para doce semanas después llegar si se aprovechaban
los vientos de popa y no había actividad pirata. El retorno desde Manila se
producía en marzo, teniendo que ascender hasta el para- lelo de Japón y hasta California.
El viaje podía durar 6 meses.
El tipo
de barco utilizado regularmente para el comercio en los dos océanos fue la
carabela, pero conforme se fueron ampliando las fronteras y se requería una
mayor capacidad de carga se comenzó a navegar con barcos de mayor calado como
galeones, carracas o naos.
1) carabela 2) nao Santa
María 3) Galeón
español.
El sistema de
transporte estaba pensado para activar un comercio naval anual y cíclico, pero
para darse así se necesitaba de una cadena actores que muchas veces no llegaban
a actuar. En el siglo XVII hubo numerosos problemas que hicieron que entre una
flota y otra hubiese 7 años de diferencia. A los problemas de coordinación
había que sumar las tormentas, ciclones o calmas.
·
La mercancía era totalmente seleccionada y su
valor era el adecuado a su cantidad. Así por ejemplo los materiales perecederos
requerían un transporte rápido pero los metales por su naturaleza y tamaño no
presentaban problemas. El viaje podía durar más de dos meses y para regresar se
tenía que navegar hacia el norte para aprovechar los contralisios.
En
consecuencia los cereales no interesaba exportarlos más allá de unas millas,
mientras que los textiles y metales preciosos por su fácil almacenaje podían
ser transportados de un puerto a otro sin problemas. El azúcar no interesaba
para viajes de más de 70 días y los vinos y aceites cuando llegaban a Sevilla
estaban ya amargos. Derivada de esta circunstancia hubo una especialización
regional de la producción.
Toda la
información oficial de la que se dispone, estudiada por Chaunu, de la Casa de
Contratación debe ser contrastada por el comercio ilegal o de contrabando, que
pretendía evadir las barreras de la reglamentación e impuestos. En resumen el
tráfico atlántico y pacífico fue creciendo a lo largo del XVI. Sevilla
exportaba su producción interior pero cuando las tierras de América fueron
adquiriendo autonomía y se cerraron a los productos con los que ya contaban en
sus fronteras.
4.-El sector interno.
El sector
interno se fue articulando como satélite del comercio de los metales
preciosos. Los centros de consumo americanos procedían de las minas reales y
los núcleos urbanos. De esta manera la producción de metales demandaba:
-1) Sal para el proceso de amalgamación. Esto impulsó la
construcción de salinas.
-2) Hierro para los utensilios usados en las minas. Se
activó un creciente comercio con el norte de la Península Ibérica.
-3) Madera. Ésta se utilizaba para las galerías de las minas
y como principal fuente combustible, de ahí que hubiese una gran deforestación.
-4) Mercurio para la amalgamación, que procedía de Almadén
para surtir a Nueva España y de Huancavelica para Perú. La Corona monopolizaba
su producción, e incluso, fijaba los precios de venta.
Los centros
mineros y urbanos fueron ampliando la demanda-de algodón, tintes, o lana…-
llegándose a articular segundos anillos, en los que se concentraban haciendas
agroganaderas y puntos manufactureros. Según las tesis de Von Thünen la
producción de los artículos con menos valor y voluminosos se trasladó cerca de
los núcleos urbanos mientras que la ganadería fue apartada a los pastos más
alejados para facilitar el transporte y abaratarlo.
Las haciendas
fueron siendo acaparadas por los antiguos encomenderos, que se convirtieron
en productores a través de la compra de títulos de propiedad o composiciones. Esta situación se
entiende por el descenso de los tributos. En un
primer instante la mano de obra de estos centros fue la compulsiva, pero
conforme la población tributaria fue descendiendo apareció el salario y el
peonaje.
Los centros
manufactureros fueron creciendo, ya que las importaciones desde Europa no
cubrían la demanda interna. Desde el S.XVI, a fin de que no subiesen su precio,
se prohibieron las exportaciones de productos peninsulares a América. Este
mecanismo se convirtió en un potenciador de los centros americanos que se querían
erradicar. La mano de obra procedía de dos ámbitos:1) trabajo compulsivo de
indios perseguidos.2) trabajo a domicilio. Las dos regiones exportadoras que
más destacan fueron Quito y Tucumán, que surtían a los núcleos urbanos y
mineros.
Hay que
recordar que existían circuitos que interconectaban el mundo rural con el
urbano. Así se producía en los centros indígenas:
- Comestibles: maíz, fríjoles, patatas…
- Bebidas alcohólicas y estimulantes (coca y tabaco).
- Aves de corral y manufacturas.
El intercambio de
productos con monedas (productos) y las ferias nos confirman la gran cantidad
de mercancías que se movían de un lugar a otro. Por tanto existía una
interconexión entre el mundo rural y el urbano, en los que la alta demanda
generó intercambios ya en moneda, próximos al sistema capitalista. El trueque,
créditos, menudeo, moneda…se iba mezclando.
Poco a poco se fue
creando una tupida red de comunicaciones intra e interregionales por
todo el territorio americano. Así en las grandes ciudades-México, Lima, Bogotá
o Quito-entraban miles de mulas que traían bebidas, cueros, cacao, textiles,
cerámicas, carne, trigo…desde todos los puntos de América. (ver ejemplos en la
pág.90 manual).
1)
La ciudad de México se convirtió en el mercado de su
virreinado a través del puerto de Veracruz, a donde llegaban productos de las
Antillas y del circunCaribe que eran intercambiados por plata. México recibirá
sedas, añil y brea a través de Acapulco, su principal puerto en la fachada
pacífica.
2)
Los principales puertos centroamericanos serán Acajutla,
Huatulco, San Blas y Realejo. A estos llegaba la plata mexicana que era
intercambiada por productos locales.
3) En Perú hay que
destacar la actividad de los puertos norteños de Piura y Santa, que
reexportaban los productos de las áreas circundantes, con el objetivo de evadir
las obligaciones fiscales. Hay que nombrar Guayaquil, que se convirtió en un
importante centro comercial y astillero.
4) Eje
Potosí-Salta-Tiucumán-Córdoba-Buenos Aires-Sacramento(Uruguay). Comercio de la
plata.
En
cuanto al comercio interregional e internacional se regulaba
gubernamentalmente en las grandes ferias-Veracruz, Jalapa o Portobello).Los
comerciantes intentaban recoger toda la plata posible para ser intercambiada
por productos venidos del exterior de un alto valor. Los comerciantes indianos
de origen novohispano y limeño lucharon contra los flotistas andaluces con
diversos mecanismos por el control de la circulación de los metales preciosos
.Los comerciantes financiaban a los mineros con la condición de asegurarse el
producto en primer lugar antes que nadie.
5.-La organización política y administrativa.
El complejo mundo
colonial requería de un complejo aparato administrativo y de diversas
instituciones para constituir la sociopolítica de los territorios americanos:
1)
Derechos y deberes de la colonización.
En un primer momento
fue el pilar básico de la colonización del Nuevo Mundo. El papa Alejandro VI
legitimó la colonización al firmar las Bulas de 1493 a cambio de que los
castellanos se encargasen de evangelizar a los habitantes de América. Algunas
de las coronas europeas dudaron de la
legitimidad del dictamen papal, por lo que el monarca castellano convocó una
junta de especialistas para que se pronunciasen sobre los derechos de propiedad
castellanos en América. El monarca no dudaba de ello pero si de si se podía
apropiar del fruto del trabajo y tierras de los indios, pues pretendía crear
una “República de Indios” y una “República de Españoles”.
Esta polémica la
solucionó el jurista Palacios Rubios al redactar en 1514 el requerimiento, por el que se explica que
Dios era el propietario del mundo y su
representante en la Tierra era el Papa y éste legitimaba a los castellanos en
el conflicto americano. Si los indígenas ofrecían resistencia, al ser súbditos,
quedaba justificada la guerra.
Para legitimar la
propiedad sobre las tierras y el trabajo de los indios se recurrió al derecho civil romano según el cual si
una comunidad indígena que habitaba un territorio no se constituía en una
“sociedad civil esas tierras no eran suyas. Este problema quedó
solucionado con la obra de 1539 del
dominico Francisco de Vitoria.
Las comunidades
indígenas pasaron a estar bajo la protección y tutoría de la Corona y se
estipuló, para evitar comparaciones con los esclavos, que se les pagara un
salario, pero desde mediados del s.XVI los indios estuvieron obligados a
tributar en moneda.
El siguiente problema
fue definir el encargado de ejercer el poder tutelar sobre los indios, aunque
todos los autores de la época señalaron a la Corona a cambio de evangelizar el
territorio. El problema era alcanzar unas posiciones intermedias que gustase al
Estado, a la Iglesia y a los conquistadores. El resquebrajamiento de la
sociedad de los conquista- dores en el s.XVI hizo que la Corona adquiriese la
posición central en este juego de fuerzas. La construcción de las clases
sociales en América se realizó por medio de las armas y no por el consenso
social y político.
2)
Incorporación jurídica de las Indias a la Corona de
Castilla
Jurídicamente los
territorios americanos se incorporaron a la Corona de Castilla. Aragón y
Castilla quedaron vinculados en 1469 por el matrimonio de Isabel y Fernando.
Según el derecho de la época sólo los territorios conquistados podían ser
vendidos o enajenados, pero al morir Isabel (1505) y Fernando (1516) los reinos
pasaron a ser heredados.
3)
Estructura sociopolítica de los reinos de las India.
Basándose en lecturas
de textos jurídicos de la época los territorios americanos se consideraban
reinos integrantes de la Corona y no colonias, otros defienden el término
“estado colonial”.
Carlos Malamud ha
defendido que dicho término no es válido por una serie de razones;
a) La realidad
americana fue cambiante a lo largo del tiempo
b) No se puede hablar
de Estado, ya que existían diferentes organismos como los virreinados,
capitanías, intendentes, audiencias…
c) En un estado
existen unas libertades internas que son aplicadas por las élites pero en este
caso éstas tuvieron que acatar todas las decisiones metropolitanas y de la
Corona.
Así sólo se puede
hablar del “Estado español” compuesto por distintas partes, una de ellas los
territorios americanos.
Como ha señalado
Koenigsberger cada reino de la Corona-Flandes, Indias, Sicilia…- mantenía un
tipo de relaciones peculiares sin poder generalizar. En América se suprimieron
las Cortes y la nobleza, configurándose una política de monopolio comercial.
Desde la metrópoli se decidía el destino de cada reino y el de América era el
de la producción de metales preciosos que potenciaba el poder en la figura del
monarca y le aseguraba la capacidad de imponer una estructura dependiente
imperial.
4) El pacto
Corona-Iglesia-Iniciativa privada.
Para hacer posible el
complejo sistema político imperial había que corresponder los intereses de la
Iglesia y las élites americanas, pues monarca no contaba con un poderoso
ejército para ello. La tolerancia hacia los sectores criollos y eclesiásticos
se convirtió en pilar central de esta política. Sobre el papel los dirigentes
de la administración colonial debían obedecer los mandatos del rey pero en la
práctica disponían de un alto margen de maniobra, sobre todo en niveles
locales.
5) Estructura
institucional.
Es común la
interpretación de una jerarquía institucional y que órganos como las audiencias
tenían funciones de gobierno. Además de los textos americanistas se deduce que
el rey era el primero que fomentaba las disputas entre estas instituciones para
evitar concentraciones de poder y salir su figura reforzada. Las audiencias
estarían divididas en corregimientos, éstos en alcaldías y gobernaciones, y por
último las municipalidades. Éste era el esquema básico;
Esquema del panorama institucional del Imperio
Castellano en América
Pero autores como García
Gallo han desechado estas visiones simplistas basándose en una serie de
evidencias:
- Todas estas instituciones fueron creadas en diferentes momentos y con diferentes propósitos. Existía una diferenciación territorial entre instituciones políticas, militares…
- En los documentos oficiales de las audiencias no se reflejan actividades de gobierno, aunque cuando la ciudad-sede de una audiencia coincidía con la de la gobernación solía ser la misma persona la que ocupaba la presidencia de ambas instituciones para evitar problemas jurisdiccionales.
- Un objetivo del rey era evitar las disputas entre estos organismos, por lo que seguía una política de unificar varios cargos en una misma persona, aunque ello no significaba que hubiese una fusión de instituciones.
6) La estructura
fiscal.
Las rentas
procedentes de América eran administradas por medio de un aparato fiscal
propio. Las arcas de la administración se engrosaban con diversos ingresos:
- de la masa común,
que cubrían los gastos generales,
- los particulares,
para la Iglesia,
- los ajenos, bienes
públicos, y
- los especiales, a
lo largo del XVIII era un pago en especie (tabaco, naipes, azogue…)
En los primeros
momentos de la ocupación los ingresos del Estado procedían de los tributos
indígenas, que tenían que ser recolectados por los corregidores. Con el paso
del tiempo y el descenso geográfico se vio que la simbiosis de
corregidores-tributos no dio sus frutos y se paso a gravar fiscalmente el
sector de los metales preciosos junto con sus circuitos. Los impuestos más
comunes fueron el quinto y el
almojarifazgo.
Los ingresos que
Castilla recibía procedentes de América no eran muy elevados y parte de ellos
se debían reinvertir en defensa militar del territorio. John Elliot ha
calculado que los ingresos de América suponían solamente el 20 % del tesoro
español. Pero hay que tener en cuenta que la apertura del comercio de la plata
ofrecía la oportunidad a la Corona de recibir un mayor número de préstamos de
los banqueros europeos.
TEMA 5. La época de los Austrias Menores (1631-1700)
1. La autonomía política de los territorios
americanos.
El período de los
Austrias menores supuso un retraimiento del proceso de centralización política.
Las relaciones entre los territorios americanos y la Corona se enfriaron, el
control político disminuyó, los intercambios se ralentizaron y los beneficios
fiscales disminuyeron.
Como
consecuencia los reinos indianos ampliaron su margen de autonomía política y
económica, lo que fomentó un sentimiento propio americano.
Hay
que aclarar desde un principio, que los Austrias Menores no buscaron ampliar la
autonomía americana, sino que esta surgió como derivación del retraimiento del
poder metropolitano, fomentado por el descenso de las inyecciones de plata
indiana.
Durante
este período, las cotas de libertad política de las élites indianas se
ampliaron, al mismo tiempo que la capacidad de imposición del Rey se retrajo.
La relación de fuerzas entre los grupos de poder indianos, la Iglesia y la
Corona se desequilibró como consecuencia de una serie de factores:
1.1-La venta de cargos públicos.
Uno
de los elementos claves del proceso de deterioro de la autoridad del monarca
fue la venta de cargos públicos.
El
Rey debido al aumento de los gastos y la reducción de los ingresos por la
ineficacia de la maquinaria fiscal y la disminución de la llegada de plata
americana, se vio obligado a impulsar algunos mecanismos sustitutorios como la
venta de cargos públicos.
Las
élites urbanas no sólo vieron con buenos ojos estos mecanismos que les permitía
adquirir poder, sino que los fomentaron para reducir aún más los ingresos del
monarca y ampliar sus necesidades monetarias.
De
este modo se generó una dinámica circular que supuso el reequilibrio de fuerzas
en beneficio de los grupos de poder indianos, en contra del monarca.
Se
pusieron a la venta tres clases de oficios a la venta:
o
Los
relacionados con el derecho a cobrar honorarios y eran las escribanías y
alguacilazgos. Fueron los más vendidos durante el gobierno de Carlos V.
o
Los
compuestos por aquellos cargos que aunque no tenían salario, suponían el acceso
al control de la información necesaria para la realización de algún negocio. Un
ejemplo es el puesto de regidor en los cabildos, que eran codiciados por la
capacidad de distribuir tierras, solares y monopolizar los abastecimientos
urbanos. Estos puestos se vendieron en tiempos de Felipe II y Felipe III.
o
Los oficios
retribuidos, es decir, los jueces. Felipe II de forma excepcional vendió este
tipo de puestos, pero sus sucesores lo hicieron cada vez con más regularidad.
Este
mercado de oficios cobró una mayor importancia cuando estos cargos se hicieron
vitalicios, es decir, cuando el comprador tuvo la posibilidad de nombrar a un
segundo beneficiario. Con este nuevo mecanismo una persona podía comprar un
cargo y posteriormente delegarlo en un tercero por una módica cantidad
monetaria, que generalmente es un tercio del valor de la compra, además de la
demostración de su preparación para ejercer ese puesto.
Las
consecuencias del mecanismo de la venta de oficios fueron múltiples tanto desde
la esfera de lo social, como de lo político, económico y fiscal:
-
Los grupos de
poder indianos fueron controlando las audiencias, con lo que se evidenció el
cambio de la relación de fuerzas en el imperio.
-
La ampliación
de la autonomía política indiana significó una reducción de la recolección de
impuestos y por lo tanto una disminución de las remisiones de la plata de Real
Hacienda a la metrópoli, lo que acabó con la capacidad centralizadora y de
control de la monarquía.
-
Al aumentar
la burocracia, la maquinaria administrativa se fue haciendo más compleja, lenta
y menos eficiente. La corrupción se hizo presente en todos los rincones de la
administración durante el siglo XVII.
En
consecuencia de todo esto, lo que desde el punto de vista actual supone una
práctica ilegal, constituía en la época un mecanismo que flexibilizaba y
permitía la subsistencia de todo el sistema imperial.
Hay
evidencias de que el rey conocía y aceptaba la corrupción como un mal menor, ya
que suponía un ahorro en los gastos de administración y beneficiaba a todo el
sistema colonial en su conjunto.
1.2- La ampliación de la autonomía
municipal.
En
teoría, los cabildos gozaban de una autonomía limitada, ya que había regidores
nombrados directamente por el monarca. Las autoridades reales intervenían en
las deliberaciones y sus resoluciones debían ser aprobadas por el virrey.
Pero
en la práctica esto era bastante diferente, una vez fundada la ciudad, el conquistador, gobernador o
virrey nombraba a los primeros alcaldes y regidores. Posteriormente, éstos
seguían eligiendo a los subsiguientes cabildantes, por lo que el poder de la
élite local se consolidaba y perpetuaba.
El
pueblo sólo tenía voz a través del síndico o procurador común, nombrado por el
cabildo. A fin de controlar la autonomía de los cabildos, la Corona introdujo
la figura de los corregidores y alcaldes mayores. Éstos eran designados
directamente por el virrey, presidían el cabildo y disponían de voto en caso de
empate en las elecciones.
Los
cabildos se defendieron utilizando las “quejas o las informaciones”, que eran
mecanismos por medio de los cuales denunciaban al rey directamente sus
situaciones concretas.
Cuando
estas quejas interesaban a varias ciudades, se reunían los procuradores de los
cabildos para adoptar un acuerdo intermunicipal. Éstas juntas de procuradores
funcionaron casi como cortes regionales, base de las diputaciones provinciales
a comienzos del siglo XIX. También utilizaron los juicios de residencia como
arma contra los alcaldes mayores y demás representantes para forzarles a
participar en la política local.
Posteriormente,
como consecuencia de la práctica de la venta de cargos públicos la oligarquía
criolla fue ampliando su parcela de poder en el gobierno municipal. Los
cabildos constituyeron el centro de fuerzas de la sociedad local indiana. La
corona marcaba las directrices pero las élites locales se atrincheraban en los
cabildos. Hay que subrayar que los regidores no representaban los intereses
generales municipales sino los de las élites.
En definitiva podemos decir que la estructura de poder era la siguiente:
Rey VirreyCorregidor o Alcalde mayor CabildosSíndico o Procurador común.
|
2. La autonomía económica o el crecimiento “hacia
adentro”
Desde el punto de vista
general, la historiografía americanista suele aceptar que a partir de los años
veinte o treinta del siglo XVII y hasta los años treinta del siglo XVIII, se
dio una etapa en la que la producción de plata descendió abruptamente, los
ingresos fiscales decrecieron y el volumen de las transacciones externas
disminuyó.
Autores como Hamilton,
descubrieron que los flujos oficiales de plata decrecieron sensiblemente a
partir de 1630 y señaló que era el resultado de una reducción en la producción
americana de metales preciosos. Otros autores señalaron que esta crisis que
Hamilton señalaba estaba en correlación directa con la reducción de fuerza de
trabajo, es decir, de mano de obra indígena.
Todos estos autores,
entre otros, defienden la tesis de una crisis a mediados del siglo XVII, que se
ve reflejada en el descenso en el tráfico exterior y en la reducción de la producción americana,
causada por la caída demográfica indígena.
Posteriormente, han
venido siendo desmontadas algunas de las piezas argumentales de la tesis de la
crisis del siglo XVII. En 1962 J. Miranda señaló que las fechas no se
corresponden, al menos en el caso de Nueva España, ya que la recuperación
demográfica comenzó precisamente a partir de 1630, momento en el que las cifras
de comercio exterior y las exportaciones empiezan a descender. Pocos años
después otro autor puso de relieve que era comprometido realizar cualquier
generalización y que resultaba necesario estudiar de forma específica el
comportamiento de cada región en concreto. En este nuevo camino hacia las tesis
sobre este período encontramos como se puntualizó la necesidad de comparar la
declinación poblacional indígena con el aumento del sector de los mestizos, ya
que un número creciente de indígenas se fueron convirtiendo en mestizos a fin
de evitar las obligaciones fiscales.
