1.1 Introducción:
Reformismo y modernización son dos substantivos que tienen aparentemente una significación afín pero se diferencian por varios matices, ya que reforma implica un cambio, mientras que modernización implica innovación.
La reforma es un proyecto que heredan los republicanos en los años 30, sin embargo, la modernización es el proyecto que intentan llevar los demócratas en los años 70.
En uno y otro caso, se pretendía la modernización de la sociedad española y su proyección hacía el futuro, la II República representa el reformismo de la misma manera que la Monarquía democrática encarna de la modernización.
De esta forma el reformismo republicano puede aún considerarse un tema de la historia del presente, por su estrecha relación con la modernización democrática.
1.2 Reformismo republicano desde la perspectiva actual:
La proclamación de la II República significó, en primer lugar, la ruptura con el régimen político, social y cultural anterior. La Monarquía parlamentaria de Alfonso XIII se había negado a asumir cualquier propuesta que precediera de la oposición democrática. Esto ayuda a entender la aproximación que se dio en 1909 entre los liberales y los republicanos.
La resistencia a cualquier tipo de cambio político provocaba la crisis social y económica. Por último, la Dictadura de Primo de Rivera borró la perspectiva de cualquier reforma política a medio plazo, de manera que su caída significó el comienzo de una marcha acelerada hacía el cambio de régimen, que se consumó con la proclamación de la II República.
Los republicanos tenían la posibilidad de llevar a cabo las reformas. Pero eran conscientes de su debilidad, se ha de reconocer a los primeros gobiernos republicanos, el mantenimiento del consenso, la reforma del Estado, la modernización de la política social y económica, y la promoción de la educación y cultura.
- El mantenimiento del consenso: Que se constituyó para llevar a cabo la transición del franquismo a la democracia.
- La reforma del Estado: Fue mucho más allá del mero cambio de la forma de gobierno, creó unas instituciones e inició una profunda democratización, como por ejemplo la ampliación del catálogo de derechos fundamentales (sufragio universitario, eliminación del senado, separación entre el Estado y la Iglesia y el reconocimiento de las autonomías de las regiones)
- La modernización de la política social y económica: Este aspecto es el que encaja mejor en el marco constitucional con el que se había dotado la República. Los elementos principales de esta política fueron los relativos a los horarios de trabajo, a los contratos de mano de obra, a la fijación de los salarios y a la resolución de los conflictos.
- La promoción de la educación y la cultura: Los dirigentes republicanos tenían el convencimiento de que el régimen republicano tenía que asentarse sobre una sólida educación y cultura. También se hallaras otros valores cívicos como; la tolerancia, la libertad religiosa, la ley igual para todos. Por ello los políticos republicanos aplicaron la construcción de nuevas escuelas y el aumento del número de maestros.
Estos principios y valores republicanos pasaron por la dura experiencia de Guerra Civil, que condicionaron la interpretación y el significado de sus términos.
Las interpretaciones de la guerra pueden resumirse en la lucha por el control del poder político y social en España, evidentemente desde planteamientos ideológicos enfrentados, desde intereses sociales y económicos opuestos y desde posiciones políticas irreconciliables.
Las posiciones irreconciliables condujeron al proceso de una larga Guerra Civil y al establecimiento después de un régimen de dictadura.
El franquismo se convirtió en el titular de todos los derechos, el régimen franquista situó a la Iglesia en un lugar de privilegio. Abolió la política reformista social y económica. Y por último, el régimen franquista proscribió todo tipo de pluralismo político e ideológico y creó un partido único (FET y de las IONS) y una sola central sindical (CNS). El franquismo defendió el ordenamiento político y social ejerciendo una dura represión.
Desde la perspectiva de nuestros días se considera el Franquismo como un régimen anacrónico y abyecto, como imagen de lo que no es un régimen democrático. De ahí que en el proceso de la transición a la democracia se establecía una orden de prioridades, encabezadas por el compromiso de establecer un régimen democrático, que se basara en un amplio reconocimiento de los derechos fundamentales. Estas prioridades se convirtieron en axiomas que constituyeron la base del consenso sobre el que discurrió el proceso de la transición a la democracia.
1.3. La Modernización democrática y los valores republicanos.
El régimen democrático se instaura en España por exigencia de la sociedad española, la democratización se entendía como un proceso de modernización. La II República se asemeja a la democracia por varios motivos. A la II República le procede un gobierno de dictadura al igual que la democracia.
