En los años finales del XVIII y principios del XIX tuvieron lugar una serie de movimientos social y una conflictividad claramente relacionados con los cambios que afrontada la sociedad, y que presentan como especificidad propia el haberse registrados en lasetapas iniciales de la revolución industrial pero presentar todavía rasgos típicos de los movimientos populares preindustriales. Son varios los movimientos de este tipo, cuyo escenario es Inglaterra por lo temprano de su industrialización, y podíamos señalar desde las revueltas campesinas, los motines de subsistencias urbanos, las destrucciones ludditas y las peticiones políticas de los obreros que darán paso al movimiento obrero. La historiografía está abordando tales manifestaciones desde nuevas perspectivas, en especial desde los trabajos de Hobsbawn, Thompson y, sobre todo, de Rudé (La multitud en la historia) y de los de los sociólogos de la historia (B. Moore o Ch. Tilly) que han apuntado como a lo largo del XIX se puede, a partir del análisis de la acción social, establecer que se produce una transición en la historia de los movimientos sociales desde las primitivas formas violentas a una resolución institucional de las disputas colectivas (la huelga, por ejemplo, prohibida primero, permitida después aunque reprimida en ocasiones hasta convertirse en un instrumento de arbritaje social dentro de los límites que permiten las distintas reglamentaciones estatales). Los dos primeros movimientos de protesta en los albores de la inglaterra preindustrial son la revuelta campesina del "capitán Swing" (1830-33) y los destructores de máquinas capitaneados por Ned Ludd (ludismo) (1811-16). Son importantes pues presentan puntos de contacto (ambos son reacciones ante el liberalismo y el capitalismo que amenazaba su marco de vida social, los luddistas reaccionaban frente a la proletarización, los campesinos ante la penetración del capitalismo en la agricultura y han permitido a los historiadores establecer también sus diferencias (la comunidad campesina pervivió mucho más en el tiempo que la disolución del mundo artesanal más rápida y eso explica su diferencias temporales, que a suvez son claves para comprender la evolución futura: el sindicalismo obrero se organizó con mayor rapidez que el agrario.
EL MOVIMIENTO "LUDDISTA".
Ante la transformación industrial, la mano de obra artesana de oficios cualificados presionó para mantener su status y organización corporativa y reaccionó frente a la mecanización y la proletarización. En este marco se situa el luddismo, destrución de máquinas, como apoyo a las peticiones de estos sectores -las máquinas al simplificar el trabajo disminuían la destreza requerida y hacían innecesaria la contratación de trabajadores cualificados- y de los trabajadores en general, que iba en muchas ocasiones precedidos de cartas amenazantes a empresarios y comerciantes que introducían máquinarias para modificar y empeorar las condiciones y retribuciones de los trabajadores firmadas por Ned Ludd, legendario calcetero que según la tradición fue el primero en romper su telar. Las primeras manifestaciones ludditas tuvieron lugar en los años del cambio de siglo en el sector de los tundidores de lana, pero desde 1811 se sumaron otros oficios o sectores: calceteros, encajeros, tejedores por la reducción de salarios que implicaba la progresiva mecanización y la coyuntura de precios altos por las malas cosechas. En sus acciones se combinaban la destrucción de máquinas y las peticiones al Parlamento para que reconociera el status artesanal del oficio con salario mínimo y posibilidad de certificar la calidad de las piezas y retirar las que no alcanzasen el nivel exigido, que no fue aceptado. Fracasado este primer brote luddista, se produjeron otros en el algodón por la introducción de telares mecánicos, pero sin tanta significación. No obstante, el luddismo dejó tras sí un legado importante de prácticas solidarias y de apoyo popular, de formas pioneras de organización y asociación que serán una herencia acumulada para la posterior organización de la clase obrera. A este repecto, Hobsbawn señala que en su evolución posterior el luddismo también fue un mecanismo de presión para conseguir reivindicaciones concretas de mejora salarial y de condiciones laborales, una especie de negociación violenta ante la prohibición del derecho de asociación obrera hasta 1825. Para Thompson es más bien un movimiento cuasi-insurreccional de respuesta a las transformaciones capitalistas, al abandono de la legislación proteccionista y paternalista en beneficio laissez-faire, pero no sólo de oposición a la nueva tecnología sino a todo un sistema y sus instituciones que les marginaban también políticamente. Tiene componentes, para este autor, de una especie de radicalismo democrático que, aunque no presenta formas organizativas claras, viene de finales del XVIII y enlaza con la tradición revolucionaria jacobina influida por la revolución francesa y que conduce hasta el cartismo, aunque no debemos establecer una relación lineal entre luddismo y movimiento obrero organizado.