En relación con el
comercio Atlántico, era difícil correlacionar el descenso en el tráfico
atlántico-América-Europa con la reducción en la producción interna americana,
ya que podía suceder que ésta se exportara por canales ilegales o hacia otros
mercados alternativos, o bien que los niveles de autosubsistencia americana
aumentaran.
En consecuencia habría
que comenzar a interpretar el siglo XVII como un período de autonomía en vez de
crisis, ya que la reducción del tráfico oficial durante el siglo XVII significó
una ampliación de las transacciones interamericanas por el Pacífico a pesar de
las restricciones existentes.
En cuanto al sector
minero, debemos aclarar que sus crisis es en parte una crisis oficial. Hay que
recordar que los costos de producción fueron creciendo de forma constante a
partir de comienzos del siglo XVII, ya que conforme se iban haciendo más
profundos los pozos, los minerales reducían su calidad y la mano de obra se
encarecía al transformarse una importante proporción de mineros en trabajadores
asalariados libres, en detrimento de los mineros de compulsiva. Ante esta
situación, se fue eliminando el pago de los impuestos, a la vez que se ampliaba
el porcentaje de plata producida a través de las técnicas de fundición. En
consecuencia, las cifras de quintos y amonedación reflejan la plata producida
fundamentalmente por el sistema de amalgamación.
Es difícil saber qué
cantidad de plata se exportó de forma ilegal, utilizando los registros
europeos, durante los años que las cifras oficiales marcan un descenso, se
aumenta la llegada de plata ilegal a los puertos europeos. La recesión del
tráfico oficial significaba así un aumento de la autonomía económica americana.
A ello habría que añadir que la con la apertura del tráfico Acapulco-Manila a
partir de 1595, una creciente proporción de metales preciosos fueron exportados
directamente a los mercados asiáticos en vez de a Europa.
En términos generales, el
rápido crecimiento de la oferta monetaria del siglo XVI produjo una devaluación
del valor de la plata en los mercados internos, por lo que si queremos calcular
el verdadero poder de compra de la producción de plata, debemos deflactar las
series existentes.
En resumen, a la plata
oficial del siglo XVIII, debemos añadir la ilegal y el conjunto resultante lo
debemos deflactar para conocer su capacidad real de compra.
En relación a las tesis
que correlaciona la crisis en la producción minera con el descenso demográfico
indígena, se han introducido rectificaciones ya que por ejemplo en la Nueva
España a comienzos del siglo XVII, un 68% de la fuerza del trabajo minera
estaba compuesta por mano de obra asalariada libre, un 18 % era compulsivo y el
14 % restante era esclava.
En definitiva, parece
claro que la desestructuración de las comunidades indígenas y el cambio del
tributo en especie al de moneda, fue lanzando una fuerza de trabajo creciente a
los centros urbanos y otros centros manufactureros. De este modo, parece claro
que el volumen de mano de obra no constituyó el gran problema del sector
minero, sino el costo de la misma, ya que la mano de obra asalariada era más
cara que la compulsiva, lo que suponía un problema grave en un período en el
que se estaban aumentando los costes de producción y reduciendo los beneficios.
Se puede concluir que la
tesis de la crisis del siglo XVII se basa en una comprensión de la realidad
americana desde la óptica del modelo solar, la mencionada crisis puede
reconvertirse por la palabra autonomía. El poder de las élites indianas se
reforzó en la misma medida en que el proceso de centralización de la Corona se
resquebrajó. Su crisis fiscal supuso el fortalecimiento de las oligarquías
indianas.
3. El proceso de regionalización y la formación de
las haciendas.
Al comienzo del siglo
XVII, la economía de los virreinatos de Nueva España y Perú se estructuraba
alrededor de los centros de consumo y de los centros de
importación-exportación. Una compleja red de circuitos que se fueron
estableciendo alrededor de dichos centros, formando una compleja trama mercantil.
El descenso del comercio
oficial entre los territorios americanos y la península Ibérica supuso el
debilitamiento del sector oficial externo y con ello la potenciación de los
factores de estructuración internos. Los comerciantes de los consulados de Perú
y México que antes enfocaban sus esfuerzos en la comercialización de la plata
en los mercados internacionales, fueron invirtiendo sus capitales y
concentrando su atención en el interior de los espacios americanos.
Conforme la producción de
plata comenzó a hacerse menos rentable, el sector minero fue presentando una
menor concentración. Los grandes empresarios mineros daban paso a pequeños y
dispersos productores que trabajaban autónomamente empleando el sistema de
fundición. En consecuencia, las zonas que antes habían alcanzado un cierto
grado de especialización comenzaron a aislarse, aumentándose el nivel de
autosubsistencia, por lo que el nivel de regionalización y ruralización se
extendió cada vez más. A la vez que se da esto, se dará una disminución del
consumo urbano que conlleva una falta de industrialización, lo que dio paso a
una crisis maltusiana típica de sociedades del Antiguo Régimen.
Esto hizo que el regreso
al campo se contemplara cada vez más como la solución a los problemas. Los
propios hacendados, que hasta ahora habían preferido la vida urbana comenzaron
también a emigrar, hecho que recuerda el proceso que tuvo lugar en la Europa
del siglo XIV.
4. La consolidación de la mentalidad americana.
En la estructura colonial
formada por una sociedad desigual y vertical, el control del poder ofrecía unas
ventajas innegables:
-
La
posibilidad de acceder al reparto de mano de obra indígena.
-
El control de
la información.
-
El apoyo de
la Iglesia…
Esto son algunos ejemplos
de cómo el control del poder virreinal y regional eran el requisito previo para
el éxito económico y social.
Como consecuencia de
esto, se dio un enfrentamiento entre los representantes de los intereses
metropolitanos y los indianos, por alcanzar los más ventajosos puestos en la
administración imperial.
La Corona fue capaz de ir
poniendo durante la segunda mitad del siglo XVI su autoridad sobre los
intereses de las élites americanas, esto queda reflejado por ejemplo en la
composición de las Audiencias indianas (Cortes supremas de Justicia), que
debían estar compuestas por individuos sin relaciones directas con los
intereses americanos para garantizar el beneficio a la metrópoli.
En el resto de cargos, en
principio no había pegas para los indianos, pero en la realidad éstos no fueron
elegidos de forma mayoritaria por lo que consideraron que era una práctica
discriminatoria.
Durante el siglo XVII,
esta relación de fuerzas varió en beneficio de los grupos de poder indianos,
quienes comenzaron a invadir las áreas de influencia de la administración
imperial, a ello se añadió que los candidatos peninsulares a los puestos
americanos solían acabar encontrando cargos alternativos en España.
En consecuencia, los
hijos de las élites americanas comenzaron a expandir su influencia en aquellas
instituciones indianas consideradas hasta la fecha como coto privilegiado,
creando por tanto una clara minoría de puestos ocupados por los individuos
peninsulares.
Por otro lado, también
encontramos conflicto entre los frailes
peninsulares y los criollos, por lo que será necesario introducir en 1590 el
mecanismo de la alternativa, por
medio del cual se iba alternando el cargo de prior entre individuos
peninsulares y criollos.
Los peninsulares alegaban
que sus hermanos indianos no tenían una fuerte vocación y su disciplina dejaba
mucho que desear ya que perseguían sus propios intereses.
Sólo los jesuitas por
tener una rígida disciplina y una subordinación a Roma, pudieron evitar este
tipo de enfrentamientos.
En general, estas
transformaciones ideológicas entre ambos grupos hicieron que la administración
metropolitana comenzara a desautorizar a las élites americanas, utilizando el
argumento de su inferioridad y que eran impuros desde el punto de vista de sus mezclas
sanguíneas, siendo su carácter más débil que el de los castellanos.
Como contestación los
criollos, comenzaron a exaltar las bondades de la geografía americana.
Todo esto se trataba de
una batalla política en la que las élites indianas querían alcanzar una mayor
participación en el conjunto de la monarquía.
En este contexto, las
manifestaciones literarias, plásticas y artísticas hablan de una forma
específica del ser americano que claramente se va diferenciando del peninsular.
Hay que subrayar que este
enfrentamiento entre los intereses de la administración metropolitana e indiana
fue presentado por la historiografía latinoamericana del siglo XIX, como una
tensión entre peninsulares y criollos, con la intención de apoyar los
nacionalismos respectivos. Sin embargo hay que aclarar que en cada núcleo de
poder familiar se hallaban interrelacionados criollos y peninsulares, siendo
muy difícil separarlos tajantemente, por lo que podemos decir que no se trataba
ya de un aspecto racial, sino de una tensión política.
5. Las transformaciones de las formas de vida
indígenas.
En la historiografía
latinoamericana se suele presentar que las culturas indígenas fueron destruidas
con motivo de la conquista, esta interpretación está sostenida por aquellos
historiadores cuya intención era denunciar los abusos cometidos por la
colonización occidental en el Nuevo Mundo, se trata de la denominada leyenda
negra.
Por otro lado,
encontramos la leyenda blanca, que defiende que las culturas indígenas fueron
incorporando pacíficamente nuevos rasgos, estos por tanto, plantean que los
indígenas se fueron convirtiendo sin grandes problemas en vasallos de la Corona
española.
Hay que advertir en este
contexto que los “indios” sufrieron un profundo y violento proceso de
aculturación que dio lugar en ciertos casos a una fuerte resistencia, ya que la
nueva política llevada a cabo exigía nuevos patrones de asentamiento que
concentraba a la población para facilitar su evangelización y defensa.
Todo esto supuso la
intensificación de las epidemias, la reducción de la jornada laboral ya que
tenían que desplazarse hasta los alejados campos de cultivo y la disminución de
las tasas de fecundidad. También supone un cambio en las relaciones
matrimoniales ya que se pasó a una monogamia impuesta por la iglesia, lo que
varió radicalmente el papel de la mujer en la sociedad.
Otra característica es
que la lógica de producción varió, al introducirse el tributo en moneda y la
imposición del repartimiento de mercancías. Luego podemos decir que se impulsó
la monetización de las economías indígenas, aunque no con una lógica propia de
relación capitalista.
Las formas de integración
política indígenas también se transformaron, al fragmentarse las antiguas
estructuras de poder prehispánicas y al introducirse el régimen de propiedad
privada de la tierra.
En consecuencia, se
dividieron las antiguas redes de los cacicazgos y se repartieron entre
distintos encomenderos, con lo que aparecieron nuevas formas de organización
del poder.
Paralelamente, la
administración colonial sustituyó por la fuerza o pacíficamente a los antiguos
curacas elegidos por las respectivas comunidades, por otros nuevos
colaboracionistas de los intereses españoles. Algunos curacas o alcaldes de los
pueblos de indios aprovecharon esta nueva situación para enriquecerse
personalmente, apropiándose de las tierras comunales.
Sería difícil entender
las formas de dominación colonial sin la presencia de estas autoridades ladinas
indias. Estas comunidades indígenas recompusieron su lógica interna alrededor
de las cofradías, pudiéndose comprobar que a partir de entonces se construyeron
nuevas territorialidades y se reestableció en cierta forma el antiguo
sentimiento de reciprocidad comunitario. A partir de la conquista se
introdujeron factores externos en la configuración de las dinámicas del poder
interno de las comunidades indígenas.
A su vez, el grupo de los
mestizos comenzó a infiltrarse en los “pueblos indios”, por lo que la vida
diaria se transformó y las formas religiosas
indígenas variaron al menos en sus manifestaciones externas.
Después de estas
transformaciones en la articulación del poder interno de las comunidades
indígenas, se entiende por qué no fue posible regresar a las formas de
integración política cuando durante el siglo XVII surgió una disminución del
poder centralizador de la Corona.
En definitiva, ni las comunidades indias dejaron
de existir, ni conservaron sus formas de vida prehispánicas inalteradas, sino
que se dio una profunda transformación. Todas las culturas allí existentes a la
llegada de los españoles se fueron convirtiendo en “indios”, campesinos,
trabajadores, mineros y demás.
TEMA 6. El reformismo de los Borbones (1701-1808)
1. La nueva situación económica y política internacional.
Tras el estancamiento de
mediados del siglo XVII, la población europea aumentó de nuevo a partir de
1740. La causa fundamental fue la caída en las tasas de mortalidad, lo
importante en este caso fue que el ascenso poblacional fue soportado por el aumento
en la productividad agrícola, con lo que se evitó la crisis poblacional.
La expansión industrial y
la extensión del mercado interno dependieron de la concatenación del
crecimiento demográfico y del crecimiento en la productividad agrícola, ya que se
liberó una gran cantidad de mano de obra campesina hacia los núcleos urbanos,
en donde comenzaba a demandarse fuerza de trabajo.
La introducción de
mejores técnicas, de nuevos cultivos, y de una mayor eficiencia en la
organización del trabajo y el ensanchamiento de los terrenos de cultivo
posibilitaron la ampliación de la producción del sector agrícola sin elevación
de los precios.
Desde finales del siglo
XVII Gran Bretaña y Francia presenciaron un crecimiento en el sector
secundario, que se fue acelerando claramente en el caso británico a partir de
1740. Como resultado del proceso de expansión en la industrialización y en la
urbanización, el asalariado se expandió, la economía se fue monetizando y los
intercambios se mercantilizaron. Todo ello tuvo una mejora en las
comunicaciones, lo cual significó una mayor y mejor integración regional. El
abaratamiento de los costes de transporte supuso la expansión de la red de los
intercambios internos.
A consecuencia de todo
esto, las distintas regiones se fueron conectando entre sí, con lo que se
potenció el proceso de especialización geográfica, además de otra
característica importante y es que el autoconsumo fue disminuyendo.
Pero si bien es cierto
que en este proceso se dieron importantes variaciones regionales, por ejemplo
en Francia el aumento de la productividad se debió a una serie de buenas
cosechas, por ello cuando el período de buenas cosechas terminó, la
productividad agrícola decreció, coincidiendo con los años previos a la
revolución francesa de 1789.
Al mismo tiempo que los
mercados internos se fueron consolidando y expandiendo, se abrieron las
posibilidades de los mercados externos en búsqueda de materias primas, para
saldar la balanza deficitaria con los mercados asiáticos y poder cubrir las
necesidades de la industria en expansión, será a finales del siglo XVII cuando
Gran Bretaña se convierta en uno de los mercados más importantes de
reexportación de productos coloniales.
El crecimiento del mundo
colonial, posibilitó una vez que los mercados internos fueron absorbidos, la
continuación de la expansión industrial metropolitana. Los territorios
coloniales se fueron transformando en mercados de consumo, al mismo tiempo que
en zonas productoras de materias primas, a consecuencia de esto por ejemplo en
el caso de Gran Bretaña y sus territorios americanos, entre 1700 y 1774 se
multiplicó por diez el comercio entre ellos.
Podemos decir por tanto,
que las colonias se convirtieron en las piezas clave del expansionismo
económico europeo de mediados del siglo XVIII.
Como consecuencia de este
creciente expansionismo, aumentó la demanda de metales preciosos, por lo que
cantidades crecientes de plata se exportaron de Europa a los mercados asiáticos
a fin de saldar la balanza comercial deficitaria.
A estos flujos de metales
preciosos entre Europa y Asia hay que añadir el realizado entre el continente
americano y el Lejano Oriente a través del Pacífico.
Estos flujos de metales
en dirección a Asia trajeron como consecuencia que el valor de los mismos
ascendiera en los mercados internacionales, por lo que la rentabilidad de su
producción creció durante el siglo XVIII, sin embargo, este impulso de la
demanda internacional de plata y oro se transmitió con más intensidad de
América, debido a que durante este siglo hubo un importante descenso en la
producción de estos metales tanto en Europa como en Asia.
Paralelamente, la
producción de oro africano, que había sido de capital importancia durante los
siglos XV y XVI, comenzó a decrecer comparativamente con la producción hispanoamericana
y brasileña a partir de 1760.
En síntesis, es necesario
relacionar la elevación de la producción de plata americana con los cambios en
los flujos internacionales de metales preciosos. Así, como derivación de las
nuevas necesidades europeas, las tensiones del mundo occidental se fueron
trasladando a los territorios coloniales.
2. El reformismo borbónico. Proyectos, teorías y
personalidades.
Como resultado de los
cambios internacionales por la necesidad de apoyar parte del desarrollo de la
economía europea en los territorios coloniales, la nueva dinastía borbónica
replanteó las relaciones entre los territorios peninsulares y los americanos.
Se plantearon reforzar el
papel de la Corona, pero sin introducir cambios estructurales en la sociedad.
El Rey necesitaba aumentar sus ingresos para financiar la creación de una
burocracia y un ejército que le posibilitaran acrecentar su capacidad
administrativa y el control de la fuerza.
Los reformistas se
plantearon aumentar los ingresos reales en función de la expansión de la
actividad económica, pero también eran conscientes de que había que evitar la
transformación de las relaciones de producción, ya que traería consigo la
sustitución del principio de autoridad exclusivista del despotismo ilustrado
por el de la soberanía popular.
En definitiva, proponían
el crecimiento económico y trataban de evitar el desarrollo por considerarlo
arriesgado, ya que introducía una peligrosa reestructuración de las fuerzas
sociales y políticas.
Los Borbones españoles se
plantearon financiar el proceso de recentralización peninsular con los recursos
americanos. Por lo tanto los dominios ultramarinos deberían comportarse como
los suministradores de metales preciosos, al tiempo que funcionar como núcleos
productores.
En esencia, se estableció
que para fortalecer el aparato del Estado metropolitano había que introducir
importantes cambios en los territorios americanos, con el fin de que
disminuyeran la autonomía política y económica que habían alcanzado durante la
época de los Austrias Menores.
Para que los virreinatos
indianos exportaran cantidades crecientes de plata a la península ibérica y
consumieran mayores cantidades de manufacturas metropolitanas, idearon un
programa de acción:
a)
Recuperar
aquellos territorios americanos ocupados por otras potencias europeas.
b)
Agilizar el
sistema comercial, entre las colonias americanas y la metrópoli.
c)
Favorecer la
producción de aquellas materias primas requeridas por los centros españoles.
d)
Potenciar el
consumo de los habitantes americanos.
Sabían que para poner
exitosamente en práctica estos postulados, tenían que:
-
eliminar la
oposición interna de las élites indianas.
-
Liberar los
factores de producción controlados por las comunidades indígenas, la iglesia o
por los comerciantes.
-
Reducir el
poder político y económico de los Consulados de comerciantes para asegurar que
la producción se orientara hacia el exterior.
-
Erradicar las
posibles producciones competitivas indianas.
-
Promover una
administración y una burocracia colaboracionista con las ideas colonialistas
borbónicas.
-
Crear una
legislación que justificara la vigorización del nuevo colonialismo borbónico.
-
Formar un
ejército que fuera capaz de defender las nuevas ideas.
-
Replantear
viejas tensiones bélicas con las potencias europeas a fin de expulsar a
ingleses y franceses de territorios americanos considerados como españoles.
Todo este programa
necesitaba de fondos monetarios, así como de una teoría política justificativa.
Por ello, el programa de la reforma fiscal se convirtió en uno de los pilares
básicos del reformismo. Paralelamente, la adopción de la teoría del despotismo
ilustrado que hacía ver que todos los cambios se dirigían a beneficiar al
conjunto de la sociedad, dotó al reformismo de una ideología con que justificar
su programa.
Estas ideas fueron
cobrando forma a lo largo del siglo XVIII, aunque hay que decir que la teoría
del reformismo se fue construyendo a lo largo del siglo como un proceso en
parte adaptativo a la nueva realidad internacional. Así por ejemplo, se puede
comprobar que los sucesos de la guerra de los Siete Años durante la que los
ingleses capturaron Manila y La Habana, se aceleraron las medidas del programa
reformista.
Entre los personajes más
destacados, encontramos a Benito Jerónimo Feijoo, que apoyó la concepción del
progreso de la ciencia y defendió la figura del rey como agente divino.
Melchor de Macanaz,
después de advertir que los territorios americanos estaban llenos de riquezas,
mientras que la Real Hacienda peninsular tenía sus arcas vacías. Propuso la
creación de sociedades patrióticas que estimularan el desarrollo agrícola e
industrial peninsular.
Jerónimo de Uztariz,
planteó que había que agilizar el sistema fiscal y potenciar la creación de una
poderosa marina mercante.
Bernardo Ward, parafraseando
las ideas de Campillo, recordó que el gobierno de las Indias había caído en las
manos de los intereses de las élites indianas.
Campomanes, uno de los
principales promotores durante el gobierno de Carlos III, consideró las
propiedades de la Iglesia y la existencia de los monopolios como las barreras
más peligrosas para la creación de la riqueza, por lo que propuso la formación
de sociedades económicas y la liberalización del comercio.
José de Gálvez, fue el
responsable de llevar a la práctica los planteamientos teóricos del reformismo,
primero como visitador general de la Nueva España y posteriormente como
ministro de Indias.
3. La renovación del sistema defensivo.
En la década de 1680 los
portugueses establecieron la colonia de Sacramento en el estuario del Río de la
Plata y los franceses alrededor de Nueva Orleans.
Mientras tanto, en el
norte de Nueva España los indios chichimecas se alzaron en una rebelión
general.
Con todo esto, podemos
decir que la dinastía borbónica concentró sus esfuerzos en rechazar los ataques
que los extranjeros realizaban a las posesiones españolas en el continente
americano y en construir navíos mercantes y de guerra para intentar erradicar el
contrabando.
