Mantenimiento de latifundios. Junto a esta explotación de cereal, olivo y vid, subsiste la explotación ganadera, a la que dan nuevo empuje los beréberes. Es una ganadería lanar de tipo trashumante.
- En este periodo aún se producen los intercambios en especie y se mantiene la tendencia al autoconsumo de las grandes propiedades agrarias, pero se yuxtaponen las primicias de una economía monetaria y de intercambio. Los primeros invasores traen consigo dinares de oro y dirhems de plata a imitación de los sistemas monetarios de Bizancio y Persia. Posteriormente se harán acuñaciones de moneda, pero la circulación de la misma en al-Andalus resultó escasa en el siglo VIII. El cambio de actuación se produce a partir de 770 en Córdoba, que con Abd al-Rahman I se convierte en centro político y polo de atracción de población rural que pasa a convertirse en artesanado urbano.
I. 2.º El nacimiento de una economía comercial de base monetaria. (reinado de Abd al-Rahman II y Abd al-Rahman III ( 830-925)
Paso de la economía de intercambio a la de base monetaria. Desarrollo urbano.
A mediados de siglo, Abd al-Rahman I establecería un sistema de acuñaciones que, sentaría las bases de la numismática europea. Pero es con Abd al-Rahman II con quien presenciamos el verdadero nacimiento de una economía comercial de base monetaria, que se debió al paulatino desplazamiento de la población del campo a las ciudades, y que trajo como consecuencia la ampliación del mercado y la intensificación del comercio para abastecer de productos a la ciudad. De esta forma, cambiaba todo el panorama económico. La demanda de productos alimenticios hizo necesaria una mayor producción agrícola, que se consiguió a base de mejoras en los sistemas de cultivo, y en la introducción de nuevos productos, cuya comercialización acrecentaría el tráfico mercantil nacional y la circulación monetaria.
Por otra parte, las nuevas necesidades de una sociedad urbana, hicieron necesarias las importaciones de mercancías, que pronto iban a dar lugar al comercio internacional; aunque habrá que esperar hasta el siglo X para comprobar una relación mercantil internacional intensa. Características fundamentales:
- El proceso de urbanización acelerada y la consiguiente ampliación del mercado. Como resultado se crean concentraciones urbanas de alta densidad que exigen viviendas, alimento y vestido. - Intensificación de la explotación de maderas y de su transporte.
- Bonificación de las tierras más próximas a las ciudades, explotadas con vista a una inmediata comercialización de productos. Esto se logra, con la mejora del sistema de riego y con la introducción de nuevos cultivos.
- La creación de una industria de paños, derivados en pequeños talleres domésticos, que dará origen a notables especialidades.
- El aprovisionamiento de las ciudades implica, en la segunda mitad del siglo IX, un incremento de transacciones con respecto al periodo anterior - lo que sólo es posible gracias a un aumento del dinero en circulación - y el establecimiento de una red de relaciones entre lugares de producción y consumo.
- el monopolio estatal de acuñación de moneda; por otro, la base del comercio interior la constituían las relaciones entre las ciudades y el campo circundante, lo que permitía una doble corriente: de materias primas hacia los núcleos urbanos y de productos manufacturados hacia el área rural. Esta primera relación entre la concentración urbana y el mundo rural cercano se amplía, ya desde comienzos del siglo IX, con un comercio interurbano que aprovecha las antiguas calzadas romanas.
- Por fin a fines del siglo X aparece en al-Andalus una relación mercantil internacional intensa. Su instrumento son las caravanas a través del norte de África, pero el crecimiento de la demanda exige un transporte más fluido lo que estimula el desarrollo del comercio marítimo. La marina presente mejores técnicas respecto a la época romana: aumento de dimensiones de los barcos, dotados con dos palos y vela latina, trapezoidal o triangular, oblicua a la eslora, de origen árabe. Gracias a estas innovaciones los navíos ganan en capacidad y rapidez sirviendo no solo de instrumento para un comercio progresivamente más intenso, sino también para enfrentar la amenaza de otros poderes. A mediados del siglo IX, por tanto, nace en la España musulmana una marina que era instrumento de guerra y de comercio.