TRANSFORMACIONES AGRARIAS, CAPITALISMO Y REVUELTA CAMPESINA: "EL CAPITÁN SWING".
Desde finales de agosto de agosto de 1830 se inició una revuelta campesina en el sur de Inglaterra y en torno a ella se plantean interrogantes: ¿era un mecanismo de protesta mecánicamente adoptado por su tradición o se trataba de una adaptación de la protesta tradicional a una situación totalmente nuevas y, por tanto, con nuevos objetivos?. Indudablemente la sociedad británica estaba transformándose, pero en 1830 la agricultura seguía siendo el sector productivo básico y los procesos de cambio rural, en especial de la comunidad rural eran más lentos que los que en sentido inverso se operaban en el ámbito urbano, pero los cambios se apreciaban y generaban tensiones: el campesino estaba ya proletarizado por las enclosures, que habían modificado el paisaje agrario privatizando y disolviendo progresivamente la comunidad rural y los usos tradicionales, los salarios eran insufientes y el empleo inestable, ejerciéndose una enorme presión sobre los campesinos. Se intentaba paliar el sistema con subsidios, pero sólo mantenían el equilibrio social hasta que se producían malas cosechas y carestías como las de 1828 y 1829. En el verano de 1830 se empiezan a producir protestas y acciones violentas, incendios de graneros, amenazas, destrucción de maquinaria agrícola, etc., que en ocasiones iban precedidas de cartas amenazadoras firmadas por el "capitán SWing", exigiendo empleo estable y aumento de salarios, protección, en definitiva, y casi nunca precios más bajos, que había caracterizado a la protesta rural preindustrial. Tiene componentes de ese tipo pues se centró en una zona de caracterizada conflictividad rural antes y después de 1830 (oposición a la Ley de Pobres de 1834) pero evidentemente era el choque de las concepciones tradicionales, de corte paternalista, moral, etc. y los intereses del nuevo capitalismo agrario e industrial.
DE LA PROTESTA SOCIAL A LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA EN INGLATERRA: EL NACIMIENTO DEL SINDICALISMO Y EL CARTISMO.
Los años treinta del XIX conocen la aceleración de los cambios y transformaciones de una sociedad industrial traducidas en una notable y creciente proletarización laboral en unas condiciones negativas de vida y de trabajo. En este contexto se situan los inicios del movimiento obrero. El punto de partida es negativo al existir en Inglaterra disposiciones que prohiben la organización y asociación obrera, las "Combination Acts" que dispuestas en 1799-1800 para prohibir la asociación gremial impedían la asociación obrera (En Francia la Ley Chapelier de 1791, obra de la revolución), ante ello los obreros abandonan las primitivas formas de protesta (destrucciones de máquins) y comienzan a luchar por la libertad de asociación y sindicación y las reivindicaciones políticas. Abolidas en 1825 las "Combination Acts" se legalizan los cuadros sindicales ya existentes en la clandestinidad. Progresivamente se van creando sindicatos que cristalizan en un primer intento de plataforma unitaria como la Asociación Nacional de Protección al Trabajo fundada por Doherty en 1830 y que cuenta con el periódico La Voz del Pueblo. La agitación obrera en estos años empieza a asumir la lucha política y es un apoyo para el movimiento culmina con la reforma de la ley electoral en 1832. No obstante no olvida la lucha social que origina las primeras leyes de protección en el trabajo y de inspecciones, aunque en la práctica serán poco efectivas. El sindicalismo británico nacía fundándose en las teorías cooperativistas de Owen y King y en 1834 se funda una organización nacional a partir de la agrupación obrera por oficios y localidades: la "Grand National Consolidated Trade Union", que tuvo unos comienzos oscilantes por el incremento de la resistencia patronal y represión política.