Además de todo esto, se
fue construyendo un ejército real que protegiera a las regiones americanas. A
mediados de siglo, Alejandro O`Reilly fue enviado a la isla de Cuba para que
inspeccionara las defensas y organizara las milicias nacionales, poco después
se realizó igual en el virreinato de Nueva España.
Por lo general, las
milicias urbanas, compuestas por civiles y sufragadas en su mayoría por los
comerciantes de cada una de las localidades, comenzaron a ser remodeladas
poniendo a su mando oficiales entrenados y disciplinados procedentes en su
mayoría de la península.
Sin embargo, no todas las
regiones disfrutaban de una protección semejante, ya que las tropas se
concentraron en los puntos de peligro.
Las consecuencias del
plan defensivo borbónico fueron inmediatas:
-
En 1776 se
expulsó a los portugueses de su enclave en la colonia de Sacramento.
-
Se recapturó
Louisiana.
-
Se echó a los
ingleses de las costas centroamericanas.
-
Se
pacificaron las provincias de la Nueva España, al mismo tiempo que se construyó
un cordón defensivo para evitar el expansionismo británico.
Pero no todos los efectos
fueron positivos. La creación de los ejércitos reales supuso una vez más que
los altos cargos de la oficialía recayeran en individuos procedentes de la
península Ibérica. Al mismo tiempo, la dificultad de encontrar fondos para
pagar a la tropa hizo que la disciplina se relajara.
En este contexto tenemos
que decir que la gran parte de las inversiones del estado iban a parar al
sector militar, por lo que se empezaron a reducir esas inversiones a partir de
los años 80, como resultado de esto el ejército se fue convirtiendo en un
cuerpo mal retribuido.
4. La reforma de la Iglesia.
Con la firma del
concordato de 1753, el papado cedió a la Corona de España la capacidad de
nombrar los altos cargos de la jerarquía eclesiástica en España y la
introducción del regio Exequatur, que
prohibía la publicación de cualquier documento pontificio en España sin la
autorización del Rey.
Gracias a esto, los
Borbones se dotaron de una importante capacidad de maniobra con respecto a los
problemas religiosos.
Solo la orden de los
Jesuitas mantuvo su independencia, por lo que no resulta extraño que se les
expulsara y se les confiscaran sus propiedades en 1767. Esto en parte también
se debe al gran poder que estos habían alcanzado en zonas como en Nueva España
o en las regiones amazónicas ecuatorianas. Los jesuitas habían llegado a
controlar la educación de las élites indianas a través de sus colegios y
universidades, a los cuales utilizaban para influir en la toma de decisiones
políticas.
Para vigorizar los
principios regalistas y con el pretexto de afianzar la disciplina interna del
clero, se convocaron durante la década de los setenta diferentes concilios
eclesiásticos. Al mismo tiempo, se restringió la inmunidad tanto del clero
regular como del secular y se comenzó a revisar la legislación referente a las
cuestiones eclesiásticas.
5. Las transformaciones político-administrativas.
Los Borbones idearon todo
un plan de reformas de la administración pública con la finalidad de recuperar
el control político de los territorios americanos.
a) Con la intención de
reunir la información necesaria sobre la situación indiana, reformaron las
instituciones para readaptarlas a los nuevos intereses centralizadores.
Creación de las nuevas Secretarías de Estado, por lo que el Consejo de las
Indias perdió buena parte del ejercicio del poder, aunque siguió disfrutando de
sus atribuciones judiciales y de patronazgo.
b) Variaron los límites
territoriales de la estructura político-administrativa indiana. En 1739, se
creó el nuevo virreinato de la Nueva Granada y posteriormente se creo el
virreinato del Río de la Plata. A consecuencia de esto, Lima y su consulado de
Comerciantes perdieron la condición de epicentro que habían mantenido hasta ese
momento.
c) Se modificó la
estructura del virreinato de la Nueva España, a fin de garantizar la defensa de
la frontera septentrional de las posesiones españolas en el continente
americano. La Comandancia General de las Provincias Internas fue creada en 1776
para organizar y defender los amplios territorios norteños.
d) Se impulsó la creación
de una burocracia real con la intención de reducir el papel de las élites
coloniales indianas. Una de las políticas llevas a cabo fue la de multiplicar
los cargos de designación real a fin de reducir comparativamente la
representación local.
e) Las Audiencias fueron
reformadas para controlar la administración de justicia en las Indias. Desde
1687-1712 se había permitido la venta de algunos de los cargos de las
instituciones. A fin de frenar este proceso, la administración borbónica
prohibió la venta de los cargos judiciales a partir de 1776-1777 e introdujo la
figura del regente para reducir el exceso de concentración de poderes en la
figura del virrey, que era el presidente de las audiencias.
Además fueron creadas
nuevas audiencias con el fin de agilizar la administración de la justicia y
evitar el control excesivo de las existentes. Un ejemplo de estas nuevas
audiencias es Buenos Aires o Caracas.
f) En el ámbito regional,
se introdujo el sistema de gobierno de las intendencias. Copiado del régimen
francés, que suponía la concentración de poderes administrativos, fiscales,
militares y judiciales.
El intendente, como
individuo de confianza y nombrado directamente por el monarca, se tenía que
ocupar de recuperar el control de las gestiones locales, promover el
crecimiento económico y aumentar la recaudación de las rentas reales.
Para facilitar la gestión
de los intendentes, se sustituyeron a los antiguos alcaldes mayores por los
nuevos subdelegados, quienes, dispondrían de un salario para impedir las
tradicionales relaciones entre los comerciantes y los alcaldes mayores. Sin
embargo, los subdelegados en un alto porcentaje acabaron involucrados en el
comercio con las comunidades, debido a que los salarios ni eran suficientes, ni
se recibían a tiempo. Otras veces surgió el problema de la carencia de
suficientes candidatos para cubrir las plazas de subdelegados.
6. La remodelación del sistema fiscal.
En cuanto al gasto
público, la Corona concentró sus esfuerzos en ampliar sus ingresos para no
solamente cubrir el déficit, sino además extraer un excedente capaz de ser
exportado a la península.
- Crearon nuevos
impuestos y monopolios a partir de 1768.
- modernizaron el sistema
contable.
- Se pasó a administrar
el conjunto de la Real Hacienda a través de una burocracia propia, por lo que
se terminó con la práctica del arrendamiento de algunos ramos como el de las
alcabalas.
- Introdujeron el sistema
de partida doble para facilitar la transparencia de las cuentas y evitar el
fraude, aunque en algunos casos sirvió para generar complicaciones ya que había
una falta de experiencia de los contables indianos.
- Crearon Juntas
Centrales de la Real Hacienda para supervisar las cuentas.
- Se instalaron en Lima y
México los superintendentes delegados de la Real Hacienda, encargados de todos
los asuntos de la Real Hacienda, aunque este proyecto se canceló en 1787,
debido a las tensiones generadas entre los virreyes y los superintendentes.
7. Las innovaciones económicas.
Con la finalidad de
reducir el contrabando y ampliar la capacidad de consumo de manufacturas y de
exportación de materias primas, se fueron introduciendo una serie de medidas:
- Reformas comerciales.
Durante la primera mitad
del siglo XVIII, José Patiño y el Marqués de la Ensenada concentraron sus
esfuerzos en la formación de una flota mercante y de guerra capaz de impulsar
el tráfico marítimo. Como resultado en 1791 se disponía de una considerable
infraestructura comercial y bélica.
- Respecto a la
organización comercial, se siguió un plan progresivo. En un principio se
permitió la creación de la Compañía Guipuzcoana de Caracas (1728) a la cual se
cedió el monopolio del comercio de cacao de la región de Venezuela. Los éxitos
cosechados junto con los efectos de la guerra de los Nueve Años (1739-1748),
sirvieron de impulso para ir creando otras compañías comerciales e introducir el sistema de los
registros sueltos en 1748.
- La ocupación de Cuba y
Manila por los ingleses durante la guerra de los Siete Años (1756-1763) sirvió
de aceleración para los cambios. Una vez finalizado el conflicto bélico en
1765, se concedió a las islas de Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, Margarita y
Trinidad el Régimen de Comercio Libre, que permitía el tráfico directo con
nueve puertos de la Península Ibérica, al mismo tiempo que cambiaba el sistema
fiscal, en vez de cobrarse por el volumen de carga (sistema de palmeo), se
cobraba el 6% sobre el valor de las mercancías (sistema de ad valorem).
Este sistema se fue
extendiendo paulatinamente al resto de regiones americanas, hasta que en 1778
se concedió el Régimen de Comercio Libre de forma general al resto de los
territorios americanos, a excepción de las regiones de Nueva España y
Venezuela, incorporadas en 1789.
- La Casa de Contratación
de Sevilla fue reemplazada por los juzgados de arribadas. Además para acelerar
los intercambios de información entre el continente americano y Europa se creó
el sistema de correos en 1764.
- En 1785, se creó la
Compañía de Filipinas a fin de fomentar los contactos directos entre la
Península Ibérica y los mercados asiáticos.
- Con respecto al tráfico
interamericano, se comenzaron a abrir algunos de los contactos interregionales
prohibidos durante la época de los Austrias. Se reabrió el tráfico entre Nueva
España y Perú, flexibilizaron el comercio del Río de la Plata y se declaró
exenta de impuestos la trata de negrera a las islas de Cuba, Santo Domingo,
Puerto Rico y Venezuela para fomentar la producción azucarera.
- Se fueron creando
nuevos consulados de comerciantes en puntos considerados estratégicos para que
ayudaran a quebrar los grandes monopolios mantenidos por los comerciantes de
los Consulados de México y Lima. Sin embargo, los resultados no se ajustaron a
los deseos ya que los mercaderes indianos pasaron a emplear letras de cambio y
cartas de pago para seguir controlando la circulación de los metales preciosos
por el interior de las regiones americanas.
- Reformas en la producción de plata.
Para reducir el
contrabando, se disminuyeron los impuestos y se rebajaron los precios del
mercurio y de la pólvora. Todo esto tenía importantes consecuencias, ya que
suponía el abaratamiento del sistema de amalgamación comparándolo con el de
fundición, por lo que la Corona pudo volver a controlar la producción minera a
través del reparto de azogue.
A fin de erradicar la
expansión de la circulación de la plata en pasta, se intentaron suplantar los
partidos por el pago de salarios, aunque con poco resultado, ya que se
realizaron importantes movimientos de protesta.
Para cortar los lazos
financieros de los mineros con el capital mercantil, se crearon distintas
instituciones financieras y se fundaron los Colegios de Minas.
- Cambios en el sector manufacturero.
La nueva política
borbónica planteó la eliminación de aquellos sectores indianos que hacían
competencia a los metropolitanos.
En este contexto, los
virreinatos americanos, a cambio de la protección que recibían de la metrópoli,
se debían comportar como colonias, es decir, como suministradoras de materias
primas y consumidoras de las manufacturas importadas de la Península Ibérica.
En consecuencia se
eliminaron los centros manufactureros textiles, los olivares y viñedos.
-
Cambios en
el Sector agrícola.
Para incrementar las
exportaciones de productos tales como lino, cacao, algodón, azúcar..., se
redujeron los impuestos que gravaban al sector. Sin embargo, la política
borbónica no estableció ningún programa para tratar de aumentar la
productividad agrícola indiana. En consecuencia no es extraño comprobar que las
ideas contenidas en los textos de Campomanes y Jovellanos, relativas a la
necesidad de liberar el sector agrícola de las condiciones de agobio en las que
vivía, no encontraran un eco hacia la realidad indiana.
8. Efectos del plan reformista borbónico.
Tradicionalmente, la
historiografía americanista ha mantenido que como consecuencia de la
introducción de estas medidas innovadoras:
-
Los volúmenes
de las transacciones ascendieran verticalmente.
-
Los ingresos
públicos se incrementaron.
-
La producción
de metales preciosos ascendió de forma clara.
El problema reside en que
se han construido generalmente tomando como base las cifras oficiales
existentes sin introducir las rectificaciones oportunas ya que sabemos que
dichas series esconden importantes problemas.
Entre esos problemas
destaca, que los impuestos no permanecieron invariables, por lo que no es
posible interpretar por ejemplo un aumento en las alcabalas.
Otro problema es que el
volumen de los navíos se redujo durante el siglo XVIII para agilizar los
contactos, por lo que su número no refleja fielmente la realidad de las transacciones.
También hay que destacar
que la nueva administración borbónica introdujo una reducción de la producción
sumergida.
En conclusión, no es
posible utilizar las series oficiales sin previamente introducir las
correcciones oportunas. Las economías indianas aceleraron sus ritmos de
crecimiento durante el siglo XVIII, pero no con la intensidad que muestran las
cifras oficiales.
9. La dinámica de las regiones centrales (Nueva
España-Perú)
Las tasas de crecimiento
demográfico en la Nueva España se elevaron desde finales del siglo XVII hasta
la década de los cuarenta del siglo XVIII, momento en el que comenzaron a
descender hasta fines de la época colonial.
El crecimiento fue más
extenso en el norte del virreinato y en el noroeste, como resultado de un crecimiento
vegetativo.
En definitiva, parece
comprobarse que el impulso demográfico se dio con anterioridad a la
introducción del reformismo borbónico.
La población de Perú cayó
en la década de 1720, como resultado de una gran epidemia generalizada, pero a
mediados del siglo XVIII la tendencia era otra vez ascendente.
El sector de los mestizos
fue el que comparativamente creció con más intensidad. En México encontramos
como a finales del siglo XVIII:
-
población
indígena 60%
-
mestizos 22%
-
blancos 18%
Y en Perú:
- mestizos 27%.
- Indios 56%
- blancos 13%
Por encima de las
diferencias regionales, la población indígena comenzó a ascender a partir de la
segunda mitad del siglo XVII.
En relación con el sector
minero, las tasas de crecimiento de la producción de plata novohispana fueron
mayores en la primera mitad del siglo XVIII. La producción argentífera creció
con intensidad hasta mediados de la década de 1770, momento a partir del cual
comenzó a decrecer claramente. Para el caso del Perú, la producción de plata
comenzó a aumentar a partir de la década de 1730, a partir de aquí tendrá
diferentes oscilaciones hasta que entre 1805-1815 sufra una gran caída.
En cuanto al oro chileno,
su producción creció a lo largo del siglo XVIII. Para Nueva España se convirtió
en la región americana exportadora por excelencia de metales preciosos.
En resumen, se puede
observar que mientras que el crecimiento demográfico y la concentración urbana
se multiplicaban geométricamente, la producción de metales preciosos lo hizo
aritméticamente. Esto significó que el factor de la concentración urbana fue
suplantado en líneas generales a la minería como elemento dinamizador, en las
zonas centrales.
Durante el siglo XVIII
fue surgiendo una parcial especialización productiva, ya que los ranchos
comenzaron a vender sus productos en los mercados locales, mientras que las
haciendas lo hacían en los núcleos urbanos mayores. Sin embargo no se debe
pensar que fueron dos mundos separados, ya que en muchas ocasiones los
trabajadores de unos y de otros estaban interconectados.
La ampliación de la
demanda urbana y minera tuvo efectos importantes sobre las relaciones de
producción. En Nueva España, un porcentaje creciente de población indígena
comenzó a trabajar como asalariada coyunturalmente en las haciendas vecinas,
pero sin dejar de pertenecer a la comunidad de origen a la que regresaban al
menos una vez al año.
10. La dinámica de las regiones productoras de
materias primas.
Las regiones no
productoras de metales preciosos y con una población indígena reducida
sufrieron una profunda aceleración de sus economías a lo largo del siglo XVIII,
sobre todo en su segunda mitad. Esto se debe tanto por la demanda europea de
materias primas baratas, como de las nuevas condiciones creadas por las
innovaciones del reformismo borbónico.
La remodelación del
sistema comercial y la rebaja de los derechos arancelarios posibilitaron la
reducción del contrabando y a ampliación de los contactos con los mercados
internacionales.
Los efectos del
crecimiento de las nuevas zonas de colonización se expandieron por la geografía
americana.
En comparación con las
zonas centrales, la inmigración desempeñó un papel fundamental en el proceso de
crecimiento poblacional en estas regiones de nuevo impulso dieciochesco. La
emigración voluntaria libre procedente del Norte de la Península Ibérica, junto
con la forzada esclava procedente del Norte de África, alteraron la estructura
poblacional de estas zonas: la llanura del Orinoco, las costas de Colombia y
Venezuela y las Islas del Caribe.
La mayoría de los recién
llegados se insertaron en la sociedad indiana como burócratas, militares,
comerciantes e incluso agricultores.
En relación al comercio
de esclavos, P.E. Lovejoy ha demostrado que durante la segunda mitad del siglo
XVIII, se dio un crecimiento en los volúmenes de la trata como consecuencia del
incremento de la demanda de mano de obra de las regiones exportadoras de
productos tropicales y de las zonas productoras de oro.
A partir de 1789 la
importación de esclavos se liberalizó, por lo que su número se elevó aún más.
La llegada de la población negra ayudó a transformar las regiones tropicales y
en especial al área antillana y circuncaribe.
Como resultado del incremento
de la demanda internacional de productos exóticos, algunas zonas se
convirtieron en ricas regiones exportadoras, con lo que se cambió la estructura
comercial atlántica. La región del Río de la Plata sufrió un vuelco
espectacular, la plata en esta zona comenzó a discurrir por la nueva vía
bonaerense y a ser comercializada por los comerciantes del nuevo Consulado de
Buenos Aires. Esta ruta se convirtió en la intermediaria entre los mercados
europeos y las zonas andinas productoras de metales preciosos.
Este cambio fue
aprovechado para impulsar la producción y exportación de los cueros, producto
de gran consumo en la Europa preindustrial.
Otro ejemplo de
aceleración económica durante la segunda mitad del siglo XVIII fue la región de
Venezuela., que convirtió a Caracas en una próspera ciudad.
A diferencia de las zonas
centrales de los virreinatos de México y Perú, tanto en el Río de la Plata como
en la región de Venezuela, la población indígena era minoritaria, sería la
población de origen europeo la mayoritaria.
En el caso de Cuba, nos
encontramos con que se convirtió en la perla de las Antillas durante el siglo
XVIII. El principal producto de exportación fue el tabaco.
En la década de 1790,
pasó a ser la isla con más capacidad exportadora de azúcar de las Antillas,
debido a sus condiciones geográficas y a su situación en las rutas comerciales.
Las concesiones y
privilegios concedidos por la Corona a las élites cubanas, así como el
bienestar económico alcanzado, hicieron que no se sumara a la marea de los
movimientos de independencia política que se desataron en el área
latinoamericana a comienzos del siglo XIX.
11. “La ilustración” versus “atraso”: resistencias
y rebeliones.
El reformismo borbónico,
al potenciar el proceso de recentralización monárquico, impulsar la economía
sin cambiar la estructura socioeconómica y vigorizar la estructura colonial,
fomentó la tensión entre los intereses metropolitanos y los de las élites
indianas.
La disminución de la
autonomía política y económica que dichas regiones habían disfrutado con
anterioridad junto con las posibilidades que las nuevas condiciones
internacionales habían generado durante el siglo XVIII, hicieron que las élites
americanas empezaran a considerar la independencia como una salida.
Sin embargo, no es exacto
interpretar los movimientos de tensión social que se produjeron a lo largo del
siglo XVIII como precedentes inmediatos de la independencia, ya que surgieron
como respuesta a situaciones diferentes. Las regiones periféricas sufrieron las
tensiones propias de los colonizadores recién llegados y la resistencia de los
grupos locales.
Las áreas de inmigración
forzosa de esclavos negros acabaron conformando núcleos en los que la
compulsión política y racial constituía el centro de las relaciones humanas.
Por su parte, la
expansión de las haciendas chocó con el hambre de tierras ocasionado por el
crecimiento demográfico en las zonas de alta densidad poblacional indígena y
originó enfrentamientos violentos y repetidos, como el de Tupac Amaru en 1780,
en los Andes centrales o las rebeliones de diferentes comunidades del norte de
la Nueva España, coincidentes con la introducción de las medidas
recolonizadotes de José de Gálvez a partir de 1765.
El cambio en las
condiciones laborales mineras dio como resultado un movimiento de protesta en
la zona de El Bajío en 1760-1770.
La expulsión de los
jesuitas en 1767 fue aprovechada por la Compañía para crear un clima de
violencia generalizado entre las comunidades que administraba.
También hay que mencionar
que por lo general, la ampliación de la presión fiscal impuesta por los
Borbones supuso un clima de protesta en los escenarios urbanos, que coincidió
en algunas ocasiones con años de malas cosechas, como por ejemplo el movimiento
comunero paraguayo.
Casi todos los
movimientos protestaban contra asuntos concretos, como el abuso de las
autoridades coloniales o la reducción de la presión tributaria, pero no ponían
en peligro la estructura colonial, a excepción de Tupac Amaru. Tampoco fue
cuestionado el principio de poder monárquico únicamente se protestaba contra el
mal gobierno.
Sin embargo, a partir de
1808, una serie de acontecimientos hicieron que la insatisfacción se
convirtiera en clara rebelión de independencia.