I.3.º El fortalecimiento del comercio abastecedor de los centros urbanos (Califato)
- Centros cada vez más numerosos, con una población de creciente capacidad adquisitiva, es el fenómeno económico más característico de al-Andalus entre los años 925 y 1008, en especial durante los reinado de Abd al-Rahman III y sucesores. Los factores que lo sustentaban están relacionados estrechamente con la recuperación del poder político y militar y de los mecanismos de la administración.
- Asimismo, se fortalece el erario público, permitiendo al monarca Abd al-Rahman III, a partir del año 929, acuñar oro y plata puros. Esta inyección de circulación dineraria está en la base del esplendor económico de que goza al-Andalus durante el siglo X, ya que fundamenta y estimula los intercambios internacionales pagados en moneda de oro. Se intensificaban así las viejas relaciones comerciales antes establecidas.
- Se vuelve a provocar la intensificación de la producción y del comercio en los tres capítulos fundamentales de la madera, la alimentación y el vestido. A la vez se abrirán nuevas relaciones comerciales.
- El papel del Estado en este tráfico resultó muy notable, por el hecho de que - en razón de su enorme burocracia y ejército - resultó ser el primer consumidor de al-Andalus y el primer creador de puestos de trabajo. Para subvenir a ambas necesidades de dinero y hombres, la administración cuidó la recaudación tributaria e incrementó el monto de los ingresos estatales añadiendo a los impuestos legales otros, de los que el más importante afectaba a las transacciones mercantiles.
- El esplendor económico de que goza al-Andalus durante el siglo X comienza a deteriorarse a partir del año 985, y su degradación se prolongará hasta que en el año 1008 desaparezca el propio estado cordobés.
- Los primeros síntomas son el abandono de la buena ley de las monedas. En estas circunstancias, el mantenimiento de la actividad económico en al-Andalus exigió la búsqueda de nuevas fuentes de recursos. Tales fuentes se creyeron encontrar en los objetos de lujo y metal acumulados por la aristocracia hispano-cristiana. Contra estos núcleos norteños se dirigirán sistemáticamente las campañas de Almanzor en los últimos veinte años del siglo X.
- Comercio internacional. Córdoba en las redes mercantiles mediterráneas internacionales.
II.1. La agricultura y la ganadería.
Agricultura próspera, perfeccionamiento de técnicas, sobre todo en el arte y uso del agua (almacenamiento, transporte por cisternas, acueductos, canales, presas…).
Dos grandes y básicos tipos de cultivo. Secano, población concentrada y grandes latifundios. Regadío, población dispersa y mediana o pequeña propiedad. Mantenimiento de la mano de obra hispano-visigoda en el campo. Diversidad de contratos: en el secano predomina la aparcería, donde el dueño pone la tierra y los colonos ponen, cada uno, la mitad de la simiente y reciben la mitad de la cosecha; por cuenta el colono corre el trabajo de la tierra y el pago de los gastos que se deriven; en el regadío tenían una producción mayor y más valiosa, los colonos sólo reciben 1/3.
La revolución verde
Introducción y aclimatación de nuevos cultivos, se siguió el mismo modelo de difusión que los sistemas de regadío y técnicas utilizadas para cultivarlos. Introducción de semillas de forma anónima por agricultores y otras formales-personales. Ejemplos.
Los musulmanes y el regadío
Polémica sobre el origen oriental o romano de los sistemas de regadíos en Al-Andalus. Procedencia siria, utilización por otras culturas. Reutilización de los sistemas de acequias. Se destacan dos grandes sistemas en función de los condicionantes ecológicos. 1º. Sistemas fluviales donde el agua era más o menos abundante (Valencia, Murcia, Granada).2º. Sistemas donde el agua no era abundante. Diversidad en el uso de agua.