Miguel Rodríguez Piñero citaba que “La consolidación de nuestra democracia parlamentaria debe mucho a los valores republicanos, unos principios éticos, políticos y jurídicos”.
Así pues, la proclamación de aquellos principios en la constitución de 1931 fue una apuesta por la reforma. Por lo tanto, la II República fue el régimen que elevó las medidas reformistas y democratizadores a la categoría de principios y las desarrolló en leyes y decretos.
En las dos situaciones se presentaba un extenso plan de reforma pero la actitud de la sociedad al respecto era distinta.
Cuando se trata del significado histórico de la II República desde la perspectiva actual, suele olvidarse un elemento importante, la duración del proceso: La II República y sus proyectos de reforma y democratización de la sociedad española duraron sólo cinco años que estuvieron afectados por movimientos convulsos. Una experiencia histórica de cinco años, fuertemente reformista. Evidentemente, éste no es el caso del régimen democrático actual, que ha superado ya los veinticinco años. Los distintos partidos que han ejercido el poder han dejado su impronta en las leyes. Por último, hay un elemento de importancia para proyectar hacia el futuro la continuidad del régimen democrático: es la política educativa; a medida que el régimen democrático prolonga su existencia es mayor el número de jóvenes que se educan en los principios y valores democráticos.
La Guerra Civil y la dictadura franquista han influido sobre la interpretación de los valores republicanos y democráticos. El objetivo prioritario del proceso era el establecimiento de un régimen democrático.
Adquieren un significado especial elementos tan importantes de la transición democrática como el consenso y el mantenimiento de la Monarquía. El consenso supuso el acuerdo de las organizaciones políticas y sociales de forma efectiva. El consenso se apoyaría en la idea de la continuidad histórica de España, lo que supondría el mantenimiento de las instituciones, organismos y símbolos del Estado. El mantenimiento de la Monarquía presentó alguna resistencia mayor. La mayor parte de las organizaciones democráticas que procedían de la oposición antifranquista eran de adscripción republicana.
De la misma forma que el consenso, otros principios y valores republicanos han estado presentes en el proceso de la transición democrática. Me refiero, por lo tanto, a la reforma del Estado, la modernización de la política social y económica y a la promoción de la educación y la cultura.
Respecto a la reforma del Estado, primó la adopción del sistema democrático sobre la implantación de una determinada forma de gobierno, y la descentralización política y administrativa frente a la uniformidad del Estado franquista.
La modernización de la política social y económica fueron objetivos prioritarios del régimen democrático. Ha de tenerse en cuenta que el régimen franquista tenía importantes déficits de política social y que sucumbió en una intensa crisis económica. La modernización de la política social y económica ha venido a través de las políticas del “Estado de bienestar” es decir, la referente a seguridad social, educación y sanidad, y mediante las políticas de reconversión económica.
Por último, la promoción de la educación y la cultura son valores democráticos pero, constituyen el instrumento más eficaz de socialización de la convivencia democrática y de esta segunda función fue de la que se privó la II República.
Otro elemento a tener en cuenta en el análisis de ambos procesos políticos es el del enfrentamiento entre las fuerzas del centro-izquierda y del centro-derecha. Durante la II República a las reformas de los gobiernos de centro-izquierda no sólo se opusieron los planteamientos y la política del centro-derecha sino también otras fuerzas y organizaciones revolucionarias como la CNT. Pero junto a la política antirreformista el centro-derecha mantuvo siempre un fuerte componente antirrepublicano que fue la causa de graves errores políticos del centro-izquierda. Pero en todas estas luchas políticas, a diferencia de lo que sucedió en la II República, nunca se ha puesto en entredicho la permanencia del régimen democrático.
1.4. Conclusión:
En primer lugar, se ha de insistir en la relatividad del significado de los términos, aparte de su semántica, tienen su historia y ambos aspectos condicionan el uso de reformismo y modernización. Pero la cuestión principal tratada aquí podría enunciarse como pervivencia de los valores republicanos en el régimen democrático actual y hacia ella se orienta el doble análisis desde la sociedad actual: el interés que despiertan los principios y valores activados por los gobiernos y la presencia de esos mismos principios y valores en el ordenamiento democrático actual.
Esos principios y valores están presentes en ambos regímenes democráticos. Valores y principios como los de consenso, reformismo social, pluralismo político, descentralización del Estado y promoción de la educación y cultura.
Existen importantes semejanzas entre ambos regímenes. Pero entre ellos hay importantes diferencias. Por todo esto, no puede hablarse de continuidad entre ambos regímenes.
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