El vacío de poder creado
por la abdicación de Carlos IV y Fernando VII en Napoleón y José Bonaparte, el
corte de las comunicaciones atlánticas provocado por la guerra de la
independencia española y la difusión de nuevas ideas políticas y sociales,
junto con el malestar social indiano ocasionado por la fuerte elevación de los
precios y la escasez de alimentos, fueron las gotas que desbordaron el vaso de
la paciencia las élites coloniales.
Cuando comprendieron que
la política metropolitana trataba de eliminar las autonomías política y
económica americanas para potenciar la extracción de excedentes hacia la
metrópoli, los grupos de poder indianos no dudaron en aprovechar el nuevo
mecanismo del sufragio universal para convertirse en las élites dirigentes de
los nuevos Estados. Los movimientos de independencia se dieron con un ritmo
opuesto al de la secuencia de la colonización en el siglo XVI. La independencia
se alcanzó antes en aquellas regiones de reciente inmigración y de nueva
colonización que en las zonas de mayor tradición.
De las primeras:
Argentina y Venezuela en 1811, Chile en 1818, Perú en 1824, Bolivia en 1825 y
de las últimas Cuba y Puerto Rico en 1898.
El reformismo borbónico
español finalizó con los movimientos de independencia política e impuso un
cambio mínimo en la estructura interna de poder y en las relaciones económicas
y sociales. De este modo, la independencia no se convirtió en un movimiento de
modernización. Cuando lograron la independencia las élites americanas se
ocuparon de dominar los mecanismos de elección para que el poder recayera en el
reducido grupo urbano de tradición occidental.
Por ello, la independencia no supuso un proceso de
descolonización interna. La estructura económica del continente, centrada en la
producción de materias primas se reforzó. Todo ello significó la hipoteca de
futuro de América Latina.
TEMA 7. El nacimiento del Imperio Portugués (1500-1580)
1. Los inicios: Islas del Atlántico y litoral
africano.
La población portuguesa
se redujo a mediados del siglo XIV, por lo que una buena proporción de las
tierras de cultivo fueron abandonadas, la población urbana se reconvirtió en
rural, la autosubsistencia se amplió y las rentas feudales disminuyeron.
Como mecanismo para
paliar los efectos negativos de la disminución de ingresos señoriales, se hizo
común el envío de expediciones de conquista fuera de las fronteras de Portugal
para capturar botines. Entre estas expediciones destacan la conquista de Ceuta
en 1415.
Cuando la población
comenzó de nuevo a recuperarse a partir de 1450, se tradujo en expansión ante
la necesidad de incorporar las tierras necesarias para dar trabajo y alimento a
los nuevos habitantes. Se reconquistó el territorio peninsular y se expulsó a
las comunidades musulmanas. Una vez que fueron agotadas las posibilidades y cuando
se comprobó que la expansión por el norte del continente africano era
complicada debido a la belicosidad de las tribus bereberes, se comenzaron a ver
las islas del Atlántico y el litoral africano, como las dos posibles vías
alternativas de expansión territorial y comercial.
La ocupación de las islas
atlánticas se llevó a cabo lentamente, conforme las necesidades lo iban
requiriendo. El proceso de colonización fue realizado con facilidad debido a
que dichas islas estaban mínimamente habitadas o incluso deshabitadas.
-
En las
primeras expediciones se talaban los bosques y se exportaba la madera a Lisboa.
-
En viajes
posteriores, se soltaban cabezas de ganado para que pastaran y se fueran
reproduciendo libremente.
-
Durante los
años posteriores, los barcos portugueses visitaban las distintas islas para
cargar el ganado y la madera que demandaban los mercados metropolitanos.
-
Cuando a
mediados del siglo XV la demanda mercantil portuguesa se fue expandiendo, se
empezaron a introducir en las islas atlánticas nuevas formas de colonización
más intensiva, momento en el que se comenzó a dar una migración de agricultores
allí. Los cultivos más característicos de este momento serán el algodón,
azúcar, arroz, vino… debido al gran valor comercial que tienen estos productos.
A lo largo de las costas
africanas atlánticas, los portugueses adoptaron el sistema de la factoría
comercial de tradición italiana. A través del comercio compulsivo con las
tribus nativas, se adquiría oro, marfil, especias, además de otros productos
exóticos a cambio de mercancías de poco valor para el mundo occidental, pero
que llamaba mucho la atención de las comunidades indígenas.
Las mercancías adquiridas
eran guardadas en grandes almacenes construidos en la costa. Un rústico puerto
y una reducida población componían la base de la colonización del litoral
africano.
El comercio era ejercido
por un escaso número de comerciantes portugueses, aunque hay que destacar que
la nobleza portuguesa no era como la castellana y veía con buenos ojos la
inversión en los negocios mercantiles.
La expansión a lo largo
del litoral africano se realizó de forma lenta. Financiada con las ganancias
comerciales y basada en la esperanza de encontrar el paso geográfico que
permitiera llegar a los míticos territorios asiáticos, para monopolizar el
tráfico de las especias.
- En el momento de la
muerte de Enrique el navegante en 1460, las naves expedicionarias llegaron al
golfo de Guinea.
- En la década de 1470,
castellanos y portugueses rivalizaron por el descubrimiento del continente
africano pero quedará solucionado con el tratado de Alcaçobas-Toledo en
1479-1480, los portugueses renunciaron a las Islas Canarias y de esta manera
pudieron colonizar el litoral africano.
- En la década de 1480,
dieron un fuerte impulso al proceso descubridor bajo la dirección de Diego Cao,
hasta que finalmente Bartolomé Díaz en 1487-1488, logró doblar el cabo de Buena
Esperanza.
- En la década de 1490,
Vasco de Gama estrenaba la nueva vía comercial (1497-1499), al realizar el
primer viaje directo por mar a la India, sin embargo fue empañado por el
hallazgo efectuado por Colón en 1492.
- El Tratado de
Tordesillas en 1494, fijaba una línea imaginaria a 370 leguas al oeste de las
islas de Cabo Verde y adjudicaba el hemisferio occidental a Castilla y el
Oriental a Portugal.
2. Las características geográficas y culturales de
Brasil.
El 22 de abril de 1500
las naves de Pedro Álvarez Cabral llegaron a las costas del actual territorio
de Porto Seguro en Brasil. A partir de 1501 varias expediciones exploraron las
costas brasileñas de norte a sur, hasta que en 1502 se alcanzó el estuario del
Río de la Plata.
A comienzos del siglo XVI
las costas del actual Brasil se encontraban habitadas por distintas culturas:
- Los tupí-guaraníes, originarios de las laderas orientales andinas. Su
cultura presentaba una mezcla de rasgos variados al haber incorporado distintos
elementos culturales de las comunidades por donde habían transitado. La guerra
ocupaba su principal actividad.
- Los potiguar, empleaban la agricultura, la cual solía ser una actividad
femenina. Cada grupo familiar era autosuficiente y la guerra tenía un papel
central en su estructura social.
- Los gês, cazadores y recolectores de las anchas llanuras de las mesetas centrales
brasileñas y al parecer los descendientes directos de los primeros habitantes
del Brasil. Tenían unas formas de asentamiento muy dispersas, empleaban
prácticas matrilocales y eran muy belicosos. Lograron escapar al contacto
inicial de la conquista debido a su movilidad y dificultad de ser convertidos
en mano de obra dócil.
- La cuenca del Amazonas estaba ocupada por tribus tupís, arahuacas y
caribes, enfrentadas entre sí en una lucha sangrienta. Basaban su sustento en
la caza y la recolección y mantenían unas prácticas matrilocales, eran
gobernadas por un consejo de ancianos y los shamanes servían de relación entre
la comunidad y el mundo sobrenatural.
Todas las descripciones
de los primeros cronistas coinciden en señalar una importante densidad demográfica
en la zona en el momento de la conquista.
El jade, ornamentos de
oro, madera para la fabricación de arcos, pescado seco y demás productos eran
intercambiados entre unas tribus y otras con relativa regularidad al margen de
sus relaciones no pacíficas. El tributo, como forma de redistribución de
excedentes, era un mecanismo reducido o inexistente, por lo que no se dio un
importante nivel de integración como en las regiones centrales andinas y
mesoamericanas.
Desde el punto de vista
geográfico, el territorio del actual Brasil esta compuesto por diferentes
regiones.
- La costa oriental de clima tropical lluvioso,
que fue la zona seleccionada durante el siglo XVI para cultivar la caña de
azúcar.
- La región de São Paulo
es una serranía de clima templado y seco en su interior y tropical en la costa,
con grandes posibilidades agrícolas.
- El Brasil meridional,
de clima cálido y húmedo tiene una vegetación boscosa.
- El brasil central,
inclinado hacia el interior en vez de al Atlántico, alberga una vegetación que
va desde el bosque tropical norteño a las sabanas sureñas.
- La región del Amazonas,
está compuesta por el sistema fluvial del mismo nombre, con vegetación
selvática tropical, lo cual resultó ser una barrera para la occidentalización
hasta la aparición del comercio del caucho en el siglo XIX.
3. La época de las feitorias (1502-1534)
Las Feitorias fueron una
adaptación a las condiciones brasileñas del modelo que los portugueses habían
empleado en las costas africanas. La Corona cedió a un grupo de comerciantes la
explotación de los recursos brasileños durante tres años, a cambio de
comprometerse a explorar 1200 millas de costa anualmente.
Entre 1506 y 1534 la
Corona, de Manuel I estableció un control directo sobre el negocio colonial.
Las feitorias centraron sus actividades comerciales en la exploración y
comercialización del palo brasil.
La corona controlaba el
monopolio a través de navíos patrulla para impedir el posible contrabando.
Este comportamiento era diferente
al desarrollado por la Corona de Castilla a partir de 1495, ya que la finalidad
última en el caso portugués fue la obtención de un beneficio económico
comercial. Por ello los aspectos comerciales y fiscales fueron los asuntos
mejor definidos en la política colonial portuguesa durante los primeros años de
la vida brasileña.
Al no existir como en el
caso del área hispanoamericana, el pacto entre conquistadores, Corona e
Iglesia, la colonización portuguesa no dispuso en esta primera fase de la
colaboración de un grupo de conquistadores encomenderos, por lo que la Corona
tuvo que financiar directamente la defensa del negocio de las feitorias.
4. El modelo de las capitanías (1534-1549)
A partir de la década de
1530, las feitorias comenzaron a variar, al introducirse el modelo de colonización
desarrollado en las islas del Atlántico. Martín Alfonso de Sousa, al mando de
una expedición militar y colonizadora, fue enviado a las costas brasileñas para
impulsar una colonización permanente y expulsar a los extranjeros asentados en
la zona. La expedición puso de relieve que el nuevo modelo suponía grandes
desembolsos, una administración complicada por la lejanía y unos beneficios
poco inmediatos, por lo que Juan III, siguiendo el modelo político desarrollado
en las islas del Atlántico y el litoral africano, concedió en 1534 el negocio
brasileño a doce capitanes conectados con los intereses de la Corte.
Cada uno recibió catorce
lotes de terrenos, compuestos por espacios de entre 30 y 100 leguas de costa y
una profundidad limitada por el Tratado de Tordesillas. A cada capitán se le
concedieron derechos hereditarios sobre las tierras y sus habitantes, además se
les dotó de la capacidad para nombrar oficiales en sus territorios, fundar
ciudades, cobrar impuestos...
Los resultados no se
correspondieron con las esperanzas puestas y sólo diez capitanes llegaron a
tomar posesión de sus respectivos territorios y tan sólo dos alcanzaron el
éxito económico. Esto se puede explicar por las características propias de cada
uno de los territorios, así como por las vinculaciones financieras y
comerciales de cada uno de los capitanes.
A diferencia de los
conquistadores-encomenderos castellanos, los capitanes no recibieron indios en
encomienda, por lo que concentraron sus actividades en la producción de azúcar
a lo largo del litoral.
Se consideraba a la
población indígena como mano de obra de las plantaciones en vez de cómo
vasallos, por lo que cuando ésta comenzó a escasear no hubo problemas en
sustituirla por la fuerza de trabajo esclava importada del continente africano.
5. El Gobierno General (1549-1580). Del palo de
tinte al azúcar.
A partir de 1549, Juan
III, viendo que el sistema de las capitanías no funcionaba decidió volver a
tomar directamente el mando de los asuntos americanos y envió a Tomé de Sousa
como gobernador general para poner en orden la situación colonial brasileña.
La Corona fue recuperando
los territorios que los capitanes no habían colonizado y Bahía se convirtió en
la sede del gobierno general. A pesar de todo esto, tenemos que aclarar que las
capitanías no fueron abolidas, los poderes de los capitanes declinaron conforme
la Corona eliminaba sus privilegios y se iba apropiando de sus tierras.
Se han ofrecido
diferentes explicaciones de la creación del gobierno general pero
independientemente de cada uno de esos argumentos, hay que advertir que no es
posible entender el proceso como una simple recentralización política, parecida
a la que tuvo lugar en Castilla en 1540, ya que el principal móvil en el caso
brasileño fue el económico, antes que el sociopolítico.
Las instrucciones que
recibió el primer gobernador general fueron claras, reflejando que el motivo
principal era aumentar en lo posible los ingresos reales que las capitanías no
habían logrado generar en la cuantía deseada, así como impulsar la producción
de azúcar. Para facilitar su labor, el nuevo gobernador dispuso de:
-
Un ouvidor (oidor general con funciones
judiciales.)
-
Un capitao-mor (capitán mayor encargado de los asuntos militares)
-
Un provedor-mor (proveedor mayor, encargado de la administración de
las finanzas públicas).
Además de esto, disponía
de distintos representantes en cada capitanía.
A través del Regio
Patronato, derivado de las bulas papales de 1456 y 1514, la Corona controlaba
la creación de las diócesis coloniales, el nombramiento de los obispos la política evangelizadora. En 1550 se creó
el primer obispado.
Durante el período de
Gobierno General, el municipio siguió teniendo un gran poder. El senado da camara, formado por los
ciudadanos y controlado por la oligarquía local, disfrutaba de una gran
autonomía política, pudiéndose hablar de casi ciudades-estado.
Con respecto a los
asuntos mercantiles, no se desarrollaron organismos específicos, sino que se
aprovecharon los existentes del comercio africano o de la India. Así, el cobro
de los impuestos correspondía a las
alfadengas y los litigios comerciales se veían por el juez de la India,
Mina o Guinea. El consejo de hacienda asesoraba al Rey en los asuntos
económicos.
El modelo portugués buscó
por todos los medios reducir los costos de producción. De esta forma el indio
se convirtió en mano de obra barata. No obstante Juan III, creó en 1532 la Mesa
de Conciencia, que funcionó como un órgano de apoyo moral y ético en relación
al trato otorgado al indígena.
La evangelización de los
indígenas brasileños estuvo a cargo de los jesuitas, pero en contraposición con
el caso castellano, no se dio un movimiento en defensa del indio, ni tuvo
consecuencias políticas tan importantes, ya que la fuerza de trabajo fue
rápidamente suplantada por el esclavo negro.
Desde un primer momento,
los jesuitas decidieron concentrar a la población indígena en pueblos nuevos
creados al efecto. Al igual que en Hispanoamérica, los colonos reclamaron a la
Corona que como resultado de estos mecanismos evangelizadores, las plantaciones
se quedaban sin mano de obra, en este caso siguiendo la política de la Corona,
que consideraba preferentemente la total aculturación del indio a la
evangelización, apoyó las reclamaciones de los colonos contra las pretensiones
de los jesuitas. En consecuencia, los jesuitas tuvieron que emigrar hacia el
sur, más allá de los intereses de los dueños de las plantaciones. Todo se
solucionó cuando el Obispo de Bahía fue sustituido, momento en el que el
sistema de aldeas jesuíticas se expandió por todo Brasil.
Sin embargo entre 1562 y
1574 se dieron una serie de problemas que desembocaron en conflictos bélicos
entre indígenas y dueños de plantaciones, esto trajo como consecuencia que en
1574, sólo quedaran unos tres mil supervivientes de las comunidades tupinambás. En 1596, había desaparecido
casi totalmente esta población. Unos habían muerto, otros habían emigrado y
otros se habían concentrado en las aldeas jesuíticas.
El derrumbe demográfico
indígena hizo que se planteara la consideración del indígena, hecho que hasta
la fecha se había ido postergando.
Diferentes autoridades
discutieron el problema ético, religioso y legal de cómo esclavizar al
indígena.
A consecuencia de esto,
se decidió en 1570 que el indio solo podía ser convertido en esclavo si era
apresado en guerra justa o si se comprobaba que practicaba el canibalismo.
Esta ley no fue aceptada
entre los colonos, por lo que a partir de entonces los indios comenzaron a ser
considerados como caníbales, para así poder justificar su esclavización. Por
ello el rey se vio obligado a modificar la ley en 1574, legalizando los
resgates (ventas de cautivos por los mismos indígenas), con la única condición
de que se debían registrar las ventas ante las autoridades reales competentes
(alfadengas).
A pesar de esto, día a
día se fue importando mayor cantidad de esclavos negros del continente
africano, solución que, había sido ensayada con éxito previamente en las islas
Cabo Verde y Madeira. Con ello Brasil se fue convirtiendo en la “dulce
colonia”. Pasaba de la época del palo de tinte al azúcar y de la mano de obra
indígena al esclavo negro africano.
Rápidamente, la
estructura social de Brasil se fue configurando como la de una típica colonia
esclavista.
A partir de la entrada de
los esclavos negros, la población brasileña se conformó por la interrelación de
individuos de procedencia europea, americana y africana.
El éxito de la producción
azucarera brasileña no nos debe hacer pensar que Brasil reemplazó el papel que
el comercio de la India había supuesto para las finanzas estatales portuguesas.
Hay que decir que el
comportamiento de Brasil fue fundamental, como una pieza clave en el tráfico
internacional, con lo que se comprobó la utilidad de comprender en su conjunto
la lógica imperial portuguesa a fin de poder entender apropiadamente cada una
de sus piezas. El azúcar y el comercio de negros eran sólo algunas de las
partes utilizadas para adquirir las mercancías imprescindibles para traficar
con los mercados asiáticos.
En conclusión, Brasil se
configuró como una colonia exportadora de azúcar a los mercados
internacionales, e importadora de mano de obra esclava del continente africano.
6. Las experiencias en África y en las islas del
Atlántico.
A partir de la década de
1540 y una vez que se había completado la exploración de las rutas
interoceánicas, se comenzó la colonización del interior africano. Aprovechando
el cauce de los ríos y atraídos por las noticias de la existencia de placeres
auríferos, se fueron internando en territorios como Sudán o Senegal, donde
fundaron la colonia de Waddan.
Madeira se comportó como
una colonia exportadora de azúcar y vino a Flandes, desde donde eran
recomercializados a los mercados europeos.
El conjunto de las
Azores, se especializó en la producción de cereales, los cuales eran exportados
a la metrópoli para tratar de cubrir la creciente demanda.
Las islas Cabo Verde, se
colonizaron a comienzos del siglo XVI, aunque fueron descubiertas en el siglo
XV. Estas islas se caracterizan por que son el lugar de paso de las
expediciones que se dirigían a la India o a Brasil.
En el Golfo de Guinea,
las capitanías de las islas de Santo Tomé, Príncipe, Annobón y Fernando Poo,
que no habían reclamado una colonización permanente debido a su clima tropical,
por que era propicio para las enfermedades, se convirtieron a partir de los
años veinte del siglo XVI en excelentes enclaves comerciales tanto para el
comercio de esclavos hacia América como para la ruta de la India.
El litoral africano
siguió funcionando durante todo el siglo XVI como un área de factorías
comerciales. A lo largo de la costa se construyó un verdadero rosario de
fortalezas para proteger los enclaves mercantiles. En este contexto, fueron
claves las alianzas con las autoridades locales, para la fundación de los
respectivos establecimientos. La capitanía de San Jorge da Mina se convirtió en
la sede central de los asentamientos portugueses en el Golfo de Guinea y en el
lugar de salida de las exportaciones de oro.
La región del Congo,
formado por una confederación de diferentes tribus africanas, acabó
convirtiéndose en una especie de protectorado portugués. La corte congoleña
trató de reproducir algunas de las formas culturales portuguesas. Sin embargo,
la expansión del tráfico negrero a partir de la década de 1520 modificó
radicalmente esas relaciones de amistad.
Los portugueses, atraídos
por el oro procedente de Etiopía, establecieron en la costa oriental africana
un número importante de enclaves, que fueron de capital importancia. Todas
estas plazas, constituidas en capitanías con centro en Mozambique, pasaron a
depender del gobernador de la India.
El comercio africano no
estaba controlado por una sola compañía sino que se dividía entre diferentes
grupos de comerciantes, cada uno de los cuales explotaba una región y un grupo
de productos, por lo tanto no se mezclaba el comercio de los productos. La
explotación de los recursos se hacía o bien por la Corona a través de
funcionarios, o bien por la concesión de permisos a particulares durante una
serie de años específicos.
7. El establecimiento del imperio comercial
asiático.
El establecimiento de la
ruta de la India, se realizó con gran rapidez, desde finales del siglo XV y
principios del XVI. La exploración del océano Índico se llevó a cabo con gran
celeridad llegado a las islas Seychelles, a Madagascar… Al mismo tiempo, otras
expediciones exploraron las rutas de Indonesia hasta Timor.
A la vez que se exploraba
por la costa se iban adentrando en el interior de los territorios, con la
finalidad de conocer con detalle las
posibilidades comerciales de los mismos.