Difusión de regadíos. Implantación de técnicas hidráulicas por la introducción de la agricultura india (fila hindiyya). Productos nuevos en Occidente ligados al regadío (arroz, caña de azúcar, naranjas, limones, melones de agua...). Diversidad de técnicas atendiendo a criterios climáticos, hidrológicos, topográficas.
División en el estudio de técnicas hidráulicas:
· Técnicas que transportan el agua por gravedad:
1. Acequias, presas, azudes, qanats.
· Artificios para elevar el agua
1. Pozo balanceado o cigoñal, pozos profundos y norias o rueda hidráulica.
Producción agrícola
Permanencia de la trilogía mediterránea (cereal, vid y olivo). Retroceso del trigo y crisis de subsistencia del s. X. Abandono de tierras, marcha de mozárabes y preponderancia del regadío.
Cultivo del olivo, continuidad romana, centrados en la antigua Bética: Aljarafe, Jaén, Córdoba y Málaga; otros lugares Lérida y Mequinenza. Exportación a Oriente y Norte de África. Sevilla, centro principal exportador. Utilización de almazaras.
Viñedo. Se consume vino a pesar de las prohibiciones religiosas. Consumo de uvas frescas y pasas. Afamadas en Ibiza, Málaga, campiña cordobesa y jerezana.
Cultivos de huerta. Higos, manzanas, peras, almendras, albaricoques, azafrán, berenjena, arroz, naranja, caña de azúcar, plátano…
Plantas textiles y materiales colorantes. Lino, algodón y tintes rojos (de un insecto de encinas y arbustos), amarillos (azafrán) y azul (procedente del añil)
Ganadería.
Escasas referencias. Importancia en el Sistema Central, actividad dominada por beréberes a través de la transhumancia (sin especificar ciclos, ni cañadas). Grandes reservas de caballos, monopolio de la oligarquía y utilización militar.
Mención a otros animales: asnos, bueyes, camellos, búfalos, cerdos y crías de aves. Ejs.
II. 2. La artesanía y la minería
Impulso tras el estancamiento de la industria visigoda. Crecimiento agrícola y urbano.
Producción destinada al consumo, productos textiles y alimentos, y productos de lujo, destinados a la exportación.
Industria textil: lino, algodón y lana para vestidos, tapices y mantas. Cuero y pieles daban trabajo a curtidores, pergamineros y zapateros. Espartos: esteras y cestos.
Otros: alfarería, el vidrio, fabricación de armas e industrias de construcción (canteros, tejeros, albañiles, carpinteros y herreros).
Madera: objetos de lujo para mimbares de las mezquitas, marquetería, artesonado y construcción naval.
Manufacturas de lujo: tejidos de seda, pieles, objetos de cerámica y vidrio.
Dispersión geográfica en las manufacturas e industrias de lujo. Ejemplos.
Minerales. Técnicas romanas, extracción de oro, plata, hierro, mercurio, cobre, sal y salinas.
II. 3. El comercio
Producción agrícola consumo interno y distribución en Al-Andalus. Necesidad de exportación.
Rutas terrestres: utilización y modificación en el uso de las calzadas romanas, utilización nuevos caminos, atajos y veredas para la actividad comercial y militar. Sistema de caminos radial: desde Córdoba a las principales ciudades se dirigían los ramales (Sevilla, Zaragoza, Toledo, Almería, Valencia, Málaga).
Vías fluviales, carecen de importancia salvo los cauces inferiores del Guadalquivir y el Ebro.
Importaciones de Europa: pieles, madera para construir navíos, metales, armas y esclavos a cambio de productos de lujo, la diferencia se paga en oro y plata. Relevancia del comercio de esclavos. Datos.
Mercaderes. Prestigio social, poder comercial, “mundo” aparte de al esfera económica. Periodicidad marcada por la llegada de navío o las caravanas. Delegación de tareas administrativas y mercantiles. Relevancia de lo operadores judíos que conectan las zonas europeas (valle de Mosa, Saona, Ródano) con Córdoba a través de Carbona y Barcelona.