EL PENSAMIENTO SOCIAL DE ROBERT OWEN
Owen fue un gran empresario emprendedor y filántropo, que quiere cambiar la sociedad (evoluciona de la filantropía patronal al mesianismo social) de diversas formas. Priemro se preocupó de la vivienda, educación e higiene de los obreros y lo practicó en su hilatura de algodón construyendo viviendas, escuelas, aumentando salarios y reduciendo la jornada laboral. En estos aspectos últimos piensa que el Estado debe involucrarse con leyes que mejoren las condiciones de trabajo, especialmente de los niños. Al igual que Fourier prefiere la agricultura por lo que preconiza la formción de comunidades agrícolas modelo (New Harmony en EEUU) donde la propiedad privada será abolida. Para el trabajo es la medida del valor por lo que propone, en una clara semejanza con Proudhon, la creación de un Banco en el que se intercambien bonos de trabajo (Bolsa Nacional equitativa para obreros que se funda en 1832 y fracasa dos años después) pero es un socialismo concebido en la esfera del intercambio y no en la organización de la producción.
En los años finales de su vida evolucionó hacia el mesianismo social (El Catecismo del nuevo mundo moral) en el que habla de la llegada de tiempos de virtud y felicidad, el reino de Dios sobre la tierra. Owen tuvo un amplio reconocimiento en su época por su vaguedad en las concepciones de su pensamiento, asumibles incluso para la propia burguesía: la reforma de la sociedad a partir de la ejemplaridad de una comunidad, su paternalismo e idealismo, la reforma social independiente de la acción política y la toma del poder, etc. El movimiento cooperativista y sindicalista británico sería desarrollado por sus discípulos.
EL CARTISMO:
Pese a las dificultades organizativas del primer sindicalismo británico, es clara la maduración del movimiento obrero, cuando se introduce la lucha política basada fundamentalmente en la conquista del derecho electoral. Contaba ya con el antecedente de los años iniciales de la década de los treinta, ahora retorna con fuerza de la mano del movimiento cartista. En 1838 la Asociación de Trabajadores de Londres envía al Parlamento una carta que da nombre al movimiento conteniendo sus reivindicaciones de tipo político: sufragio universal y secreto, parlamentos anuales, supresión del certificado de propiedad para los miembros del parlamento, sueldo para los parlamentarios y circunscripciones electorales territorialmente iguales. Estas reivindicaciones políticas dieron pié a un movimiento amplio que, en plena coyuntura de crisis económica de 1838-1842, logró un gran apoyo popular. Dividido en dos tendencias: la moderada (Lovett) que preconiza la alianza con la burguesía para conseguir objetivos políticos comunes, y la radical (O'Brien y O'Connors) a favor de la huelga general, pero la crisis inclinó la balanza hacia los radicales y la movilización (huelga de 1842). Pese a la fuerte represión del Gobierno, se consiguieron algunos objetivos desde 1846: abolición de las leyes de grano, reforma del Código Penal, ampliación de la libertad de prensa y la jornada laboral de 10 horas, pero en 1850 el movimiento se disolvía. Su mayor éxito fue la demostración de que se podía agrupar u organizar a los trabajadores en pos de reivindicaciones políticas y sociales. La historia del movimiento obrero acababa de comenzar.
El fracaso momentáneo del cartismo en conseguir sus objetivos políticos propició un repliegue hacia las reivindicaciones exclusivamente laborales, que favoreció el desarrollo del sindicalismo. En 1868 se constituye el Trade Unions Congress para coordinar la labor de los distintos sindicatos ingleses.
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