Desde los primeros
momentos, los portugueses se dieron cuenta de que si querían controlar el comercio
asiático tenían que destruir en parte el control que ejercían en la zona los
comerciantes musulmanes.
A comienzos del siglo
XVI, los portugueses consiguieron autorización de algunos rajás para establecer
diferentes factorías, pero las relaciones nunca fueron pacíficas, debido a la
interferencia de los comerciantes musulmanes que veían en peligro su monopolio
comercial y a la agresividad de las formas portuguesas, ya que fueron
construyendo un rosario de fortalezas en los puntos neurálgicos de intercambio.
Aún así estos últimos se apoyaron en las fuertes disensiones políticas internas
entre los estados musulmanes para expandir su radio de influencia, por lo que
las alianzas y los pactos se convirtieron en sus mejores armas.
En ningún momento los
portugueses desarrollaron en la India una colonización territorial como la de
las islas del Atlántico o la de Brasil. Cada ciudad-puerto servía de enclave
mercantil y punto de expansión de alianzas con las élites locales del entorno.
Una escuadra permanente vigilaba el tráfico y protegía las factorías. También
fueron importantes las alianzas matrimoniales con las hijas de las castas
hindúes más altas, que fueron creando un número considerable de mestizos,
creando el elemento defensor de los intereses comerciales portugueses.
La ciudad de Goa se
convirtió en la sede de la administración portuguesa de la región de la India,
ésta vio como variaba su arquitectura urbana al construirse grandes edificios e
iglesias renacentistas.
El gobernador general era
designado directamente por el Rey de Portugal y dirigía los destinos de toda la
región, además tenía la capacidad para nombrar a las autoridades locales, así
como establecer la política defensiva y comercial que creyera oportuna. Sin
embargo, a excepción de las ciudades-factorías más importantes, no se
plantearon variar las formas de vida existentes en la zona, convivieron con sus
tradiciones y religiones sin muchos problemas.
Durante los primeros
años, el tráfico comercial con la India fue libre, pero a partir de 1504 las transacciones
comerciales entre Portugal y la India pasaron a ser controladas por la Casa de
la India, institución creada paralelamente a la Casa de Contratación española.
Dos años más tarde, se estableció un monopolio estatal sobre el comercio de la
India, por lo que la Corona quedó como la única entidad con capacidad para
enviar barcos al océano Índico.
Debido a que Portugal no
tenía suficientes barcos y marinería para realizar el tráfico entre América,
Europa, África y los mercados asiáticos, se generalizó la costumbre de
contratar el transporte en el océano Índico a diferentes flotas de países
asiáticos.
El comercio de la India
impulsó una tupida trama mercantil internacional. A Lisboa llegaban toda clase
de productos exóticos de China y diferentes partes de la India. Su llegada se
tradujo en una ampliación de la exportación de metales preciosos para saldar su
balanza comercial deficitaria. En consecuencia, como el oro africano no era
suficiente para cubrir este tráfico creciente, los comerciantes portugueses
tuvieron que desarrollar otra innumerable cantidad de relaciones comerciales a
fin de adquirir los metales preciosos que el tráfico de la India requería.
Cada región pasó a comportarse como una pieza de
una maquinaria comercial internacional. La clave del éxito portugués residió
precisamente en controlar la mayor parte de los sectores de este comercio, que
englobaba plazas mercantiles e intereses en todos los continentes del globo
terráqueo.
TEMA 8. La ruptura del poder monopólico comercial portugués (1580-1750).
1. El ciclo del azúcar en Brasil (1580-1640)
A comienzos del siglo
XVII, los ingenios azucareros alternaban con los puertos
importadores-exportadores a lo largo de la costa del noreste. En ellos, el
número de inmigrantes portugueses y de esclavos negros se elevaba, al tiempo
que disminuía la población indígena. Las formas de vida y las instituciones portuguesas
eran las prevalecientes y los beneficios fiscales de la Corona se basaban en la
producción y comercialización del azúcar.
En el interior, en las
selvas de la cuenca del Amazonas y en el sur del actual Brasil, la presencia
portuguesa era reducida e incluso nula.
En la costa, el ingenio
se convirtió en el elemento central de la sociedad colonial. Desarrolló unos
ritmos productivos que con ligeras variaciones se repitieron a lo largo de las
distintas regiones.
En cuanto a la
comercialización del azúcar, encontramos diferentes calidades, oscilando entre
el blanco más puro, hasta el más impuro. El más blanco era comercializado en el
exterior a través de los puertos de Bahía o Recife, mientras que el más impuro
solía ser empleado para fabricar ron.
El complejo del ingenio,
que era la plantación con el molino, tenía unos 70-80 esclavos. En general, las
condiciones de trabajo, clima y calidad de la dieta eran complicadas, por lo
que hicieron que las tasas de mortalidad fueran elevadas y que la rentabilidad
del trabajo descendiera conforme avanzaba la vida del esclavo, esto hacía que
fuera necesario reponer continuamente el porcentaje de mano de obra. En
bastantes ocasiones el propio propietario prefería expulsar a los esclavos
cuyos rendimientos eran bajos antes que alimentarlos diariamente.
En un principio los
ingenios brasileños operaban con mano de obra indígena, pero paulatinamente
fueron sustituyéndolos por esclavos negros.
El propietario del
ingenio, por lo general era de origen humilde aunque ocupaba el vértice de la
sociedad colonial. Vivía en sus propias plantaciones, por lo que nombraban
representantes en los puertos importadores-exportadores. El foco central de la
vida solía girar alrededor de la casa grande, habitada por la familia extendida
del propietario, a la que se sumaban el servicio doméstico y los esclavos.
Cada familia constituía
un microcosmos social y las relaciones matrimoniales constituían uno de los
mecanismos más importantes de movilidad social.
La inmigración portuguesa
a Brasil durante esta época no fue masiva. Se componía por lo general de
hombres que acababan uniéndose legalmente a mujeres nacidas en la colonia. En
consecuencia, durante el siglo XVII no se dio un enfrentamiento entre los
portugueses metropolitanos y los criollos.
Al mismo tiempo, a través
de las uniones extramatrimoniales, se fue originando una importante mezcla
racial.
La producción del azúcar
fue desde mediados del siglo XVI y hasta mediados del siglo siguiente un
negocio bastante rentable, aunque siempre estuvieron presentes los riesgos
derivados del abastecimiento de mano de obra barata, el precio de venta del
azúcar y las oscilaciones climatológicas. Una de las formas de reducir estos
riesgos fue monopolizar la producción a fin de controlar las oscilaciones de
los precios.
Una de las
características distintivas en la producción de azúcar en Brasil es el cultivo
de ésta por agricultores independientes que vendían su producto a los ingenios,
ya que no disponían del suficiente capital como para tener su propio ingenio.
El propietario del
ingenio les arrendaba una parte del suyo, con unos contratos que oscilaban
entre 9 y 55 años y el pago se hacía con 1/3 de la producción. De esta manera
el propietario se evitaba los riesgos de la producción de la caña.
En cuanto a los esclavos,
encontramos que sus precios solían ser elevados, pero hay que tener en cuenta
que al menos durante el siglo XVII, un esclavo generaba en dos años
aproximadamente la riqueza necesaria para cubrir su valor de compra. Puesto que
tenía una vida media de entre 6 y 9 años, el tráfico negrero se convirtió en un
requerimiento ineludible para la producción azucarera.
La preferencia hacia los
varones dificultó la posible reproducción de la población africana en el
continente americano. Aún así las relaciones extramatrimoniales de las mujeres
negras con los portugueses y las uniones de esclavos con las indias, dieron
lugar a un complejo cruzamiento racial.
Al igual que la plata en
las regiones hispanoamericanas, la producción del azúcar vinculó las economías
brasileñas con los mercados internacionales y al mismo tiempo impulsó el
establecimiento de un complejo flujo comercial intra e interregional con una
parcial especialización de la producción.
Por lo general, podemos
decir, que se dio un enfrentamiento entre los productores de azúcar y los de
mandioca, debido a que los primeros utilizaban las mejores tierras para el
cultivo de la caña y trataban de alejar al máximo a los segundos al considerar
que destruían las reservas. Además, en el sistema de producción azucarero
brasileño se permitió a los esclavos de los ingenios que cultivaran algunas
parcelas de terreno para que lograran su propia autoalimentación y reducir de
este modo los gastos de su manutención. Sin embargo, todo parece indicar que
las prácticas de autosuficiencia no bastaron, por lo que se fue generando una
producción agrícola comercial, al mismo tiempo que se impulsaron unos circuitos
comerciales regionales, que no estaban controlados por los propietarios de las
grandes plantaciones.
Las necesidades de los
animales de tiro requeridos por los ingenios y el comercio interno, junto con
la demanda de cuero, impulsaron la creación de haciendas ganaderas y
productoras de forraje que se localizaron en los extremos más alejados de los
núcleos de colonización, para evitar el enfrentamiento entre el ganado y los
terrenos agrícolas. Las zonas del interior, se fueron convirtiendo en
ganaderas, al mismo tiempo que las zonas de expansión de la colonización. Se
incorporaron grandes extensiones de terreno como pastizales, a la vez que se
expulsaba de esos terrenos a indígenas, lo que hizo aparecer tensiones con las
reducciones de los jesuitas.
En estos territorios de
expansión aparecerá lo que se ha denominado como caboclo, que es el resultado de la unión del portugués con el indio
y que fue generando una nueva cultura del cuero, con características diferentes
a la sociedad litoral.
A diferencia de la
estructura comercial española, Portugal fue dependiente desde el principio de
la marina mercante de otros países para realizar las transacciones comerciales
atlánticas. La Corona portuguesa monopolizó el comercio de especias con la
India, pero permitió la comercialización de los azúcares brasileños a los
extranjeros, más en concreto a los holandeses, con las únicas condiciones de
que navegaran con las licencias oportunas y pagaran los correspondientes
impuestos.
En 1580 Brasil dejaba de
ser la colonia exportadora de palo de tinte, pasando el azúcar a ocupar el
lugar central de la economía colonial. Aunque es difícil calcular los volúmenes
de producción de azúcar debido a la falta de información estadística, podemos
decir que la producción se elevó de 6000 toneladas en 1580 a 10000 en 1610. Sin
embargo, en la década de 1640, Brasil, que aún era el máximo productor de azúcar
mundial, comenzó a sufrir los problemas de la escasez y el encarecimiento de la
mano de obra, así como la reducción del consumo internacional y los
enfrentamientos políticos.
2. El período de la dominación española
(1580-1640).
Con la unión de las
coronas de Portugal y España entre 1580 y 1640, se introdujeron algunos cambios
en las instituciones de gobierno de Brasil, aunque se mantuvo la autonomía
entre los asuntos portugueses y castellanos.
-
Se creó la
figura del representante del Rey de España en Lisboa, pero los puestos públicos
brasileños fueron reservados para súbditos portugueses. Sólo los asuntos de
mayor importancia eran resueltos en Madrid.
-
Se introdujo
el denominado Código de las Ordenanzas Filipinas, que modificó sustancialmente
la administración brasileña.
-
Otro cambio,
fue la creación del Consejo de India, que dotó de una autonomía de gestión a la
administración de los asuntos coloniales.
-
La dirección
de los aspectos comerciales, fiscales y de defensa permanecieron en las manos
del Consejo de Hacienda.
-
Desde el
punto de vista político, Brasil quedó dividido a partir de 1626 en tres
ouvidorias generales: la de Maranhao, la de Bahía y la del Sur.
-
Paralelamente
a esto Felipe II emprendió un programa de centralización a fin de reducir la
autonomía municipal existente. Sin embargo, la falta de recursos ocasionada por
los excesivos gastos defensivos y por la convivencia de las capitanías reales y
las de particulares, limitaron la efectividad de dicho programa.
3. Las agresiones holandesas
Con la unión de las
Coronas de Portugal y de España, las tensiones políticas se interconectaron. En
concreto, los desórdenes de los Países Bajos hicieron que el Rey de España
obligara a los comerciantes portugueses a cortar sus relaciones mercantiles con
los holandeses. Como contestación, la Compañía de las Indias Occidentales atacó
los núcleos azucareros de Brasil, ocupando y saqueando Bahía y saqueando navíos
cargados de plata.
Durante el período de
Nassau como gobernador de las colonias holandesas en Brasil, las regiones de
Bahía y Pernambuco vieron cómo la colonización avanzaba hacia el interior y se
comenzaban a explotar las minas de interior, al mismo tiempo que las
exportaciones de azúcar se elevaban.
Una vez finalizado el
período de la administración de Nassau (1644), el gobierno recayó en un
triunvirato. A partir de entonces, los éxitos anteriores disminuyeron y los
portugueses comenzaron a ganar territorio, hasta que finalmente se firme el
Tratado de La Haya en 1661, que ratificó las conquistas portuguesas a cambio de
ceder a los holandeses el monopolio comercial de las islas Molucas, Malaca y
Ceilán.
Como resultado de la
guerra, se redujeron las exportaciones de azúcar, pero a cambio se fortaleció
el sentimiento nacionalista brasileño, aunque se carecía de vehículos de
expresión, ya que la Corona había impedido la formación de universidades y de
imprentas a fin de potenciar la dependencia intelectual de la Madre Patria.
4. La época de la Restauración. El ciclo del oro
(1640-1750)
Al conseguir Portugal su
independencia política respecto a España en 1640, la situación política y
económica brasileña varió radicalmente.
A partir de ese momento,
Portugal intentó regularizar el tráfico atlántico con la introducción del
sistema de flotas, al mismo tiempo que concentró sus esfuerzos en expulsar a
los holandeses del Brasil.
En todo este contexto, la
época de bonanza del azucarera no volvió a ser la misma, ya que la propia
guerra había destruido parte de las plantaciones y por la competencia de las plantaciones que
los holandeses habían fundado en las Antillas, lo que supuso una bajada de los
precios internacionales del azúcar.
Estas circunstancias
fueron agravadas aún más por el hecho de que la Corona portuguesa, para intentar aumentar los
ingresos, incrementó la presión fiscal sobre la producción y exportación del
azúcar brasileño, por lo que disminuyó la rentabilidad del sector azucarero
brasileño y aumentó el contrabando.
A partir de entonces,
aunque hubo momentos de recuperación, la competencia extranjera y el descenso
de los precios hizo que el azúcar comenzara a dejar de funcionar como producto
que vinculaba a Brasil con los mercados internacionales. El tabaco y el cuero
comenzaron a ocupar parcialmente el lugar del azúcar, pero no sería hasta el
descubrimiento de los metales preciosos durante las últimas décadas del siglo
XVII cuando se sustituyera el ciclo del azúcar por el del oro.
La colonización hacia el
corazón de Brasil hizo que se fueran descubriendo los yacimientos mineros de Minas
Gerais, entre otros muchos. Como consecuencia de dichos descubrimientos,
comenzaron a transformarse los paisajes del interior.
Miles de inmigrantes
procedentes de Brasil y de Portugal llegaron a las zonas mineras, atraídos por
el oro y las posibilidades de un enriquecimiento rápido.
Con la finalidad de
evitar la despoblación de las plantaciones del litoral y la emigración masiva
de portugueses, la Corona introdujo un sistema de pasaportes, controles y
prohibiciones, aunque con escaso éxito.
En estas zonas mineras,
se recurrió a la mano de obra negra esclava, para solucionar el problema de la
fuerza de trabajo. Éstos eran comprados en las plantaciones azucareras ya que
debido a su declive comenzaron a vender sus cuadrillas de esclavos al expansivo
sector minero, a consecuencia de esto, la trata negrera se revitalizó desde
comienzos del siglo XVIII.
En el caso concreto de
Minas Gerais, encontramos como el número de esclavos negros era mayoría. Además
vemos como el resultado de las relaciones sexuales entre inmigrantes varones y
mujeres libres o esclavas, dio lugar a una amplia población mulata.
Las tensiones en esta
zona fueron constantes y un ejemplo es el de la guerra de las Emboabas entre
1708-1709, conflicto entre los paulistas, que eran expedicionarios procedentes
de Sao Paulo que perseguían a los indígenas, los cuales consideraban esos
territorios de las minas de Gerais como suyos. Frente a los inmigrantes recién
llegados de Portugal.
Este conflicto hizo que
la Corona impusiera su autoridad y convirtió a la región en una nueva
capitanía. Con ello se obligó a que los paulistas siguieran emigrando hacia el
oeste en busca de nuevos yacimientos.
Es difícil cuantificar la
producción de oro debido a que en un comienzo se utilizó la técnica del lavado,
que constituía una producción itinerante difícil de controlar y que
comercializaba en buena medida al margen de los canales oficiales para evitar
el pago de los impuestos. A pesar de esto, las cifras oficiales desvelan un punto
máximo en el año 1750, aunque hay que advertir que la producción no fue
homogénea en toda la región.
La actividad productiva
minera y la concentración urbana impulsaron cambios en la especialización
geográfica de la producción existente. A su vez, la producción de oro y
diamantes fomentó el retraimiento de los centros azucareros costeros al
succionar esclavos y capitales, al mismo tiempo que hizo variar las relaciones
coloniales de Brasil con la metrópoli.
El descubrimiento de las
minas de metales preciosos brasileños vino, así, a cambiar totalmente la
política metropolitana, al permitir de nuevo la dependencia del exterior.
Desde el punto de vista
político, la Corona siguió intentando ampliar su poder, para lo cual trató de
someter a las capitanías de particulares que quedaban y reducir la autonomía de
los municipios. Para ello, se restableció el Tribunal de Relaciones y se creó
en 1642 el Consejo Ultramarino.
El gobernador general fue
dotado de amplios poderes y se le subordinaron los asuntos fiscales y eclesiásticos
a fin de subrayar su papel central en los designios de la colonia. Sin embargo
esta política centralizadora chocó con las capitanías existentes.
A fin de controlar el
comercio atlántico, se creó en 1649 la Compañía General de Comercio, pero sus
resultados fueron muy escasos debido a las concesiones ofrecidas a los aliados
portugueses durante la Guerra de Restauración monárquica portuguesa (1640).
Finalmente en 1694 se creó una Casa de Moneda, para evitar el uso de monedas
españolas y el trueque.
5. Las islas del Atlántico y las colonias de
África Occidental.
La restauración de 1640,
trajo consigo la pérdida de Tánger y de Ceuta.
En el caso del resto de
posesiones:
- Las islas de Madeira.
Debido a la competencia
de las exportaciones brasileñas y antillanas, dejaron de ser centros
exportadores de azúcar, para convertirse
en plazas exportadoras de vino y puertos de escala en los viajes hacia la India
y hacia Brasil.
- Las islas Azores.
Prosperaron lentamente
como puertos de escala en las rutas atlánticas y como centros exportadores. El
trigo y el pastel, seguidos del azúcar y el vino fueron sus productos
fundamentales a mediados del siglo XVI. A partir de 1612, el trigo pasó a
ocupar el lugar central de las exportaciones. Además tenemos que hablar de la
introducción del maíz a partir de mediados del siglo XVII que dio lugar a la
aparición de la industria pecuaria.
- Cabo Verde.
Conservó su importancia
debido a la cría de ganado y a su situación geográfica. Esto dio como resultado
que franceses, ingleses y holandeses visitaran con regularidad la isla.
- La costa de Guinea.
Siguió viviendo de la
exportación de esclavos y secundariamente del tráfico de oro, la malagueta y el
marfil. La producción azucarera decreció debido a la competencia americana y por
la destrucción de sus campos, ocasionada por los continuos ataques extranjeros
y por una epidemia en la caña.
- Angola.
No se desarrolló según el
plan esperado, ya que las condiciones geográficas impidieron la expansión de la
agricultura comercial, por lo que acabó convirtiéndose en un territorio
abastecedor de mano de obra esclava. Este hecho motivó que los holandeses
intentaran apoderarse de ella, pero en este caso sin resultados duraderos, ya
que los portugueses la recuperaron en 1648.
6. La quiebra del monopolio comercial asiático.
A partir del siglo XVII,
la India fue perdiendo el vigor de los primeros momentos. Ello se debió a la
ruptura del monopolio que hasta la fecha habían disfrutado los comerciantes
portugueses.
La unión de las Coronas
portuguesa y española fue el pretexto que Gran Bretaña y Holanda utilizaron
para atacar las bases coloniales portuguesas, pero la cuestión de fondo fue la
quiebra del monopolio del comercio asiático que hasta la fecha había mantenido
Portugal. La política de los holandeses en el siglo XVII se centró en la
fundación de bases comerciales paralelas a las de los portugueses, para pasar a
partir de 1630-1640 a desplazarlos.
Los holandeses fueron
atacando diferentes plazas portuguesas, pero será partir de 1651 cuando estos aceleraron su
política de ocupación.
Paralelamente, se dieron
una serie de sublevaciones internas que fueron rompiendo con los pactos
establecidos entre los portugueses y las élites locales de la región.
En África Oriental, los
holandeses fracasaron en su intento de conquistar Mozambique, por lo que no
pudieron frenar el impulso que Portugal imprimió a la isla como centro de
escala de la carrera a la India y como punto de arranque de las expediciones al
interior africano.
En África occidental, los
holandeses conquistaron San Jorge da Mina y se establecieron en las costas de
Angola.
En Brasil atacaron Bahía
e invadieron Pernambuco.
Las causas del éxito
holandés se centraron en:
-
la
superioridad de sus recursos económicos.