Exportaciones: productos textiles a Egipto: brocados, lanas, alfombras y tejidos teñidos y también lino, mantos de Pechina a Egipto, la Meca y el Yemen; a otros países mediterráneos: aceite, oro, miel y cueros.
Gran comercio practicado y controlado por los mercaderes taysir a través de criterios capitalistas.
Importaciones de Oriente: joyas, sederías, brocados, libros raros. Comercio de lujo, mímesis cordobesa.
Papel del comercio en al-Andalus como intermediario comercial entre Europa, África y Asia Negra.
II. 4 La moneda.
Utilización por parte de los musulmanes de moneda de territorios conquistados: denario bizantino y dracma persa. Las primeras acuñaciones islámicas no son aceptadas, sí desde fines del s.VII cuando Abd-Al Malik acuña y consiguiera la aceptación comercial del dinar de oro y dirham de plata.
Escasez de oro en el s. VIII y principios del s. IX, sólo se acuñan monedas de plata. Desde Abd al-Rahman III, el aumento del volumen comercial, desaparición del peligro abassí, afianzamiento omeya, con la intervención contra los fatimíes y acceso directo al oro, se acuña de forma masiva.
Moneda, instrumento de propaganda política, Abd al Rahman III hace imprimir el título califal. No se graba imágenes, leyenda alusiva al monoteísmo, nombres de soberanos y fecha de acuñación.
II.5. La ciudad y el zoco.
La sociedad islámica, es esencialmente urbana, y su economía se centra en el desarrollo de las ciudades y las profesiones que el crecimiento urbano lleva ligado: artesanía y comercio. Las ciuad existentes en época visigoda quedaron sometidas a los musulmanes, que les dieron una nueva vida al incluirlas en el circuito comercial islámico, es decir, eran ciudades con función comercial, pero también espacios con carácter militar, rural y centros políticos. Entre los centros más importantes podemos destacar Córdoba, con cien mil habitantes; Sevilla, en una comarca fértil en contacto con el comercio norteafricano; Almería, donde existía una importante actividad comercial y una industria especializada; Toledo, que había sido capital de los visigodos; Mallorca, Málaga, Valencia o Granada.
Aunque no todas las ciudades tenían una clara vocación comercial. Algunas eran simplemente residencias de guarniciones militares. Otras tienen un carácter rural
Zoco andalusí: espacio económico de las ciudades. Su existencia se rastrea desde la toponimia urbana a través de los tratados de “hisba” (enumeran diversos oficios, hiladores, lineros, tejedores, tintoreros, curtidores, ropavejeros, fabricantes de ladrillos y tejas, torneros, carpinteros, herreros, alfareros, especieros, panaderos, cocineros, freidores de pescado, buñoleros, vendedores de queso, etc). Ubicación: una sola calle, varias calles y plazas. Existencia de tiendas “jan/es”, con función de taller. Otros edificios comerciales: alcaicería (al-qaysiyya) y funduq.
El gobierno del zoco a cargo del sahib al suq o zabazoque[1]. Su jurisdicción tenía un carácter económico-policial: se encargaba de fijar los precios, prohibir el acaparamiento, evitar los fraudes, registrar las pesas y medidas; tenía asimismo, otras obligaciones de tipo urbanístico, como vigilar la limpieza de las calles de la mezquita, prohibir aquello que pudiera entorpecer la circulación cerca de la mezquita, mandar derribar las casas que amenazaban ruina; finalmente era el encargado de cobrar los derechos de mercado a los vendedores, la tarifa de las alcabalas (tanto por ciento que se cobra sobre los productos vendidos en el mercado) y los portazgos o derechos de entrada de las mercancías a la ciudad.
[1] También fueron llamados muhtasib, nombre que fue cristianizado como almotacén y que se aplicará al mismo cargo en territorio cristiano.
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