-
La disciplina
de sus soldados.
-
Su poder
marítimo…etc.
Sería inexacto plantear
que los holandeses fueron los únicos agresores de las posesiones portuguesas:
Omanitas, musulmanes, franceses e ingleses también lo intentaron.
Tampoco es correcto
afirmar que el poderío holandés implicó la total destrucción del comercio
portugués en la zona, en definitiva se suele exagerar la derrota portuguesa, ya
que la alta nobleza portuguesa siguió estando involucrada con los intereses de
la India.
La amplitud de los mercados asiáticos daba cabida
a más de una potencia colonial, por lo que hay que aclarar que Portugal perdió
el monopolio, pero ello no implicó que fuera expulsado de los escenarios
asiáticos.
Tema 9.- La reorganización del
Imperio Portugués (1750-1808).
1.-Las
reformas pombalinas.
Sebastiano José de Carvalho e Melo, mejor conocido
como marqués de Pombal (1699-1782), seguido de Mirtino de Mello e Castro y
Rodrigo de Souza Coutinho a partir de la década de 1770, fueron los máximos
impulsores de los cambios que se introdujeron en el sistema colonial portugués
durante la segunda mitad del siglo XVIII. Pombal, como primer ministro, reformó
la dinámica colonial a partir del regalismo y el despotismo ilustrado.
Conocedor de las nuevas ideas que circulaban por la Europa de su momento, no
dudó, al igual que los reformistas borbónicos, en utilizar las colonias
ultramarinas para promover el crecimiento peninsular.
A partir de las década de 1750, la combinación de
una serie de circunstancias hizo que se transformara la estructura social
brasileña. La muerte de Juan V, el fin del gobierno del ministro Luis de Cunha,
la entrada en escena de Pombal y la disminución de las exportaciones de oro
brasileño posibilitaron la introducción de estas ideas ilustradas. Al igual que
los reformistas españoles, Pombal trató de restablecer la independencia
política y económica de Portugal que había perdido a favor de Inglaterra tras
el Tratado de Methuen en 1703, generando una balanza comercial deficitaria que
solo se saldaba gracias a las exportaciones de dicho oro. El problema surge
cuando Pombal se percata de que la dependencia económica con Inglaterra se
extiende al terreno puramente político, a partir de una interrelación de
intereses entre sus respectivos súbditos. Cualquier cambio dentro del juego
político europeo podía acarrear fuertes consecuencias para el equilibrio del
Viejo Continente.
El reformismo pombalino tuvo ciertas
contradicciones difíciles de superar. En este sentido, para reforzar la imagen
del monarca no se dudó en elevar los ingresos de la Corona, para lo cual no se
vaciló a la hora de aumentar los
impuestos. El problema de la modernización completa de la sociedad y la
economía a través de la erradicación de las trabas para la producción y la
comercialización era que entraba en directa contradicción con los principios
monárquicos. En definitiva, se optó por la introducción de cambios importantes,
pero evitando una transformación estructural de la sociedad de Antiguo Régimen
que pusiera en peligro la articulación vertical del poder monárquico.
Para conseguir los objetivos, el gabinete
reformista de Pombal comenzó reduciendo los poderes del viejo Conselho
Ultramarino, por lo que a partir de entonces los asuntos coloniales dependieron
directamente de un ministerio ubicado en Lisboa, controlado por el propio
Pombal y su hermano. De otro lado, las capitanías existentes fueron abolidas,
se crearon nuevos estados y se reorganizaron otros, se transformó el sistema
judicial y se consolidó el sistema político administrativo basado en la
estructura virreinal.
Al mismo tiempo, se fueron suplantando los viejos
grupos de poder contrarios a las reformas por otros partidarios de las nuevas
ideas. La Iglesia pasó a ser controlada por el Rey, los Jesuitas fueron
expulsados y la Universidad de Coimbra fue convertida en el epicentro de las
doctrinas regalistas.
A fin de resolver los compromisos internacionales,
se promovió la firma del Tratado de Madrid en 1750 con España, en virtud de la
cual Portugal cedía los territorios ocupados en la colonia de Sacramento y
cambio de pasar a controlar ciertos territorios del área de la cuenca del
Amazonas. Sin embargo, las sublevaciones impulsadas por los Jesuitas hicieron
necesaria la firma de dos nuevos tratados de paz: el de El Pardo en 1761 y el
de San Ildefonso en 1777.
El sector manufacturero metropolitano fue sometido
a un proceso modernizador para elevar su pujanza en los circuitos comerciales
internacionales. Paralelamente se ordenó la extinción de cualquier industria
competitiva en Brasil a excepción del algodón, al tiempo que Portugal se tuvo
que enfrentar a la caída de remesas de metales preciosos procedentes de Brasil,
lo cual era sumamente conflictivo, ya que eran necesarias para cubrir la
balanza comercial deficitaria. Para solucionar este problema se optó por
mejorar el sistema administrativo creando en 1761 el Erario Regio en Lisboa,
dirigido por Pombal, al mismo tiempo que se modificó la estructura del Conselho
da Fazenda, dependiente del Erario Regio. Por último se impuso el papel moneda.
Paralelamente, se buscaron canales alternativos
para la producción de los metales preciosos, estableciéndose algunos cambios en
la producción y comercialización brasileña, como por ejemplo prohibir la
producción de textil colonial y la reducción de impuestos a la hora de exportar
otras materias como el azúcar o el tabaco, dinamizando la recepción de la mano
de obra esclava africana y fomentando el trafico atlántico por medio de la
creación de compañías comerciales.
En cualquier caso, a diferencia del caso español,
las medidas reformistas pombalinas no representaron un ataque frontal a las
oligarquías regionales americanas, ya que se creía que para conseguir maximizar
los beneficios coloniales había que hacer coparticipes del proceso de cambio a
los grupos de poder coloniales. Pombal, lejos de ahuyentar a las elites
coloniales de las reformas, las invitó reiteradamente a participar en las
mismas, lo que explica que los procesos de independencia fueran con
posterioridad pacíficos.
2.-Brasil
durante la segunda mitad del siglo XVIII.
Brasil experimentó un aumento demográfico a lo
largo del siglo XVIII cuya causa fue tanto el crecimiento vegetativo como la
elevación de la inmigración libre y esclava. Entre 1700 y 1820, como
consecuencia de los estímulos del aumento de las explotaciones, se crearon 162
nuevos centro de población. Sin embargo, hay que recordar que algunas regiones
concretas tuvieron un comportamiento parcialmente diferente. Así, Brasil tenia para este momento de 1800
alrededor de 2.500.000 habitantes, de los cuales el 47% se concentraba en la
región costera que va desde Piauí a Bahía.
A finales de la época colonial, la población
esclava seguía representando el 38% de la sociedad colonial, seguido por los
blanco en un 28% y los indios en un 6%. La población esclava negra siguió
dependiendo de las importaciones del continente africano, los cuales solían
arribar directamente a las regiones mineras.
Desde un punto de vista fiscal y comercial, el
plan reformista produjo importantes resultados. En 1774, aunque los fondos
remitidos por Río de Janeiro a Lisboa disminuyeron a la mitad de los enviado en
1749, Portugal fue capaz de reducir el déficit de su balanza comercial con
Inglaterra, lo que se debe básicamente al aumento de exportaciones de productos
agrícolas tropicales brasileños como el azúcar, el algodón, tintes, cuero,
tabaco, café… por lo que las transformaciones que se dieron posibilitaron a
Portugal reequilibrar sus relaciones económicas exteriores. Brasil comenzó a
ocupar un papel de primer orden en el imperio luso al reducirse comparativamente
el peso desempeñado por las colonias asiáticas y africanas.
Hay que apuntar también que, sin embargo, las
exportaciones de manufacturas portuguesas a Brasil no se expandieron todo lo
que teóricamente se había programado, reduciéndose incluso en un 70% durante la
primera década del siglo XIX. El contrabando ingles produjo una situación
irónica en las que la balanza comercial entre Portugal y Brasil era deficitaria
para la primera, por lo que se tuvo que equilibrar su déficit enviando moneda a
las colonias, hecho que nos ayudar a explicar por qué Brasil tuvo un proceso de
independencia pacífico.
2.1.-El declive de la producción de oro de Minas
Gerais.
De otro lado, a partir de 1750 la producción de
oro y diamantes, según las cifras oficiales existentes, comenzó a decrecer, por
lo que la Real Hacienda sufrió un fuerte golpe, la balanza comercial portuguesa
se desequilibró y el comercio interno generado alrededor de los centros mineros
de desestructuró. Todo ello fue sustituido a partir de la década de 1760 por
los centros urbanos.
Las regiones del interior como Piauí y Goiás se
vieron directamente afectadas por el declive de la producción minera.
2.2.-La expansión de la agricultura tropical.
El aumento en la demanda internacional de
productos agrícolas tropicales unido a la reducción de impuestos concedida por
el gobierno reformista metropolitano y las facilidades concedidas a la trata
negrera hicieron que los cultivos volviesen a tener un lugar relevante en las
exportaciones brasileñas, si bien el incremento de los volúmenes productivos se
debió fundamentalmente al aumento de los factores de producción (tierra y mano
de obra) más que a la mejora de las técnicas, siendo el sistema de rozas el más
habitual para preparar los campos de cultivo.
Las consecuencias de todo esto no se hicieron
esperar. El incremento de las exportaciones de artículos agrícolas contribuyó a
redibujar la geografía de producción, al mismo tiempo que a cambiar la
sociedad. Las regiones costeras de Bahía, Pernambuco y Rio de Janeiro vieron
modificar sustancialmente sus paisajes. Al mismo tiempo, la Corona concedió
rebajas impositivas a la producción de esta última entre 1761 y 1804 a fin de
estimular sus exportaciones.
De otro lado, las regiones sureñas como Rio Grande
de San Pedro se convirtieron en grandes centros agrícolas y ganaderos,
especialmente el trigo, estimulada por las condiciones de los suelos e
impulsada por la especialización en la producción que se estaba dando en
Brasil, así como por el creciente consumo portugués y la reducción de las
exportaciones de países como Italia u Holanda.
Las regiones norteñas amazónicas como Maranhao
vieron como se impulsaban sus economías al tiempo que se modificaban sus
paisajes y su estructura de población, especialmente en el cultivo de algodón,
tabaco, arroz, cacao y café. Por último, la región de Pará-Río Negro, con
capital en Belem, se especializó en la producción de cacao a partir de 1770.
9.3.-Los
prolegómenos de la independencia.
A diferencia de la experiencia del reformismo borbónico
español en las colonias americanas, el proceso de recentralización política y
la recolonización económica no supusieron en principio un enfrentamiento
frontal entre los intereses locales brasileños y los metropolitanos, debido a
que el reformismo pombalino dejó un amplio margen de participación a las elites
americanas. En consecuencia, no se generaron las tensiones que precedieron en
Hispanoamérica a los movimientos de independencia, siendo en Ouro Preto
(1788-1789) en lugar donde un pequeño grupo de intelectuales compuesto por
clérigos, jueces, oficiales reales y propietarios mineros los que empezaron a
plantear la tesis de la independencia política, acabando todos ellos
desterrados.
De signo distinto fue la rebelión de Bahía en
1798. Aquí la rebelión estuvo impulsada por artesanos, mulatos, soldados,
trabajadores y esclavos, quienes pedían la abolición de la esclavitud, la
disolución de los monasterios y el régimen de libre comercios. 4 de los
cabecillas fueron finalmente ejecutados y el resto duramente represaliados.
La invasión napoleónica de la península ibérica en
1807-1809 tuvo un impacto aun mayor que la de la época del bloqueo económico
inglés. De hecho, el rey Juan VI junto con gran parte de su corte huyó a Río de
Janeiro, escoltados por navíos de la Armada Británica. Resultado de todo esto
fue una nueva reorganización social,
política e institucional de la ciudad brasileña. En esencia, a partir de 1810
Brasil había adquirido su independencia política y económica, pasando a ser
elevada en 1815 a la categoría de Reino. Así, cuando el rey volvió a Lisboa con
motivo de la revolución constitucional portuguesa del año 1820, Brasil era ya
una republica prácticamente independiente.
9.4.-Las
posesiones africanas y asiáticas.
La antigua colonia de Mazagao, en Marruecos, fue
abandonada en 1769 debido al enorme gasto de su mantenimiento. Las islas de
Madeira y Azores, superpobladas para le época, comenzaron a expulsar emigrantes
a lo largo del siglo XVIII. Madeira siguió basando su economía en la producción
y exportación de vino, mientras que en las Azores se impuso la pesca de
ballenas.
Las islas de Cabo Verde y Guinea, que no habían
logrado despegar económicamente hasta entonces, fueron objeto de diferentes
frentes para potenciar su economía y su producción agrícola, aunque con escaso
éxito, por lo que todavía a mediado del siglo XVIII vivían de la cría del
ganado y la pesca, si bien a partir de 1750 comenzaron a prosperar tímidamente
como resultado de las acciones emprendidas por las distintas compañías comerciales
que tenían el monopolio económico en las islas.
El reformismo pombalino trató de reavivar las
actividades de las regiones del golfo de Guinea, Santo Tomé y Príncipe, para lo
que la Corona adquirió en el año 1753 la isla de Príncipe de manos de su
antiguo hereditario. Sin embargo, el comercio de esclavos fue el único elemento
que siguió dotando a dichas regiones de beneficios económicos, por lo que
fueron paulatinamente abandonadas o regaladas a España.
Angola siguió comportándose como el reservorio más
importante de esclavos, por lo que su historia estuvo conectada con las
oscilaciones de la producción brasileña (requerimiento de mano de obra). De
hecho, se cree que la exportación de esclavos se duplicó durante la segunda
mitad del siglo XVIII. La importancia de Angola tuvo para Brasil hizo que
Pombal ideara un programa especifico de fomento de la región angoleña. No
obstante los esfuerzo realizados allí no surgieron bien y resultaron a la larga
fallidos, por lo que las costas angoleñas siguieron comportándose durante el
siglo XVIII como meras factorías comerciales, expidiendo mano de obra y recibiendo a cambio toda clase de
manufacturas e incluso artículos básicos de subsistencia procedentes de
Portugal y Brasil.
Mozambique pasó a depender políticamente de
Lisboa, por lo que se convirtió en una capitanía en 1752, desligada de las
tradicionales relaciones políticas con Goa en la India. Como resultado de ello,
Mozambique conoció un cierto apogeo a fines del siglo XVIII y comienzos del
siglo XIX, que no estuvo acompañado de un clima de paz, ya que los franceses
destruyeron Lorenço Marques, actual Maputo.
En la India los portugueses reconstruyeron sus
bases a partir de 1750, con lo que lograron mantener su influencia en la zona.
El gobierno de Pombal trató de racionalizar la presencia portuguesa en la
región, para los cual redujo la administración y decretó libertad de comercio
para todos los súbditos portugueses. En esencia, se hicieron intento por
generar unos beneficios que la India debía bombear hacia Lisboa y por recrear
un espacio económico que dotara a Portugal de un ámbito donde expandir sus
intereses.
Sin embargo, muchas de estas iniciativas no
perduraron tras la desaparición de Pombal, al tiempo que se produjeron
altercados y rechazos por parte de los indios a la población portuguesa allí
afincada. Así, en los años 1787 y 1791 se descubrieron sendas conspiraciones
que tenían como objetivo expulsar a los portugueses de Goa y convertir la
región en una República independiente. Como contestación, quince de los
cabecillas de las revueltas fueron ejecutados, muriendo en la cárcel el resto
de implicados al cabo de un tiempo.
La plaza de Macao se conservó debido a la utilidad
que los mercaderes portugueses representaban para los comerciantes chinos. Esta
ciudad se había convertido en una especia de pequeña republica urbana gobernada
por un senado local que mantuvo en control de la ciudad hasta 1840, a pesar de
los intentos portugueses de ejercer un control efectivo de la ciudad.
Por último, las plazas de Timor y Solor, en
Indonesia, acabaron por independizarse de Portugal en la segunda mitad del
siglo XVIII. La invasión napoleónica y la huida de la corte hacia Brasil
significaron el golpe de gracias al colonialismo portugués en África y la India, ya que ellos significó que las
autoridades de Lisboa dejaran a las colonias africanas y asiáticas a su propia
suerte entre los años 1805 y 1835.
Tema 10.- Las colonias francesas.
1.-Los
primeros asentamientos en el continente americano.
A lo largo del siglo XVI Francia hizo reiteraos
intentos por establecer colonias en las tierras descubiertas por Colon para
participar en el negocio del Nuevo Mundo y romper así el monopolio colonial de
las coronas de Castilla y Portugal. Según las tesis de los países no ibéricos,
los únicos principios de posesión de los territorios del Nuevo Mundo era los
del primer descubrimiento y poblamiento, por lo que invalidaban el acuerdo del
Tratado de Tordesillas de 1494 entre las Coronas de Portugal y Castilla y la
decisión tomada por Alejandro VI en las bulas de 1493.
La primera tentativa francesa de colonización en
el Nuevo Mundo fue la de Durand de Villegagnon (1555-1567). Caballero de Malta
que había peleados contra los infieles como cruzado y que fundó cerca de la
actual Rio de Janeiro una colonia mixta de católicos y calvinistas con el
nombre de Francia Antártica, si bien para el año 1567 los portugueses los
expulsaron de allí sin excesivos problemas.
El segundo ensayo colonizador tuvo un éxito
parecido. En 1559 el almirante Coligny, con la autorización del virrey de
México, organizó una expedición pobladora para fundar la colonia de Pensacola y
la de Santa Elena, esta ultima en las costas de Florida, si bien ambas fueron
abandonadas poco después debido a las dificultades orográficas que presentaba
el terreno.
La tercera tentativa francesa se asentamiento en
América fue otra vez en las costas brasileñas. Enterada la Corona francesa de
que Charles Devauz había establecido en 1594 una alianza con las tribus
tupinambás, trató de establecer una base mercantil en la desembocadura del rio
Amazonas con la que comerciar con los indígenas. No obstante, de nuevo en 1611
los portugueses expulsaron a los franceses de aquel territorio.
2.-Nueva
Francia.
El territorio del actual Canadá fue descubierto
por el italiano Caboto en 1497 estando al servicio del rey Enrique VIII de
Inglaterra. Desde un principio cobró importancia por el comercio de pieles
realizado con los indios de la zona y por las pesquerías de Terranova, ricas en
bacalao.
Los viajes franceses de exploración se iniciaron
en 1524 en el gobierno del rey Francisco I, quien arribó a las costas
septentrionales del actual EEUU, si bien, al no hallar ningún estrecho uque
comunicara el Atlántico con los mares de oriente, regresó a Francia sin
establecer ningún asentamiento.
El segundo ensayo poblador tuvo mejores
resultados. Jacques Cartier llegó al golfo de San Lorenzo y se introdujo por el
rio del mismo nombre hasta la altura de la actual Montreal. La colonización de
los territorio hallados por Cartier no se llevó a cabo hasta que enrique IV
acabó con las luchas religiosas que asolaban Francia. Tras el edicto de Nantes,
Dieppe fue nombrado como responsable de la organización de la Nueva Francia,
fundándose para esta época ciudades como San Lorenzo, Quebec o Port Royal. A
partir de entonces los franceses se expandieron radialmente de forma lenta por
los territorios del actual Canadá, al mismo tiempo que organizaron las bases de
la colonización bajo el ministerio de Richelieu, si bien en 1629 este proceso
expansionista se vio alterado por la dinámica irrendentista británica.
Los problemas con Inglaterra y la falta de un
proyecto colonial bien definido desembocó en el nacimiento de dos corriente
antagónicas con planteamientos contrapuestos. Unos, aludiendo a la incapacidad
de Francia para ser un país colonizador, sostenían la tesis anticolonialista.
Otros, en cambio, apoyaban la teoría de la necesidad de impulsar una colonia de
asentamiento permanente, para tener acceso directo a los productos americanos y
con ello dejar de depender del abastecimiento realizado por comerciantes de
otras coronas. El problema con el que se enfrentó entonces la Corona fue la
falta de recursos para impulsar las exportaciones ultramarinas. Por ello, el
Rey otorgaba el monopolio colonizador de una regio a una compañía privada, que
pagaba todos los gastos de las expediciones a cambio de ser la receptora de los
beneficios económicos que se extrajeran, siendo la más famosa de ellas la
llamada Compañía de los Cien Asociados.
En principio, la política colonial estaba dictada
por el gobierno, pero en la práctica fueron los intereses de las compañías los
que decidieron la solución de los problemas concretos. Con la entrada en escena
del centralismo a partir de 1663, las colonias francesas americanas se
convirtieron en provincias de Francia, por lo que su sistema de gobierno fue en
principio una copia de las provincias francesas. El rey, como cabeza suprema,
nombraba un gobernador en calidad de delegado, que estaba encargado de los
asuntos de defensa militar y de las relaciones exteriores.
A comienzos del siglo XVIII, las compañías se
dedicaron a promocionar sus negocios particulares para acrecentar los intereses
de los accionistas, pero sus beneficios se fueron recortando al irse acrecentando
el problema de la expansión de la colonización inglesa. Las colonias inglesas,
en un proceso que resultaría imparable, comenzaron a extenderse hacia el
interior y llegaron incluso a invadir algunos de los territorios asignados a
las compañías francesas.
En cuanto a la economía, en Nueva Francia se
centraban en la exportación de pieles y pescado, a cambio de toda clase de
manufacturas europeas, así como productos tropicales procedentes del mundo
antillano.
3.-Louisiana.
Al constituirse el Canadá en un núcleo mercantil
exportador de pieles, sus vías de comercialización se convirtieron en un factor
de gran importancia. El clima de hielos y la presencia de los colonos ingleses
fueron demostrando que era necesario encontrar alguna vía alternativa a la del
San Lorenzo. En 1659 Gradisson y Groseillers llegaron al nacimiento del
Mississipi y en 1673 tres jesuitas ascendieron por este rio, pasaron el actual
Saint Louis y alcanzaron el lago Michigan. Tras esto, Francia tomó posesión de
estas tierras a las que denomino como Luisiana, en honor al Luis XIV, entonces
rey de Francia.
Tras esto, La Salle regresó a la metrópoli para
entrevistarse personalmente con el rey, quien a cambio de sus servicios le
entregó el mando de una expedición compuesta por cuatro buques con la misión de
colonizar la desembocadura del Mississipi. Sin embargo, La Salle arribó en 1687
por erros a la altura de la actual ciudad de Houston, por lo que casi todos los
miembros de la expedición perecieron a causa de las enfermedades, el hambre y
las disputas internas.
Por tanto, la colonización de la Luisiana fue
llevada a cabo por Pedro de la Moyene, sirviendo este territorio como vía de
comunicación entre la Nueva Francia y las posesiones francesas antillanas,
creándose infinidad de granjas en los márgenes del rio. Sin embargo, los
problemas con los ingleses hicieron ver a Francia que los días de la Luisiana
estaban contados, viendo sus territorios sucesivamente recortados a causa de
los Tratados de Paz. Pero el de Fontainebleau (1763-1765) la Florida pasó a los
ingleses y la Luisiana pasó a estar conjuntamente administrada por españoles y
galos, siendo finalmente vendida a los ingleses por parte de Napoleón a cambio
de una simbólica suma.
4.-Las
posesiones tropicales americanas.
Francia, como cada uno de los estados europeos de
la época, estaba interesada en poseer algunas de las islas de las Antillas para
lograr los ansiados metales preciosos demandados por su población en rápido
ascenso.
Después de los fracasados intentos del siglo XVI e
inicios del XVII, los mercaderes de Roen enviaron en 1633 una expedición a la
Guayana con escasos resultados. Sin embargo, diez años después Poncet de
Bretigny organizó desde el mismo lugar una expedición que logró consolidar un
núcleo colonizador en el estrecho territorio costero de la Guayana.
En las Antillas Menores se fueron realizando
paralelamente otros ensayos de colonización. El cardenal Richelieu concedió en
1626 una licencia para la colonización de la isla antillana de San Cristóbal,
al tiempo que en 1635 se ocuparon las islas de Martinica y Guadalupe, dándose
una ocupación parcial de la isla de Santo Domingo, realizada en un comienzo de
forma transitoria por contrabandistas y filibusteros y que terminó siendo
oficialmente reconocida por España mediante el tratado de Ryswick de 1697.
La producción de azúcar fue la base de la economía
de las islas antillanas y de la Guayana, si bien la producción azucarera
antillana francesa no se expandió como la de las islas holandesas o inglesas.
Los franceses realizaban transacciones comerciales a través de la Compañía de
las Indias Occidentales, creada al efecto en 1664. Tras las reformas de
Colbert, empezaron a crearse en estas islas refinerías en Francia, al tiempo
que se prohibió la existencia de ingenios en las regiones coloniales. Como
consecuencia de todo ello. Se produjo una ausencia casi crónica de moneda en
los mercados antillanos franceses, hecho que se agravó a causa de que el
comercio directo con las posesiones inglesas y españolas estaba vedado.
5.-Las
posesiones asiáticas.
Con la subida de Colbert al ministerio de Marina a
comienzos del reinado de Luis XIV, se impulsaron las tesis mercantilistas en la
corte francesa, por lo que se trató por todos los medios de captar la mayor
cantidad de metales preciosos. Ellos se tradujo en la práctica en una política
comercial proteccionistas que impedía la exportación de plata el del oro
francés. Como consecuencia de ello, Colbert creó la Compañía Francesa de las
Indias occidentales que, a diferencia del resto de compañías, era de carácter
estatal antes que privado.
La compañía tuvo una estructura parecida a su
homónima holandesa. Estaba constituida por varias cámaras provinciales y tenía
la potestad de firmar paces o guerras en contra de otros estados no europeos. Sin
embargo, la compañía francesa no tuvo ni el éxito comercial ni la aceptación
que la holandesa, debido a que los comerciantes galos no encontraron en la
sociedad comercial un lugar seguro y rentable donde invertir sus capitales. A
partir de 1720, se intentó revitalizarla con la incorporación de parte de los
activos de la compañía de John Law. A partir de entonces, se constituyó como un
sociedad financiera subvencionada por la corona. A fin de dotarla de mayores
poderes, se le concedió el monopolio de las colonias orientales así con el de
Luisiana y Santo Domingo, siendo la localidad de Pondichery el epicentro de las
actividades de la compañía.
Hacia 1750, la compañía poseía diversas factorías
comerciales en la India, en la costa de Malabar y en Moka. Exportaba a los
mercados asiáticos vinos franceses, coñac y textiles, lo que no bastaba para
cubrir el valor de la importación en especias. Para evitar la competencia de
las manufacturas francesas, se prohibió la importación de telas de algodón
estampadas de la India y de seda de China. Hay que recordar que el flujo
comercial francés con los mercados asiáticos estaba unido al comercio de las
Antillas y la trata negrera del continente africano.
De otro lado, la expansión francesa de mediados
del siglo XVIII no estuvo desprovista de problemas. En la guerra se sucesión de
Austria entre 1740 y 1748, el gobernador general de la India capturó la plaza
de Madrás. Aunque posteriormente fue devuelta a Francia a cambio de
reconocimiento por parte de Francia de las conquistas realizadas por Gran
Bretaña en el continente americano. Finalmente, la perdida de diferentes navíos
como resultado de los enfrentamientos bélicos con los franceses obligó a la
compañía a suspender sus actividades en 1769, perdiendo el monopolio que había
gozado hasta entonces, por lo que solo sobrevivió como ente financiera para
distribuir los dividendos fijos entre los accionistas.
Tema 11. Las experiencias
holandesas.
1.-Las
colonias atlánticas hasta 1674.
En el siglo XVIII y más concretamente en el periodo
comprendido entre los años 1625 y 1675, fue la época de la hegemonía holandesa
en Europa. Las Provincias Unidas se convirtieron en la primera potencia tras el
intento fracasado de Carlos V de transformar la economía-mundo en un
imperio-mundo. Debido a la invención del barco-factoría y a la introducción de
nuevas técnicas de salazón del pescado, los pescadores holandeses y sus
navegantes desarrollaron un tipo de empresa que les permitió permanecer en alta
mar pescando por largos periodos, durante los cuales los barcos ligeros iban y
venían a la costa transportando el pescado. Paralelamente las Provincias Unidas
desarrollaron una agricultura con una alta productividad y una potente
industria, al tiempo que el 60% de la población vivía en ciudades de más de
10.000 habitantes, siendo Ámsterdam un caso reseñable ya que pasó de 50.000 a
200.000 habitantes en tan solo 50 años, en la primera mitad del siglo XVII.
Para 1670 los holandeses poseían un tonelaje
marítimo de carga tres veces superior al de los ingleses y mayor que el de
Francia, Inglaterra, España y Alemania juntas, y disponían de factorías en los
puntos comerciales estratégicos más importantes del globo terráqueo, por lo que
se justificaba con creces su denominación de Transportistas del mundo. De otro
lado, la creación en 1609 del Wisselbank van Ámsterdam convirtió a las
Provincias Unidas en el gran centro de depósito y cambio europeo, y en
consecuencia Ámsterdam desarrolló un sistema de letras de cambio que le otorgó el control de la circulación de
metales preciosos mundial.
El éxito de las actividades económicas y
financieras holandesas se basaba en su superioridad en la organización
comercial. El sistema de compañías suponía la colectivización de los ahorros en
las sociedades comerciales, la creación de un sistema de reserva que reducía el
riesgo del comerciante y la extensión de una red de agentes a comisión que
buscaban clientes al productos y materias primas baratas a consignación.
La presencia de holandeses en tierras americanas
comenzó con la creación de la Compañía de las Indias Occidentales en 1621,
momento clave para los Países Bajos por ser el final de la Tregua de los Doce
Años y el inicio de la guerra de los 30 años. La creación de la compañía
significaba el rechazo del principio de exclusividad comercial defendido por
las Coronas británicas y española respectivamente. La alianza de las Provincias
Unidas permitió a la Compañía disponer de capitales y apoyos políticos
suficientes para programar una expansión comercial y territorial que día a día
demostraba ser más necesaria a fin de asegurar un espacio económico propio.
En un principio, la finalidad de la compañía
debería ser la fundación de colonias de poblamiento para los calvinistas huidos
de Flandes, por lo que trataron de impulsar la creación de colonias
colonizadoras-misioneras. A mediados del siglo XVII, la Compañía fundó varias
colonias en las costas americanas y africanas. En el continente norteamericano
estableció Nueva Holanda en le década de los años 20. Las condiciones de la guerra
civil en Inglaterra (1641-1653) y la decisión de Cromwell de intervenir lo
menos posible en los programas americanos posibilitaron el desarrollo de estas
colonias. Sin embargo, cuando la paz
regresó a Gran Bretaña, los ingleses comenzaron a recuperar los americanos que
consideraban suyos. De hecho, en 1664 capturaron Nueva Ámsterdam y pasó a ser
administrada directamente por el Duque de York.
En el continente africano, la Compañía estableció
los enclaves para potenciar el tráfico negrero con el continente americano. Se
trataba de meros puertos con una infraestructura mínima donde ir almacenando
los esclavos a la espera de naves que los transportaran al Nuevo Mundo. En las
Antillas, la compañía estableció en la década de 1630 enclaves en Tobago,
Curaçao, Bonaire Aruba. Se trataba de exclusivos puertos comerciales utilizados
como almacenes.
Paralelamente, se impulsó la creación de saladeros
para adquirir la sal requerida por la industria del salazón de pescado. En este
caso, la ocupación de estos enclaves fue transitoria, ya que una vez que se
cargaba la sal necesaria se abandonaban hasta la siguiente expedición.
En Brasil, los holandeses ocuparon
transitoriamente distintas regiones con la intención de producir azúcar o
cortar palo de Brasil. La existencia de capitales, mano de obra esclava
abundante, demanda internacional en aumento y la posibilidad de contar con la
excelente infraestructura de transporte de la Compañía impulsaron la producción
de azúcar. La expulsión de los holandeses de las costas brasileñas por parte de
los portugueses entre 1645 y 1654 hizo que éstos se trasladasen a las Antillas,
a fin de sustituir el hueco dejado por la producción de las plantaciones
azucareras brasileñas.
Por tanto, a finales del siglo XVIII los
holandeses solo disponían de algunos reducidos aunque importantes enclaves en
aquellas latitudes. Esta reducción se explica debido a que la Compañía comenzó
a tener perdidas por no estar bien dirigida, la muerte del estatúder Guillermo
II en 1650 que la privó de un importante aliado político, que Portugal comenzó
a establecer una política más acorde con sus intereses después de
independizarse políticamente de España en 1640 y que Inglaterra, una vez
liberada de las guerras internas comenzó a recobrar los territorios ocupados por
los holandeses. De otro lado, los holandeses comenzaron a entender que era más
fácil y barato realizar los contactos mercantiles utilizando las vías ilegales,
manteniendo unas reducidas bases comerciales pero de alto rendimiento y
constatando que antes de concretar esfuerzos colonizadores era preferible
diversificar y extender su presencia en un mayor número de mercados.
2.-Las
colonias asiáticas hasta 1674.
Cuando en 1885 cayó Amberes en manos de los
españoles, el mercado europeo de las especias se trasladó a Ámsterdam. Al mismo
tiempo, Cornelius de Houtman fue enviado en 1592 a las regiones asiáticas para
poner las bases de un sistema colonial propio. A partir de entonces, la
sucesión de los acontecimientos fue rápida, pues a los pocos años se creó la Compañía
Holandesa de las Indias Orientales para comercial con las regiones de
Indonesia, sur de la India y Ceilán.
En un comienzo, la Compañía Holandesa de las
Indias Orientales evitó en lo posible la fundación de colonias territoriales
para reducir las inversiones y eliminar los problemas de gobierno. A finales
del siglo XVII, la Compañía tenia establecidos enclaves comerciales en el
continente africano, en el Cabo de Buena Esperanza, que servía de apoyo en las
rutas hacia Asia. En la India, Holanda compartía su presencia con la de
ingleses, franceses y portugueses, pero en las aguas de Indonesia disfrutó de
un control monopólico, por lo que se convirtió en uno de sus escenarios
principales de actuación, siendo Batavia el centro neurálgico de todo este proceso.
La Compañía tenía claro que la finalidad última era comerciar, antes que
administrar o gobernar amplios territorios. Casi todos los centros comerciales
disfrutaban de tratados entre ésta y los Estados soberanos en virtud de los
cuales los holandeses garantizaban el monopolio comercial de a zona, además de
un pago en tributo.
La Compañía trató en la medida de los posible de
reducir los costos de administración para maximizar sus beneficios, por lo que
simplificó al máximo su aparato burocrático. La Compañía no estaba interesada
en someter a las poblaciones locales a una intensa aculturización, sino que
respetó las formas culturales y religiosas de los pueblos asiáticos, siempre y
cuando no se pusiera en peligro su rentabilidad comercial. Sin embargo, impidió
a sus miembros que se casaran con mujeres locales asiática, so pena de perder
su pensión y privilegios, para garantizar su actuación imparcial.
Uno de los problemas graves con el que se
enfrentaron los comerciantes holandeses fue que el comercio de especias
implicaba un desequilibrio de la balanza comercial y por tanto la fuga de
metales preciosos. Para evitarlo, se fue estableciendo una compleja red
comercial que vinculó las distintas plazas holandesas entre sí. Las especias
eran adquiridas a cambio de telas de la Indias y China, que a su vez se
compraban con plata o algún otro
producto. Las plazas africanas exportaban esclavos al Nuevo Mundo a cambio de
la plata americana o de azúcar, que era o bien convertida en ron y enviado de
nuevo al continente africano para conseguir más esclavos, o bien vendida en los
mercados europeos a cambio de plata. De esta forma las plazas antillanas
dedicadas a adquirir los metales preciosos procedentes de América Latina
estaban íntimamente interconectadas con los flujos asiáticos.
Según los datos que se conservan, la Compañía tuvo
ganancias considerables durante el siglo XVII y la primera mitad del XVIII.
3.-Las
colonias atlánticas.
Una vez que se disolvió en 1674 la Compañía
Holandesa de las Indias Occidentales, los territorios por ella administrados
pasaron a depender de las nuevas compañías concesionarias creadas al efecto. A
partir de entonces, un organismo de tipo federal reunió a las diversas Cámaras
provinciales que con carácter autónomo explotaban los territorios coloniales.
La finalidad de los enclaves coloniales era fundamentalmente mercantil y los
colonos estaban sujetos a los mismo derechos y deberes que cualquier ciudadano
metropolitano, por lo que, por ejemplo, los habitantes de la Guayana
participaban ya en el siglo XVIII con voz y voto en el. Esta estructura
política, sin embargo, no era generalizable al conjunto de las posesiones
coloniales holandesas, ya que, por ejemplo, las islas antillanas fueron
gobernadas directamente por sus respectiva cámaras, por lo que solo a partir de
1716 los colonos adquirieron ciertas prerrogativas. En dicho año se les
concedió la libertad de establecer plantaciones por sí mismo y no como
funcionarios de la Compañía; a partir de 1739 se admitió a un número especifico
de plantadores para formar parte del Consejo de ésta, y a partir de 1789 se
estableció un sistema que garantizaba la
representación de los colonos antillanos en los órganos directivos de estos
territorios.
Los beneficios económicos reportados por la nueva
estructura no fueron muy elevados. Las causas aludidas para explicar este
fracaso han sido la escasez de inversiones, la política restrictiva de la
Compañía, que evitaba la creación de nuevas plantaciones coloniales privadas
para evitar la competencia, los precios artificialmente altos y los elevados
aranceles comerciales.
4.-Las
colonias asiáticas.
Los beneficios económicos que repartió la Compañía
Holandesa de las Indias Orientales fueron superiores a los de su homónima
Occidental. Entre 1713 y 1722 ofreció unos intereses más elevados que la otra,
si bien el aumento de los precios en el siglo XVIII y la ausencia de aumento
del capital social desembocaron en la liquidación de la Compañía.
Resulta difícil, sin embargo, explicar esta
quiebra, ya que si observamos la evolución de los volúmenes del tráfico
mercantil, podemos comprobar que no solo no decayeron, sino que por el
contrario aumentaron. El efecto de la guerra tampoco puede ser aludido, ya que
entre 1713 y 1793 no hubo un enfrentamiento importante en el que estuviera
involucrada Holanda. Algunos historiadores han intentado explicar este fenómeno
aludiendo a que la Compañía trató de repartir dividendos superiores a cualquier
empresa europea del momento para captar el máximo de capitales disponibles, aunque
este argumento es difícil de probar. Al parecer, la explicación de este
aparente contrasentido reside también en el aumento de los costes de
administración, así como en la ampliación de los márgenes de fraude. En otras
palabras, se dio una reducción de los ingresos netos debido al aumento de la
corrupción.
Las colonias comerciales desarrolladas por la
Compañía de las Indias Orientales en los mercados asiáticos solo
excepcionalmente se transformaron en colonias territoriales. A finales del
siglo XVII, los holandeses heredaron de los portugueses el control del comercio
de la canela y la estructura de pactos con los estadios indios. Sin embargo, la
ruptura de relaciones a comienzos del siglo XVIII propició la conquista
efectiva de Ceilán, haciendo bajar el precio de la canela. De otro lado, al
entrada en escena de franceses e ingleses en la isla de Java hizo perder a los
holandeses su monopolio comercial en la zona.
Así, en las regiones costeras de Java, los
tradicionales pactos pacíficos se tornaron en formar coercitivas, obligando a
los jefes de las comunidades locales a surtir de trabajadores las plantaciones
de café. De esta forma, los holandeses desarrollaron unas típicas relaciones
coloniales entre vencedores y vencidos, que utilizaban la capacidad de los
dirigentes locales indígenas para organizar y rebajar el costo de la fuerza de
trabajo local. Estos mecanismo fueron suprimidos por los ingleses cuando
tomaron Java en 1811, peros e reimplantaron con ciertas variaciones cuando los
holandeses recuperaron el control de la zona en 1830. En definitiva, si a
finales del siglo XVIII el imperio comercial holandés se expandía por toda
Indonesia, solo se desarrollaron colonias territoriales en las islas de Ceilán
y Java.
12. Las colonias continentales
inglesas en América del Norte.
1.-El
medio geográfico y la población autóctona
En la fachada atlántica del continente americano
donde se asentaron los emigrantes británicos, se distinguen varias zonas
climáticas:
ñ
La zona del
Noroeste, con un clima continental de inviernos fríos y veranos cálidos. La
formación vegetal dominanta es el bosque de hojas caducas.
ñ
La gran
llanura de América del Norte, zona con un clima continental en la alternancia
de los inviernos de clima hidsoniano (el aire polar se introduce en las llanuras)
con los veranos cálidos.
ñ
El Sureste
conoce un clima con inviernos templados y los veranos calurosos.
En cuanto a la población autóctona tendremos varios ejemplos en las
diferentes zonas del continente:
ñ
Los pueblos
algonquinos de la región de los Grandes Lagos y de la costa atlántica
septentrional hasta el golfo de San Lorenzo practicaban una economía basada en
la recolección, la pesca y la caza.
ñ
Al Sur de los
Grandes Lagos, se combinaba la agricultura del maíz con la recolección y la
caza del bisonte y del ciervo.
ñ
Los
iroqueses, pueblos semisedentarios con una agricultura incipiente (maíz,
frijol, calabaza) de tipo itinerante. Su sociedad tenia una marcada división
sexual del trabajo. En el siglo XVI se formó la Liga de los Iroqueses, uniendo
a diferentes tribus de esta zona para fortalecer su posición frente al
exterior, al evitar las luchas internas ocasionadas por sus necesidades
expansivas.
ñ
En el Sureste
los pueblos desarrollaron una sociedad estratificada sobre la base de la
agricultura del máiz, el frijol y la calabaza.
Una de las consecuencias de este tipo de poblamiento sera que los colonos
de origen europeo, al llegar, no se encontraran con grandes conjuntos
poblacionales de alta densidad demográfica como los que hay en Mesoamérica y
América del Sur.
2.-El descubrimiento
El pistoletazo de salido se dio al llegar Colón a las antillas. Ello dio
paso al inico de expediciones de otros países, como Inglaterra con Caboto,
navegante genovés que convenció a Enrique VII para encontrar el paso hacia
Cipango por el Norte y toparse asi con la gran massa de tierra al Norte del
Continente, con el resultado que en 1497 Caboto tomó posesión del actual Cabo
Bretón (Nueva Escocia) como representante de la Corona Inglesa. Con esta
historiografía vendran los ingleses s justificar la posesión de Norteamérica
como primeros descubridores, haciendo caso omiso a la partición entre
castellanas y portugueses.
El siglo XVI de la colonización anglosajona es la historia de un fracaso,
pues ni Gilbert en Terranova ni Raleigh en Virginia consiguieron crear
asentamientos sólidos, además la Corona inglesa tenía escasos rescursos para
invertir en ello y los particulares preferían invertir en el comercio sevillano
o en expediciones de contrabando, en lugar de arriesgarse en aventuras con
riesgos altos.
3.-Los primeros asentamientos
(1603 – 1659)
La subida al trono de Jacobo con la muerte de Isbael I significó el fin de
las guerras con España y Escocia creándose un clima de paz, y enviándo los
capitales bélicos a la ampliación de aventuras coloniales. A principios de
siglo se formaron dos grupos de socios capitalistas con centro en Bristol y
Londres, dividiéndose los derechos ingleses sobre América del Norte: el grupo
de Bristol tenia la zona de Virginia del Norte (Nueva Inglaterra) y el grupo de
Londres Virginia del Sur (con Maryland y Carolina)
Virginia. Durante los primeros años la compañía de
Virginia no tuvo buenas acciones y todo salió mal: no hubo ni metales
preciosos, ni exportación, los indios no querían trabajar para los colonos y no
se invirtieron los capitales necesarios para que todo fuera bien. En 1612 el
Rey concede otra “carta” para tratar de captar capitales y se envía un
gobernador a la colonia para acabar con la falta de disciplina, además se crea
una plantación de tabaco que comienza a crecer pero se estanca rápidamente. Se
ofrece ademas 50 acres de tierra a quien pueda pagarse el pasaje al Nuevo Mundo
pero ni esto obtendrá los resultados esperados. En 1624 tras la epidemia y la
belicosidad de los indios, la Corona aprovechó para revocar sus derechos sobre
la compañía y comenzar a administrar sus territorios por sí misma.
Maryland. Se fundó al Norte de Virginia, y fue propiedad de
un individual (en lugar de una compañía) llamado Calvert que recibió una
concesión del rey Carlos I para crear una colonia en 1632. La idea de Calvert
era crear un feudo para su familia y una zona de protección para católicos,
pero murió temprano y su hijo tomó el mando de la colonia, aunque no consiguió
cumplir el sueño de su padre pues los beneficios no eran los esperados, además
los protestantes consiguieron ser mayoría.
Nueva Inglaterra. Fue el resultado de la huida de disidentes
religiosos que huían de las persecuciones. Tenían el objetivo de crear un
territorio en el que desarrollar sus esperanzas e ideas sociales, políticas y
religiosas.
Nueva Amsterdam. Fue con la llegada de Henry Hudson a la bahía que
lleva su nombre cuando se fundó esta colonia, comenzando a negociar con pieles
con los iroqueses. Posteriormente conseguiran capturar en 1664 la zona de Nueva
Amsterdam rebautizándola como Nueva York, convirtiéndose posteriormente en una
colonia real.
En sintesis, la colonizacion anglosajona en el continente se basó en el
poblamiento de los nuevos territorios del Nuevo Mundo, y conforme necesitó más
tierras, conquistó las estrictamente necesarias. El mejor indio para los
colonos era el indio muerto, ya que iban buscando tierras sin ocupar. En
consecuencia no hubo enriquecimiento rápido por botín de guerra o por el acceso
a centros mineros. Los dominios no eran reinos fraternos, sino posesiones de la
Corona que disponían de instituciones políticas propias, sin que ésta pudiera
imponer tasas o decretar leyes autoritariamente.
4.-La reorganización imperial
(1660 – 1713)
A partir de 1660 con la subida al trono de los Estuardo y el fin de las
guerras civiles en Inglaterra, se dio un cambio de rumbo en la dinámica
colonial, al imponerse una política proteccionista que implicaba un impulso de
las colonias sureñas esportadoras de materias primas y una retracción de las
colonias norteñas por representar productos que suponian competencia para la
producción manufacturera de la metrópoli. Las nuevas leyes comerciales fueron:
todo el comercio debía realizarse en barcos ingleses, las importaciones debían
venir de puertos ingleses, y sus exportaciones debían realizarse directamente a
Gran Bretaña. Así pues, la Corona empezará a tomar medidas, desde 1696, sobre
las colonias para controlar su comercio y navegación. Así pues, algunas
colonias como por ejemplo Virginia, con la instauración de la política
mercantilista comenzó a tener problemas para comercializar el tabaco al
restringirse sus mercados a los exclusivos de la metrópoli, surgirán así
movimientos de protesta de los agricultores por la bajada de precios qe eso
significaba.
5.-El expansionismo después de Utrecht (1713 – 1763)
A partir de 1713, las colonias
inglesas en el continente norteamericano se expandieron rápidamente. En 1650
tenian las colonias 52.000 habitantes;
en 1700 habían 250.000; y en 1760 contaban con 1.700.000. Este crecimiento se
debió a un incremento de los volúmenes de inmigración libres y forzosos, así
como de una elevada tasa de fecundidad. Durante el siglo XVII el volumen de
población de mayor a menor es el siguiente: los puritanos ingleses formaron el
bloque principal, seguids de contingentes de alemanes, escoceses e irlandeses.
El expansionismo económico y
territorial posterior al tratado de Utrecht conllevó la ampliación de los
antiguos núcleos de asentamiento y la creación de otros nuevos. Desde el punto
de vista económico, las colonias tuvieron un importante crecimiento, pasando de
la agricultura de subsistencia a la producción para la comercialización. Las
colonias se especializaran en exportación de carnes, cereales, arroz, añil y
tabaco.
En esta época, las colonias
comenzaron a tener problemas monetarios graves, ya que el gobierno británico
prohibió la acuñación de moneda, al mismo tiempo que no dejó que saliera moneda
de las Islas Británicas. Como consecuencia apareció el uso de moneda de
sustitución y la expansión del trueque como moneda de comercio.
La expansión económica y
territorial no estuvo libre de problemas en las guerras. En 1739 comenzó la
guerra entre España e Inglaterra terminando en 1748 y en 1754 empezará también
la Guerra de los Siete Años con el final de la renuncia de Inglaterra a las
conquistas que realizará durante la Guerra, el Canadá y Florida le serán
cedidos, y se le dará a la España de Carlos III la Luisiana. Las bases de la
expansión de las colonias inglesas en el continente norteamericano habían
quedado establecidas
Tema 13.- Las Indias Occidentales
y las Indias Orientales inglesas.
1.-Las Indias Occidentales.
Las colonización que los ingleses
establecieron en el Caribe tuvo una dinámica y una estructura diferente a la
continental. Por una parte, las islas hasta el momento no habitadas por otras
potencias europeas fueron ocupadas por comerciantes y contrabandistas que las
utilizaron como base de sus operaciones comerciales ilegales. De este modo, se
ocuparon transitoriamente algunas islas antillanas y se convirtieron en
almacenes de las mercancías europeas transportadas por los comerciantes
ingleses.
Por otra parte, se comenzaron a
ocupar algunas islas para producir directamente aquellos productos tropicales
en creciente demanda en los mercados europeos y no depender de la contribución
que hacían de los mismos otras potencias metropolitanas.
Por el primer tipo de
asentamiento, las islas fueron escasamente colonizadas y únicamente sirvieron
como puerto de escala mercantil. Mediante el segundo tipo, se inició una
colonización basada en la producción de azúcar, asentada en la mano de obra
esclava negra. Como consecuencia de ambos impulsos se ocuparon islas como Saint
Kittis, San Vicente y Barbados, Barbuda y Nevis, Monserrate y La Antigua,
siendo en algunos casos la isla concedida por el Rey a algún particular, por lo
que se convertía en un cuasi feudo.
En ambos casos se lograba un alto
grado de independencia política, asentándose allí en su mayoría ingleses de
estratos sociales medios, con el suficiente capital para iniciar una aventura
transoceánica pero con escaso porvenir en Gran Bretaña, siendo en su amplia
mayoría artesano o pequeños comerciantes.
Los suelos de origen volcánico y
el régimen de lluvias imperante hicieron de las Antillas el paraíso para el
cultivo del azúcar. Las tierras mejores se encontraban en las costas o cerca de
ellas, por lo que los gastos de transporte eran mínimos. Su situación con
respecto a las rutas internacionales, al hallarse a mitad de camino entre los
depósitos de manos de obra esclava del continente africano, los mercados
consumidores de azúcar y productores de manufacturas textiles europeos, y los
grandes espacios consumidores latinoamericanos de los productos europeos,
impulsó activamente su desarrollo.
La denominada revolución del
azúcar tuvo lugar gracias a la confluencia de una serie de causas, como la
introducción de innovaciones tecnológicas en el transporte y producción de
azúcar, la afluencia de obra esclava barata y la reducción de los costos de
producción, que significaron una ampliación del horizonte mercantil. En
principio, la mano de obra esclava no fue masivamente empleada, pero tras la
guerra de los siete años las necesidades de mano de obra se fueron multiplicando,
por lo que se comenzaría a llevar cantidades crecientes de trabajadores
africanos.
Alrededor de 1640, los
comerciantes holandeses llevaron el cultivo de caña de azúcar del litoral
brasileño al litoral antillano y enseñaron a franceses en ingleses como
establecer plantaciones, además de aprovechar para venderles maquinaria que se
necesitaba para la elaboración del producto terminal. La creación de la
Compañía Holandesa de las Indias Occidentales y la separación política de
Portugal de España, facilitaron la conexión con los mercados internacionales,
momento en el que además los ingleses aprovecharon para, entre 1655 y 1660
apropiarse de Jamaica.
Un hecho básico para entender los
efectos de arrastre económico que tales unidades productivas crearon en el
entorno es que en las Antillas, paralelamente al incremento de las
especialización en los años sesenta y setenta del mencionado siglo, se fue
disminuyendo el grado de autosuficiencia en cuanto a suministro de las
necesidades alimentarias de los trabajadores, como había sido el caso de la
producción azucarera durante el siglo XVI en las costas brasileñas, por los que
se comenzaron a importar productos básicos de las islas vecinas o del
continente.
Además de azúcar y algo de tabaco,
las Antillas exportaban sal a las colonias inglesas del continente
norteamericano para cubrir las necesidades de la industria de salazón y melazas
que se convertían en ton en las destilerías de Nueva Inglaterra. El comercio
con Gran Bretaña se vería favorecido con el Acta de Navegación de 1660 y 1663,
que obligaba a todos los bienes europeos exportados a las colonias inglesas a
pasar primero por los puertos ingleses, con la única excepción de los vinos de
la isla de Madeira. Además de esto, la madre patria nunca limitó el comercio
colonias a uno o más puertos de Gran Bretaña, llegando incluso en 1766 a
autorizar a los navíos extranjeros a comerciar en ciertos puertos antillanos.
El tabaco y el añil comenzaron a
ser cultivados por los ingleses, pero la competencia de Santo Domingo y
Centroamérica, unida a la alta rentabilidad del azúcar, hizo que se prefiriera
el monocultivo en las Antillas y como consecuencia de ello, se fue
desarrollando la región de Carolina del Sur como zona sustitutiva para la
producción de tabaco y añil. El cacao no encontró acomodo en estas latitudes,
al tiempo que el algodón tuvo un impacto muy pequeño, hasta la expansión de las
industrias algodoneras en 1770 que propició un desarrollo sustancial de este
producto. En definitiva, el azúcar era la producción dominante en las Antillas
anglófonas.
En un principio, las necesidades
de animales de tiro y los ingenios se cubrían con envíos desde Gran Bretaña,
pero muy rápidamente fueron desplazados por las exportaciones procedentes de
las colonias inglesas en el continente americano y las de las regiones
hispanoamericanas.
El mundo antillano experimentó
importantes transformaciones durante el siglo XVIII como consecuencia de la
expansión de la demanda de ciertos productos tropicales en los mercados
internacionales. El azúcar fue uno de los principales productos de exportación,
cuyo proceso productivo impulsó esta redefinición de los circuitos
interregionales que se produjeron entre 1700 y 1750, por las cuales las
economías francesas e inglesas se expandieron, al mismo tiempo que se dieron
cambios de hábitos dietéticos, ejemplificado todo ello en el aumento de la
demanda del café.
La gran ventaja comparativa de las
islas antillanas en posesión de ingleses fue la dimensión del mercados ingles
garantizado por unos aranceles proteccionistas que gravaban muchos las
importaciones de azúcar no inglesas. Sin embargo, no hay que pensar que este
aumento en la producción fue homogéneo en las Antillas. Las islas que habían
pasado ya por la revolución del azúcar incrementaron solo parcialmente su
niveles de producción, mientras que las que habían permanecido al margen de
esta revolución se incorporaron al movimiento expansivo.
Entre 1750 y 1775, la producción
azucarera británica y francesa experimentó un rápido aumento. El antiguo comercio
triangular varió, ya que para rebajar los costos, los comerciantes británicos,
que veían decrecer sus ganancias ante la competencia de los franceses y
norteamericanos, empezaron a enviar directamente barcos desde los puertos de
las islas británicas hasta las costas africanas. Una de las consecuencias de
este fenómeno fue que en lagunas ocasiones, después de haber vendido su cargas
humanas en las Antillas, tuvieran que regresar a los puertos europeos en
lastre, por encontrarse con que el azúcar estaba ya comprometido a otros
comerciantes, lo que obligó a los ingleses a abandonar el negocio esclavista.
Todo esto, unido a la guerra de los siete años y la guerra de
independencia con EEUU tuvo importantes consecuencia en los mercados antillanos y en particular en
las islas británicas. En un principio, la disminución en los productos
remitidos desde los puertos de las Trece Colonias hizo subir el precio de
algunas materias primas y de ciertas mercancías de primera necesidad como
granos, harinas, ron y caballos. A ellos se le unió una serie de huracanes
entre 1780 y 1781 que hizo reducir la producción de materias en Jamaica y
Barbados. Por primera vez en el siglo XVIII Gran Bretaña perdía su dominio
marítimo.
La firma del Tratado de Versalles
en 1783 abrió el trafico entre las islas británicas antillanas y EEUU, con la
condición impuesta por Londres de que éste fuera realizado en barcos ingleses.
La decisión fue recibida con amargura por los colonos antillanos, pero al final
produciría el efecto contrario, ya que al no haber barcos ingleses suficientes
para transportar harinas de EEUU, se comenzó a realizar un comercio de
contrabando que recayó precisamente en manos de los recién independizados
colonos norteamericanos.
Finalmente, y a pesar de los
problemas, a comienzos del siglo XIXI las islas inglesas antillanas seguían
conservando su condición colonial como centros monoexportadores de productos
tropicales.
2.-Las Indias Orientales.
La Compañía Inglesa de las Indias
Orientales fue fundada en 1600 con la finalidad
de romper el monopolio portugués y holandés del comercio con los mercados
asiáticos. Al comienzo, hasta 1657, se trataba de una compañía comercial en las
que las acciones se suscribían en cada viaje que se realizaba. Entre 1690 y
1699 la Compañía tuvo serios problemas en Gran Bretaña por ser considerada como
epicentro de los ataques de los comerciantes independientes que, viéndose
excluidos del comercio de Oriente, la consideraban como una entidad monopólica
que había que erradicar.
Durante la primera mitad del siglo
XVIII, la Compañía era un organismo comercial respetable y conservador, ligado
al grupo de banqueros de la City y cuya principal labor era la de conseguir los
máximos dividendos posibles para los inversores. Durante la segunda mitad del
siglo XVII, los dividendos de la Compañía fueron elevados, pero los beneficios
fueron disminuyendo a lo largo de la primera mitad del siglo posterior,
iniciándose una recuperación a partir de 1755.
La política de la Compañía durante
los siglos XVII y XVIII consistió en limitar el número de puertos comerciales
fortificados a los puntos estrictamente necesarios a fin de rebajar los costos
de transacción y evitar en todo lo posible los asentamientos fijos. En 1700 el
comercio de la Compañía se reducía a la India, ya que de los intentos de
incorporar los mercados de Indonesia, solo quedaba libre el puerto de
Bonocolen, en Sumatra, mientras que el resto era controlado por los
comerciantes holandeses. Para 1717 la Compañía solo tenía tres bases
fortificadas, como eran Bombay, Madrás y Fuerte William, en las inmediaciones
de Calcuta.
A partir de estos puertos
comerciales la Compañía se concentró en promover los contactos con los
soberanos orientales. En definitiva, antes de mediados del siglo XVIII los
ingleses, aunque no habían desarrollado una solidad presencia territorial en la
India, obtenían buenos beneficios comerciales que permitían repartir dividendos
entre los accionistas e importar la mayoría de las mercancías asiáticas
consumidas en las Islas Británicas sin tener que acudir a los canales de
comercialización holandeses o portugueses.
A partir de 1750 las relaciones
entre Gran Bretaña y la Indias comenzaron a variar a causa de la transformación
de las bases de colonización británicas en las plazas orientales. Una de las
causas fundamentales de la transformación de los puertos comerciales en
colonias de sentamiento fue el cambios de las relaciones de fuerzas políticas
en el escenario asiático, a partir del cual los pactos pretéritos entre colonos
y colonizadores se fueron al traste con el desmoronamiento del Imperio de la
India.
A partir de aquí, los países
europeos comenzaron a involucrarse cada vez más en los asuntos de índole
política de la India y a expandir su base territorial, asuntos que hasta
entonces habían rechazado. Con ellos se reforzaba el monopolio comercial de la
zona en cuestión, impidiendo a otras potencias europeas el acceso a dichos
mercados.
A comienzos del siglo XVIII, la
India era el segundo gran imperio de riente después del de Pekín, en el que
cada uno de sus estados tenía una población mayor que la de Gran Bretaña. El
declive del imperio mogol propicio que las provincias se convirtieran en
estados independientes en los que las discrepancias atomizaron su mapa
político. La reestructuración de poderes de la Indias trajo consigo la
redefinición de las fuerzas coloniales que pretendían repartirse el pastel,
algo que desembocó en enfrentamientos armados entre ingleses y franceses entre
1744 y 1748. En consecuencia, la Compañía de las Indias Orientales británica
tuvo que establecer nuevas alianzas con las elites locales e inciar una
política basada en la expansión territorial.
A partir de 1800, en Londres se
decidió que la vía mas rápida y menos costosa para lograr la paz interna de la
India y asegurar la rentabilidad del negocio era su ocupación total. La
conquista de la India a partir de 1764 no contó con un plan general previo,
sino que fue más bien el resultado de la dinámica de los acontecimientos
locales. Solo a partir de 1793 se fue definiendo con claridad una política de
conquista, debido a la creciente amenaza del poderío francés en la zona. El
resultado fue que en 1818 Gran Bretaña gobernaba directa o indirectamente toda
la Indias hasta la frontera noroeste.
En principio, los espacios conquistados
pasaron a ser administrados por la Compañía con la supervisión del gobierno de
Londres, per paulatinamente estos poderes se fueron declinando. Finalmente, se
dio un proceso de centralización política que no fue impulsado por la Corona,
sino que fue resultado de la dinámica de los acontecimientos, que evidentemente
Londres no desaprovechó. Nos referimos claro está a la crisis financiera que
sufrió la Compañía y la solicitud por parte de ésta al gobierno británico de un
préstamo en el año 1773.
Las consecuencias directas e
indirectas de la colonización fueron importantes a partir sobre todo de la
segunda mitad del siglo XVIII. El comercio con la India impulsó importantes
cambios en Gran Bretaña y la transformación de la primera de puerto comercial a
colonial territorios supuso grandes cambios en su economía y población. La
revolución industrial inglesa hizo ver a los ingleses como se reducía el precio
de los productos de consumo, mientras que los habitantes de la India vieron
como sus alimentos escaseaban, los impuestos aumentaban y los centros
manufactureros se desestabilizaban ante la entrada de importaciones inglesas.
En definitiva, se fueron imponiendo una serie de relaciones por las cuales la
metrópoli lograba materias primas baratas y la colonia se iba descapitalizando
y construyendo una economía dependiente.
Desde un punto de vista
sociopolítico, el proceso de centralización de fines del siglo XVIII fue
responsable de la reintroducción de la unidad política de la India, hecho que
no fue acompañado de un profundo cambio en las formas de vida. Las elites
gobernantes indias, por ejemplo, a mediados del siglo XIX aun conservaban sus
instituciones y creencias casi intactas. Desde el punto de vista internacional,
la nueva situación de la India implicó ciertos cambios estratégicos que se
plasmaron en algunas anexiones territoriales, como la ocupación del Cabo de
Buenas Esperanza, que demostró ser un núcleo estratégico que había que
controlar para facilitar el tráfico mercantil.
En síntesis, la Compañía se
convirtió en la administradora de la India y en el brazo ejecutor de las
decisiones tomadas por el gobierno de Londres. De este modo, Compañía y
Gobiernos se controlaban mutuamente, con los que se garantizaba hasta cierto
punto la continuidad en la política y en la transparencia de la gestión. A
partir de 1815, la India se convertiría en el núcleo desde donde ir expandiendo
la colonización y los contactos comerciales por el Extremo Oriente, así como en
el modelo de administración que imitaría el resto de las colonizaciones
europeas durante el siglo XIX.